Revised Common Lectionary (Complementary)
Bondad de Jehová hacia Israel
7 De las misericordias de Jehová haré mención, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha otorgado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus bondades.
8 Porque dijo: Ciertamente son mi pueblo, hijos que no obrarán con falsedad; y fue él su Salvador.
9 En toda angustia de ellos él fue también angustiado, y el ángel de su presencia los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, los levantó y los trajo, todos los días de la antigüedad.
Exhortación a la creación, para que alabe a Jehová
Aleluya.
148 Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
2 Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotras todas sus huestes.
3 Alabadle, sol y luna;
Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
4 Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos.
5 Alaben el nombre de Jehová;
Porque él lo mandó, y fueron creados.
6 Los estableció eternamente y para siempre;
Les puso ley que no será quebrantada.
7 Alabad a Jehová desde la tierra,
Los monstruos marinos y todos los abismos;
8 El fuego y el granizo, la nieve y la niebla,
El viento de tempestad que ejecuta su palabra;
9 Los montes y todos los collados,
El árbol de fruto y todos los cedros;
10 Los animales salvajes y los domésticos,
Reptiles y volátiles;
11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos,
Los príncipes y todos los jueces de la tierra;
12 Los jóvenes y también las doncellas,
Los ancianos y los niños.
13 Alaben el nombre de Jehová,
Porque sólo su nombre es sublime.
Su gloria es sobre tierra y cielos.
14 Él ha exaltado el poderío de su pueblo;
Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel,
El pueblo a él cercano.
Aleluya.
10 Porque era propio de aquel por cuya causa son todas las cosas, y mediante el cual todas las cosas subsisten, que en su designio de ir llevando muchos hijos a la gloria, perfeccionase por medio de padecimientos al autor de la salvación de ellos.
11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
12 diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
En medio de la congregación te cantaré himnos.
13 Y otra vez:
Yo estaré confiado en él.
Y de nuevo:
He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
14 Así que, por cuanto los hijos han tenido en común una carne y una sangre, él también participó igualmente de lo mismo, para, por medio de la muerte, destruir el poder al que tenía el´´ imperio de la muerte, esto es, al diablo,
15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
16 Porque ciertamente no viene en auxilio de los ángeles, sino que viene en auxilio de la descendencia de Abraham.
17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
18 Pues en cuanto él mismo fue probado mediante el sufrimiento, es poderoso para venir en auxilio de los que son tentados.
Matanza de los niños
13 Después que partieron ellos, he aquí que un ángel del Señor se apareció en sueños a José y dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allí hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.
14 Así, pues, él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,
15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi Hijo.
16 Entonces Herodes, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y envió a que matasen a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, conforme al tiempo que había inquirido diligentemente de los magos.
17 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:
18 Se oyó una voz en Ramá,
Llanto, y gran lamento;
Raquel que lloraba a sus hijos,
Y no quería ser consolada, porque perecieron.
19 Pero, después de muerto Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto,
20 diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño.
21 Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y marchó a tierra de Israel.
22 Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea,
23 y se fue a morar en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese así lo dicho por medio de los profetas, que habría de ser llamado nazareno.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.