Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Eres todo lo que tengo
Poema que David compuso cuando estaba en la cueva. Una oración.
1 Pido a gritos la ayuda del SEÑOR;
a gritos le pido al SEÑOR compasión.
2 En él puedo descargar mi angustia;
sin temor le puedo expresar mis quejas.
3 Cuando estoy perdido,
tú me muestras el camino.
Mis enemigos han tendido una trampa
y estoy a punto de caer en ella,
pero Dios me guía.
4 No tengo ni siquiera un amigo
que esté a mi lado acompañándome;
no tengo en dónde esconderme.
A nadie le importa si vivo o muero.
5 Por eso pido tu ayuda, SEÑOR,
tú eres mi refugio;
eres todo lo que tengo en este mundo.
6 A ti te pido ayuda;
te necesito, me siento muy débil.
Sálvame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 Ayúdame a escapar de sus trampas
para que pueda alabar tu nombre.
Entonces los justos celebrarán conmigo
porque tú me has cuidado.
15 »Porque el día del SEÑOR se acerca
a todas las naciones.
Así como hiciste con otros,
te será hecho a ti.
Tus malas acciones
recaerán sobre tu cabeza.
16 Pues así como tú hiciste fiesta
y celebraste la desgracia de mi pueblo sobre mi monte santo[a],
todas las naciones también festejarán
y se embriagarán sin parar hasta morir de tanto festejo.
Restauración de Israel
17 »Pero el monte Sion será un lugar santo donde estarán los que se salvaron.
Los descendientes de Jacob recobrarán sus posesiones.
18 Los descendientes de Jacob serán fuego
y los de José serán llama.
Pero los descendientes de Esaú serán estopa,
y ellos los consumirán y los quemarán.
No sobrevivirá ningún descendiente de Esaú,
pues el SEÑOR lo ha decidido así».
19 La gente del Néguev
poseerá el monte de Esaú,
y la gente de la Sefelá
poseerá la tierra de los filisteos.
Ellos poseerán el territorio de Efraín
y el territorio de Samaria,
y Benjamín poseerá Galaad.
20 Ese ejército de israelitas, los exiliados,
poseerán el territorio cananeo hasta Sarepta.
Los desterrados de Jerusalén que viven en Sefarad[b]
tomarán posesión de las ciudades del Néguev.
21 Los libertadores subirán al monte Sion
a gobernar la región montañosa de Esaú,
y el reino y la soberanía serán del SEÑOR.
El porqué de las historias
(Mr 4:10-12; Lc 8:9-10)
10 Sus seguidores se acercaron y le preguntaron a Jesús:
—¿Por qué enseñas a la gente por medio de historias?
11 Él les respondió:
—Ustedes tienen el privilegio de entender la verdad que no se ha dado a conocer sobre el reino de Dios, pero ellos no. 12 Porque al que entienda algo, se le dará más a entender y tendrá más que suficiente. Pero al que no entienda, hasta lo que entienda se le quitará. 13 Por eso yo les hablo por medio de historias, porque aunque ellos miran, no ven nada. Oyen, pero no escuchan ni entienden nada. 14 De esta manera ellos muestran que era cierto lo que dijo Isaías sobre ellos:
“Por más que oigan, no entenderán.
Por más que miren, no captarán.
15 (A)Han cerrado su mente,
se taparon los oídos
y cerraron los ojos.
Si no fuera así, entenderían lo que ven
y lo que oyen.
Se volverían a mí
y yo los sanaría”.[a]
16 »Pero ustedes son afortunados porque pueden ver lo que hago y oír lo que enseño. 17 Les digo la verdad: muchos profetas y otros justos quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; también quisieron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.
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