Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo de David.
138 Señor, te doy gracias de todo corazón. Cantaré tus alabanzas delante de los dioses. 2 Al adorarte me inclino ante tu santo templo. Agradeceré a tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por sobre todas las cosas. 3 Cuando oro me respondes y me animas dándome la fuerza que necesito. 4 Todos los reyes de la tierra te darán gracias, Señor, porque todos ellos oirán tus palabras. 5 Sí, cantarán de los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es muy grande. 6 Aunque el Señor es grande, toma en cuenta a los humildes, y está lejos de los orgullosos. 7 Aunque me rodeen tribulaciones, tú me librarás de la ira de mis enemigos. Contra el enojo de mis enemigos extenderás tu mano. Tu poder me salvará. 8 El Señor cumplirá sus planes para mi vida. Porque tu gran amor, Señor; es para siempre. No me abandones, pues tú me hiciste.
33 »”El Señor Dios dice: Cuando yo los limpie de su pasado delictivo los traeré de nuevo a Israel, y reconstruiré las ruinas y vivirán en ciudades reconstruidas. 34 Los campos que durante los años de exilio estuvieron vacíos como el desierto, serán cultivados de nuevo. Todos los que pasaban por allí se asombraban al ver la desolación en su tierra, 35 pero cuando yo los traiga a ustedes de vuelta ellos dirán: ‘¡Esta tierra que estaba tan desértica ha llegado a ser como el jardín de Edén! ¡Las ciudades arruinadas han sido reconstruidas y amuralladas y repobladas!’. 36 Entonces las naciones en torno de ustedes, todas aquellas que aún queden, sabrán que yo, el Señor, reconstruí las ruinas y les di cosechas abundantes en el desierto. ¡Pues yo, el Señor, lo que prometo, cumplo!”.
37 »El Señor Dios dice: ¡Yo estoy listo para oír las oraciones de Israel por estas bendiciones y estoy presto concederles sus peticiones! 38 Tan sólo que pidan y yo los multiplicaré como los rebaños que llenan las calles de Jerusalén en el tiempo del sacrificio. Las ciudades arruinadas serán reconstruidas y repobladas, y todos sabrán que yo soy el Señor».
La levadura de los fariseos y de los saduceos
5 Al llegar al otro lado del lago, los discípulos se dieron cuenta de que se les había olvidado la comida. En aquel preciso instante Jesús les decía:
6 ―¡Cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos!
7 Los discípulos pensaron que les decía eso porque se les había olvidado llevar pan. 8 Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo:
―¡Qué hombres con tan poca fe! ¿Por qué se preocupan tanto por la comida? 9 ¿Cuándo van a entender? ¿Ya se les olvidó que alimenté a cinco mil personas con cinco panes, y que sobraron varias cestas de comida? 10 ¿Y se les olvidó los cuatro mil que alimenté y las cestas de comida que sobraron? 11 ¿Cómo se les ocurre pensar que me estoy refiriendo a la comida? Lo que dije fue que se cuidaran de la “levadura” de los fariseos y de los saduceos.
12 Por fin entendieron que no se refería a la levadura del pan, sino a las enseñanzas falsas de los fariseos y de los saduceos.
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