Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
2 Allí en el desierto, todos ellos murmuraron contra Moisés y Aarón, 3 y les reclamaron:
«Mejor nos hubiéramos muerto en la tierra de Egipto a manos del Señor. Allá nos sentábamos junto a las ollas de carne, y comíamos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han sacado a este desierto para matarnos de hambre a todos nosotros.»
4 El Señor le dijo a Moisés:
«Como verás, yo voy a hacer que les llueva pan del cielo.(A) Para ver si ustedes obedecen o no mis leyes, cada uno de ustedes debe salir todos los días y recoger la porción para ese día, 5 pero el sexto día se prepararán para guardar una doble porción de lo que acostumbran recoger todos los días.»
6 Entonces Moisés y Aarón les dijeron a todos los hijos de Israel:
«Esta tarde van a darse cuenta de que el Señor los ha sacado de la tierra de Egipto, 7 y en la mañana van a ver la gloria del Señor. El Señor los ha oído murmurar contra él, porque nosotros no somos nada para que ustedes murmuren contra nosotros.»
8 Moisés dijo también:
«Por la tarde el Señor les va a dar de comer carne, y por la mañana les dará pan hasta que se harten. Porque el Señor los ha oído murmurar contra él. ¿Quiénes somos nosotros? Cuando ustedes murmuran, no murmuran contra nosotros, sino contra el Señor.»
9 Moisés le dijo a Aarón:
«Dile a toda la congregación de los hijos de Israel que se acerquen a la presencia del Señor, porque él ha oído sus murmuraciones.»
10 Y mientras Aarón hablaba con toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y vieron que la gloria del Señor apareció en la nube. 11 Entonces el Señor habló con Moisés, y le dijo:
12 «He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Así que habla con ellos y diles que al caer la tarde comerán carne, y que por la mañana se saciarán de pan. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.»
13 Al caer la tarde, una nube de codornices vino y cubrió el campamento; y por la mañana el campamento estaba rodeado de rocío. 14 Pero cuando el rocío dejó de caer, sobre la superficie del desierto podía verse una cosa menuda y redonda, tan menuda que parecía escarcha sobre el suelo. 15 Cuando los hijos de Israel lo vieron, se preguntaron unos a otros:
«¿Qué es esto?»
Y es que no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo:
«Es el pan que el Señor les da para comer.
Maravillas del Señor a favor de Israel(A)
105 ¡Alaben al Señor, invoquen su nombre!
¡Que los pueblos reconozcan sus obras!
2 ¡Canten, sí, cántenle salmos!
¡Proclamen todas sus maravillas!
3 ¡Regocíjense en su santo nombre!
¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!
4 ¡Busquen el poder del Señor!
¡Busquen siempre a Dios!
5 ¡Recuerden sus grandes maravillas,
sus hechos prodigiosos y sus sabias sentencias!
6 Ustedes son los descendientes de Abrahán;
ustedes son los hijos de Jacob, sus escogidos.
37 Su pueblo salió cargado de oro y plata;
en sus tribus no había un solo enfermo.
38 Cuando el pueblo salió, los egipcios se alegraron,
pues ante ellos sentían un profundo terror.(A)
39 En el desierto los cubría una nube,
y un fuego los alumbraba de noche.(B)
40 Pidieron comida, y Dios les mandó codornices;
sació su hambre con el pan que cayó del cielo.(C)
41 Dios partió la peña, y fluyeron aguas
que corrieron como ríos por el desierto.(D)
42 Dios se acordó de su santa palabra,
y de su juramento a Abrahán, su siervo.
43 Su pueblo salió con gran gozo;
sus elegidos salieron con gran júbilo.
44 Dios les dio las tierras de otras naciones,(E)
lo mismo que los frutos de esos pueblos,
45 para que obedecieran sus preceptos
y cumplieran todos sus mandatos.
¡Aleluya!
21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22 Pero si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23 Por ambas cosas me encuentro en un dilema, pues tengo el deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24 pero quedarme en la carne es más necesario por causa de ustedes. 25 Y confío en esto, y sé que me quedaré, que aún permaneceré con todos ustedes, para su provecho y gozo de la fe, 26 para que abunde su vanagloria por mí en Cristo Jesús, por mi presencia otra vez entre ustedes.
27 Sólo compórtense ustedes como es digno del evangelio de Cristo, para que ya sea que vaya a verlos, o que me encuentre ausente, sepa yo que ustedes siguen firmes, en un mismo espíritu y luchando unánimes por la fe del evangelio, 28 sin que en nada los intimiden los que se oponen. Para ellos, ciertamente, es indicio de perdición, pero para ustedes lo es de salvación; y esto de parte de Dios. 29 Porque, por causa de Cristo, a ustedes les es concedido no sólo creer en él, sino también padecer por él 30 y tener el mismo conflicto que han visto en mí,(A) y que ahora saben que hay en mí.
La viña y los viñadores
20 »El reino de los cielos es semejante al dueño de una finca, que salió por la mañana a contratar trabajadores para su viña. 2 Convino con ellos en que les pagaría el salario de un día, y los envió a su viña. 3 Como a las nueve de la mañana, salió y vio en la plaza a otros que estaban desocupados, 4 y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña, y les pagaré lo que sea justo.” Y ellos fueron. 5 Cerca del mediodía volvió a salir, y lo mismo hizo a las tres de la tarde, 6 y cuando salió cerca de las cinco de la tarde halló a otros que estaban desocupados, y les dijo: “¿Por qué se han pasado todo el día aquí, sin hacer nada?” 7 Le respondieron: “Es que nadie nos ha contratado.” Él les dijo: “Vayan también ustedes a la viña.” 8 Cuando llegó la noche, el dueño de la viña dijo a su mayordomo: “Llama a los trabajadores y págales su jornal.(A) Comienza por los últimos y termina por los primeros.” 9 Los que habían llegado cerca de las cinco de la tarde pasaron y cada uno recibió el salario de un día de trabajo. 10 Cuando pasaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día de trabajo. 11 Al recibirlo, comenzaron a murmurar contra el dueño de la finca. 12 Decían: “Estos últimos han trabajado una sola hora, y les has pagado lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el cansancio y el calor del día.” 13 El dueño le dijo a uno de ellos: “Amigo mío, no te estoy tratando injustamente. ¿Acaso no te arreglaste conmigo por el salario de un día? 14 Ésa es tu paga. Tómala y vete. Si yo quiero darle a este último lo mismo que te doy a ti, 15 ¿no tengo el derecho de hacer lo que quiera con lo que es mío? ¿O acaso tienes envidia, porque yo soy bueno?” 16 Así que los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros.»(B)
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