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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
2 Reyes 2:1-12

Elías llevado al cielo

Llegó el día en que el Señor se iba a llevar a Elías al cielo en un torbellino. Elías le dijo a Eliseo cuando salieron de Guilgal:

―Quédate aquí, porque el Señor me ha dicho que vaya a Betel.

Pero Eliseo le respondió:

―Juro por el Señor y por tu vida que no te dejaré.

Entonces fueron juntos a Betel. Allí los jóvenes que se preparaban para la labor profética salieron a recibirlos, y le preguntaron a Eliseo:

―¿Sabes que hoy el Señor va a llevarse a tu maestro de tu lado?

―¡Cállense! —dijo Eliseo—. ¡Desde luego que lo sé!

Poco después Elías dijo a Eliseo:

―Quédate en Betel, porque el Señor me ha enviado a Jericó.

Pero Eliseo le replicó:

―Juro por el Señor y por tu vida que no te dejaré.

Y se fueron juntos a Jericó. Entonces los jóvenes que se preparaban para profetas en Jericó se acercaron a Eliseo, y le preguntaron:

―¿Sabes que hoy el Señor va a llevarse a tu maestro de tu lado?

―¡Cállense! —les ordenó—. ¡Por supuesto que lo sé!

6-7 Luego Elías le dijo a Eliseo:

―Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado al río Jordán.

Pero Eliseo le respondió como antes:

―Juro por el Señor y por tu vida que no te dejaré.

Y partieron juntos y se pararon junto al río Jordán, mientras cincuenta de los jóvenes profetas miraban desde la distancia. Elías dobló su túnica y golpeó con ella las aguas, y el río se abrió ante ellos, y cruzaron por tierra seca.

Cuando llegaron a la otra orilla, Elías le dijo a Eliseo:

―¿Qué deseas que te conceda antes de ser llevado arriba?

Y Eliseo le respondió:

―Concédeme el doble del poder profético que tú has tenido.

10 ―Has pedido algo difícil —respondió Elías—. Si me ves cuando sea quitado de tu lado, entonces obtendrás lo que has pedido. Pero si no me ves, no te será concedido.

11 Mientras caminaban juntos y conversaban, repentinamente un carro de fuego, tirado por caballos de fuego, apareció y se puso entre ellos, y Elías fue llevado al cielo en un torbellino.

12 Eliseo, al verlo, gritó: «¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su guía!».

Eliseo no volvió a ver a Elías.

Luego, rasgó sus vestidos y los partió en dos.

Salmos 50:1-6

Salmo de Asaf.

50 El Dios de dioses, el Señor, ha convocado a toda la humanidad, desde el oriente hasta el occidente. Dios resplandece desde Sion, la ciudad bella y perfecta. Nuestro Dios, con rugir de trueno se acerca; todo lo destruye con fuego a su paso, y en torno suyo ruge la tormenta. El cielo y la tierra serán sus testigos cuando él juzgue a su pueblo: «Reúnan a mi pueblo: a los que han hecho un pacto conmigo mediante un sacrificio». El cielo proclama la justicia divina, porque Dios mismo es el juez.

2 Corintios 4:3-6

Si algunos no entienden nuestro evangelio, son aquellos que están perdidos, pues el dios de este mundo los ha cegado y no pueden contemplar la gloriosa luz de la buena noticia acerca de Cristo que brilla ante ellos. Cristo es la imagen de Dios.

Nosotros no predicamos acerca de nosotros mismos; anunciamos que Jesucristo es el Señor. Lo único que decimos de nosotros es que somos siervos de ustedes por amor a Jesús. Porque Dios, que dijo: «Resplandezca la luz en las tinieblas», hizo brillar su luz en nuestros corazones y nos ha hecho comprender que es el resplandor de su gloria lo que brilla en el rostro de Cristo.

Marcos 9:2-9

La transfiguración

Seis días más tarde, Jesús llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan a una montaña alta. Estaban solos. Y allí, delante de ellos, Jesús cambió de apariencia:

Su ropa adquirió un color blanco y resplandeciente. ¡Ningún lavador de la tierra habría podido lograr tanta blancura! Y aparecieron Elías y Moisés, que se pusieron a hablar con Jesús.

―Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! —exclamó Pedro—. Construiremos tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Hablaba sin saber lo que decía, ya que todos estaban asustados. En eso, una nube los cubrió. Desde la nube resonó una voz que les dijo: «Este es mi Hijo amado. Óiganlo a él».

En ese mismo momento, cuando miraron a su alrededor, los discípulos vieron solamente a Jesús.

Mientras descendían del monte les suplicó que no dijeran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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