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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 89:1-4

Masquil de Etán el ezraíta.

89 Oh Señor, por siempre cantaré la grandeza de tu amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad. Tu gran amor dura para siempre; tu fidelidad dura tanto como los cielos.

El Señor Dios dice: «He hecho un pacto con mi escogido; le he jurado a David mi siervo: “Estableceré tu dinastía para siempre, y afirmaré tu trono por todas las generaciones”».

Salmos 89:19-26

19 Una vez en una visión hablaste a tu profeta y dijiste: «Le he dado mi ayuda a un joven valiente; lo he elegido de entre el pueblo para que sea rey. 20 ¡Es mi siervo David! Lo he ungido con mi aceite sagrado. 21 Le daré firmeza y lo haré fuerte. 22 No lo superará el enemigo ni lo vencerán los malos. 23 Aplastaré delante de él, a los que están en su contra; destruiré a quienes lo odian. 24 Mi fidelidad y mi gran amor lo acompañarán, y por mí su poder se levantará. 25 Gobernará desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo. 26 Y él me dirá: Tú eres mi Padre, mi Dios y la roca de mi salvación.

Jueces 13:2-24

2-3 Un día el ángel del Señor se le apareció a la esposa de Manoa, de la tribu de Dan, que vivía en la ciudad de Zora. Ella no tenía hijos, pero el ángel le dijo:

―Aun cuando has sido estéril por tanto tiempo, pronto concebirás y darás a luz un hijo. No bebas vino ni cerveza, ni comas nada que sea ceremonialmente impuro. No le cortarás el cabello a tu hijo porque será nazareo, separado para el servicio de Dios desde su nacimiento. Él comenzará a salvar a los israelitas de manos de los filisteos.

La mujer corrió y se lo contó a su marido:

―Un varón de Dios se me apareció. Pienso que debe ser el ángel del Señor, porque tenía un aspecto muy glorioso. No le pregunté de dónde era, y él no me dijo su nombre, pero me dijo: “Vas a tener un hijo varón”. Y me dijo que no bebiera vino ni cerveza, y que no comiera alimentos impuros, porque el bebé iba a ser nazareo, que estaría consagrado a Dios desde el momento de su nacimiento hasta el día de su muerte.

Entonces Manoa oró:

―Oh Señor, que venga nuevamente para que nos instruya mejor acerca del hijo que nos vas a dar.

El Señor contestó su oración, y el ángel de Dios se le apareció nuevamente a su esposa estando ella en el campo. Pero otra vez estaba sola. Manoa no estaba con ella. 10 La mujer corrió en busca de su esposo y le dijo:

―Aquel varón está aquí otra vez.

11 Manoa corrió con su esposa y le preguntó:

―¿Eres tú la persona que le habló a mi esposa el otro día?

―Sí —le respondió—. Yo soy.

12 Entonces Manoa le preguntó: —¿Cómo hemos de criar al niño cuando nazca?

13 Y el ángel le contestó:

―Que tu esposa observe lo siguiente:

14 No comerá ni uvas ni pasas, ni beberá vino ni cerveza, ni comerá nada que sea considerado inmundo para un judío.

15 ―Permítenos que te preparemos algo de comer —le dijo Manoa al ángel. 16 —Me quedaré —le contestó el ángel—, pero no voy a comer nada. Si deseas ofrecerme algo, ofrécelo en sacrificio al Señor.

Manoa no sabía todavía que aquél era el ángel del Señor 17 y le preguntó cómo se llamaba.

―Cuando todo esto se cumpla y el niño nazca —le dijo al ángel—, queremos decir a todo el mundo que tú lo predijiste, y así te mostraremos nuestra gratitud.

18 ―No me preguntes mi nombre —le respondió el ángel—, porque es un secreto.

19 Entonces Manoa tomó un cabrito y una ofrenda de granos y la presentó como sacrificio al Señor; y el ángel hizo algo extraño y maravilloso: 20 Cuando las llamas del altar ascendieron con sus lenguas hacia el cielo, y ante los ojos atónitos de Manoa y su esposa, el ángel ascendió en la columna de fuego. Manoa y su esposa se postraron rostro en tierra, 21 y eso fue lo último que vieron de él. Manoa comprendió finalmente que había sido el ángel del Señor.

22 ―Moriremos —lloraba Manoa junto a su esposa—. Hemos visto a Dios.

23 Pero la esposa le dijo:

―Si el Señor quisiera matarnos, no habría aceptado nuestro holocausto y no se habría presentado, ni nos habría dicho las cosas maravillosas que nos ha dicho y no habría hecho estos milagros.

24 Cuando nació el hijo, le pusieron Sansón, y el Señor lo bendijo mientras crecía,

Juan 7:40-52

40 Al oír sus palabras, algunos de entre la multitud decían: «No cabe duda de que este es el Profeta».

41 Otros decían: «¡Es el Cristo!». Pero otros preguntaban: «¿Cómo puede el Cristo venir de Galilea?».

42 La Escritura dice que el Cristo será descendiente de David, y que nacerá en Belén, el pueblo de donde era David.

43 La gente estaba dividida por causa de Jesús. 44 Algunos querían arrestarlo, pero nadie le echó mano.

Incredulidad de los dirigentes judíos

45 Los guardias del templo volvieron a donde estaban los jefes de los sacerdotes y los fariseos, quienes les preguntaron:

―¿Por qué no lo han traído?

46 Los guardias contestaron:

―¡Nadie ha hablado nunca como ese hombre!

47 Los fariseos respondieron:

―¿Así que también ustedes se han dejado engañar? 48 ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes o de los fariseos? 49 ¡No! Pero esta gente, que no conoce la ley, está bajo maldición.

50 Entonces Nicodemo, que era uno de ellos y antes había ido a ver a Jesús, les dijo:

51 ―Nuestra ley no condena a un hombre sin antes escucharlo y saber lo que hace.

52 Ellos protestaron diciendo:

―¿También tú eres de Galilea? Investiga y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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