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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 138

Salmo de David.

138 Te doy gracias, oh Señor, con todo el corazón;
    delante de los dioses cantaré tus alabanzas.
Me inclino ante tu santo templo mientras adoro;
    alabo tu nombre por tu amor inagotable y tu fidelidad,
porque tus promesas están respaldadas
    por todo el honor de tu nombre.
En cuanto oro, tú me respondes;
    me alientas al darme fuerza.

Todos los reyes del mundo te darán gracias, Señor,
    porque cada uno de ellos escuchará tus palabras.
Así es, cantarán acerca de los caminos del Señor,
    porque la gloria del Señor es muy grande.
Aunque el Señor es grande, se ocupa de los humildes,
    pero se mantiene distante de los orgullosos.

Aunque estoy rodeado de dificultades,
    tú me protegerás del enojo de mis enemigos.
Extiendes tu mano,
    y el poder de tu mano derecha me salva.
El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida,
    pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre.
    No me abandones, porque tú me creaste.

Ester 3:7-15

Así que, en el mes de abril,[a] durante el año doce del reinado de Jerjes, echaron el plan a suertes en presencia de Amán (las suertes se llamaban purim) a fin de determinar cuál era el mejor día y mes para llevar a cabo el plan. Se escogió el día 7 de marzo, casi un año después.[b]

Luego Amán se acercó al rey Jerjes y le dijo: «Hay cierta raza dispersada por todas las provincias del imperio que se mantiene aislada de todas las demás. Tienen leyes diferentes de los demás pueblos y se niegan a obedecer las leyes del rey. Por lo tanto, no conviene a los intereses del rey que ese pueblo siga con vida. Si al rey le agrada, emita un decreto para destruirlos, y yo donaré diez mil bolsas grandes[c] de plata a los administradores del imperio para que los depositen en la tesorería del reino».

10 El rey estuvo de acuerdo y, para confirmar su decisión, se quitó del dedo el anillo con su sello oficial y se lo entregó a Amán, hijo de Hamedata el agagueo, el enemigo de los judíos. 11 El rey dijo: «Tanto el dinero como el pueblo son tuyos para que hagas con ellos lo que mejor te parezca».

12 Así que, el 17 de abril,[d] citaron a los secretarios del rey, y se escribió un decreto tal como lo dictó Amán. Lo enviaron a los funcionarios del rey de más alta posición, a los gobernadores y a los nobles de cada provincia en sus propios sistemas de escritura y en sus propios idiomas. El decreto se redactó en nombre del rey Jerjes y fue sellado con el anillo del rey. 13 Se enviaron comunicados a todas las provincias del imperio mediante mensajeros veloces, con orden de matar, masacrar y aniquilar a todos los judíos—jóvenes y ancianos, incluso las mujeres y los niños—en un solo día. El plan estaba programado para el 7 de marzo del año siguiente.[e] Las pertenencias de los judíos serían entregadas a los que los mataran.

14 Una copia del decreto debía emitirse como ley en cada provincia y proclamarse a todos los pueblos, a fin de que estuvieran preparados para cumplir con su deber el día señalado. 15 Por orden del rey, se despachó el decreto mediante mensajeros veloces, y también se proclamó en la fortaleza de Susa. Luego el rey y Amán se sentaron a beber, pero la ciudad de Susa entró en confusión.

Hechos 2:22-36

22 »Pueblo de Israel, ¡escucha! Dios públicamente aprobó a Jesús de Nazaret[a] al hacer milagros poderosos, maravillas y señales por medio de él, como ustedes bien saben; 23 pero Dios sabía lo que iba a suceder y su plan predeterminado se llevó a cabo cuando Jesús fue traicionado. Con la ayuda de gentiles[b] sin ley, ustedes lo clavaron en la cruz y lo mataron; 24 pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio. 25 El rey David dijo lo siguiente acerca de él:

“Veo que el Señor siempre está conmigo.
    No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.
26 ¡Con razón mi corazón está contento,
    y mi lengua grita sus alabanzas!
    Mi cuerpo descansa en esperanza.
27 Pues tú no dejarás mi alma entre los muertos[c]
    ni permitirás que tu Santo se pudra en la tumba.
28 Me has mostrado el camino de la vida
    y me llenarás con la alegría de tu presencia”[d].

29 »Queridos hermanos, ¡piensen en esto! Pueden estar seguros de que el patriarca David no se refería a sí mismo, porque él murió, fue enterrado y su tumba está todavía aquí entre nosotros; 30 pero él era un profeta y sabía que Dios había prometido mediante un juramento que uno de los propios descendientes de David se sentaría en su trono. 31 David estaba mirando hacia el futuro y hablaba de la resurrección del Mesías. Él decía que Dios no lo dejaría entre los muertos ni permitiría que su cuerpo se pudriera en la tumba.

32 »Dios levantó a Jesús de los muertos y de esto todos nosotros somos testigos. 33 Ahora él ha sido exaltado al lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios. Y el Padre, según lo había prometido, le dio el Espíritu Santo para que lo derramara sobre nosotros, tal como ustedes lo ven y lo oyen hoy. 34 Pues David nunca ascendió al cielo; sin embargo, dijo:

“El Señor le dijo a mi Señor:
    ‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
35 hasta que humille a tus enemigos
    y los ponga por debajo de tus pies’”[e].

36 »Por lo tanto, que todos en Israel sepan sin lugar a dudas, que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, ¡Dios lo ha hecho tanto Señor como Mesías!».

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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