Old/New Testament
El profeta, centinela de su pueblo
33 El Señor me habló diciendo: 2 «Hijo de hombre, habla con tu pueblo y dile: “Cuando yo envío la guerra a algún país, y la gente de ese país escoge a un hombre y lo pone por centinela, 3 si este ve acercarse al ejército enemigo, toca la trompeta para advertir al pueblo. 4 Entonces, si alguien escucha la trompeta, pero no se da por advertido, y llega la espada y lo mata, él mismo será el culpable de su propia muerte. 5 Como escuchó el sonido de la trompeta, pero no le hizo caso, será responsable de su propia muerte, pues si hubiera estado atento se habría salvado.
6 »”Ahora bien, si el centinela ve que se acerca el enemigo y no toca la trompeta para prevenir al pueblo, y viene la espada y mata a alguien, esa persona perecerá por su maldad, pero al centinela yo le pediré cuentas de esa muerte”.
7 »A ti, hijo de hombre, te he puesto por centinela del pueblo de Israel. Por lo tanto, oirás la palabra de mi boca, y advertirás de mi parte al pueblo. 8 Cuando yo le diga al malvado: “¡Vas a morir!”, si tú no le adviertes que cambie su mala conducta, el malvado morirá por su pecado, pero a ti te pediré cuentas de su sangre. 9 En cambio, si le adviertes al malvado que cambie su mala conducta, y no lo hace, él morirá por su pecado, pero tú habrás salvado tu vida.
10 »Hijo de hombre, diles a los israelitas: “Vosotros decís: ‘Nuestras rebeliones y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y nos estamos consumiendo en vida. ¿Cómo podremos vivir?’ ” 11 Diles: “Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”
12 »Tú, hijo de hombre, diles a los hijos de tu pueblo: “Al justo no lo salvará su propia justicia si comete algún pecado; y la maldad del impío no le será motivo de tropiezo si se convierte. Si el justo peca, no se podrá salvar por su justicia anterior. 13 Si yo le digo al justo: ‘¡Vivirás!’, pero él se atiene a su propia justicia y hace lo malo, no se le tomará en cuenta su justicia, sino que morirá por la maldad que cometió. 14 En cambio, si le digo al malvado: ‘¡Morirás!’, pero luego él se convierte de su pecado y actúa con justicia y rectitud, 15 y devuelve lo que tomó en prenda y restituye lo que robó, y obedece los preceptos de vida, sin cometer ninguna iniquidad, ciertamente vivirá y no morirá. 16 No se le tomará en cuenta ninguno de los pecados que antes cometió, sino que vivirá por haber actuado con justicia y rectitud”.
17 »Los hijos de tu pueblo dicen: “El Señor no actúa con justicia”. En realidad, los que no actúan con justicia son ellos. 18 Si el justo se aparta de su justicia y hace lo malo, morirá a causa de ello. 19 Y, si el malvado deja de hacer lo malo y actúa con justicia y rectitud, vivirá. 20 A pesar de esto, vosotros seguís repitiendo: “El Señor no actúa con justicia”. Pero yo, israelitas, os juzgaré a cada uno de vosotros según vuestra conducta».
La caída de Jerusalén
21 El día quinto del mes décimo del año duodécimo de nuestro exilio, un fugitivo que había huido de Jerusalén vino y me dio esta noticia: «La ciudad ha sido conquistada». 22 La noche antes de que llegara el fugitivo, la mano del Señor vino sobre mí y me dejó mudo. A la mañana siguiente, cuando vino el hombre, el Señor me devolvió el habla.
23 Luego el Señor me habló diciendo: 24 «Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la tierra de Israel anda diciendo: “Si Abraham, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor razón nosotros, que somos muchos, habremos de recibir la tierra en posesión”. 25 Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Vosotros coméis carne con sangre, adoráis a vuestros ídolos y derramáis sangre, ¿y aun así pretendéis poseer el país? 26 Además, confiáis en vuestras espadas, cometéis abominaciones, vivís en adulterio con la mujer de vuestro prójimo, ¿y aun así pretendéis poseer el país?”
27 »Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Tan cierto como que yo vivo, que los que habitan en las ruinas morirán a filo de espada; a los que andan por el campo abierto los daré como pasto a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste. 28 Convertiré el país en un desierto desolado, y se acabará el orgullo de su poder. Los montes de Israel quedarán devastados, y nadie más pasará por ellos. 29 Y, cuando yo deje este país como un desierto desolado por culpa de los actos detestables que ellos cometieron, sabrán que yo soy el Señor”.
30 »En cuanto a ti, hijo de hombre, los de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las puertas de las casas, y se dicen unos a otros: “Vamos a escuchar el mensaje que nos envía el Señor”. 31 Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después solo buscan las ganancias injustas. 32 En realidad, tú eres para ellos tan solo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa, y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica. 33 No obstante, cuando todo esto suceda —y en verdad está a punto de cumplirse—, sabrán que hubo un profeta entre ellos».
Pastores y ovejas
34 El Señor me habló diciendo: 2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “¡Ay de vosotros, pastores de Israel, que solo os cuidáis a vosotros mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño? 3 Vosotros os bebéis la leche, os vestís con la lana y matáis las ovejas más gordas, pero no cuidáis del rebaño. 4 No fortalecéis a la oveja débil, no cuidáis de la enferma ni curáis a la herida; no vais a por la descarriada ni buscáis a la perdida. Al contrario, tratáis al rebaño con crueldad y violencia. 5 Por eso las ovejas se han dispersado: ¡por falta de pastor! Por eso están a merced de las fieras salvajes. 6 Mis ovejas andan descarriadas por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas.
7 »”Por tanto, pastores, escuchad bien la palabra del Señor: 8 Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que por falta de pastor mis ovejas han sido objeto del pillaje y han estado a merced de las fieras salvajes. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de sí mismos, pero no de mis ovejas. 9 Por tanto, pastores, escuchad la palabra del Señor. 10 Así dice el Señor omnipotente: Yo estoy en contra de mis pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas, y no se apacentarán más a sí mismos. Arrebataré de sus fauces a mis ovejas, para que no les sirvan de alimento.
11 »”Así dice el Señor omnipotente: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño. 12 Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, se hayan dispersado. 13 Yo las sacaré de entre las naciones; las reuniré de los países, y las llevaré a su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en los vados y en todos los poblados del país. 14 Las haré pastar en los mejores pastos, y su aprisco estará en los montes altos de Israel. Allí descansarán en un buen lugar de pastoreo y se alimentarán de los mejores pastos de los montes de Israel. 15 Yo mismo apacentaré mi rebaño, y lo llevaré a descansar. Lo afirma el Señor omnipotente. 16 Buscaré a las ovejas perdidas, recogeré a las extraviadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero exterminaré a las ovejas gordas y robustas. Yo las pastorearé con justicia.
17 »”En cuanto a ti, rebaño mío, esto es lo que dice el Señor omnipotente: Juzgaré entre ovejas y ovejas, y entre carneros y chivos. 18 ¿No os basta con comeros los mejores pastos, sino que tenéis también que pisotear lo que queda? ¿No os basta con beber agua limpia, sino que tenéis que enturbiar el resto con las patas? 19 Por eso mis ovejas tienen ahora que comerse el pasto que vosotros habéis pisoteado, y beberse el agua que habéis enturbiado.
20 »”Por eso, así dice el Señor omnipotente: Yo mismo voy a juzgar entre las ovejas gordas y las flacas. 21 Por cuanto vosotros habéis empujado con el costado y con la espalda, y habéis atacado a cornadas a las más débiles, hasta dispersarlas, 22 voy a salvar a mis ovejas, y ya no os servirán de presa. Yo juzgaré entre ovejas y ovejas. 23 Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor. 24 Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será su príncipe. Yo, el Señor, lo he dicho.
25 »”Estableceré con ellas un pacto de paz: haré desaparecer del país a las bestias feroces, para que mis ovejas puedan habitar seguras en el desierto y dormir tranquilas en los bosques. 26 Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno. 27 Los árboles del campo darán su fruto, la tierra entregará sus cosechas, y ellas vivirán seguras en su propia tierra. Y, cuando yo haga pedazos su yugo y las libere de sus tiranos, entonces sabrán que yo soy el Señor. 28 Ya no volverán a ser presa de las naciones, ni serán devoradas por las fieras. Vivirán seguras y nadie les infundirá temor. 29 Les daré una tierra famosa por sus cosechas. No sufrirán hambre en la tierra, ni tendrán que soportar los insultos de las naciones. 30 Entonces sabrán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos, y que ellos, el pueblo de Israel, son mi pueblo. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo, 31 y afirmo también que yo soy vuestro Dios y que vosotros sois mis ovejas, las ovejas de mi prado”».
Exhortación a los ancianos y a los jóvenes
5 A los ancianos que están entre vosotros, yo, que soy anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe con ellos de la gloria que se ha de revelar, os ruego esto: 2 cuidad como pastores el rebaño de Dios que está a vuestro cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. 3 No seáis tiranos con los que están a vuestro cuidado, sino sed ejemplos para el rebaño. 4 Así, cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la inmarcesible corona de gloria.
5 Así mismo, jóvenes, someteos a los ancianos. Revestíos todos de humildad en vuestro trato mutuo, porque
«Dios se opone a los orgullosos,
pero da gracia a los humildes».[a]
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo. 7 Depositad en él toda ansiedad, porque él cuida de vosotros.
8 Practicad el dominio propio y manteneos alerta. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. 9 Resistidlo, manteniéndoos firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.
10 Y, después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que os llamó a su gloria eterna en Cristo, os restaurará y os hará fuertes, firmes y estables. 11 A él sea el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Saludos finales
12 Con la ayuda de Silvano, a quien considero un hermano fiel, os he escrito brevemente, para animaros y confirmaros que esta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos firmes en ella.
13 Saludos de parte de la comunidad que está en Babilonia, escogida como vosotros, y también de mi hijo Marcos. 14 Saludaos los unos a los otros con un beso de amor fraternal.
Paz a todos vosotros que estáis en Cristo.
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