Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Himno a Jerusalén
SALMO 87 (86)
Himno de la Escuela de música de Coré.
87 Dios mismo fundó
la ciudad de Jerusalén
sobre su montaña.
2 No hay en todo Israel
otra ciudad más amada por Dios
que la ciudad de Jerusalén.
3 Ciudad de Dios,
de ti se dicen cosas muy bellas.
4-5 Dios ha dicho:
«Entre los pueblos que me adoran
se encuentran Egipto y Babilonia,
Tiro, Etiopía y Filistea.
La gente de esas naciones dirá:
“¡Conocí a Dios en Jerusalén!”
Y lo mismo dirán los del monte Sión.
»Yo, el Dios altísimo,
fundé Jerusalén
con mis propias manos.
6 En mi lista de naciones,
yo mismo escribí:
“Toda esta gente
me conoció en Jerusalén”».
7 Y entre cantos y danzas,
esas naciones dirán:
«Conocimos a Dios en Jerusalén».
Habla Dios
17 Dios le dijo a su pueblo:
«Cuando llegue ese día,
ustedes reconocerán que yo soy su Dios.
Me quedaré a vivir en mi templo,
y Jerusalén será mi ciudad preferida.
¡Nunca más un ejército extranjero
volverá a poner un pie en ella!
18 »Cuando llegue ese día,
en los cerros y en las colinas
habrá vino y leche en abundancia;
y nunca faltará el agua
en los arroyos de Judá,
pues del templo saldrá un manantial
que regará el valle de Sitim.
19 »A Egipto y a Edom
los convertiré en un desierto,
porque atacaron sin motivo
a los habitantes de Judá,
y en su propio país
mataron a gente inocente.
20-21 Pero yo vengaré su muerte;
el culpable no quedará sin castigo.
Las ciudades de Judá y de Jerusalén
serán habitadas todo el tiempo,
y yo viviré en mi templo
para castigar al culpable
y defender al inocente».
Los dos hijos
28 Jesús también les dijo:
—¿Qué opinan ustedes de esto que voy a contarles? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo al mayor de ellos: “Hijo, ve a trabajar en la viña.”
29 »Él le respondió: “¡No quiero ir!”
»Pero después cambió de idea y fue a trabajar.
30 »Luego el hombre también le dijo a su hijo menor que fuera a trabajar, y él le respondió: “¡Sí, señor, iré!”
»Pero el muchacho en verdad no fue. 31 ¿Cuál de los dos hijos hizo lo que el padre quería?
Los sacerdotes y los líderes contestaron:
—El hijo mayor hizo lo que el padre le pidió.
Jesús les dijo:
—Les aseguro que la gente de mala fama, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, entrará al reino de Dios antes que ustedes. 32 Porque Juan el Bautista vino y les enseñó a hacer lo bueno y a obedecer a Dios, pero ustedes no le hicieron caso. En cambio, los cobradores y las prostitutas sí le hicieron caso. Y ustedes, aunque vieron eso, no cambiaron de idea, sino que siguieron sin creer en él.
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