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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 84

¡Qué bello es tu templo!

SALMO 84 (83)

Himno de la Escuela de música de Coré. Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse con la melodía que se canta al exprimir las uvas.

84 Dios del universo,
¡qué bello es tu templo,
la casa donde vives!
Deseo con toda el alma
estar en los patios de tu templo;
¡me muero por llegar a ellos!
Tú eres el Dios de la vida,
por eso te canto alegre
con todas las fuerzas de mi corazón.

Mi Dios y rey,
Dios del universo,
cerca de tu altar
gorriones y golondrinas
hallan lugar para sus nidos
y allí ponen a sus polluelos.

¡Qué felices son
los que viven en tu templo!
¡Nunca dejan de alabarte!
¡Qué felices son
los que de ti reciben fuerzas,
y de todo corazón desean
venir hasta tu templo!
Cuando cruzan el valle del Llanto,
lo convierten en manantial;
hasta las lluvias tempranas
cubren el valle con sus bendiciones.
Mientras más avanzan,
más fuerzas tienen,
y cuando llegan a tu templo
te contemplan a ti, el Dios verdadero.

Dios mío,
¡atiéndeme!
Dios de Israel,
Dios del universo,
¡escucha mi oración!
Dios y protector nuestro,
muéstranos tu bondad,
pues somos tu pueblo elegido.
10 Prefiero pasar un día en tu templo
que estar mil días lejos de él;
prefiero dedicarme a barrer tu templo
que convivir con los malvados.

11 Señor y Dios nuestro,
tú nos das calor y protección;
nos das honor y gloria.
Tu bondad no tiene medida
para los que siempre hacen lo bueno.
12 Dios del universo,
¡bendice a los que en ti confían!

1 Reyes 6:1-4

En el cuarto año de su reinado en Israel, Salomón ordenó que se comenzara a construir el templo de Dios. Esto sucedió en el mes de Ziv.[a] Habían pasado cuatrocientos ochenta años desde que los israelitas habían salido de Egipto.

El templo tenía veintisiete metros de largo, nueve de ancho, y trece y medio de alto. El salón que estaba adelante medía nueve metros de largo, y cuatro metros y medio de ancho. Salomón mandó poner en el templo ventanas con rejas.

1 Reyes 6:21-32

15-32 Cubrió las paredes de adentro con tablas de madera de cedro talladas con flores, frutos, palmeras y querubines, y luego las recubrió de oro puro. No se veía ninguna piedra. También en las paredes de afuera se tallaron las mismas figuras. El piso lo cubrió con madera de pino y después con oro, tanto el piso de los salones interiores como el de los de afuera.

Salomón preparó el Lugar Santísimo en la parte de atrás del edificio, para colocar allí el cofre del pacto de Dios.

El Lugar Santísimo era una sala que medía nueve metros de alto por nueve de ancho. También le puso tablas de cedro, y luego las recubrió de oro puro. Hizo cadenas de oro para proteger la entrada de este lugar, y puso allí un altar de madera de cedro recubierto de oro. También hizo, con madera de olivo, dos querubines, los recubrió de oro y los puso en el Lugar Santísimo. Cada uno de los querubines era de cuatro metros y medio de altura. Sus alas estaban extendidas. El ala de uno de los querubines tocaba una pared, y el ala del otro, la otra pared. Cada ala medía dos metros y veinticinco centímetros, así que juntas las dos medían cuatro metros y medio.

El Lugar Santísimo tenía dos puertas de entrada hechas de madera de olivo y talladas con figuras de querubines, palmeras y flores. Recubrieron todas estas figuras con oro. La parte superior de las puertas formaba un triángulo. El Lugar Santo estaba frente al Lugar Santísimo, y medía dieciocho metros de largo.

1 Corintios 3:10-23

10 Dios, por su bondad, me permitió actuar como si yo fuera el arquitecto de ese edificio. Y yo, como buen arquitecto, puse una base firme: les di la buena noticia de Jesucristo. Luego, otros construyeron sobre esa base. Pero cada uno debe tener cuidado de la manera en que construye, 11 porque nadie puede poner una base distinta de la que ya está puesta, y esa base es Jesucristo. 12 A partir de esa base podemos seguir construyendo con oro, plata, piedras preciosas, madera, paja o caña. 13 Pero, cuando llegue el fin del mundo, Dios pondrá a prueba lo que cada uno enseñó. Será como probar con fuego los materiales que usamos para la construcción. 14 Si lo que uno enseñó pasa la prueba del fuego, recibirá un premio. 15 En cambio, si no pasa esa prueba, lo perderá todo, aunque él se salvará como si escapara del fuego.

16 ¿Acaso no saben que ustedes son un templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? 17 Ustedes son el templo santo de Dios. A cualquiera que destruya su templo, Dios también lo destruirá.

18 ¡No se engañen a ustedes mismos! Si alguno cree que es muy sabio, y que sabe mucho de las cosas de este mundo, para ser sabio de verdad debe comportarse como un ignorante. 19 Porque, para Dios, la sabiduría de este mundo es una tontería. Como dice la Biblia: «Dios hace que los sabios caigan en sus propias trampas». 20 Y también dice: «Bien sabe nuestro Dios las tonterías que a los sabios se les ocurren.» 21 Por lo tanto, nadie se llene de orgullo por lo que hacen los simples seres humanos. En realidad, todo es de ustedes: 22 Pablo, Apolo, Pedro, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro. Todo es de ustedes, 23 y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.