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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Isaías 3-4

Judá y Jerusalén serán castigadas

Isaías advierte a los habitantes de Judá y Jerusalén:

«¡Fíjense bien!
El Dios todopoderoso
dejará sin pan ni agua
a Jerusalén y al reino de Judá.

2-3 »Dios hará que desaparezcan
el valiente y el guerrero,
el juez y el profeta,
el capitán y el anciano,
el rico y el consejero,
el adivino y el artesano.

»Dios pondrá a niños y muchachos
como jefes y gobernantes.
La vida se volverá tan difícil
que hasta entre amigos se atacarán.
Los jóvenes insultarán a los viejos
y los pobres a los ricos.
Uno le dirá a su hermano:

“Sólo tú puedes gobernar
sobre este montón de ruinas
porque en casa de nuestro padre
al menos tienes ropa que ponerte”.

»Pero el otro le responderá:

“En mi casa no tengo comida
ni ropa que ponerme.
Ni se te ocurra hacerme jefe del pueblo;
¡yo no puedo arreglar este desastre!”

»Jerusalén se derrumba,
el reino de Judá está en ruinas,
porque allí todos ofenden a Dios.

»Todos ellos son culpables;
¡en la cara se les ve!
Nadie esconde sus pecados;
ni siquiera los disimulan.
Se están portando igual
que los habitantes de Sodoma.
Nada bueno les espera;
se están ganando su propio castigo.
10-11 ¡Qué mal le irá al malvado!
¡Dios lo castigará por todo lo que ha hecho!
En cambio, Dios bendecirá al obediente,
y lo recompensará por su buena conducta.

Los malos gobernantes

12 »Los gobernantes engañan a mi pueblo,
y lo llevan por mal camino;
hasta las mujeres y los niños
gobiernan y abusan de la gente.

13 »Dios está por juzgar a su pueblo.
14 Lo llamará a juicio
y les dirá a sus líderes y jefes:

“Ustedes han destruido a mi pueblo querido.
Han robado a los pobres
y han guardado en sus casas
todo lo que se robaron.
15 ¿Con qué derecho abusan de mi pueblo
y maltratan a los pobres?”

»Yo, el Dios todopoderoso,
les juro que así es».

Dios castiga a las mujeres orgullosas

16 Dios les dijo a las mujeres de Jerusalén:

«Mujeres de Jerusalén,
ustedes son tan orgullosas
que andan con la cabeza levantada,
miran a todos con desprecio,
se menean al caminar
y llaman la atención haciendo sonar
los adornos que llevan en los tobillos.
17 Pero yo las dejaré desnudas,
con las cabezas peladas
y llenas de llagas.

18-23 »Mujeres de Jerusalén,
llegará el día en que haré desaparecer
todos los adornos que ustedes usan
en las manos y en los pies,
en la cara y en el cuello,
en el pelo y en las orejas,
en los dedos y en la cintura.
También les quitaré
sus perfumes y sus espejos,
sus mantos y sus bolsos
sus sandalias y sus finos vestidos.

24 »Mujeres de Jerusalén,
hoy andan perfumadas,
mañana olerán mal;
hoy usan cinturón,
mañana usarán una soga;
hoy se visten con ropa fina,
mañana vestirán trapos viejos;
hoy se ven muy hermosas,
mañana estarán llenas de cicatrices;
hoy se peinan con elegancia,
mañana no tendrán nada que peinarse».

25 Dios también dijo:

«Los guerreros de Jerusalén
morirán en el campo de batalla.
26 La gente llorará y se pondrá de luto,
y la ciudad quedará abandonada.
»En aquel día quedarán tan pocos hombres,
que siete mujeres se pelearán por uno de ellos.
Las mujeres les dirán a los hombres:

“Si te casas conmigo
yo me compraré mi propio pan
y también mi propia ropa;
por favor, cásate conmigo
para que no me muera de vergüenza”».

Dios perdonará a Israel

2-3 Dios también dijo:

«No castigaré a todos.
A los que deje con vida,
les permitiré vivir en Jerusalén
y serán llamados:
“Pueblo elegido de Dios”.

»Cuando llegue ese día,
haré que prosperen y vivan bien.
Mi pueblo se pondrá orgulloso
de los frutos que su tierra le dará.

»Cuando yo dicte sentencia
y castigue a mi pueblo,
perdonaré a los habitantes de Jerusalén
de los crímenes que han cometido.
5-6 Entonces protegeré a mi pueblo
con una nube durante el día
y una llama de fuego durante la noche.
Así, durante el día,
los protegeré del calor,
de la lluvia y de la tempestad».

Gálatas 6

Ayúdense unos a otros

Hermanos, ustedes son guiados por el Espíritu de Dios. Por lo tanto, si descubren que alguien ha pecado, deben corregirlo con buenas palabras. Pero tengan cuidado de no ser tentados a hacer lo malo. Cuando tengan dificultades, ayúdense unos a otros. Ésa es la manera de obedecer la ley de Cristo.

Si alguien se cree importante, cuando en realidad no lo es, se está engañando a sí mismo. Cada uno debe examinar su propia conducta. Si es buena, podrá sentirse satisfecho de sus acciones, pero no debe compararse con los demás. Cada uno es responsable ante Dios de su propia conducta.

El que es instruido en el mensaje de Dios debe compartir con su maestro todo lo bueno que recibe.

No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado. Si seguimos nuestros malos deseos, moriremos para siempre; pero si obedecemos al Espíritu, tendremos vida eterna. Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo. 10 Siempre que nos sea posible, hagamos el bien a todos, pero especialmente a los seguidores de Cristo.

Advertencia y saludo final

11 Esta parte la escribí yo mismo. Fíjense que les escribo esto con letras bien grandes. 12 Los que quieren obligarlos a circuncidarse, sólo desean quedar bien con la gente. No quieren sufrir por anunciar el mensaje de la cruz de Cristo. 13 Ellos están circuncidados, pero no obedecen la ley de Moisés. Lo único que desean es que ustedes se circunciden, para luego decir con orgullo que ellos pudieron convencerlos de circuncidarse. 14 Yo, en cambio, sólo me sentiré orgulloso de haber creído en la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Gracias a su muerte, ya no me importa lo que este mundo malo piense de mí; es como si yo hubiera muerto para este mundo.

15 En realidad, no importa si uno está o no circuncidado. Lo que sí importa es ser una persona distinta. 16 Que Dios dé su paz a los que viven así, y que muestre también su bondad a los que son suyos.

17 De ahora en adelante, que nadie me cause problemas; ¡yo tengo en mi cuerpo las cicatrices que demuestran que he sufrido por pertenecer a Cristo!

18 Hermanos, que nuestro Señor Jesucristo les muestre su amor. Amén.