New Testament in a Year
Parábola del grano de mostaza
31 Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo. 32 Esta es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.
Parábola de la levadura
33 Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en una gran cantidad[a] de harina, hasta que todo quedó leudado”.
Las parábolas y las profecías
34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes y sin parábolas no les hablaba, 35 de manera que se cumplió lo dicho por medio del profeta diciendo:
Abriré mi boca con parábolas;
publicaré cosas que han estado ocultas
desde la fundación del mundo[b].
La parábola de la cizaña explicada
36 Entonces, una vez despedida la multitud, volvió a casa. Y sus discípulos se acercaron a él diciendo:
—Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
37 Y respondiendo él dijo:
—El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno. 39 El enemigo que la sembró es el diablo. La siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. 40 De manera que como la cizaña es recogida y quemada en el fuego, así será el fin del mundo. 41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen maldad, 42 y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga.
Parábolas: el tesoro, la perla y la red
44 »El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre descubrió y luego escondió. Y con regocijo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
45 »Además, el reino de los cielos es semejante a un comerciante que buscaba perlas finas. 46 Y habiendo encontrado una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
47 »Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que fue echada en el mar y juntó toda clase de peces. 48 Cuando estuvo llena, la sacaron a la playa. Y sentados recogieron lo bueno en cestas y echaron fuera lo malo. 49 Así será el fin del mundo: Saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
51 »¿Han entendido todas estas cosas?
Ellos le dijeron:
—Sí.
52 Él les dijo:
—Por eso, todo escriba instruido en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.
Jesús es rechazado en Nazaret
53 Aconteció que cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí. 54 Vino a su tierra y les enseñaba en su sinagoga, de manera que ellos estaban atónitos y decían:
—¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, le vienen a este todas estas cosas?
57 Se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo:
—No hay profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa.
58 Y no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano