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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Éxodo 4-6

Entonces respondió Moisés y dijo:

—¿Y si ellos no me creen ni escuchan mi voz, sino que dicen: “No se te ha aparecido el SEÑOR”?

El SEÑOR le preguntó:

—¿Qué es eso que tienes en tu mano?

Él respondió:

—Una vara.

Y él le dijo:

—Tírala al suelo.

Él la tiró al suelo, y se convirtió en una serpiente. Y Moisés huía de ella. Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Extiende tu mano y agárrala por la cola.

Él extendió su mano y la agarró, y volvió a ser vara en su mano.

—Esto es para que crean que se te ha aparecido el SEÑOR, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. —El SEÑOR también le dijo—: Mete tu mano en tu seno.

Él metió su mano en su seno, y al sacarla, he aquí que su mano estaba leprosa, blanca como la nieve. Entonces le dijo:

—Vuelve a meter tu mano en tu seno.

Él volvió a meter su mano en su seno; y al volver a sacarla de su seno, he aquí que volvió a ser como el resto de su carne.

—Y sucederá que si no te creen ni te escuchan a la primera señal, te creerán a la segunda señal. Y sucederá que si no te creen a estas dos señales ni escuchan tu voz, tomarás agua del Nilo y la derramarás en tierra seca. El agua que tomarás del Nilo se convertirá en sangre sobre la tierra seca.

10 Entonces Moisés dijo al SEÑOR:

—Oh Señor, yo jamás he sido hombre de palabras, ni antes ni desde que tú hablas con tu siervo. Porque yo soy tardo de boca y de lengua.

11 El SEÑOR le respondió:

—¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace al mudo y al sordo, al que ve con claridad y al que no puede ver? ¿No soy yo, el SEÑOR? 12 Ahora pues, ve; y yo estaré con tu boca y te enseñaré lo que has de decir.

13 Y él dijo:

—¡Oh Señor, por favor envía a otra persona!

14 Entonces el furor del SEÑOR se encendió contra Moisés, y le dijo:

—¿No conozco yo a tu hermano Aarón el levita? Yo sé que él habla bien. He aquí que él viene a tu encuentro; y al verte, se alegrará en su corazón. 15 Tú le hablarás y pondrás en su boca las palabras. Yo estaré con tu boca y con la suya, y les enseñaré lo que han de hacer. 16 Él hablará por ti al pueblo y será para ti como boca, y tú serás para él como Dios. 17 Lleva en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.

Moisés en camino a Egipto

18 Entonces Moisés se fue y volvió a donde estaba su suegro Jetro y le dijo:

—Permite que yo vaya y vuelva a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún están vivos.

Y Jetro dijo a Moisés:

—Ve en paz.

19 El SEÑOR dijo también a Moisés en Madián:

—Ve, vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban matarte.

20 Entonces Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los puso sobre un asno y regresó a la tierra de Egipto. Moisés tomó también en su mano la vara de Dios. 21 Y el SEÑOR dijo a Moisés:

—Cuando estés de regreso en Egipto, haz en presencia del faraón todas las señales que he puesto en tu mano. Sin embargo, yo endureceré su corazón, y él no dejará ir al pueblo. 22 Entonces dirás al faraón: “Así ha dicho el SEÑOR: ‘Israel es mi hijo, mi primogénito. 23 Yo te digo que dejes ir a mi hijo para que me sirva. Si rehúsas dejarlo ir, he aquí que yo mataré a tu hijo, a tu primogénito’ ”.

24 Aconteció en el camino, en una posada, que el SEÑOR le salió al encuentro y procuró matarlo. 25 Entonces Séfora tomó un pedernal afilado, cortó el prepucio de su hijo y tocó con él los pies de Moisés, diciendo:

—¡De veras, tú eres para mí un esposo de sangre!

26 Entonces él desistió. Ella había dicho “esposo de sangre” a causa de la circuncisión.

Moisés y Aarón ante el pueblo

27 Entonces el SEÑOR dijo a Aarón:

—Ve al desierto, al encuentro de Moisés.

Él fue y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó. 28 Entonces Moisés refirió a Aarón todas las palabras que el SEÑOR lo enviaba a decir y todas las señales que lo mandaba hacer.

29 Moisés y Aarón fueron, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. 30 Aarón relató todas las cosas que el SEÑOR había dicho a Moisés, y este hizo las señales ante los ojos del pueblo. 31 El pueblo creyó; y al oír que el SEÑOR había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

Moisés y Aarón ante el faraón

Después Moisés y Aarón fueron al faraón y le dijeron:

—El SEÑOR, el Dios de Israel, dice así: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto”.

Pero el faraón respondió:

—¿Quién es el SEÑOR para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco al SEÑOR ni tampoco dejaré ir a Israel.

Ellos le dijeron:

—El Dios de los hebreos ha venido a nuestro encuentro. Permite que vayamos al desierto, a tres días de camino, para ofrecer sacrificios al SEÑOR nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o con espada.

Entonces el rey de Egipto les dijo:

—¡Moisés y Aarón! ¿Por qué distraen al pueblo de sus labores? ¡Vuelvan a sus tareas! —Dijo también el faraón—: Ciertamente el pueblo de la tierra es ahora numeroso; no obstante, ustedes los han hecho suspender sus labores.

Se agrava el trabajo del pueblo

Aquel mismo día el faraón mandó decir a los capataces del pueblo y a sus vigilantes:

—Ya no darán paja al pueblo para hacer los adobes, como hacían antes. ¡Que vayan ellos y recojan por sí mismos la paja! Sin embargo, les impondrán la misma cantidad de adobes que hacían antes. No les disminuirán nada, porque están ociosos. Por eso gritan diciendo: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios”. Hágase más pesado el trabajo de los hombres, para que se ocupen en él y no presten atención a palabras mentirosas.

10 Los capataces del pueblo y sus vigilantes salieron y hablaron al pueblo diciendo:

—Así ha dicho el faraón: “Yo no les daré paja. 11 Vayan y recojan por ustedes mismos la paja donde la hallen, pero en nada se disminuirá su tarea”.

12 Entonces el pueblo se dispersó por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja. 13 Y los capataces los apremiaban diciendo:

—Terminen su tarea, lo de cada día en su día, como cuando se les daba paja.

14 Y azotaron a los vigilantes de los hijos de Israel que habían sido puestos por los capataces del faraón, y les dijeron:

—¿Por qué no han completado su cantidad de adobes ni ayer ni hoy, como antes?

15 Los vigilantes de los hijos de Israel fueron al faraón y se quejaron ante él diciendo:

—¿Por qué procedes así con tus siervos? 16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: “¡Hagan adobes!”. He aquí, tus siervos son azotados, cuando la culpa es de tu propio pueblo.

17 Él respondió:

—¡Están ociosos! ¡Sí, ociosos! Por eso dicen: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios al SEÑOR”. 18 Vayan, pues, ahora y trabajen. No se les dará paja, pero habrán de entregar la misma cantidad de adobes.

19 Entonces los vigilantes de los hijos de Israel se vieron en aflicción, cuando les dijeron: “No se disminuirá en nada su cantidad diaria de adobes”. 20 Cuando ellos salían del palacio del faraón, se encontraron con Moisés y Aarón, que estaban esperándolos, 21 y les dijeron:

—El SEÑOR los mire y los juzgue, pues nos han hecho odiosos ante los ojos del faraón y los de sus servidores, poniendo en sus manos la espada para que nos maten.

El SEÑOR anuncia su intervención directa

22 Entonces Moisés se volvió al SEÑOR y le dijo:

—Señor, ¿por qué maltratas a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? 23 Porque desde que fui al faraón para hablarle en tu nombre, él ha maltratado a este pueblo, y tú no has librado a tu pueblo.

El SEÑOR respondió a Moisés:

—Ahora verás lo que yo haré al faraón, porque solo a causa de una poderosa mano los dejará ir. A causa de una poderosa mano los ha de echar de su tierra. —Además, Dios dijo a Moisés—: Yo soy el SEÑOR. Yo me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Todopoderoso, pero con mi nombre, SEÑOR, no me di a conocer a ellos. Yo también establecí mi pacto con ellos, prometiendo darles la tierra de Canaán, la tierra en la cual peregrinaron y habitaron como forasteros. Asimismo, yo he escuchado el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios esclavizan, y me he acordado de mi pacto. Por tanto, di a los hijos de Israel: “Yo soy el SEÑOR. Yo los libraré de las cargas de Egipto y los libertaré de su esclavitud. Los redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros. Los tomaré como pueblo mío, y yo seré su Dios. Ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios, que los libra de las cargas de Egipto. Yo los llevaré a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob. Yo se la daré en posesión. Yo el SEÑOR”.

De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés, a causa del decaimiento de ánimo y de la dura esclavitud. 10 Entonces el SEÑOR habló a Moisés diciendo:

11 —Ve al faraón rey de Egipto y dile que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

12 Y Moisés respondió al SEÑOR diciendo:

—Si los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo, pues, me escuchará el faraón, siendo yo falto de elocuencia?

13 Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, y les dio mandamiento para los hijos de Israel y para el faraón rey de Egipto, a fin de sacar a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.

Casas paternas de Rubén, Simeón y Leví

14 Estos son los jefes de sus casas paternas:

Los hijos de Rubén, primogénito de Israel, fueron: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. Estos son los clanes de Rubén.

15 Los hijos de Simeón fueron: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de la cananea. Estos son los clanes de Simeón.

16 Estos son los nombres de los hijos de Leví, según sus generaciones: Gersón, Cohat y Merari. Los años de la vida de Leví fueron ciento treinta y siete.

17 Los hijos de Gersón fueron Libni y Simei, según sus clanes.

18 Los hijos de Cohat fueron: Amram, Izjar, Hebrón y Uziel. Los años de la vida de Cohat fueron ciento treinta y tres.

19 Los hijos de Merari fueron Majli y Musi.

Estos son los clanes de Leví, según sus generaciones.

20 Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, quien le dio a luz a Aarón y a Moisés. Los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete.

21 Los hijos de Izjar fueron: Coré, Néfeg y Zicri.

22 Los hijos de Uziel fueron: Misael, Elzafán y Sitri.

23 Aarón tomó por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de Najsón, quien le dio a luz a Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.

24 Los hijos de Coré fueron: Asir, Elcana y Abiasaf. Estos son los clanes de los coreítas.

25 Eleazar hijo de Aarón tomó por mujer a una de las hijas de Putiel, la cual le dio a luz a Fineas.

Estos son los jefes de las casas paternas de los levitas, según sus clanes. 26 Estos son aquel Aarón y aquel Moisés, a quienes el SEÑOR dijo: “Saquen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, según sus ejércitos”. 27 Ellos son los que hablaron al faraón rey de Egipto para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Estos fueron Moisés y Aarón.

Dios recalca la misión de Moisés

28 Sucedió esto el día en que el SEÑOR habló a Moisés en la tierra de Egipto. 29 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:

—Yo soy el SEÑOR. Di al faraón, rey de Egipto, todas las cosas que yo te diga a ti.

30 Moisés respondió al SEÑOR:

—He aquí que yo soy un hombre falto de elocuencia; ¿cómo, pues, me escuchará el faraón?

Mateo 14:22-36

Jesús camina sobre el agua

22 Y en seguida Jesús obligó a sus discípulos a entrar en la barca e ir delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes. 23 Una vez despedida la gente, subió al monte para orar a solas; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 La barca ya quedaba a gran distancia[a] de la tierra, azotada por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la madrugada[b], Jesús fue a ellos caminando sobre el mar. 26 Pero cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar, se turbaron diciendo:

—¡Un fantasma!

Y gritaron de miedo. 27 En seguida Jesús les habló diciendo:

—¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No teman!

28 Entonces le respondió Pedro y dijo:

—Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

29 Y él dijo:

—Ven.

Pedro descendió de la barca y caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero al ver el viento fuerte tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó diciendo:

—¡Señor, sálvame!

31 De inmediato Jesús extendió la mano, lo sostuvo y le dijo:

—¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Cuando ellos subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca lo adoraron diciendo:

—¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!

Jesús sana a muchos en Genesaret

34 Cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Genesaret. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar lo reconocieron, mandaron a decirlo por toda aquella región, y trajeron a él todos los que estaban enfermos. 36 Y le rogaban que solo pudieran tocar el borde de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanos.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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