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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
1 Samuel 3

Vocación de Samuel

El joven Samuel estaba al servicio del Señor bajo la custodia de Elí. Por aquel entonces los mensajes del Señor eran excepcionales y escaseaban las visiones. Cierto día Elí dormía en su habitación; sus ojos se estaban apagando y no podía ver. La lámpara divina aún no se había extinguido y Samuel dormía en el santuario del Señor, donde está el Arca de Dios. El Señor llamó a Samuel que respondió:

— ¡Aquí estoy!

Fue corriendo adonde estaba Elí y le dijo:

— Aquí estoy, presto a tu llamada.

Elí le contestó:

— Yo no te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte.

Y Samuel fue a acostarse. El Señor volvió a llamar otra vez a Samuel y este se levantó y se presentó ante Elí, diciendo:

— Aquí estoy, presto a tu llamada.

Elí contestó:

— Yo no te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte. Y es que Samuel todavía no conocía al Señor, ni se le había revelado su palabra. El Señor volvió a llamar a Samuel por tercera vez y él se levantó y se presentó ante Elí, diciendo:

— Aquí estoy, presto a tu llamada.

Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al muchacho y le dijo:

— Vuelve a acostarte y si alguien te llama, respóndele: “Habla, Señor, que tu servidor escucha”.

Y Samuel se fue a acostar a su habitación. 10 El Señor volvió a insistir y lo llamó como antes:

— ¡Samuel! ¡Samuel!

Y él le respondió:

— Habla, que tu servidor escucha.

11 Y el Señor dijo a Samuel:

— Mira, voy a hacer una cosa en Israel que a los que la oigan les retumbarán los oídos. 12 En ese momento voy a cumplir todo lo que he anunciado contra Elí y su familia de principio a fin. 13 Ya le he comunicado que voy a condenar a su familia para siempre, porque él sabía que sus hijos ultrajaban a Dios, pero no los corrigió. 14 Por eso, juro a la familia de Elí que ni sacrificios ni ofrendas podrán reparar nunca su delito.

15 Samuel se acostó hasta la mañana siguiente. Luego abrió las puertas del santuario, pero no se atrevió a contarle a Elí la visión. 16 Elí lo llamó:

— Samuel, hijo mío.

Y él contestó:

— Aquí estoy.

17 Elí le preguntó:

— ¿Qué te ha dicho? No me lo ocultes. Que Dios te castigue si me ocultas una sola palabra de lo que te ha dicho.

18 Entonces Samuel se lo contó todo, sin omitir nada. Elí comentó:

— Él es el Señor, que haga lo que mejor le parezca.

19 Samuel seguía creciendo y el Señor lo protegía, sin dejar de cumplir ni una sola de sus palabras. 20 Así supo todo Israel, desde Dan hasta Berseba, que Samuel era un profeta acreditado ante Dios. 21 El Señor siguió manifestándose en Siló, donde revelaba su palabra a Samuel.

Romanos 3

Dios es justo y fiel

Así pues, ¿supone alguna superioridad el ser judío? ¿Tiene alguna ventaja estar circuncidado? La ventaja es grande en todos los sentidos. En primer lugar, Dios confió sus promesas a los judíos. Sí, es cierto que algunos no creyeron; pero eso, ¿qué importa? ¿Acaso su falta de fe anulará la fidelidad de Dios? ¡De ningún modo! Dios es veraz aunque el ser humano sea mentiroso. Lo dice la Escritura: Tus palabras pondrán de manifiesto que eres fiel y en cualquier pleito saldrás vencedor. Pero si nuestra maldad sirve para poner de relieve la bondad de Dios, hablando con lógica humana tendríamos que preguntarnos: ¿No será Dios injusto al descargar su ira sobre nosotros? ¡De ningún modo! Pues ¿cómo podría Dios, en tal caso, juzgar al mundo? Pero si mi infidelidad sirve para destacar y engrandecer la fidelidad de Dios, ¿por qué voy a ser condenado como si fuera un pecador? Algunos calumniadores dicen que yo enseño aquello de “hacer el mal para que venga el bien”. ¡Esos tales tienen bien merecido el castigo!

Todos somos culpables

En resumen, ¿tenemos o no tenemos ventaja los judíos? Ciertamente ninguna, pues acabamos de probar que tanto judíos como no judíos, todos están sometidos al dominio del pecado. 10 Así lo dice la Escritura:

No hay un solo inocente,
11 no hay ningún sensato,
nadie que busque a Dios.
12 Todos han errado el camino,
todos se han pervertido.
No hay ni siquiera uno que practique el bien.
13 Sepulcro hediondo es su garganta,
manantial de engaños su lengua,
veneno de serpiente las palabras de su boca,
14 sus labios rezuman amargura y maldición.
15 Están prontos para derramar sangre,
16 destrucción y miseria envuelven su vida.
17 Desconocen los caminos de la paz
18 y el respeto a Dios no existe para ellos.

19 Ahora bien, es sabido que todo lo que dice la ley, se lo dice a quienes están bajo su yugo. Nadie, por tanto, tendrá derecho a hablar y el mundo entero ha de reconocerse culpable ante Dios. 20 A nadie, en efecto, restablecerá Dios en su amistad por la observancia de la ley, pues la misión de la ley es hacernos conscientes del pecado.

La fe como fuente de salvación

21 Pero ahora, la fuerza salvadora de Dios de la que dan testimonio la Ley y los Profetas, se ha manifestado con independencia de la ley. 22 Fuerza salvadora de Dios que alcanza a todos los creyentes por medio de la fe en Jesucristo. A todos sin distinción, 23 puesto que todos pecaron y todos están privados de la gloria divina. 24 Pero Dios, por su benevolencia, los restablece en su amistad de forma gratuita mediante la liberación realizada por Jesucristo, 25 a quien Dios ha hecho, para quienes creen en su muerte, instrumento de perdón. Así, cuando perdonó los pecados cometidos en el pasado, puso de manifiesto su fuerza salvadora, 26 ya que es un Dios indulgente. Pero es sobre todo en el momento presente cuando despliega su fuerza salvadora al ser el Dios salvador que salva a cuantos creen en Jesús.

27 ¿Dónde queda, pues, el orgullo humano? Ha sido desmantelado. Y no por la observancia de la ley, sino en razón de la fe. 28 Sostengo, en efecto, que Dios restablece en su amistad al ser humano mediante la fe y no por la observancia de la ley. 29 ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de los demás pueblos? Sin duda que lo es también de los demás pueblos, 30 ya que existe un solo Dios que restablece en su amistad a todos los que tienen fe, tanto circuncisos como incircuncisos. 31 Pero ¿no estaremos destruyendo el valor de la ley al dar tanta fuerza a la fe? ¡De ningún modo! Más bien estamos consolidando la ley.

Jeremías 41

Asesinato de Godolías

41 El mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisamá, de estirpe real, vino con diez hombres a entrevistarse con Godolías, hijo de Ajicán, en Mispá. Mientras comían juntos, se levantó Ismael, hijo de Netanías, con sus diez acompañantes, y apuñalaron a Godolías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, hasta matarlo. [Godolías había sido nombrado gobernador por el rey de Babilonia]. Ismael mató también a todos los judaítas que estaban con Godolías en Mispá, así como a los soldados caldeos que se encontraban allí. Al día siguiente del asesinato de Godolías, sin que nadie lo supiese aún, llegaron ochenta hombres de Siquén, de Siló y de Samaría, con la barba rapada, con la ropa desgarrada y con incisiones en el cuerpo. Llevaban consigo ofrendas e incienso para ofrecerlos en el Templo del Señor. Ismael, hijo de Netanías, salió de Mispá a su encuentro; caminaba llorando. Al llegar donde ellos, les dijo:

— Vengan a encontrarse con Godolías, hijo de Ajicán.

Cuando ya estuvieron dentro de la ciudad, Ismael los degolló y los arrojó en la cisterna con la ayuda de los hombres que lo acompañaban. Había, además, otros diez hombres que dijeron a Ismael:

— No nos mates. Tenemos escondido en el campo trigo, cebada, aceite y miel.

Ismael desistió de su plan y no los mató como a sus compañeros. La cisterna a la que Ismael había arrojado todos los cadáveres de los hombres asesinados, una cisterna enorme, era la que había mandado excavar el rey Asá para defenderse de Basá, rey de Israel. Ismael, hijo de Netanías, la llenó de cadáveres. 10 Ismael capturó al resto de la población de Mispá y a las princesas reales que Nabusardán, jefe de la guardia, había confiado a Godolías, hijo de Ajicán. Tras hacerlos prisioneros, Ismael, hijo de Netanías, se puso en marcha para cruzar hacia territorio amonita. 11 Yojanán, hijo de Caréaj, y todos los oficiales que estaban con él se enteraron de la fechoría que había cometido Ismael, hijo de Netanías. 12 Así que reunió a todos sus hombres y se dispuso a luchar contra Ismael, hijo de Netanías. Lo encontraron junto a la gran alberca de Gabaón. 13 Cuando la gente que Ismael llevaba prisionera vio a Yojanán, hijo de Caréaj, y a todos sus oficiales, se alegró. 14 Toda la gente que Ismael llevaba cautiva desde Mispá se dio la vuelta y se pasó a Yojanán, hijo de Caréaj. 15 Pero Ismael, hijo de Netanías, escapó de Yojanán con un grupo de ocho hombres y se dirigió a territorio amonita. 16 Yojanán, hijo de Caréaj, y los oficiales que lo acompañaban se hicieron cargo del resto de gente que Ismael, hijo de Netanías, se había llevado de Mispá tras dar muerte a Godolías, hijo de Ajicán. Eran soldados, mujeres, niños y funcionarios, que Yojanán hizo volver desde Gabaón. 17 La gente se puso en marcha e hicieron una parada en el albergue de Quinhán, junto a Belén, con la intención de dirigirse hacia Egipto, 18 pues tenían miedo a los caldeos por el hecho de que Ismael, hijo de Netanías, había dado muerte a Godolías, hijo de Ajicán, a quien el rey de Babilonia había nombrado gobernador.

Salmos 17

Salmo 17 (16)

Acerca tu oído a mí, escucha mis palabras

17 Oración de David.
¡Escucha, Señor, lo que es justo! Atiende mi súplica,
presta oído a mi ruego, pues mis labios no mienten.
Tú dictarás mi sentencia,
tus ojos discernirán lo que es justo.
Me has sondeado, me has examinado de noche,
me has probado y no has hallado mal alguno.
Mi boca no ha pecado;
frente a otras conductas humanas,
yo evité el camino del violento,
siguiendo la palabra de tus labios.
He mantenido mis pasos firmes en tus sendas
y no he dejado que mis pies se extravíen.
Yo te invoco y tú, Dios, me respondes.
¡Acerca tu oído a mí, escucha mis palabras!
Haz resplandecer tu amor,
tú que salvas de sus atacantes
a quienes se refugian en ti.
Protégeme como a la niña de tus ojos,
dame cobijo a la sombra de tus alas,
que los injustos me acosan,
los enemigos me asedian con saña.
10 Han endurecido su corazón,
hablan con arrogancia;
11 me acosan, me tienen cercado
y clavan en mí sus ojos para abatirme.
12 Son como un león ávido de devorar,
como un cachorro que acecha en lo oculto.
13 ¡Ponte, Señor, en acción;
hazle frente, derrótalo!
¡Que tu espada me libre del malvado
14 y tu mano, Señor, de los mortales!
Su heredad está en esta vida;
llena, pues, su vientre con tus bienes
y que sacien a sus hijos
y a sus pequeños dejen las sobras.
15 Pero yo, Señor, me he portado rectamente
y por eso contemplaré tu rostro;
al despertarme, me saciaré de tu imagen.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España