Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El Señor está al mando
Al director. Canción de David.
1 Me refugio en el SEÑOR.
Por qué me preguntan:
«¿No sería mejor que huyas y te escondas,
saltando a la montaña como ave pequeña?
2 Los perversos se esconden en la oscuridad,
listos con sus arcos y flechas,
para atacar a la gente honesta.
3 ¿Qué harían los justos
si se destruyeran los fundamentos?»[a]
4 El SEÑOR está en su templo santo;
el SEÑOR gobierna desde el cielo.
Su mirada capta todo lo que ocurre;
con sus ojos examina a los hombres.
5 El SEÑOR examina a buenos y malos
y rechaza[b] con firmeza a los violentos.
6 Hará caer brasas sobre los perversos y azufre como la lluvia.
No recibirán nada sino un terrible viento abrasador.
7 En cambio, el SEÑOR es justo y ama la justicia;
los honestos serán sus amigos.
El juicio que vendrá
24 Fíjense, el SEÑOR va a destruir la tierra
y a dejarla vacía.
Él torcerá su superficie
y dispersará a sus habitantes.
2 Todos correrán la misma suerte,
el del pueblo y el sacerdote;
el esclavo y el amo;
la esclava y la señora;
el comprador y el vendedor;
el que recibe en préstamo
y el que presta;
el banquero y el deudor.
3 La tierra será saqueada
y destruida por completo,
porque el SEÑOR lo ha decidido así.
4 La tierra se seca y se marchita.
El mundo languidece y se marchita.
Los de la alta sociedad languidecen.
5 El mundo ha sido contaminado por sus habitantes.
Ellos violaron las leyes de Dios,
desobedecieron sus mandatos.
Han roto el pacto eterno.
6 Una maldición destruye la tierra
y sus habitantes son los culpables.
Tantos han desaparecido
que sólo queden unos pocos.
7 El vino nuevo se daña, el viñedo se daña.
Todos los que eran alegres se entristecen.
8 El festejo con tambores ha cesado.
Ya no se oye el ruido de los que celebraban.
9 Ya no hay diversión con arpas.
Se acabaron los ratos de vino y canto.
La cerveza le sabe mal a quien la bebe.
10 La ciudad está arruinada y desolada;
las puertas de las casas están bloqueadas,
nadie puede entrar.
11 En las calles piden vino a gritos.
Se aguó la fiesta;
la alegría desapareció de la tierra.[a]
12 La ciudad quedó en ruinas,
la puerta está hecha pedazos.
13 Porque así sucederá en medio de la tierra[b] y entre las naciones,
como cuando se cosecha a golpes un olivo,
como cuando se rebuscan las uvas una vez terminada la cosecha.
17 Dios puso a prueba la fe de Abraham pidiéndole que sacrificara a Isaac, su único hijo. Por la fe, Abraham obedeció. Él ya tenía las promesas de Dios, 18 (A)quien le había dicho: «Tu descendencia será trazada a través de Isaac».[a] 19 Abraham creía que Dios tenía poder para resucitar a los muertos. Entonces se puede decir que prácticamente Abraham recuperó a su hijo Isaac de entre los muertos.
20 Por la fe, Isaac bendijo el futuro de Jacob y de Esaú. 21 Por la fe, Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró a Dios, apoyado en su bastón.
22 Por la fe, cuando José estaba por morir les dijo a los israelitas que algún día habrían de salir de Egipto y les hizo prometer que se llevarían su cuerpo con ellos.
23 Por la fe, los padres de Moisés lo escondieron tres meses después de que nació. Vieron que era un bebé hermoso y no tuvieron miedo de desobedecer las órdenes del rey.
24 Por la fe, cuando Moisés creció rechazó los honores de ser llamado nieto del faraón. 25 Moisés decidió no disfrutar los placeres pasajeros del pecado; al contrario, decidió sufrir junto al pueblo de Dios. 26 Prefirió sufrir por el Mesías que tener todos los tesoros de Egipto porque estaba esperando la recompensa de Dios.
27 Por la fe, Moisés salió de Egipto sin temer al enojo del rey. Siguió firme como si estuviera viendo al Dios invisible. 28 Por la fe, Moisés preparó el día de la Pascua. Puso sangre en las puertas de las casas para que el ángel de la muerte[b] no matara a los hijos mayores[c] de los israelitas.
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