Revised Common Lectionary (Complementary)
5 Y dijo Jeremías profeta a Hananías profeta, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la Casa del SEÑOR.
6 Dijo pues Jeremías profeta: Amén, así lo haga el SEÑOR. Confirme el SEÑOR tus palabras, con las cuales profetizaste que los vasos de la Casa del SEÑOR, y todos los transportados, han de ser tornados de Babilonia a este lugar.
7 Con todo eso, oye ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos de todo el pueblo:
8 Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron sobre muchas tierras y grandes reinos, de guerra, y de aflicción, y de pestilencia.
9 El profeta que profetizó de paz, cuando sobreviniere la palabra del profeta, será conocido como el profeta que el SEÑOR en verdad envió.
Masquil de Etán ezraíta.
1 Las misericordias del SEÑOR cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu verdad con mi boca.
2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia en los cielos; en ellos afirmarás tu verdad.
3 Hice alianza con mi escogido; juré a David mi esclavo, diciendo:
4 Para siempre confirmaré tu simiente, y edificaré tu trono por todas las generaciones. (Selah.)
15 ¶ Dichoso el pueblo que sabe jubilar; andarán, oh SEÑOR, a la luz de tu rostro.
16 En tu Nombre se alegrarán cada día; y en tu justicia se ensalzarán.
17 Porque tú eres la gloria de su fortaleza; y por tu buena voluntad ensalzarás nuestro cuerno.
18 Porque el SEÑOR es nuestro escudo; y nuestro rey es el Santo de Israel.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad; antes presentaos a Dios como resucitados de los muertos, y vuestros miembros a Dios, por instrumentos de justicia.
14 Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
15 ¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
16 ¿O no sabéis que a quien os presentáis a vosotros mismos como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
17 Gracias a Dios, que aunque fuisteis esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a la forma de doctrina a la cual sois entregados;
18 y libertados del pecado, sois hechos esclavos de la justicia.
19 Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne; que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santidad, presentéis vuestros miembros para servir a la justicia.
20 Porque siendo antes esclavos del pecado, ahora habéis sido hechos esclavos de la justicia.
21 ¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
22 Mas ahora, librados del pecado, y hechos esclavos a Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte; mas la gracia de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
40 El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
41 El que recibe profeta en nombre de profeta, salario de profeta recibirá; y el que recibe justo en nombre de justo, salario de justo recibirá.
42 Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo, que no perderá su salario.
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