Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 6
Vuélvete, Señor, ponme a salvo
6 Al maestro del coro; para instrumentos de cuerda; en octava. Salmo de David.
2 Señor, no me reprendas airado,
no me castigues con furia.
3 Señor, apiádate de mí que estoy débil;
fortaléceme, pues me siento sin fuerzas
4 y estoy profundamente abatido.
Señor, ¿hasta cuándo?
5 Mírame, Señor, y ponme a salvo;
que tu amor me libre de la muerte,
6 pues si uno muere pierde tu recuerdo;
pues ¿quién puede alabarte
en el reino de los muertos?
7 Estoy cansado de llorar,
cada noche baño en lágrimas mi cama,
con mi llanto inundo mi lecho.
8 Mis ojos se consumen de dolor,
envejecen de tanta tristeza.
9 ¡Aléjense de mí, malvados,
porque el Señor ha escuchado mi llanto!
10 El Señor ha escuchado mi ruego,
el Señor ha acogido mi súplica.
11 Mis enemigos, confusos y aterrados,
huirán, quedarán de repente humillados.
El milagro del hacha
6 Un día los de la comunidad profética dijeron a Eliseo:
— Mira, el lugar donde nos reunimos contigo es demasiado pequeño para nosotros. 2 Déjanos ir al Jordán donde nos aprovisionaremos de un tronco cada uno para hacernos un nuevo lugar de reunión.
Eliseo les dijo:
— Pueden ir.
3 Uno de ellos le pidió:
— Acompáñanos, por favor.
Él respondió:
— Está bien, iré con ustedes.
4 Se fue con ellos y cuando llegaron al Jordán, se pusieron a cortar árboles. 5 Pero a uno de los que talaban troncos se le cayó al río el hierro del hacha y se puso a gritar:
— ¡Ay, maestro, que el hacha era prestada!
6 El profeta preguntó:
— ¿Dónde ha caído?
Le indicó el lugar y entonces Eliseo cortó un palo, lo arrojó allí y el hierro salió a flote. 7 Luego le dijo:
— Sácalo.
El otro extendió el brazo y lo sacó.
Lamento por las ciudades rebeldes (Mt 10,40; 11,20-24)
13 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han realizado en medio de ustedes, ya hace mucho tiempo que sus habitantes se habrían convertido y lo habrían demostrado llevando luto y ceniza. 14 Por eso, Tiro y Sidón serán tratados en el juicio con más clemencia que ustedes.
15 Y tú, Cafarnaún, ¿crees que vas a ser encumbrada hasta el cielo? ¡Hasta el abismo, serás precipitada! 16 El que los escuche a ustedes, es como si me escuchara a mí; el que los rechaze a ustedes, es como si me rechazara a mí; y el que me rechace a mí, es como si rechazara al que me envió.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España