Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
12 Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que ha escogido como suyo.
13 El Señor mira desde el cielo
y ve a todos los hombres;
14 desde el lugar donde vive
observa a los que habitan la tierra;
15 él es quien formó sus corazones
y quien vigila todo lo que hacen.
16 Ningún rey se salva por su gran ejército,
ni se salvan los valientes por su mucha fuerza;
17 los caballos no sirven para salvar a nadie;
aunque son muy poderosos, no pueden salvar.
18 Pero el Señor cuida siempre
de quienes lo honran y confían en su amor,
19 para salvarlos de la muerte
y darles vida en épocas de hambre.
20 Nosotros confiamos en el Señor;
¡él nos ayuda y nos protege!
21 Nuestro corazón se alegra en el Señor;
confiamos plenamente en su santo nombre.
22 ¡Que tu amor, Señor, nos acompañe,
tal como esperamos de ti!
Los israelitas llegan al Sinaí
19 Los israelitas llegaron al desierto del Sinaí al tercer mes de haber salido de Egipto. 2 Después de salir de Refidim, llegaron al desierto del Sinaí y acamparon allí mismo, frente al monte. 3 Allí Moisés subió a encontrarse con Dios, pues el Señor lo llamó desde el monte y le dijo:
—Anúnciales estas mismas palabras a los descendientes de Jacob, a los israelitas: 4 “Ustedes han visto lo que yo hice con los egipcios, y cómo los he traído a ustedes a donde yo estoy, como si vinieran sobre las alas de un águila. 5 Así que, si ustedes me obedecen en todo y cumplen mi alianza, serán mi pueblo preferido entre todos los pueblos, pues toda la tierra me pertenece. 6 Ustedes me serán un reino de sacerdotes, un pueblo consagrado a mí.” Diles todo esto a los israelitas.
7 Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y les expuso todo lo que el Señor le había ordenado. 8 Entonces los israelitas contestaron a una voz:
—Haremos todo lo que el Señor ha ordenado.
Moisés llevó entonces al Señor la respuesta del pueblo, 9 y el Señor le dijo:
—Mira, voy a presentarme ante ti en medio de una nube espesa, para que la gente me oiga hablar contigo y así tengan siempre confianza en ti.
Moisés le repitió al Señor la respuesta del pueblo,
La venida del Espíritu Santo
2 Cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos los creyentes se encontraban reunidos en un mismo lugar. 2 De repente, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde ellos estaban. 3 Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron, y sobre cada uno de ellos se asentó una. 4 Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía que hablaran.
5 Vivían en Jerusalén judíos cumplidores de sus deberes religiosos, que habían venido de todas partes del mundo. 6 La gente se reunió al oír aquel ruido, y no sabía qué pensar, porque cada uno oía a los creyentes hablar en su propia lengua. 7 Eran tales su sorpresa y su asombro, que decían:
—¿Acaso no son galileos todos estos que están hablando? 8 ¿Cómo es que los oímos hablar en nuestras propias lenguas? 9 Aquí hay gente de Partia, de Media, de Elam, de Mesopotamia, de Judea, de Capadocia, del Ponto y de la provincia de Asia, 10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cercanas a Cirene. Hay también gente de Roma que vive aquí; 11 unos son judíos de nacimiento y otros se han convertido al judaísmo. También los hay venidos de Creta y de Arabia. ¡Y los oímos hablar en nuestras propias lenguas de las maravillas de Dios!
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.