Revised Common Lectionary (Complementary)
El Señor ha hecho bien a su siervo
1 Amo al SEÑOR
porque escucha mis oraciones;
2 me escucha cuando le pido ayuda.
Por eso le seguiré pidiendo toda mi vida.
3 La muerte me enredó con sus cuerdas,
el lugar de los muertos ya me estaba encerrando.
Estaba yo lleno de angustias y sufrimientos.
4 Entonces llamé al SEÑOR y le pedí ayuda.
Dije: «¡SEÑOR, sálvame, te lo ruego!»
5 El SEÑOR es compasivo y justo;
nuestro Dios es misericordioso.
6 El SEÑOR protege a la gente sencilla;
me quedé sin fuerzas y él me salvó.
7 Me dijo a mi mismo: «Confía de nuevo en Dios»,
que el SEÑOR ha sido bueno contigo.
8 Dios mío, tú me salvaste de la muerte;
secaste las lágrimas de mis ojos
y no me dejaste caer.
9 Seguiré haciendo lo que le agrada al SEÑOR
aquí en la tierra de los vivos.
Se envían espías a Jericó
2 Entonces Josué hijo de Nun mandó secretamente a dos espías desde Acacias[a] y les dijo: «Vayan y exploren el territorio, especialmente la ciudad de Jericó». Entonces ellos fueron y entraron a la casa de una prostituta llamada Rajab, y pasaron allí la noche. 2 Pero alguien le dio este aviso al rey de Jericó: «Unos israelitas han venido esta noche a espiar la tierra». 3 Entonces el rey de Jericó le envió este mensaje a Rajab: «Saca a los hombres que llegaron a tu casa porque son espías».
4 Sin embargo, ella los escondió y le contestó al rey: «Es cierto que unos hombres llegaron a mi casa pero yo no sabía de dónde eran. 5 Se fueron al anochecer, antes de cerrarse las puertas de la ciudad. No sé a dónde fueron, pero vayan rápido a buscarlos que todavía los pueden alcanzar». 6 En realidad, ella los había llevado al techo de la casa, y los había escondido en unos bultos de lino que tenía allí. 7 Entonces los hombres del rey salieron en persecución de los espías y de inmediato cerraron las puertas de la ciudad. Ellos buscaron a los espías hasta el lugar donde el camino atraviesa el río Jordán. 8 Entonces, antes de que los espías se acostaran, Rajab subió al techo 9 y les dijo:
—Yo sé que el SEÑOR les ha dado esta tierra a ustedes. Aquí todo el mundo está muerto de miedo por causa de ustedes. 10 Hemos oído que el SEÑOR secó el agua del mar Rojo ante ustedes cuando salieron de Egipto y lo que ustedes les hicieron a los dos reyes amorreos Sijón y Og, del otro lado del Jordán. Ustedes los destruyeron. 11 Cuando nos enteramos de todo eso, nosotros nos atemorizamos porque el SEÑOR su Dios es el verdadero Dios del cielo y de la tierra. 12 Yo fui buena con ustedes y les ayudé, ahora júrenme por el SEÑOR que serán buenos con mi familia. También denme una garantía 13 de que salvarán a mi papá, a mi mamá, a mis hermanos y hermanas y a sus familias. Prométanme que les respetarán la vida a ellos.
14 Los espías le respondieron:
—Si no nos denuncias responderemos con nuestras vidas por las vidas de ustedes. Cuando el SEÑOR nos dé esta tierra, te trataremos bien y cumpliremos nuestra promesa.
17 Dios puso a prueba la fe de Abraham pidiéndole que sacrificara a Isaac, su único hijo. Por la fe, Abraham obedeció. Él ya tenía las promesas de Dios, 18 (A)quien le había dicho: «Tu descendencia será trazada a través de Isaac».[a] 19 Abraham creía que Dios tenía poder para resucitar a los muertos. Entonces se puede decir que prácticamente Abraham recuperó a su hijo Isaac de entre los muertos.
20 Por la fe, Isaac bendijo el futuro de Jacob y de Esaú. 21 Por la fe, Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró a Dios, apoyado en su bastón.
22 Por la fe, cuando José estaba por morir les dijo a los israelitas que algún día habrían de salir de Egipto y les hizo prometer que se llevarían su cuerpo con ellos.
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