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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Isaías 60:1-6

La gloria de Sion

60 ¡Levántense moradores de Jerusalén! ¡Resplandezca la luz de Sion para que la vean todas las naciones! Porque de ustedes fluye la gloria del Señor. Tinieblas negras como la noche cubrirán a todos los pueblos de la tierra, pero la gloria del Señor resplandecerá sobre su ciudad. Todas las naciones acudirán a su luz; reyes poderosos vendrán a contemplar sobre ella la gloria del Señor.

¡Alcen sus ojos y miren! Porque de lejanas tierras regresan familias enteras con sus niños en brazos. Se llenarán de suprema alegría porque de todo el mundo vendrán a Jerusalén mercaderes trayendo riquezas de muchas tierras. Multitud de camellos convergerán en ella, dromedarios de Madián, de Sabá y de Efa también, mercaderes de oro e incienso para añadirlos a la alabanza de Dios.

Salmos 72:1-7

De Salomón.

72 Oh Dios, concede tu justicia al rey, y rectitud al hijo del rey. Ayúdale a juzgar a tu pueblo con rectitud, y tratar a los pobres con justicia. Que los montes y las colinas florezcan de prosperidad porque el rey hace lo que es justo. Ayúdalo a defender al pobre, a rescatar a los hijos de los necesitados, y a quebrantar a sus opresores. Que él viva mientras el sol brille y la luna permanezca en el cielo. ¡Sí, eternamente!

Que su reino traiga vida como las lluvias de primavera, como aguaceros que riegan la tierra. Que los rectos florezcan durante su reinado, que haya gran prosperidad hasta el fin del tiempo.

Salmos 72:10-14

10 Los reyes de Tarsis y de las costas remotas, le darán tributo. Los reyes de Sabá y Seba, todos traerán sus obsequios. 11 Sí, los reyes de todas partes. ¡Todos se inclinarán ante él! Todos le servirán!

12 Él librará al pobre cuando clame a él; él ayudará al oprimido porque ellos no tienen a nadie que los defienda. 13 Él se apiadará del débil y del necesitado, y los rescatará. 14 Los salvará de la opresión y la violencia; porque sus vidas son muy valiosas para él.

Efesios 3:1-12

Pablo y el misterio de Cristo

Por esta razón yo, Pablo, que estoy en la cárcel por la causa de Cristo Jesús, es decir, por buscar el bien de ustedes los que no son judíos, me arrodillo en oración.

Sin duda ya se enteraron del plan que, en su amor, Dios me encargó para ustedes. Ya antes les mencioné brevemente que Dios mismo me reveló ese misterio. Cuando lo lean se darán cuenta de que conozco bien el misterio de Cristo. Es el misterio que en la antigüedad Dios no había dado a conocer, como sí lo ha hecho ahora por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas. Este es el misterio: que los no judíos compartirán plenamente la herencia con Israel. Ambos son miembros del mismo cuerpo y participan de la misma promesa que Dios nos hizo en Cristo Jesús por medio de las buenas nuevas.

Por su amor inmerecido, Dios me dio el privilegio de servirle anunciando estas buenas nuevas, con la ayuda eficaz de su poder. Aunque soy el más pequeño de todos los que son parte del pueblo santo, Dios me concedió, por su amor, la misión de anunciar a las naciones el tesoro incalculable de Cristo. Debo hacerles entender a todos que el plan de Dios ya se está cumpliendo. Ese es el plan que desde la eternidad Dios, el Creador de todas las cosas, guardaba oculto.

10 Esto es así para que todos los poderes y autoridades en los cielos conozcan ahora la sabiduría de Dios, que se deja ver de tantas formas, al observar la iglesia. 11 Es lo que Dios, desde la eternidad, había planeado hacer por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor. 12 Ahora podemos acercarnos con libertad y confianza a Dios, cuando lo hacemos por medio de Cristo y confiando en él.

Mateo 2:1-12

Visita de los sabios

Jesús nació en un pueblo de Judea llamado Belén, durante el reinado de Herodes. Llegaron a Jerusalén varios sabios del oriente, y preguntaron:

―¿Dónde está el recién nacido rey de los judíos? Vimos su estrella en el lejano oriente y venimos a adorarlo.

Al oír esto, el rey Herodes y la ciudad entera se turbaron. Inmediatamente Herodes convocó a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros religiosos del pueblo judío.

―¿Saben ustedes dónde nacerá el Mesías? —les preguntó.

―El Mesías nacerá en Belén de Judea —le respondieron—. Así lo dijo el profeta:

«Y tú, Belén, que estás en Judá, no eres la menos importante de Judá, porque de ti saldrá un caudillo que guiará a mi pueblo Israel».[a]

Entonces Herodes mandó llamar secretamente a los sabios, y averiguó la fecha exacta en que habían visto por primera vez la estrella.

―Vayan a Belén y busquen al niño —les dijo—. Cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también pueda ir a adorarlo.

Al terminar la audiencia con el rey, los sabios reanudaron el viaje. ¡Y la estrella que habían visto en el oriente los iba guiando hasta que se detuvo sobre la casa donde estaba el niño!

10 Los sabios se llenaron de alegría cuando vieron la estrella. 11 Entonces entraron en la casa, y al ver al niño con María, su madre, se postraron ante él para adorarlo. Luego abrieron sus alforjas y le ofrecieron como tributo oro, incienso y mirra.

12 Después Dios les avisó en sueños que no regresaran a donde estaba Herodes, y por eso se fueron a su país por otro camino.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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