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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Números 3

Nombramiento de los levitas

Esta es la descendencia de Aarón y de Moisés como quedó registrada cuando el Señor le habló a Moisés en el monte Sinaí. Los nombres de los hijos de Aarón eran Nadab (el mayor), Abiú, Eleazar e Itamar. Estos hijos de Aarón fueron ungidos y ordenados para ministrar como sacerdotes. Pero Nadab y Abiú murieron en la presencia del Señor, en el desierto de Sinaí, cuando quemaron ante el Señor una clase de fuego diferente a la que él había ordenado. Ya que ellos no tuvieron hijos, solo Eleazar e Itamar quedaron para ministrar como sacerdotes junto con su padre Aarón.

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Llama a los de la tribu de Leví, que pasen adelante y preséntalos al sacerdote Aarón para que sean sus ayudantes. Servirán a Aarón y a toda la comunidad en el desempeño de sus deberes sagrados dentro y alrededor del tabernáculo.[a] También cuidarán de todo el mobiliario de la carpa sagrada[b] y servirán en el tabernáculo en representación de todos los israelitas. Designa a los levitas como ayudantes de Aarón y de sus hijos porque de entre todo el pueblo de Israel ellos fueron dedicados para este propósito. 10 Nombra a Aarón y a sus hijos para que lleven a cabo los deberes del sacerdocio. Pero toda persona no autorizada que se acerque al santuario será ejecutada».

11 El Señor le dijo a Moisés: 12 «Mira, yo he escogido de entre los israelitas a los levitas para que sirvan como sustitutos de todo primer hijo varón del pueblo de Israel. Los levitas me pertenecen a mí 13 porque todos los primeros hijos varones son míos. El día que herí de muerte al primer hijo varón de cada familia egipcia, aparté para mí a todo primer nacido de Israel, tanto de personas como de animales. Ellos son míos. Yo soy el Señor».

Registro de los levitas

14 El Señor le habló de nuevo a Moisés en el desierto de Sinaí y le dijo: 15 «Registra los nombres de los miembros de la tribu de Leví, por sus familias y clanes. Anota en una lista a cada varón de un mes o más». 16 Entonces Moisés los anotó, tal como el Señor le había ordenado.

17 Leví tenía tres hijos llamados Gersón, Coat y Merari.

18 Los clanes descendientes de Gersón llevaban el nombre de dos de sus descendientes, Libni y Simei.

19 Los clanes descendientes de Coat llevaban el nombre de cuatro de sus descendientes, Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.

20 Los clanes descendientes de Merari llevaban el nombre de dos de sus descendientes, Mahli y Musi.

Estos eran los clanes de los levitas, anotados según sus grupos de familia.

21 Los descendientes de Gersón estaban constituidos por los clanes descendientes de Libni y Simei. 22 Entre los gersonitas había siete mil quinientos varones de un mes o más. 23 Se les asignó el área occidental del tabernáculo para su campamento. 24 El jefe de los clanes gersonitas era Eliasaf, hijo de Lael. 25 Estos dos clanes eran responsables de cuidar el tabernáculo: la carpa sagrada con sus cubiertas y la cortina de la entrada, 26 las cortinas del atrio que rodeaban el tabernáculo y el altar, la cortina a la entrada del atrio, las cuerdas y todos los accesorios relacionados con su uso.

27 Los descendientes de Coat estaban constituidos por los clanes descendientes de Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. 28 Entre los coatitas había ocho mil seiscientos[c] varones de un mes o más. Ellos eran responsables de cuidar el santuario, 29 y se les asignó el área sur del tabernáculo para su campamento. 30 El jefe de los clanes coatitas era Elizafán, hijo de Uziel. 31 Estos cuatro clanes eran responsables de cuidar el arca, la mesa, el candelabro, los altares, los diferentes objetos utilizados en el santuario, la cortina interior y todos los accesorios relacionados con su uso. 32 Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, era el administrador principal a cargo de todos los levitas, con la responsabilidad particular de la supervisión del santuario.

33 Los descendientes de Merari estaban constituidos por los clanes descendientes de Mahli y Musi. 34 Entre los meraritas había seis mil doscientos varones de un mes o más. 35 Se les asignó el área norte del tabernáculo para su campamento. El jefe de los clanes meraritas era Zuriel, hijo de Abihail. 36 Estos dos clanes eran responsables de cuidar la estructura que sostenía el tabernáculo, los travesaños, los postes, las bases y todos los accesorios relacionados con su uso. 37 También eran responsables de los postes del atrio y de todas sus bases, estacas y cuerdas.

38 Delante del tabernáculo, hacia el oriente por donde sale el sol,[d] estaba el área reservada para las carpas de Moisés y las carpas de Aarón y sus hijos. Ellos tenían la máxima responsabilidad sobre el santuario en nombre del pueblo de Israel. Todo el que no fuera sacerdote o levita y se acercara al santuario, sería ejecutado.

39 Cuando Moisés y Aarón, por orden del Señor, contaron los clanes de los levitas, el número total de varones de un mes o más de edad llegó a veintidós mil.

Rescate del primer hijo varón

40 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Ahora cuenta a todos los primeros hijos varones que hay en Israel de un mes o más y anota sus nombres en una lista. 41 Los levitas tienen que ser apartados para mí, como sustitutos de todo primer hijo varón de Israel. Yo soy el Señor. Los animales de los levitas también serán apartados para mí, como sustitutos de la primera cría de los animales de la nación entera de Israel».

42 Entonces Moisés contó a los primeros hijos varones del pueblo de Israel, tal como el Señor le había ordenado. 43 El número de los primeros hijos varones de un mes o más llegó a 22.273.

44 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 45 «Toma a los levitas como sustitutos de los primeros hijos varones del pueblo de Israel. Toma también los animales de los levitas como sustitutos de las primeras crías de los animales del pueblo de Israel. Los levitas me pertenecen a mí. Yo soy el Señor. 46 Los primeros hijos varones de Israel superan al número de levitas por doscientos setenta y tres. Para rescatar a esos primeros hijos varones que exceden, 47 recoge cinco piezas de plata[e] por cada uno de ellos. (Cada pieza pesa lo mismo que el siclo del santuario, que equivale a veinte geras). 48 Entrega la plata a Aarón y a sus hijos como precio de rescate de los primeros hijos varones que exceden al número de levitas».

49 Entonces Moisés recogió la plata por el rescate de los primeros hijos varones de Israel que superaron al número de levitas. 50 Reunió 1365 piezas de plata[f] como pago por los primeros hijos varones de Israel. (Cada pieza pesa lo mismo que el siclo del santuario). 51 Así que Moisés les dio la plata del rescate a Aarón y a sus hijos, tal como el Señor le había ordenado.

Salmos 37

[a]Salmo de David.

37 No te inquietes a causa de los malvados
    ni tengas envidia de los que hacen lo malo.
Pues como la hierba, pronto se desvanecen;
    como las flores de primavera, pronto se marchitan.

Confía en el Señor y haz el bien;
    entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.
Deléitate en el Señor,
    y él te concederá los deseos de tu corazón.

Entrega al Señor todo lo que haces;
    confía en él, y él te ayudará.
Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer,
    y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía.

Quédate quieto en la presencia del Señor,
    y espera con paciencia a que él actúe.
No te inquietes por la gente mala que prospera,
    ni te preocupes por sus perversas maquinaciones.

¡Ya no sigas enojado!
    ¡Deja a un lado tu ira!
No pierdas los estribos,
    que eso únicamente causa daño.
Pues los perversos serán destruidos,
    pero los que confían en el Señor poseerán la tierra.

10 Pronto los perversos desaparecerán;
    por más que los busques, no los encontrarás.
11 Los humildes poseerán la tierra
    y vivirán en paz y prosperidad.

12 Los malvados conspiran contra los justos;
    les gruñen de manera desafiante.
13 Pero el Señor simplemente se ríe,
    porque ve que el día de su juicio se acerca.

14 Los perversos sacan sus espadas
    y ponen cuerdas a sus arcos
para matar al pobre y al oprimido,
    para masacrar a los que hacen lo correcto.
15 Pero sus espadas atravesarán su propio corazón,
    y se les quebrarán los arcos.

16 Es mejor ser justo y tener poco
    que ser malvado y rico.
17 Pues la fuerza de los malvados será destrozada,
    pero el Señor cuida a los justos.

18 Día a día el Señor cuida a los inocentes,
    y ellos recibirán una herencia que permanece para siempre.
19 No serán avergonzados en tiempos difíciles;
    tendrán más que suficiente aun en tiempo de hambre.

20 Pero los perversos morirán;
    los enemigos del Señor son como las flores del campo,
    desaparecerán como el humo.

21 Los perversos piden prestado y nunca pagan,
    pero los justos dan con generosidad.
22 Los bendecidos por el Señor poseerán la tierra,
    pero aquellos a quienes él maldice, morirán.

23 El Señor dirige los pasos de los justos;
    se deleita en cada detalle de su vida.
24 Aunque tropiecen, nunca caerán,
    porque el Señor los sostiene de la mano.

25 Una vez fui joven, ahora soy anciano,
    sin embargo, nunca he visto abandonado al justo
    ni a sus hijos mendigando pan.
26 Los justos siempre prestan con generosidad
    y sus hijos son una bendición.

27 Aléjate del mal y haz el bien,
    y vivirás en la tierra para siempre.
28 Pues el Señor ama la justicia
    y nunca abandonará a los justos.

Los mantendrá a salvo para siempre,
    pero los hijos de los perversos morirán.
29 Los justos poseerán la tierra
    y vivirán allí para siempre.

30 Los justos ofrecen buenos consejos;
    enseñan a diferenciar entre lo bueno y lo malo.
31 Han hecho suya la ley de Dios,
    por eso, nunca resbalarán de su camino.

32 Los malvados esperan en emboscada a los justos,
    en busca de una excusa para matarlos.
33 Pero el Señor no permitirá que los perversos tengan éxito
    ni que los justos sean condenados cuando los lleven a juicio.

34 Pon tu esperanza en el Señor
    y marcha con paso firme por su camino.
Él te honrará al darte la tierra
    y verás destruidos a los perversos.

35 He visto a gente malvada y despiadada
    florecer como árboles en tierra fértil.
36 Pero cuando volví a mirar, ¡habían desaparecido!
    ¡Aunque los busqué, no pude encontrarlos!

37 Miren a los que son buenos y honestos,
    porque a los que aman la paz les espera un futuro maravilloso.
38 Pero los rebeldes serán destruidos;
    para ellos no hay futuro.

39 El Señor rescata a los justos;
    él es su fortaleza en tiempos de dificultad.
40 El Señor los ayuda;
    los rescata de los malvados.
Él salva a los justos,
    y ellos encuentran refugio en él.

Cantares 1

Este es el Cantar de los Cantares de Salomón, la mejor de las canciones.

La joven[a]

Bésame, una y otra vez,
    porque tu amor es más dulce que el vino.
¡Qué agradable es tu fragancia!
    Tu nombre es como el aroma que se esparce de aceites perfumados.
    ¡Con razón todas las jóvenes te aman!
¡Llévame contigo, ven, corramos!
    El rey me ha traído a su alcoba.

Las jóvenes de Jerusalén

Cuánto nos alegramos por ti, oh rey;
    elogiamos tu amor aún más que el vino.

La joven

Con razón te quieren las jóvenes.

Soy morena pero hermosa,
    oh mujeres de Jerusalén,
morena como las carpas de Cedar,
    morena como las cortinas de las carpas de Salomón.
No me miren así por ser morena;
    el sol ha bronceado mi piel.
Mis hermanos se enojaron conmigo;
    me obligaron a cuidar de sus viñedos,
    por eso no pude cuidarme a mí misma, mi propio viñedo.

Dime, mi amor, ¿hacia dónde llevarás hoy tu rebaño?
    ¿Dónde harás descansar tus ovejas al mediodía?
¿Por qué tendría yo que vagar como una prostituta[b]
    entre tus amigos y sus rebaños?

El joven

Oh, más hermosa mujer, si no lo sabes,
    sigue las huellas de mi rebaño
    y apacienta tus cabritos junto a las carpas de los pastores.
Amada mía, tú eres tan cautivante
    como una yegua entre los sementales del faraón.
10 ¡Qué hermosas son tus mejillas!
    ¡Tus pendientes las encienden aún más!
¡Qué hermoso es tu cuello
    realzado con un collar de joyas!
11 Te haremos unos pendientes de oro
    con cuentas de plata.

La joven

12 El rey está descansando en su sofá,
    encantado por la fragancia de mi perfume.
13 Mi amante es como una bolsita de mirra
    que reposa entre mis pechos.
14 Es como un ramito de aromáticas flores de alheña
    de los viñedos de En-gadi.

El joven

15 ¡Qué hermosa eres, amada mía,
    qué hermosa!
    Tus ojos son como palomas.

La joven

16 ¡Y tú eres tan apuesto, amor mío,
    tan agradable que no puedo expresarlo!
La tierna hierba es nuestra cama;
17     las ramas fragantes de los cedros son los soportes de nuestra casa
    y los abetos aromáticos, las vigas del techo.

Hebreos 1

Jesucristo es el Hijo de Dios

Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo. El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo. Esto demuestra que el Hijo es muy superior a los ángeles, así como el nombre que Dios le dio es superior al nombre de ellos.

El Hijo es superior a los ángeles

Pues Dios nunca le dijo a ningún ángel lo que le dijo a Jesús:

«Tú eres mi Hijo.
    Hoy he llegado a ser tu Padre[a]».

Dios también dijo:

«Yo seré su Padre,
    y él será mi Hijo»[b].

Además, cuando trajo a su Hijo supremo[c] al mundo, Dios dijo:[d]

«Que lo adoren todos los ángeles de Dios»[e].

Pero con respecto a los ángeles, Dios dice:

«Él envía a sus ángeles como los vientos
    y a sus sirvientes como llamas de fuego»[f].

Pero al Hijo le dice:

«Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre.
    Tú gobiernas con un cetro de justicia.
Amas la justicia y odias la maldad.
    Por eso, oh Dios, tu Dios te ha ungido
    derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro»[g].

10 También le dice al Hijo:

«Señor, en el principio echaste los cimientos de la tierra
    y con tus manos formaste los cielos.
11 Ellos dejarán de existir, pero tú permaneces para siempre.
    Ellos se desgastarán como ropa vieja.
12 Los doblarás como un manto
    y los desecharás como ropa usada.
Pero tú siempre eres el mismo;
    tú vivirás para siempre»[h].

13 Además, Dios nunca le dijo a ninguno de los ángeles:

«Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
    hasta que humille a tus enemigos
    y los ponga por debajo de tus pies»[i].

14 Por lo tanto, los ángeles solo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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