Revised Common Lectionary (Complementary)
El reinado eterno del SEÑOR
93 ¡El SEÑOR reina!
Se ha vestido de magnificencia.
El SEÑOR se ha vestido de poder
y se ha ceñido.
También afirmó el mundo, y no
se moverá.
2 Firme es tu trono desde la antigüedad;
tú eres desde la eternidad.
3 Alzaron los ríos, oh SEÑOR,
alzaron los ríos su sonido;
alzaron los ríos su estruendo.
4 El SEÑOR en las alturas
es más poderoso
que el estruendo de muchas aguas, más que las recias olas del mar.
5 Tus testimonios son muy firmes.
La santidad adorna tu casa,
oh SEÑOR,
a través de los años.
Promesa acerca del Espíritu Santo
1 En el primer relato[a] escribí, oh Teófilo, acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. 3 A estos también se presentó vivo, después de haber padecido, con muchas pruebas convincentes. Durante cuarenta días se hacía visible a ellos y les hablaba acerca del reino de Dios. 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran el cumplimiento de la promesa del Padre, “de la cual me oyeron hablar; 5 porque Juan, a la verdad, bautizó en agua[b], pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días”.
Jesús asciende al cielo
6 Por tanto, los que estaban reunidos le preguntaban diciendo:
—Señor, ¿restituirás el reino a Israel en este tiempo?
7 Él les respondió:
—A ustedes no les toca saber ni los tiempos ni las ocasiones que el Padre dispuso por su propia autoridad. 8 Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
9 Después de decir esto, y mientras ellos le veían, él fue elevado; y una nube le recibió ocultándole de sus ojos. 10 Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo mientras él se iba, he aquí dos varones vestidos de blanco se presentaron junto a ellos, 11 y les dijeron:
—Hombres galileos, ¿por qué se quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al cielo.
El SEÑOR, Rey de toda la tierra
47 Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.
¡Pueblos todos, aplaudan!
¡Aclamen a Dios con voz de júbilo!
2 Porque el SEÑOR, el Altísimo,
es temible,
gran Rey sobre toda la tierra.
3 Él someterá los pueblos a nosotros,
las naciones debajo de nuestros pies.
4 Porque él ha elegido nuestra heredad;
el orgullo de Jacob, al cual amó.
Selah[a]
5 Subió Dios en medio de aclamación;
el SEÑOR, con sonido de corneta.
6 ¡Canten a Dios, canten!
¡Canten a nuestro Rey, canten!
7 Porque Dios es el Rey de toda
la tierra,
canten con entendimiento[b].
8 ¡Dios reina sobre las naciones! ¡Dios se ha sentado sobre su santo trono!
9 Se han reunido los gobernantes
de los pueblos
con el pueblo del Dios de Abraham,
10 porque de Dios son las defensas
de la tierra.
¡Él es muy enaltecido[c]!
El reinado eterno del SEÑOR
93 ¡El SEÑOR reina!
Se ha vestido de magnificencia.
El SEÑOR se ha vestido de poder
y se ha ceñido.
También afirmó el mundo, y no
se moverá.
2 Firme es tu trono desde la antigüedad;
tú eres desde la eternidad.
3 Alzaron los ríos, oh SEÑOR,
alzaron los ríos su sonido;
alzaron los ríos su estruendo.
4 El SEÑOR en las alturas
es más poderoso
que el estruendo de muchas aguas, más que las recias olas del mar.
5 Tus testimonios son muy firmes.
La santidad adorna tu casa,
oh SEÑOR,
a través de los años.
Acción de gracias e intercesión
15 Por esta razón, yo también, habiendo oído de la fe que tienen en el Señor Jesús y de su amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por ustedes recordándoles en mis oraciones. 17 Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de él; 18 habiendo sido iluminados los ojos de su entendimiento para que conozcan cuál es la esperanza a la que los ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la operación del dominio de su fuerza. 20 Dios la ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su diestra en los lugares celestiales, 21 por encima de todo principado, autoridad, poder, señorío y todo nombre que sea nombrado, no solo en esta edad sino también en la venidera. 22 Aun todas las cosas las sometió Dios bajo sus pies y lo puso a él por cabeza sobre todas las cosas para la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo.
44 Y les dijo:
—Estas son las palabras que les hablé estando aún con ustedes: que era necesario que se cumplieran todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.
45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras, 46 y les dijo:
—Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día; 47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y[a] la remisión de pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén. 48 Y ustedes son testigos de estas cosas. 49 He aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre ustedes. Pero quédense ustedes en la ciudad hasta que sean investidos del poder de lo alto.
Jesús asciende al cielo
50 Entonces él los llevó fuera hasta Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51 Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos y era llevado arriba al cielo. 52 Después de haberlo adorado, ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo 53 y se hallaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios[b].
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano