Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
¡Qué grande eres!
1 ¡Con todo mi corazón alabo al SEÑOR!
SEÑOR mi Dios, qué grande eres;
te vistes de gloria y honor.
2 Estás envuelto de luz como con un manto;
extiendes los cielos sobre la tierra como si fueran un velo.
3 Tú construiste tu hogar por encima de los cielos[a];
usas las oscuras nubes como carruaje
y cruzas el cielo con las alas del viento.
4 Hiciste de los vientos tus ángeles[b];
y de las llamas de fuego tus siervos.
5 Tú pusiste la tierra sobre una base sólida,
y jamás será removida.
6 La cubriste con el mar como si fuera un vestido,
y el agua cubrió todas las montañas.
7 Pero retaste las aguas y salieron huyendo;
tu boca emitió trueno y se fueron corriendo.
8 El agua corrió hacia abajo desde las montañas, llegó a los valles
y luego al lugar que le habías asignado.
9 Tú pusiste los límites de los mares
para que el agua nunca volviera a cubrir la tierra.
24 SEÑOR, ¡qué numerosas son tus obras,
todas ellas nos muestran tu sabiduría!
La tierra está llena de tus criaturas.
35 Que los pecadores desaparezcan de la tierra;
que los perversos desaparezcan para siempre.
¡Con todo mi corazón alabo al SEÑOR!
¡Aleluya!
39 »¿Sabes tú cuándo nacen los chivos?
¿Estás pendiente de las ciervas cuando dan a luz?
2 ¿Sabes cuántos meses duran ellas embarazadas?
¿Sabes cuándo es el momento que deben dar a luz?
3 Las hembras se acurrucan, nacen sus crías
y cesan sus dolores de parto.
4 Sus cachorros crecen sanos en los campos.
Luego dejan a sus madres y ya no regresan.
5 »¿Quién dejó en libertad al asno salvaje?
¿Quién soltó las riendas del asno veloz?
6 Yo le di el desierto como su hogar
y lugares de descanso en tierras salitrosas.
7 Él se burla del ruido de la ciudad;
no tiene arriero que le grite.
8 Recorre las montañas, que son su pasto,
en busca de todo lo verde.
9 »¿Permitirá el toro salvaje ser tu siervo?
¿Se quedará en tu pesebrera por la noche?
10 ¿Dejará un toro salvaje que le coloques yugo para arar?
¿Va ir él tras de ti abriendo surcos?
11 ¿Confiarás en él sólo porque es muy fuerte
y lo dejarás que haga tu duro trabajo?
12 ¿Crees que él va a recoger el grano
y llevarlo a tu trilladora?
13 »El avestruz bate alegremente sus alas,
pero no son como las alas ni el plumaje de la cigüeña.
14 El avestruz pone sus huevos en la tierra
y los deja empollar con el calor de la arena.
15 Se olvida de que alguien puede pisarlos
o de que algún animal salvaje puede quebrarlos.
16 Trata a sus polluelos como si no fueran suyos.
No le importa que su trabajo pueda haber sido en vano.
17 Es porque Dios no le dio sabiduría
ni le dio inteligencia.
18 Pero cuando el avestruz se levanta para correr,
se burla de caballo y jinete.
19 »¿Le diste tú la fuerza al caballo?
¿Le pusiste la crin en el cuello?
20 ¿Le diste tú la capacidad de saltar como un saltamontes?
El caballo relincha fuerte, y la gente se asusta.
21 Escarba en la llanura y se alegra de su fuerza.
Corre veloz a la batalla.
22 Se ríe del miedo y no desmaya;
no huye de la batalla.
23 La aljaba resuena a su lado,
y centellean la lanza y la jabalina.
24 El caballo devora distancias,
corre con ímpetu y frenesí;
no se detiene cuando suena la trompeta.
Va muy emocionado a toda velocidad.
25 Al toque de la trompeta,
relincha y olfatea la batalla desde lejos;
las voces de mando, los gritos de batalla.
26 »¿Vuela el halcón por causa de tu inteligencia?
¿Es debido a ti que dirige su vuelo hacia el sur[a]?
27 ¿Remonta el águila el vuelo debido a que cumple tus órdenes?
¿Es por eso que anida tan alto?
28 El águila vive en el risco y generalmente pasa la noche allí,
al filo del peñasco, su fortaleza.
29 Desde allí busca su alimento,
sus ojos lo detectan desde muy lejos.
30 Sus crías lamen sangre
y donde hay cuerpos muertos, allí se encuentra».
Sean como un siervo
24 Más tarde, los apóstoles empezaron a discutir acerca de quién era el más importante entre ellos. 25 Pero Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones ejercen dominio sobre su pueblo y los hombres que tienen mucha autoridad sobre otros hacen que los llamen “grandes benefactores del pueblo”, 26 pero ustedes no sean como ellos. El mayor debe hacerse como el menor, y el que manda debe hacerse como el que sirve. 27 ¿Quién es más importante: el que está a la mesa comiendo o el que le está sirviendo? Ustedes piensan que el que está a la mesa es el más importante, pero yo soy como un siervo entre ustedes.
28 »Ustedes son los que han estado conmigo durante todos mis tiempos difíciles. 29 Mi padre me dio un reino y yo les doy también la autoridad para reinar conmigo, 30 para que ustedes coman y beban a la mesa en ese reino, y se sienten en tronos a juzgar a las doce tribus de Israel.
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