Revised Common Lectionary (Complementary)
Himno a Dios por su poderosa liberación
Para el director del coro. Cántico. Salmo.
66 Aclamad con júbilo a Dios, toda la tierra(A);
2 cantad la gloria de su nombre(B);
haced gloriosa su alabanza(C).
3 Decid a Dios: ¡Cuán portentosas son tus obras(D)!
Por la grandeza de tu poder, tus enemigos fingirán obedecerte[a](E).
4 Toda la tierra te adorará(F),
y cantará alabanzas a ti(G),
cantará alabanzas a tu nombre. (Selah[b])
5 Venid y ved las obras de Dios(H),
admirable[c] en sus hechos(I) a favor de los hijos de los hombres.
6 Convirtió el mar en tierra seca(J);
cruzaron el río a pie(K);
regocijémonos allí en Él(L).
7 Él domina con su poder para siempre(M);
sus ojos velan sobre las naciones(N);
no se enaltezcan los rebeldes(O). (Selah)
Reinado de Manasés
21 (A)Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hepsiba. 2 E hizo lo malo(B) ante los ojos del Señor, conforme a las abominaciones de las naciones que el Señor había desposeído delante de los hijos de Israel(C). 3 Porque reedificó los lugares altos que su padre Ezequías había destruido(D); levantó también altares a Baal e hizo una Asera[a], como había hecho Acab, rey de Israel(E), y adoró a todo el ejército de los cielos y los sirvió(F). 4 Edificó además altares en la casa del Señor(G), de la cual el Señor había dicho: En Jerusalén pondré mi nombre(H). 5 Edificó altares a todo el ejército de los cielos(I) en los dos atrios de la casa del Señor(J). 6 Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la hechicería, usó la adivinación(K) y trató con médium y espiritistas. Hizo mucho mal ante los ojos del Señor, provocándole a ira(L). 7 Colocó la imagen tallada de Asera que él había hecho, en la casa(M) de la cual el Señor había dicho a David y a su hijo Salomón: En esta casa y en Jerusalén, que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre(N). 8 Y haré que nunca más los pies de Israel vaguen fuera de la tierra que di a sus padres, con tal de que cuiden de hacer conforme a todo lo que les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les ordenó(O). 9 Pero ellos no escucharon, y Manasés los hizo extraviar para que hicieran lo malo(P) más que las naciones que el Señor había destruido delante de los hijos de Israel.
10 Y habló el Señor por medio[b] de sus siervos los profetas, diciendo: 11 Por cuanto Manasés, rey de Judá, ha hecho estas abominaciones(Q), habiendo hecho lo malo más que todo lo que hicieron los amorreos antes de él(R), haciendo pecar también a Judá(S) con sus ídolos(T); 12 por tanto, así dice el Señor, Dios de Israel: «He aquí, voy a traer tal calamidad sobre Jerusalén y Judá, que a todo el que oiga de ello le retiñirán ambos oídos(U). 13 Extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada(V) de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato, limpiándolo y volviéndolo boca abajo. 14 Abandonaré al remanente de mi heredad y los entregaré en mano de sus enemigos, y serán para presa y despojo para todos sus enemigos; 15 porque han hecho lo malo ante mis ojos, y han estado provocándome a ira desde el día en que sus padres salieron de Egipto, hasta el día de hoy».
14 Porque sabemos que la ley es espiritual(A), pero yo soy carnal[a](B), vendido a la esclavitud del pecado[b](C). 15 Porque lo que hago, no lo entiendo(D); porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago(E). 16 Y si lo que no quiero hacer, eso hago, estoy de acuerdo con la ley, reconociendo que es buena(F). 17 Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí(G). 18 Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne(H), no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. 19 Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico(I). 20 Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí(J). 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí(K). 22 Porque en el[c] hombre interior(L) me deleito con la ley de Dios, 23 pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo[d] que hace guerra(M) contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de[e] la ley del pecado que está en mis miembros(N). 24 ¡Miserable de mí[f]! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte[g](O)? 25 Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro(P). Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado(Q).
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