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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Génesis 50

Funeral de Jacob

50 Luego José abrazó a su papá, lloró por él y lo besó. Después José les dijo a los médicos que lo atendían, que prepararan a su papá para el entierro. Demoraron 40 días haciendo esto, que era el tiempo que normalmente duraba la preparación para el entierro. Los egipcios guardaron 70 días de luto. Cuando terminó el luto, José habló con la corte del faraón, y le dijo:

—Si yo les agrado, háganme el favor de decirle al faraón que mi papá me hizo prometerle que lo enterraría en una cueva en la tierra de Canaán. Él mismo se preparó esa cueva como su sepulcro. Por favor déjenme ir a enterrar a mi papá y después regresaré aquí a donde están ustedes.

El faraón le dijo:

—Cumple tu promesa. Ve y entierra a tu papá.

Entonces José fue a enterrar a su papá. Lo acompañaron todos los funcionarios del rey, es decir los ancianos de su casa y todos los ancianos de Egipto. También lo acompañaron todos los familiares de José y sus hermanos. Los únicos que se quedaron en la tierra de Gosén fueron los niños menores, los rebaños y el ganado. También fueron carrozas y hombres a caballo. Era un grupo muy numeroso.

10 Cuando llegaron al lugar donde se trilla el trigo de Atad, que quedaba al otro lado del río Jordán, lloraron mucho por Jacob, y José le guardó luto por siete días. 11 Los cananeos que vivían en esa tierra vieron la tristeza que reinaba en Atad, y dijeron: «¡Los egipcios están en un luto muy triste!» Por esa razón llamaron a ese sitio Luto de los egipcios.[a] Ese lugar queda cruzando el río Jordán.

12 Los hijos de Jacob hicieron todo lo que él les había dicho. 13 Lo cargaron hasta la tierra de Canaán y lo enterraron en la cueva del campo de Macpela. Ese era el campo, cerca de Mamré, que Abraham le había comprado a Efrón el hitita para hacer un cementerio. 14 Después del funeral de su papá, José, sus hermanos y todos los que lo habían acompañado, regresaron a Egipto.

Los hermanos se disculpan con José

15 Los hermanos de José estaban temerosos porque su papá había muerto. Dijeron: «Tal vez José siga enojado con nosotros y nos haga pagar por todo el mal que le hicimos». 16 Entonces le mandaron un mensaje a José que decía: «Tu papá nos dio estas instrucciones antes de morir: 17 “Díganle esto a José: Por favor, olvida la maldad y los pecados de tus hermanos. Perdona el mal que te hicieron”. Entonces te ruego que perdones la maldad que cometieron los siervos del Dios de tu papá».

Cuando José leyó ese mensaje, se puso a llorar. 18 Luego sus hermanos fueron a buscarlo, se inclinaron ante él, y le dijeron:

—Nosotros somos tus esclavos.

19 Pero José les dijo:

—No tengan miedo. ¿Acaso puedo tomar el lugar de Dios? 20 Ustedes planearon hacerme daño, pero Dios lo hizo para bien. Lo hizo para obtener los resultados que vemos ahora, para salvarle la vida a mucha gente. 21 No tengan miedo, yo los voy a mantener a ustedes y a sus hijos.

De esta manera, José les dijo cosas buenas a sus hermanos y los hizo sentir bien.

22 José y los familiares de su papá se quedaron a vivir en Egipto. José vivió 110 años. 23 La vida de José le alcanzó para conocer a los hijos y a los nietos de Efraín y estuvo presente cuando nacieron los hijos de Maquir, hijo de Manasés.

Muerte de José

24 José les dijo a sus parientes: «Me estoy muriendo, pero con seguridad Dios va a venir a cuidarlos, los va a sacar de este país y los va a guiar hacia la tierra que le prometió a Abraham, Isaac y a Jacob». 25 José hizo que los hijos de Jacob le hicieran una promesa. Les dijo: «Cuando Dios venga por ustedes, llévense mis huesos de aquí».

26 José murió a los 110 años de edad, lo embalsamaron y lo colocaron en un ataúd en Egipto.

Lucas 3

Misión de Juan el Bautista

(Mt 3:1-12; Mr 1:1-8; Jn 1:19-28)

El emperador Tiberio llevaba 15 años gobernando, cuando Poncio Pilato gobernaba en Judea, Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Felipe gobernaba en la región de Iturea y Traconite[a] y Lisanias gobernaba en Abilene. Anás y Caifás eran los sumos sacerdotes. En ese tiempo, Dios le habló en el desierto a Juan, el hijo de Zacarías. Juan iba por toda la región del río Jordán, anunciándoles a todos que cambiaran su manera de pensar y de vivir, y que se bautizaran para que Dios les perdonara sus pecados. Esto estaba de acuerdo con lo que había escrito el profeta Isaías:

«Alguien grita en el desierto:
“¡Preparen el camino para el Señor;
    háganle caminos derechos!
Todo valle será llenado,
    toda montaña y colina será allanada.
Las sendas torcidas serán enderezadas,
    y los caminos escabrosos serán alisados.
(A)Todo el mundo verá la salvación que viene de Dios”».[b]

Cuando la multitud venía para que Juan los bautizara, él les decía: «¡Partida[c] de víboras! ¿Quién les advirtió que escaparan de la ira de Dios que está por venir? Vivan de tal manera que demuestre que realmente han cambiado. Y no me vengan con que “Abraham es nuestro antepasado”, porque les aseguro que Dios puede convertir hasta estas piedras en descendientes de Abraham. Y ya también el hacha está lista para cortar los árboles de raíz. Por tanto, todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y echado al fuego para que se queme».

10 La multitud le preguntó:

—¿Entonces qué debemos hacer?

11 Juan les contestó:

—El que tenga dos mantos que le dé uno al que no tiene y el que tenga comida que la comparta.

12 Algunos cobradores de impuestos vinieron también a bautizarse y le dijeron a Juan:

—¿Maestro, qué debemos hacer?

13 Él les dijo:

—No cobren más de lo debido.

14 Algunos soldados también le preguntaron:

—¿Y qué debemos hacer nosotros?

Él les dijo:

—No estafen ni chantajeen a nadie y confórmense con su salario.

15 La gente estaba a la expectativa y se preguntaba: «¿Será posible que Juan sea el Mesías?» 16 Juan les respondió a todos: «Los bautizo con agua, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo. Ni siquiera soy digno de desatar las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 17 Vendrá preparado para separar el trigo de la paja.[d] Guardará el trigo bueno en el granero y quemará la paja en un fuego que nunca se apagará». 18 Juan seguía anunciando las buenas noticias y animaba a la gente a cambiar.

Juan el Bautista en la cárcel

19 Tiempo después Juan criticó a Herodes, el gobernador, por vivir con Herodías, la esposa de su hermano, y también por otras maldades que había cometido. 20 Y a esas maldades, Herodes añadió una más: metió a Juan en la cárcel.

Bautismo de Jesús

(Mt 3:13-17; Mr 1:9-11)

21 Toda la gente se estaba bautizando, y Jesús también fue bautizado. Mientras estaba orando, el cielo se abrió 22 y el Espíritu Santo bajó en forma de paloma. Entonces vino una voz del cielo que decía: «Tú eres mi hijo amado. Estoy muy contento contigo».

Historia familiar de José

(Mt 1:1-17)

23 Jesús tenía unos 30 años cuando comenzó a enseñar. La gente creía que él era hijo de José, y

José era hijo de Elí.

24 Elí era hijo de Matat.

Matat era hijo de Leví.

Leví era hijo de Melquí.

Melquí era hijo de Jana.

Jana era hijo de José.

25 José era hijo de Matatías.

Matatías era hijo de Amós.

Amós era hijo de Nahúm.

Nahúm era hijo de Esli.

Esli era hijo de Nagai.

26 Nagai era hijo de Maat.

Maat era hijo de Matatías.

Matatías era hijo de Semei.

Semei era hijo de Josec.

Josec era hijo de Judá.

27 Judá era hijo de Joanán.

Joanán era hijo de Resa.

Resa era hijo de Zorobabel.

Zorobabel era hijo de Salatiel.

Salatiel era hijo de Neri.

28 Neri era hijo de Melquí.

Melquí era hijo de Adi.

Adi era hijo de Cosam.

Cosam era hijo de Elmodam.

Elmodam era hijo de Er.

29 Er era hijo de Josué.

Josué era hijo de Eliezer.

Eliezer era hijo de Jorim.

Jorim era hijo de Matat.

Matat era hijo de Leví.

30 Leví era hijo de Simeón.

Simeón era hijo de Judá.

Judá era hijo de José.

José era hijo de Jonán.

Jonán era hijo de Eliaquim.

31 Eliaquim era hijo de Melea.

Melea era hijo de Mainán.

Mainán era hijo de Matata.

Matata era hijo de Natán.

Natán era hijo de David.

32 David era hijo de Isaí.

Isaí era hijo de Obed.

Obed era hijo de Booz.

Booz era hijo de Salmón.

Salmón era hijo de Naasón.

33 Naasón era hijo de Aminadab.

Aminadab era hijo de Admín.

Admín era hijo de Arní.

Arní era hijo de Esrom.

Esrom era hijo de Fares.

Fares era hijo de Judá.

34 Judá era hijo de Jacob.

Jacob era hijo de Isaac.

Isaac era hijo de Abraham.

Abraham era hijo de Taré.

Taré era hijo de Nacor.

35 Nacor era hijo de Serug.

Serug era hijo de Ragau.

Ragau era hijo de Péleg.

Péleg era hijo de Héber.

Héber era hijo de Sala.

36 Sala era hijo de Cainán.

Cainán era hijo de Arfaxad.

Arfaxad era hijo de Sem.

Sem era hijo de Noé.

Noé era hijo de Lamec.

37 Lamec era hijo de Matusalén.

Matusalén era hijo de Enoc.

Enoc era hijo de Jared.

Jared era hijo de Mahalaleel.

Mahalaleel era hijo de Cainán.

38 Cainán era hijo de Enós.

Enós era hijo de Set.

Set era hijo de Adán.

Adán era hijo de Dios.

Job 16-17

Job responde

16 Entonces Job respondió:

«Todo eso ya lo he oído antes.
    ¡Vaya consuelo el que recibo de ustedes!
¿A qué vienen tantas palabras sin provecho alguno?
    ¿Qué clase de consuelo me ofrecen?
Es cierto que yo también hablaría como ustedes lo hacen
    si ustedes estuvieran en mi lugar.
Contra ustedes sería brillante al debatir,
    pero al menos les tendría compasión.
Les diría algo que los animara;
    con simpatía les daría esperanza.

»Hablo, y no se aleja el dolor.
    Pero si me callo, ¿de qué me libraría?
Ahora él me tiene postrado.
    ¿Fuiste tú quien destruyó a todos los que me rodeaban?
Has hecho que me acabe y debilite.
    La gente piensa que estoy así porque soy culpable.

»Él está furioso conmigo y me hace pedazos.
    Me odia y rechina los dientes contra mí.
    Mi adversario me tiene entre ojos.
10 Ellos abren la boca para reírse de mí,
    me corrigen a cachetadas y me apretujan.

11 »Dios me entrega en las garras de gente mala,
    y me arroja para que caiga directamente en manos de los perversos.
12 Yo estaba bien, pero de repente Dios me destruyó.
    Me agarró por el cuello y me rompió en mil pedazos;
    me hizo su blanco.
13 Los arqueros de Dios me rodean.
    Él dispara sus flechas contra mis riñones[a] sin compasión,
    y riega mi bilis sobre la tierra.
14 Destruye todas mis defensas
    y corre hacia mí como un soldado en batalla.
15 He cosido un costal sobre mi piel,
    y he hundido la cabeza en el polvo.
16 Mi cara está roja de tanto llorar,
    tengo ojeras negras y profundas,
17 aunque nunca ejercí violencia contra nadie
    y mi oración es sincera.

18 »Tierra, no cubras mi sangre
    ni albergues mi queja.
19 Incluso ahora, mi testigo está en el cielo,
    y en las alturas hay quien me defienda.
20 Mis amigos se burlan de mí,
    y mis ojos llenos de lágrimas buscan a Dios.
21 Pero él defenderá ante Dios a un ser humano,
    como lo haría alguien por su amigo.
22 Porque dentro de poco me iré
    y tomaré el camino sin retorno.

17 »Mi espíritu está destrozado,
    mi vida se acaba,
    la tumba me espera.
Ciertamente todos se burlan de mí,
    y observo sus acciones desleales.
Te ruego que seas mi garante,
    ¿quién más podría respaldarme?
Tú has cerrado su mente para que no entiendan.
    Por eso no los pongas en alta estima.
El que traiciona a sus amigos por una recompensa,
    verá sufrir a sus hijos.
Él me ha convertido en un refrán para los pueblos
    y todos me escupen a la cara.
Mis ojos están hinchados de tanto llorar;
    todo mi cuerpo parece una sombra.
La gente buena sufre al ver mi condición;
    el inocente se indigna ante el perverso.
El íntegro mantiene su recto vivir
    y el libre de culpa se fortalece.
10 Pero, todos ustedes, vuelvan a atacarme,
    que yo no encontraré ni un solo sabio entre ustedes.
11 Mi corazón está hecho pedazos, mi vida desapareció;
    fracasaron mis planes y esperanzas.
12 Ellos llaman noche al día,
    y luz a la oscuridad.

13 »Si deseo hacer del lugar de los muertos mi casa,
    si tiendo mi cama en la oscuridad,
14 si le digo al sepulcro: “Tú eres mi papá”,
    y al gusano: “Tú eres mi mamá o mi hermana”,
15 entonces, ¿dónde quedará mi esperanza?
    ¿Quién podrá verla?
16 ¿Se irá a las puertas del lugar de los muertos?
    ¿Bajaremos juntos al polvo?»

1 Corintios 4

Apóstoles de Cristo

Así que la gente debe vernos simplemente como siervos de Cristo, como aquellos en quienes Dios ha confiado para enseñar su plan secreto. Además, una persona en la que alguien ha confiado debe demostrar que es digna de esa confianza. Me tiene sin cuidado que me juzguen ustedes o un tribunal humano. Ni siquiera yo mismo me juzgo. Hasta donde yo sé, no he hecho nada malo, pero no por eso soy inocente. El Señor es quien me juzga. Por eso les aconsejo que no juzguen antes de tiempo. Esperen a que el Señor venga. Él iluminará todo lo que está en la oscuridad y descubrirá las intenciones del corazón. En ese momento, Dios dará a cada uno la alabanza que se merezca.

Hermanos, les pongo como ejemplo de todo esto a Apolos y a mí mismo. Lo hago para que con nuestro ejemplo ustedes aprendan lo que significa: «Sólo obedezcan lo que está escrito». Así no sentirán orgullo por un hombre y odio por otro. ¿Quién ha dicho que tú eres mejor que los demás? Todo lo que tienes, Dios te lo ha dado. Entonces, ¿por qué presumes como si lo hubieras conseguido tú mismo?

Ustedes se creen que ya tienen todo lo que necesitan, que ya se han vuelto muy ricos, y que gobiernan como reyes sin nuestra ayuda. Qué bueno sería si en verdad fueran reyes para que pudiéramos gobernar con ustedes. Pues me parece que a nosotros los apóstoles, Dios nos ha dado el último lugar, como si estuviéramos condenados a morir frente a todos. Parece como si fuéramos un espectáculo para todo el mundo, tanto para los ángeles como para los humanos. 10 Por la causa de Cristo, nosotros nos hemos convertido en tontos, mientras que para ustedes seguir a Cristo significa que son sabios. Nosotros somos débiles, pero ustedes creen que son fuertes. A ustedes los honran y a nosotros nos desprecian. 11 Incluso ahora, tenemos hambre y sed, nos hace falta ropa, la gente nos maltrata y no tenemos un hogar. 12 Tenemos que trabajar mucho para vivir. Cuando nos maltratan con palabras, hablamos bien de ellos. Cuando nos persiguen, lo soportamos. 13 Cuando dicen algo malo de nosotros, les hablamos amablemente. Hasta hoy, nos tratan como la basura del mundo, como los desechos de todos.

14 No les escribo esto para avergonzarlos, sino para darles consejos como a hijos míos queridos. 15 En su vida con Cristo podrían tener miles de tutores, pero no más de un padre. Me convertí en su padre cuando les anuncié la buena noticia de salvación, y ustedes formaron parte de Cristo. 16 Por eso les suplico que sigan mi ejemplo, 17 y también por eso les he mandado a Timoteo, quien como seguidor del Señor es mi hijo estimado y fiel. Él les ayudará a recordar mi manera de vivir como seguidor de Jesucristo. Esa es la misma manera de vivir que enseño en todas las iglesias.

18 Algunos de ustedes se han vuelto arrogantes porque creen que yo no voy a regresar. 19 Pero pronto iré a visitarlos, si el Señor quiere. Cuando esté allá, sabré no sólo lo que esos arrogantes pueden decir, sino lo que realmente pueden hacer, 20 porque el reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder. 21 ¿Qué prefieren: que yo vaya dispuesto a castigarlos, o que vaya con amor y gentileza?

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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