Revised Common Lectionary (Complementary)
Alabad al Señor por su justicia
Salmo.
98 Cantad al Señor un cántico nuevo(A),
porque ha hecho maravillas(B),
su diestra(C) y su santo brazo(D) le han dado la victoria[a].
2 El Señor ha dado a conocer su salvación;
a la vista de las naciones ha revelado su justicia[b](E).
3 Se ha acordado de su misericordia y de su fidelidad(F) para con la casa de Israel;
todos los términos de la tierra(G) han visto la salvación de nuestro Dios.
Visión de la gloria de Dios
10 Entonces miré, y he aquí, en el firmamento que estaba sobre las cabezas de los querubines, como una piedra de zafiro de apariencia semejante a un trono(A) apareció sobre ellos(B). 2 Y Él habló al hombre vestido de lino y dijo: Entra en medio de las ruedas(C) debajo de los querubines[a], llena tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos sobre la ciudad(D). Y ante mis ojos entró.
3 Los querubines estaban de pie a la derecha del templo[b](E) cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior. 4 Entonces la gloria del Señor subió del querubín hacia el umbral del templo(F), y el templo se llenó de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del Señor(G). 5 El ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso[c] cuando habla(H).
6 Y sucedió que cuando ordenó al hombre vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró y se paró junto a una rueda. 7 El querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que estaba entre ellos[d], lo tomó y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual lo tomó y salió. 8 Y los querubines parecían tener la forma de la mano de un hombre debajo de sus alas.
9 (I)Entonces miré, y he aquí, había cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas era como el brillo de una piedra de Tarsis[e](J). 10 En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían la misma semejanza, como si una[f] rueda estuviera dentro de la otra rueda. 11 Cuando andaban, se movían[g] en las cuatro direcciones[h], sin volverse cuando andaban, sino que seguían la dirección en que ponían el rostro[i], sin volverse cuando andaban(K). 12 Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las ruedas estaban llenos de ojos alrededor(L), las ruedas de los cuatro(M). 13 A las ruedas se les llamó torbellino, y yo lo oí[j]. 14 Y tenía cada uno cuatro caras. La primera cara era la cara de un querubín, la segunda, la cara de un hombre, la tercera, la cara de un león y la cuarta, la cara de un águila(N).
15 Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes[k] que yo había visto en el río Quebar(O). 16 Cuando los querubines andaban, las ruedas andaban a su lado; y cuando los querubines alzaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se apartaban de su lado. 17 Cuando los querubines[l] se detenían, se detenían las ruedas, y cuando se levantaban, se levantaban las ruedas con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes[m] estaba en ellas(P).
18 Y la gloria del Señor salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines(Q). 19 Cuando los querubines alzaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos salieron con las ruedas a su lado, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa del Señor. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos(R).
Llegada del reino de Dios
20 Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios(A), Jesús les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales(B) visibles[a], 21 ni dirán: «¡Mirad, aquí está!» o: «¡Allí(C) está!» Porque he aquí, el reino de Dios entre[b] vosotros está.
22 Y dijo a los discípulos: Vendrán días(D) cuando ansiaréis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. 23 Y os dirán: «¡Mirad allí! ¡Mirad aquí!». No vayáis, ni corráis tras ellos(E). 24 Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo[c] del cielo hasta el otro extremo[d] del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día(F). 25 Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación(G). 26 (H)Tal como ocurrió en los días de Noé(I), así será también en los días del Hijo del Hombre. 27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. 28 Fue lo mismo que[e] ocurrió en los días de Lot(J): comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; 29 pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los destruyó a todos. 30 Lo mismo[f] acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado(K). 31 En ese día, el que esté en la azotea y tenga sus bienes en casa, no descienda a llevárselos; y de igual modo, el que esté en el campo no vuelva atrás(L). 32 Acordaos de la mujer de Lot(M). 33 Todo el que procure preservar su vida[g], la perderá; y todo el que la pierda, la conservará(N). 34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; uno será tomado y el otro será dejado. 35 Estarán dos mujeres moliendo en el mismo lugar; una será tomada y la otra será dejada(O). 36 [h]Dos estarán en el campo; uno será tomado y el otro será dejado(P). 37 Respondiendo ellos, le dijeron*: ¿Dónde, Señor? Y Él les dijo: Donde esté el cuerpo, allí también se juntarán los buitres[i](Q).
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