Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Los malos rechazan a Dios
SALMO 14 (13)
Himno de David.
14 Los necios piensan:
«Dios no existe».
Pero son gente corrompida,
todo lo que hacen es odioso;
¡ninguno de ellos hace lo bueno!
2 Dios, desde el cielo,
mira a hombres y a mujeres;
busca a alguien inteligente
que lo reconozca como Dios.
3 Pero no hay uno solo
que no se haya alejado de Dios;
no hay uno solo
que no se haya corrompido;
no hay uno solo
que haga el bien.
4-5 Ustedes, gente malvada,
que allí están, llenos de miedo;
que jamás buscan a Dios,
y que se hartan de comida
a costillas de mi pueblo,
debieran saber esto:
¡Dios está con los buenos!
6 Y aunque ustedes desbaratan
los planes de los humildes,
Dios es quien los protege.
7 ¡Cómo quisiera yo que Dios
nos enviara desde Jerusalén
alguien que salve a nuestro pueblo!
¡Cuando Dios nos haga prosperar,
todos en Israel estaremos felices!
20 »Ustedes, los que viven en Jerusalén,
salgan a ver a sus enemigos:
¡ya vienen del norte!
Ustedes estaban muy orgullosos
del pueblo que Dios les dio a cuidar;
pero ese pueblo se ha perdido.
21 Cuando Dios les ponga por jefes
a sus amigos preferidos,
en quienes ustedes confiaban,
lo van a lamentar.
Van a sentir los mismos dolores
que una mujer cuando tiene un hijo.
22 Cuando esto les pase, no se sorprendan,
pues si los desnudan y los violan,
será por sus muchos pecados.
23 »Nadie puede cambiar el color de su piel,
ni puede el leopardo quitarse sus manchas;
¡tampoco ustedes pueden hacer lo bueno,
pues sólo saben hacer lo malo!
24 »Dios los dispersará
por todas las naciones.
Serán como la paja
que se lleva el viento.
25 ¡Eso es lo que se merecen,
ya que ustedes se olvidaron de mí,
y decidieron confiar en dioses falsos!
26 ¡También los dejaré desnudos
para que pasen vergüenza!
27 Ustedes, habitantes de Jerusalén,
son igual que una prostituta.
Han adorado a dioses falsos
en los campos y en las colinas.
Han sido un pueblo infiel.
Yo lo he visto, y digo:
“Este pueblo nunca cambiará”.»
Saludo
1 1-2 Querido Timoteo:
Te envío mis saludos.
Yo, Pablo, soy apóstol de Jesucristo, pues Dios nuestro Salvador, y Cristo Jesús, nuestra esperanza, me enviaron a comunicar su mensaje.
Para mí, tú eres como un hijo. Por eso les pido a Dios nuestro Padre y a Jesucristo nuestro Señor, que te amen mucho, que te ayuden en todo, y que te den su paz.
¡Cuidado con las falsas enseñanzas!
3 Cuando me fui a la región de Macedonia, te pedí que te quedaras en la ciudad de Éfeso. Y ahora te lo vuelvo a pedir. Allí hay ciertas personas que imparten enseñanzas falsas. Ordénales que no lo hagan más. 4 Diles que no pierdan el tiempo estudiando historias falsas y las interminables listas de sus antepasados. Los que se interesan en esas cosas discuten por nada, y eso no los ayuda a conocer los planes de Dios. Esos planes sólo podemos conocerlos si confiamos en él.
5 Te pido que les enseñes a amar de verdad. Sólo los que tienen la conciencia tranquila, y confían sinceramente en Dios, pueden amar así.
6 Algunos han dejado esa clase de amor y pierden su tiempo en discusiones tontas. 7 Pretenden ser maestros de la Ley, y se sienten muy seguros de lo que dicen y enseñan, pero ni ellos mismos saben de qué están hablando.
8 Todos sabemos que la ley es buena, siempre y cuando se use correctamente. 9 También sabemos que las leyes no se dan para los que hacen lo bueno, sino para los que hacen lo malo. Son para los rebeldes, los desobedientes, los pecadores y los que no respetan a Dios ni a la religión. También son para los que matan a sus semejantes, y hasta a sus propios padres y madres. 10 Son para los que tienen relaciones sexuales prohibidas y para los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres; para los secuestradores y los mentirosos, y para los que juran decir la verdad pero luego mienten. En fin, las leyes son para corregir a los que no están de acuerdo con la correcta enseñanza 11 del maravilloso mensaje que nuestro Dios bendito me ha encargado enseñar.
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