Old/New Testament
Promesas de esperanza
30 Este es el mensaje que el SEÑOR le dio a Jeremías, diciendo: 2 «Esto dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Escribe en un libro todos los mensajes que te he dado 3 porque llegará el momento, dice el SEÑOR, en que yo recuperaré todo lo que se le arrebató a mi pueblo, Israel y Judá”, dice el SEÑOR. Los traeré de regreso a esta tierra que les di a sus antepasados, y la poseerán».
4 Estos son los mensajes que dio el SEÑOR acerca de Israel y de Judá. 5 Esto dice el SEÑOR:
«La gente dice: “Hemos escuchado un grito de terror,
de miedo y no de paz”.
6 Pregunten ahora si es posible
que un hombre pueda dar a luz.
¿Por qué entonces veo a todos los guerreros
con sus manos en las caderas
como una mujer que da a luz?
¿Por qué su rostro
está tan pálido?
7 Ese día será muy importante,
no hay otro día igual;
un momento de angustia para Jacob,
pero será librado de ella.
8 »Ese día, dice el SEÑOR Todopoderoso, yo les romperé de su hombro el yugo que les impuso Babilonia, les quitaré sus ataduras y ya no serán más esclavos de extranjeros. 9 Ellos servirán al SEÑOR su Dios y a un descendiente del Rey David, a quien yo haré reinar sobre ellos.
10 »No sientas miedo, Jacob, siervo mío, dice el SEÑOR,
y no tiembles, Israel.
Yo te voy a rescatar de ese país lejano
y voy a rescatar a tus hijos de la tierra donde están desterrados.
Jacob regresará y estará en paz y seguro;
nadie lo hará temblar.
11 Yo estoy contigo, para rescatarte,
dice el SEÑOR.
Acabaré con todas las naciones
a las que te he arrojado.
Pero a ti no te destruiré,
sino que te corregiré justamente,
de ninguna manera te dejaré sin castigo».
12 Esto dice el SEÑOR:
«Tu herida es incurable,
no hay remedio para tu llaga.
13 No tienes abogado que me demande por la herida,
ni medicina para curarla.
14 Todos tus amantes te olvidaron;
ya no se preocupan por ti;
porque yo te he golpeado duramente
como lo haría un enemigo cruel,
debido a tu perversidad tan grande
y a que son demasiados tus pecados.
15 ¿Por qué te quejas de tus heridas?
Tu dolor es incurable.
Te he hecho todo eso por la gravedad de tu maldad
y por tus muchos pecados.
16 Pero todos los que ahora te devoran, serán devorados;
y todos y cada uno de tus enemigos irán al exilio.
Todos los que te saquean, serán saqueados;
y haré que les roben a los que ahora te roban a ti.
17 Porque te devolveré la salud
y te curaré las heridas,
dice el SEÑOR,
porque te han llamado “la abandonada”;
han dicho: “Esa es Sion,
la que no tiene quien se preocupe por ella”».
18 Esto dice el SEÑOR:
«Voy a recuperar lo que les han quitado a las carpas de Jacob,
y tendré compasión de sus hogares.
La ciudad será reconstruida de las ruinas
y el palacio volverá a quedar donde estaba.
19 Ellos entonarán canciones de agradecimiento
y darán gritos de alegría.
Yo los multiplicaré y no serán pocos.
Los haré importantes, nada insignificantes.
20 Yo restauraré a los descendientes de Jacob;
serán como el Israel de antes,
y castigaré a todos sus opresores.
21 Su líder saldrá de entre ellos mismos;
su gobernante será uno de ellos.
Yo haré que se acerque a mí
y él se acercará a mi lado,
porque ¿quién se atrevería
a acercarse a mí sin que yo lo llame?,
dice el SEÑOR.
22 Ustedes serán mi pueblo,
y yo seré su Dios».
23 ¡Miren! Es la tormenta del SEÑOR,
sale como un tornado que se precipita girando
sobre la cabeza de los perversos.
24 La ardiente ira del SEÑOR no se detendrá
hasta que haya realizado completamente
todo lo que tenía planeado.
Al final ustedes entenderán todo esto.
El nuevo Israel
31 El SEÑOR dice: «En ese tiempo yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo».
2 Este mensaje es del SEÑOR:
«Yo miré favorablemente al resto de los israelitas
que se escaparon de la muerte por espada.
Les di descanso mientras estaban en el desierto
y marchaban hacia su hogar».
3 El SEÑOR se le apareció desde la distancia
y le dijo: «Con amor eterno te he amado
y por eso te sigo mostrando mi fiel amor.
4 Te construiré de nuevo,
serás reedificada;
te adornarás de nuevo con tus panderetas
y saldrás a bailar y a festejar con gozo.
5 Volverás a plantar cultivos de uva en las colinas de Samaria;
quienes planten esos campos disfrutarán de la cosecha.
6 Llegará el día en que los centinelas
gritarán en los montes de Efraín:
“¡Vengan y subamos a Sion
para adorar al SEÑOR nuestro Dios!”»
7 Esto dice el SEÑOR:
«Alégrense y canten por Jacob;
griten felices por la nación más importante de todas.
Griten, canten y digan:
“¡El SEÑOR ha rescatado a su pueblo,
el resto que quedaba de Israel!”
8 Los traeré desde el país del norte,
los reuniré trayéndolos de todos los rincones de la tierra.
Entre todos ellos habrá ciegos, cojos,
mujeres embarazadas y las que acaban de dar a luz.
¡Regresará una gran multitud!
9 Vendrán llorando,
pero yo tendré compasión de ellos
y los conduciré de regreso.
Haré que caminen junto a fuentes de agua;
por camino recto en el cual no tropezarán.
Es que yo soy el Padre de Israel
y Efraín es mi hijo mayor.
10 Naciones todas, escuchen el mensaje del SEÑOR
y anúncienlo hasta en los lugares más lejanos.
Digan lo siguiente: “Dios dispersó a Israel,
pero lo reunirá y lo protegerá
como un pastor protege a su rebaño”.
11 El SEÑOR rescatará a Jacob,
lo rescatará de las manos de una nación más poderosa.
12 Vendrán y cantarán alegres en lo alto de Sion.
Estarán radiantes de alegría por la generosidad del SEÑOR:
alimento, vino nuevo, aceite fino,
ovejas y vacas.
Su vida será como un jardín bien regado,
y no volverán a marchitarse.
13 Entonces las jóvenes danzarán alegremente,
y los jóvenes junto con los viejos.
Yo convertiré su tristeza en alegría;
los consolaré y haré que su alegría sea mayor de lo que fue su dolor.
14 Les daré a los sacerdotes alimentos en abundancia,
y colmaré de bienes a mi pueblo.
Es la decisión del SEÑOR».
15 Esto dice el SEÑOR:
«Se oye un sonido en Ramá,
sonido de llanto y dolor.
Es Raquel[a] que llora por sus niños,
y no quiere que la consuelen
porque ellos ya están muertos».
16 Esto dice el SEÑOR:
«Deja de llorar.
No derrames más lágrimas,
pues habrá una recompensa por tu trabajo,
tus hijos volverán del país enemigo,
dice el SEÑOR.
17 Hay esperanza en tu futuro;
tus hijos volverán a su patria.
Es la decisión del SEÑOR.
18 He escuchado a Efraín quejarse tristemente:
“Me castigaste como a un ternero indómito;
hazme volver para ser restaurado,
pues tú, SEÑOR, eres mi Dios.
19 Después de que volví a ti,
me dolió el mal que hice;
y después que comprendí que había pecado,
me culpé a mí mismo.[b]
Me siento avergonzado y humillado
por los pecados que cometí en mi juventud”.
20 ¿Acaso no es Efraín mi hijo querido?
¿No es mi hijo preferido?
Aunque lo he reprendido mucho,
de verdad que siempre está en mi corazón.
Lo amo profundamente
y siento una gran compasión por él,
dice el SEÑOR.
21 »Haz para ti indicadores en el camino,
coloca señales.
Presta atención a la vía principal,
al camino que has recorrido.
Regresa, virgen Israel,
regresa a tus ciudades.
22 ¿Cuánto tiempo más seguirás alejándote de mí?
El SEÑOR creará algo nuevo en la tierra:
la mujer marchará alrededor del hombre[c]».
23 Este es el mensaje del SEÑOR Todopoderoso, Dios de Israel: «Cuando yo haga cambiar la suerte del pueblo de Judá, cuando traiga de nuevo a los prisioneros y ellos estén de nuevo en su tierra y en sus ciudades, la gente volverá a decir: “Que el SEÑOR te bendiga, hogar de justicia, monte santo”. 24 El pueblo de Judá y de todas sus ciudades vivirá allí en armonía. Los campesinos y los pastores con sus rebaños vivirán también allí. 25 Refrescaré a los sedientos y fortaleceré a los que estén desfallecidos».
26 En ese momento desperté y abrí los ojos. Había tenido un buen sueño.
27 El SEÑOR dice: «Llegará el día en que plantaré muchos hombres y animales en Israel y en Judá. 28 Y así como estuve pendiente de ellos para arrancarlos de raíz, destruirlos y causarles sufrimiento, así mismo estaré pendiente de ellos para restaurarlos y volverlos a plantar. Es la decisión del SEÑOR.
29 »En esos días ya nadie dirá:
“Los padres comieron uvas amargas
y a los hijos se les destemplaron los dientes”.
30 En lugar de eso, al que coma uvas amargas se le destemplarán los dientes. Cada cual morirá por su propia maldad.
El nuevo pacto
31 »El SEÑOR dice: “Llegará el día en que haré un nuevo pacto con Israel y con Judá. 32 No será como el que hice con sus antepasados, cuando los llevé de la mano para sacarlos de Egipto; puesto que ellos lo rompieron a pesar de que yo fui como un marido para ellos”, dice el SEÑOR.
33 »Este es el pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días, dice el SEÑOR: Pondré mi ley dentro de ellos y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 34 Ya nadie tendrá que enseñar a sus amigos y familiares a conocer al SEÑOR, pues todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande. Perdonaré sus faltas y me olvidaré de sus pecados. Es la decisión del SEÑOR».
El Señor nunca abandonará a Israel
35 Este es el mensaje del SEÑOR,
el que creó el sol para alumbrar el día,
y la luna y las estrellas para alumbrar la noche;
el que agita el mar para que sus olas rujan,
y que tiene por nombre el SEÑOR Todopoderoso:
36 «Israel sólo dejaría de existir como una nación
si dejarán de estar vigentes las leyes
que determinan cuando aparece el sol,
la luna, las estrellas y las olas del mar,
dice el SEÑOR».
37 Este es el mensaje del SEÑOR:
«Si alguien pudiera medir los cielos
y explorar las bases de la tierra,
entonces yo también rechazaría a toda la descendencia de Israel
por todo lo que ha hecho.
38 »Llegará el día, dice el SEÑOR, en que la ciudad de Jerusalén será reconstruida para el SEÑOR, desde la torre de Jananel hasta la puerta de la esquina. 39 Los límites se extenderán hasta la colina de Gareb y luego girarán hasta Goa. 40 El valle entero donde ahora se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos que se extienden hasta el arroyo de Cedrón y hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, serán tierra consagrada al SEÑOR. Nunca más será arrasada ni destruida la ciudad».
1 Estimado Filemón, compañero de trabajo:
Te saludamos yo, Pablo, prisionero por la causa de Jesucristo, y nuestro hermano Timoteo. 2 También les escribimos a nuestra hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero en la lucha por la fe, y a la iglesia que se reúne en tu casa.
3 Que la paz y las bendiciones de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo estén con ustedes.
El amor y la fe de Filemón
4 Siempre doy gracias a mi Dios al recordarte en mis oraciones, 5 porque he escuchado del amor que tienes por todo el pueblo santo de Dios y también de la fe que tienes en nuestro Señor Jesucristo. 6 Le pido a Dios que tu participación en la fe sea tan activa que te sirva para conocer todo lo bueno que podemos hacer a favor de Cristo. 7 Estoy muy contento y alegre porque con tu amor, hermano, has animado al pueblo de Dios.
Recibe bien a Onésimo
8 Así que aunque siendo tu hermano en Cristo puedo atreverme a decirte qué hacer, 9 prefiero suplicártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya viejo y ahora prisionero por la causa de Jesucristo, 10 te pido un favor para Onésimo, quien aquí en la prisión se ha convertido en un hijo para mí. 11 Antes, él no te era útil, pero ahora se ha vuelto muy útil para ti y para mí.[a]
12 Te envío de nuevo a Onésimo, pero hacerlo es para mí tan difícil como perder algo de mí mismo. 13 Me gustaría que se quedara conmigo para que me ayudara en tu lugar mientras estoy prisionero por haber anunciado la buena noticia de salvación. 14 Pero no quiero hacer nada sin tu permiso, para que no hagas el favor por obligación sino por tu propia voluntad.
15 Tal vez Onésimo fue apartado de ti por un poco tiempo para que pudieras tenerlo de vuelta para siempre. 16 Ya no vuelve como un esclavo, sino como algo más valioso que un esclavo: como un hermano querido. Yo lo aprecio muchísimo, pero tú lo apreciarás aun más, ahora como integrante de tu familia y también como hermano en el Señor.
17 Si me consideras tu hermano en la fe, entonces recibe a Onésimo de nuevo, como si me recibieras a mí. 18 Si Onésimo te ha tratado mal o si te debe algo, yo lo pagaré. 19 Aquí pongo mi firma. Yo, Pablo, me comprometo a pagarte lo que Onésimo te deba, por no decir que me debes tu propia vida en la fe. 20 Entonces, hermano, hazme este favor[b] como seguidor del Señor; esto me levantaría el ánimo como hermano en Cristo. 21 Te escribo esta carta confiado en que harás lo que te pido y aun más.
22 Prepárame también un lugar dónde quedarme, porque espero que Dios responda a sus oraciones de que yo pueda ir a visitarlos.
Saludos finales
23 Saludos de Epafras, un compañero de prisión por la causa de Jesucristo. 24 También te mandan saludos Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis compañeros de trabajo.
25 Que nuestro Señor Jesucristo los bendiga en abundancia.
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