Revised Common Lectionary (Complementary)
2 Habían partido de Refidín, y al llegar al desierto de Sinaí, acamparon allí, frente al monte. 3 Moisés subió a encontrarse con Dios y el Señor lo llamó desde el monte diciéndole:
— Anuncia esto a los descendientes de Jacob; dáselo a conocer a los israelitas: 4 Ustedes han sido testigos de lo que hice con los egipcios y de cómo a ustedes los he guiado hasta mí, trayéndolos como en alas de águila; 5 por tanto, si a partir de ahora me obedecen y guardan mi alianza, ustedes serán mi pueblo predilecto entre todos los pueblos, pues toda la tierra me pertenece; 6 serán para mí un reino de sacerdotes, una nación consagrada. Esto es lo que has de decir a los israelitas.
7 Moisés regresó, convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todo lo que el Señor le había ordenado. 8 El pueblo contestó unánimemente:
— Haremos todo lo que el Señor ha ordenado.
Moisés comunicó al Señor la respuesta del pueblo,
Salmo 100 (99)
Acudan con gozo a su presencia
100 Salmo de acción de gracias.
Aclama al Señor, tierra entera,
2 sirvan al Señor con alegría,
acudan con gozo a su presencia.
3 Sepan que el Señor es Dios:
él nos ha hecho y a él pertenecemos;
somos su pueblo, el rebaño que apacienta.
4 Crucen sus puertas dando gracias,
sus atrios con alabanzas;
denle gracias y bendigan su nombre,
5 porque el Señor es bueno,
su bondad perdura por siempre,
su fidelidad por generaciones.
II.— NUEVA VIDA EN CRISTO (5—8)
Paz con Dios por medio de Cristo
5 Restablecidos, pues, en la amistad divina por medio de la fe, Jesucristo nuestro Señor nos mantiene en paz con Dios. 2 Ha sido, en efecto, Cristo quien nos ha facilitado, mediante la fe, esta apertura a la gracia en la que estamos firmemente instalados a la vez que nos sentimos orgullosos abrigando la esperanza de participar en la gloria de Dios. 3 Es más, hasta de las dificultades nos sentimos orgullosos, porque sabemos que la dificultad produce constancia, 4 la constancia produce una virtud a toda prueba, y una virtud así es fuente de esperanza. 5 Una esperanza que no decepciona, porque al darnos el Espíritu Santo, Dios nos ha inundado con su amor el corazón. 6 Carecíamos de fuerzas, pero Cristo murió por los culpables en el momento señalado. 7 Difícil cosa es afrontar la muerte, aunque sea en favor de una persona buena; no obstante, por una buena causa, tal vez alguien estaría dispuesto a morir. 8 Pues bien, Dios nos ha dado la mayor prueba de su amor haciendo morir a Cristo por nosotros cuando aún éramos pecadores.
Mucha mies y pocos trabajadores
35 Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas judías. Anunciaba la buena noticia del Reino y curaba toda clase de enfermedades y dolencias. 36 Y al ver a toda aquella gente, se sentía conmovido porque estaban maltrechos y desalentados, como ovejas sin pastor. 37 Dijo entonces a sus discípulos:
— La mies es mucha, pero son pocos los trabajadores. 38 Por eso, pídanle al dueño de la mies que mande trabajadores a su mies.
Elección de los doce apóstoles (Mc 3,13-19; Lc 6,12-16)
10 Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. 2 Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; 3 Felipe, Bartolomé, Tomás y Mateo el recaudador de impuestos; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; 4 Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que luego traicionó a Jesús.
Misión de los Doce (Mc 6,7-13; Lc 9,1-6)
5 Jesús envió a estos Doce con las siguientes instrucciones:
— No vayan a países paganos ni entren en los pueblos de Samaría; 6 vayan, más bien, en busca de las ovejas perdidas de Israel. 7 Vayan y anúncienles que el reino de los cielos está ya cerca. 8 Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos, expulsen a los demonios. Pero háganlo todo gratuitamente, puesto que gratis recibieron ustedes el poder.
9 No lleven oro, plata ni cobre en el bolsillo; 10 ni zurrón para el camino, ni dos trajes, ni zapatos, ni bastón, porque el que trabaja tiene derecho a su sustento. 11 Cuando lleguen a algún pueblo o aldea, averigüen qué persona hay allí digna de confianza y quédense en su casa hasta que salgan del lugar. 12 Y cuando entren en la casa, saluden a sus moradores. 13 Si lo merecen, la paz de su saludo quedará con ellos; si no lo merecen, la paz se volverá a ustedes. 14 Y si nadie quiere recibirlos ni escuchar la palabra de ustedes, entonces abandonen aquella casa o aquel pueblo y sacúdanse el polvo pegado a los pies. 15 Les aseguro que, en el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con más clemencia que ese pueblo.
Anuncio de persecuciones (Mc 13,9-13; Lc 21,12-17)
16 Miren, los envío como ovejas en medio de lobos. Por eso, sean astutos como serpientes, aunque también inocentes como palomas. 17 Tengan cuidado con la gente, porque los entregarán a las autoridades y los azotarán en sus sinagogas. 18 Por causa de mí los llevarán ante gobernadores y reyes para que den testimonio delante de ellos y de los paganos. 19 Pero cuando los entreguen a las autoridades, no se preocupen de cómo han de hablar o qué han de decir, pues en aquel momento Dios les sugerirá las palabras oportunas. 20 No serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu del Padre hablará por ustedes.
21 Los hermanos entregarán a sus hermanos y harán que los maten. Los padres entregarán a sus hijos, y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán. 22 Todos los odiarán por causa de mí; pero el que se mantenga firme hasta el fin se salvará. 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, pues les aseguro que el Hijo del hombre vendrá antes que ustedes hayan recorrido todas las ciudades de Israel.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España