Revised Common Lectionary (Complementary)
Alabanza por la liberación divina
Al músico principal. Salmo de David.
40 Pacientemente esperé en Jehová,
Se inclinó hacia mí, y escuchó mi clamor.
2 Me extrajo del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Afianzó mis pies sobre una roca, y consolidó mis pasos.
3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los rebeldes, ni a los que se desvían tras la mentira.
5 Has multiplicado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y en tus designios para con nosotros,
No hay nadie comparable a ti.
Yo querría anunciarlos y hablar de ellos,
Pero no pueden ser enumerados.
6 Sacrificios y ofrendas no te agradaron;
Has horadado mis orejas;
No deseabas holocausto ni expiación.
7 Entonces dije: Aquí estoy;
En el rollo del libro está escrito de mí;
8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.
25 Y la mujer, cuando continúe el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tenga flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo será inmunda como en los días de su costumbre.
26 Toda cama en que duerma todo el tiempo de su flujo, le será como la cama de su menstruación; y todo mueble sobre el que se siente, será inmundo, como la impureza de su menstruación.
27 Cualquiera que toque esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.
28 Y cuando sane de su flujo, contará siete días, y después será limpia.
29 Y el octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión;
30 y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote delante de Jehová del flujo de su impureza.
31 Así apartaréis de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos.
Santidad de las ofrendas
22 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas santas que los hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová.
3 Diles: Todo varón de toda vuestra descendencia en vuestras generaciones, que se acerque a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Jehová, teniendo inmundicia sobre sí, será cortado de mi presencia. Yo Jehová.
4 Cualquier varón de la descendencia de Aarón que sea leproso, o padezca flujo, no comerá de las cosas sagradas hasta que esté limpio. El que toque cualquier cosa de cadáveres, o el varón que haya tenido derramamiento de semen,
5 o el varón que haya tocado cualquier animal, u hombre que lo haya hecho inmundo con su impureza;
6 la persona que toque a aquel inmundo, será inmunda hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo con agua.
7 Cuando el sol se ponga, será limpio; y después podrá comer las cosas sagradas, porque su alimento es.
8 Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová.
9 Guarden, pues, mi ordenanza, para que no lleven pecado por ello, no sea que así mueran cuando la profanen. Yo Jehová que los santifico.
Templos del Dios viviente
14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué asociación tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
15 ¿Y qué armonía Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
16 ¿Y qué concordia entre el santuario de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el santuario del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
17 Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo; Y yo os acogeré,
18 Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis por hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
7 Así que, amados, puesto que tenemos estas promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Regocijo de Pablo al arrepentirse los corintios
2 Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos explotado.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.