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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Hechos 10:34-43

Los gentiles oyen la Buena Noticia

34 Entonces Pedro respondió:

—Veo con claridad que Dios no muestra favoritismo. 35 En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto. 36 Este es el mensaje de la Buena Noticia para el pueblo de Israel: que hay paz con Dios por medio de Jesucristo, quien es Señor de todo. 37 Ustedes saben lo que pasó en toda Judea, comenzando en Galilea, después de que Juan empezó a predicar su mensaje de bautismo. 38 Y saben que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder. Después Jesús anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que eran oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

39 »Y nosotros, los apóstoles, somos testigos de todo lo que él hizo por toda Judea y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo en una cruz,[a] 40 pero Dios lo resucitó al tercer día. Después Dios permitió que se apareciera, 41 no al público en general,[b] sino a nosotros, a quienes Dios había elegido de antemano para que fuéramos sus testigos. Nosotros fuimos los que comimos y bebimos con él después de que se levantó de los muertos. 42 Y él nos ordenó que predicáramos en todas partes y diéramos testimonio de que Jesús es a quien Dios designó para ser el juez de todos, de los que están vivos y de los muertos. 43 De él dan testimonio todos los profetas cuando dicen que a todo el que cree en él se le perdonarán los pecados por medio de su nombre.

Jeremías 31:1-6

Esperanza de restauración

31 «En ese día—dice el Señor—, seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo. Esto dice el Señor:

»Los que sobrevivan de la destrucción venidera
    encontrarán bendiciones aun en las tierras áridas,
    porque al pueblo de Israel le daré descanso».

Hace tiempo el Señor le dijo a Israel:
«Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno.
    Con amor inagotable te acerqué a mí.
Yo te reedificaré, mi virgen Israel.
    Volverás a ser feliz
    y con alegría danzarás con las panderetas.
De nuevo plantarás tus viñedos sobre las montañas de Samaria
    y allí comerás de tus propios huertos.
Llegará el día cuando los centinelas gritarán
    desde la zona montañosa de Efraín:
“Vengan, subamos a Jerusalén[a]
    a adorar al Señor nuestro Dios”».

Salmos 118:1-2

118 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
    Su fiel amor perdura para siempre.

Que todo Israel repita:
    «Su fiel amor perdura para siempre».

Salmos 118:14-24

14 El Señor es mi fuerza y mi canción;
    me ha dado la victoria.
15 Se entonan canciones de alegría y de victoria en el campamento de los justos.
    ¡El fuerte brazo derecho del Señor ha hecho proezas gloriosas!
16 El fuerte brazo derecho del Señor se levanta triunfante.
    ¡El fuerte brazo derecho del Señor ha hecho proezas gloriosas!
17 No moriré, sino que viviré
    para contar lo que hizo el Señor.
18 El Señor me castigó severamente,
    pero no me dejó morir.

19 Ábranme las puertas por donde entran los justos,
    y entraré y daré gracias al Señor.
20 Estas puertas conducen a la presencia del Señor
    y los justos entran allí.
21 Te doy gracias por contestar mi oración,
    ¡y por darme la victoria!

22 La piedra que los constructores rechazaron
    ahora se ha convertido en la piedra principal.
23 Esto es obra del Señor
    y es maravilloso verlo.
24 Este es el día que hizo el Señor;
    nos gozaremos y alegraremos en él.

Colosenses 3:1-4

Vida nueva con Cristo

Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo—quien es la vida de ustedes[a]—sea revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria.

Hechos 10:34-43

Los gentiles oyen la Buena Noticia

34 Entonces Pedro respondió:

—Veo con claridad que Dios no muestra favoritismo. 35 En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto. 36 Este es el mensaje de la Buena Noticia para el pueblo de Israel: que hay paz con Dios por medio de Jesucristo, quien es Señor de todo. 37 Ustedes saben lo que pasó en toda Judea, comenzando en Galilea, después de que Juan empezó a predicar su mensaje de bautismo. 38 Y saben que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder. Después Jesús anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que eran oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

39 »Y nosotros, los apóstoles, somos testigos de todo lo que él hizo por toda Judea y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo en una cruz,[a] 40 pero Dios lo resucitó al tercer día. Después Dios permitió que se apareciera, 41 no al público en general,[b] sino a nosotros, a quienes Dios había elegido de antemano para que fuéramos sus testigos. Nosotros fuimos los que comimos y bebimos con él después de que se levantó de los muertos. 42 Y él nos ordenó que predicáramos en todas partes y diéramos testimonio de que Jesús es a quien Dios designó para ser el juez de todos, de los que están vivos y de los muertos. 43 De él dan testimonio todos los profetas cuando dicen que a todo el que cree en él se le perdonarán los pecados por medio de su nombre.

Juan 20:1-18

La resurrección

20 El domingo por la mañana temprano,[a] mientras aún estaba oscuro, María Magdalena llegó a la tumba y vio que habían rodado la piedra de la entrada. Corrió y se encontró con Simón Pedro y con el otro discípulo, a quien Jesús amaba. Les dijo: «¡Sacaron de la tumba el cuerpo del Señor, y no sabemos dónde lo pusieron!».

Pedro y el otro discípulo se dirigieron a la tumba. Ambos iban corriendo, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero a la tumba. Se agachó a mirar adentro y vio los lienzos de lino apoyados ahí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro y entró en la tumba. Él también notó los lienzos de lino allí, pero el lienzo que había cubierto la cabeza de Jesús estaba doblado y colocado aparte de las otras tiras. Entonces el discípulo que había llegado primero a la tumba también entró y vio y creyó, porque hasta ese momento aún no habían entendido las Escrituras que decían que Jesús tenía que resucitar de los muertos. 10 Después cada uno se fue a su casa.

Jesús se aparece a María Magdalena

11 María se encontraba llorando fuera de la tumba y, mientras lloraba, se agachó y miró adentro. 12 Vio a dos ángeles vestidos con vestiduras blancas, uno sentado a la cabecera y el otro a los pies, en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús.

13 —Apreciada mujer, ¿por qué lloras?—le preguntaron los ángeles.

—Porque se han llevado a mi Señor—contestó ella—, y no sé dónde lo han puesto.

14 Dio la vuelta para irse y vio a alguien que estaba de pie allí. Era Jesús, pero ella no lo reconoció.

15 —Apreciada mujer, ¿por qué lloras?—le preguntó Jesús—. ¿A quién buscas?

Ella pensó que era el jardinero y le dijo:

—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo puso, y yo iré a buscarlo.

16 —¡María!—dijo Jesús.

Ella giró hacia él y exclamó:

—¡Raboní! (que en hebreo significa “Maestro”).

17 —No te aferres a mí —le dijo Jesús—, porque todavía no he subido al Padre; pero ve a buscar a mis hermanos y diles: “Voy a subir a mi Padre y al Padre de ustedes, a mi Dios y al Dios de ustedes”.

18 María Magdalena encontró a los discípulos y les dijo: «¡He visto al Señor!». Y les dio el mensaje de Jesús.

Mateo 28:1-10

La resurrección

28 El domingo por la mañana temprano,[a] cuando amanecía el nuevo día, María Magdalena y la otra María fueron a visitar la tumba.

¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella. Su rostro brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias temblaron de miedo cuando lo vieron y cayeron desmayados por completo.

Entonces, el ángel les habló a las mujeres: «¡No teman!—dijo—. Sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. ¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería. Vengan, vean el lugar donde estaba su cuerpo. Y ahora, vayan rápidamente y cuéntenles a sus discípulos que ha resucitado y que va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán. Recuerden lo que les he dicho».

Las mujeres se fueron a toda prisa. Estaban asustadas pero a la vez llenas de gran alegría, y se apresuraron para dar el mensaje del ángel a los discípulos. Mientras iban, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas corrieron hasta él, abrazaron sus pies y lo adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: «¡No teman! Digan a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán».

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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