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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Éxodo 39

Se hacen las vestiduras sacerdotales(A)

39 Del azul, púrpura y carmesí se hicieron las vestiduras del ministerio para servir en el santuario, y se hicieron también las vestiduras sagradas para Aarón, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Se hizo también el efod de oro con azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Se hicieron láminas de oro, y se cortaron hilos para entretejerlos primorosamente con el azul, la púrpura, el carmesí y el lino. Se hicieron las hombreras, para que se juntaran y quedaran unidas en sus dos extremos. El cinto del efod que iba sobre éste era del mismo material y elaborado de la misma manera: de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Se labraron las piedras de ónice y se montaron en engastes de oro, con grabados de sello y con los nombres de los hijos de Israel, y se pusieron sobre las hombreras del efod, como piedras memoriales para los hijos de Israel, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Se hizo también el pectoral, bellamente trabajado, de la misma manera que el efod: de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Era cuadrado, y doble, y medía veintidós centímetros de largo y veintidós centímetros de ancho. 10 Se engastaron en él cuatro hileras de piedras preciosas. La primera hilera tenía un sardio, un topacio y un carbunclo; 11 la segunda hilera tenía una esmeralda, un zafiro y un diamante; 12 la tercera hilera tenía un jacinto, una ágata y una amatista, 13 y la cuarta hilera tenía un berilo, un ónice y un jaspe. Todas las piedras estaban montadas en engastes de oro. 14 Eran doce piedras, según el número de los nombres de los hijos de Israel, y cada grabado de sello tenía el nombre de una de las doce tribus. 15 Se hicieron también sobre el pectoral los cordones de oro puro en forma de trenza. 16 Se hicieron también dos engastes y dos anillos de oro, y se pusieron dos anillos de oro en los dos extremos del pectoral. 17 Los dos cordones de oro se fijaron en los dos anillos, en los extremos del pectoral. 18 Se fijaron también los otros dos extremos de los dos cordones de oro en los dos engastes que había por delante, sobre las hombreras del efod. 19 Se hicieron también otros dos anillos de oro, los cuales pusieron en los dos extremos del pectoral, en su orilla, frente a la parte baja del efod. 20 Se hicieron además dos anillos de oro, los cuales se pusieron en la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo, cerca de su juntura, sobre el cinto del efod. 21 Y ataron el pectoral por sus anillos a los anillos del efod con un cordón de azul, para que quedara sobre el cinto del mismo efod y no se apartara del efod el pectoral, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

22 Se hizo también el manto del efod, tejido artísticamente, todo de azul, 23 con una abertura en el centro, como el cuello de un coselete, con un borde alrededor de la abertura, para que no se rompiera. 24 En las orillas del manto se hicieron granadas de azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 25 Se hicieron también campanillas de oro puro, y se pusieron campanillas entre las granadas en las orillas del manto, alrededor, entre las granadas; 26 una campanilla y una granada, otra campanilla y otra granada, en las orillas alrededor del manto, para ministrar, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

27 De igual manera, para Aarón y para sus hijos se hicieron las túnicas de lino fino, tejidas artísticamente, 28 lo mismo que la mitra de lino fino, y los adornos de las tiaras de lino fino, y los calzoncillos de lino torcido. 29 También el cinto de lino torcido, de azul, púrpura y carmesí, recamado artísticamente, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

30 Se hizo también la placa de oro puro para la diadema santa, y se escribió en ella, a manera de sello: CONSAGRADO AL SEÑOR. 31 En ella se puso un cordón de azul para colocarla por arriba de la mitra, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Termina la obra del tabernáculo(B)

32 Así concluyó la obra del tabernáculo de reunión, y los hijos de Israel hicieron todo tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés. 33 Y llevaron el tabernáculo a Moisés, es decir, el tabernáculo y todos sus utensilios: sus corchetes, sus tablas, sus travesaños, sus columnas, sus bases, 34 la cubierta de piel de carnero teñida de rojo, la cubierta de piel de delfín, el velo del frente, 35 el arca del testimonio y sus varas, el propiciatorio, 36 la mesa con todos sus vasos, el pan de la proposición, 37 el candelero de oro puro, sus lamparillas, las lamparillas que debían mantenerse en orden y todos sus utensilios, el aceite para las lámparas, 38 el altar de oro, el aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina para la entrada del tabernáculo, 39 el altar de bronce con su enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios, la fuente y su base, 40 las cortinas del atrio, sus columnas y sus bases, la cortina para la entrada del atrio, sus cuerdas y sus estacas, todos los utensilios del servicio del tabernáculo de reunión, 41 las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón, y las vestiduras de sus hijos, para ministrar en el sacerdocio. 42 Los hijos de Israel hicieron todo en conformidad con todo lo que el Señor le había ordenado a Moisés. 43 Y cuando Moisés vio toda la obra, y comprobó que la habían hecho tal y como el Señor lo había ordenado, los bendijo.

Juan 18

Arresto de Jesús(A)

18 Luego de haber dicho estas cosas, Jesús salió con sus discípulos hacia el otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, y entró en él con sus discípulos. También Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Así que Judas tomó una compañía de soldados, y algunos alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, y fue allí con linternas, antorchas y armas. Pero Jesús, que sabía todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les preguntó: «¿A quién buscan?» Le respondieron: «A Jesús nazareno.» Jesús les dijo: «Yo soy.» Y con ellos estaba también Judas, el que lo entregaba. Cuando les dijo: «Yo soy», ellos retrocedieron y cayeron por tierra. Él volvió a preguntarles: «¿A quién buscan?» Y ellos dijeron: «A Jesús nazareno.» Respondió Jesús: «Ya les he dicho que yo soy. Si es a mí a quien buscan, dejen que éstos se vayan.» Esto, para que se cumpliera lo que había dicho: «De los que me diste, no perdí a ninguno.» 10 Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó e hirió con ella al siervo del sumo sacerdote, que se llamaba Malco, y le cortó la oreja derecha. 11 Pero Jesús le dijo a Pedro: «Regresa la espada a su vaina. ¿Acaso no he de beber la copa(B) que el Padre me ha dado?»

Jesús ante el sumo sacerdote(C)

12 Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos aprehendieron a Jesús. Lo ataron 13 y lo llevaron primeramente a Anás, que era suegro de Caifás, porque ese año era sumo sacerdote. 14 Caifás era el que había aconsejado a los judíos que era conveniente que un solo hombre muriera por el pueblo.(D)

Pedro en el patio de Anás(E)

15 Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Como el otro discípulo era conocido del sumo sacerdote, entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; 16 mientras que Pedro se quedó afuera, a la entrada. Pero salió el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, le habló a la portera, e hizo que Pedro entrara. 17 Entonces la portera le dijo a Pedro: «¿Acaso no eres tú también uno de los discípulos de este hombre?» Y él dijo: «No lo soy.» 18 Los siervos y los alguaciles, que habían encendido un fuego porque hacía frío y se calentaban, estaban de pie; y también de pie, calentándose con ellos, estaba Pedro.

Anás interroga a Jesús(F)

19 El sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su enseñanza. 20 Jesús le respondió: «Yo he hablado al mundo abiertamente. Siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos. Nunca he dicho nada en secreto. 21 ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han oído, de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho.» 22 Al decir esto Jesús, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada y le dijo: «¿Y así le respondes al sumo sacerdote?» 23 Jesús le dijo: «Si he hablado mal, señálame el mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me golpeas?» 24 Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.

Pedro niega a Jesús(G)

25 Pedro estaba allí de pie, calentándose, y le dijeron: «¿Acaso no eres tú uno de sus discípulos?» Él lo negó, y dijo: «No lo soy.» 26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, le dijo: «¿Qué, no te vi yo en el huerto con él?» 27 Pedro lo negó otra vez; y enseguida cantó el gallo.

Jesús ante Pilato(H)

28 Llevaron a Jesús de la casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio, para no contaminarse y así poder comer la pascua. 29 Entonces Pilato salió a preguntarles: «¿De qué acusan a este hombre?» 30 Ellos le dijeron: «Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.» 31 Pero Pilato les dijo: «Llévenselo ustedes, y júzguenlo de acuerdo con su ley.» Y los judíos le dijeron: «A nosotros no se nos permite dar muerte a nadie.» 32 Esto, para que se cumpliera la palabra que Jesús había dicho, y en la que daba a entender de qué muerte iba a morir.(I)

33 Pilato volvió a entrar en el pretorio; llamó entonces a Jesús, y le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» 34 Jesús le respondió: «¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?» 35 Pilato le respondió: «¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han puesto en mis manos. ¿Qué has hecho?» 36 Respondió Jesús: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» 37 Le dijo entonces Pilato: «¿Así que tú eres rey?» Respondió Jesús: «Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.» 38 Le dijo Pilato: «¿Y qué es la verdad?»

Y dicho esto, salió otra vez a decirles a los judíos: «Yo no hallo en él ningún delito. 39 Pero ustedes tienen la costumbre de que les suelte un preso en la pascua. ¿Quieren que les suelte al Rey de los judíos?» 40 Todos ellos gritaron de nuevo, y dijeron: «¡No sueltes a éste! ¡Suelta a Barrabás!» Y Barrabás era un ladrón.

Proverbios 15

15 La respuesta amable calma la ira;
la respuesta grosera aumenta el enojo.
La lengua sabia adorna el conocimiento;
la boca de los necios profiere tonterías.
Los ojos del Señor están en todas partes,
y observan a los malos y a los buenos.
La lengua apacible es árbol de vida;
la lengua perversa daña el espíritu.
El necio desprecia la corrección de su padre;
el que la acata, alcanza la prudencia.
En la casa del justo siempre hay abundancia;
en las ganancias del impío siempre hay problemas.
La boca de los sabios imparte conocimientos;
el corazón de los necios hace todo lo contrario.
El Señor aborrece las ofrendas de los impíos,
pero recibe con agrado la oración de los rectos.
El Señor aborrece el camino del impío,
pero ama al que va en pos de la justicia.
10 Para el descarriado, la corrección es molesta;
pero aborrecerla conduce a la muerte.
11 Ante el Señor están la muerte y el sepulcro,
¡y también el corazón de los seres humanos!
12 Al burlón no le gusta que lo reprendan,
ni tampoco se junta con los sabios.
13 Un corazón alegre le hace bien al rostro,
pero las penas del corazón abaten el ánimo.
14 El corazón entendido tiene hambre de saber;
la boca del necio se alimenta de tonterías.
15 Si estás triste, todos los días son malos;
si estás feliz, todos los días son de fiesta.
16 Es mejor lo poco, con el temor del Señor,
que lo mucho, con muchos problemas.
17 Es mejor comer legumbres con amor,
que comer carne de res con odio.
18 El hombre iracundo provoca conflictos;
el que se controla, aplaca las rencillas.
19 El perezoso va por una senda espinosa;
el hombre recto camina como en una calzada.
20 El hijo sabio hace feliz a su padre;
el hijo necio hace infeliz a su madre.
21 Al necio, ser necio lo hace feliz,
pero el que es entendido corrige sus pasos.
22 Los planes fracasan por falta de consejos,
pero triunfan cuando hay muchos consejeros.
23 El hombre es feliz cuando sabe responder;
¡y qué buena es una respuesta oportuna!
24 Para el entendido, la vida es un camino ascendente
que lo aleja de caer en el sepulcro.
25 El Señor destruye la casa de los soberbios,
pero afirma el patrimonio de la viuda.
26 Al Señor le repugnan los planes malvados,
pero las palabras amables le son aceptables.
27 El que es ambicioso trastorna su casa,
pero el que desprecia el soborno vivirá.
28 El justo piensa bien, antes de responder;
la boca de los impíos profiere malas palabras.
29 El Señor está lejos de los impíos,
pero oye la oración de los justos.
30 La luz de los ojos alegra el corazón,
y las buenas noticias fortalecen los huesos.
31 El que presta oído a las advertencias de vida,
convivirá con los sabios.
32 Despreciar la disciplina es no apreciarse uno mismo;
obedecer la corrección es poseer entendimiento.
33 El temor del Señor corrige y da sabiduría;
antes que honra, humildad.

Filipenses 2

Humillación y exaltación de Cristo

Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completen mi gozo sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. No hagan nada por contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo. No busque cada uno su propio interés, sino cada cual también el de los demás. Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese(A) que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre.

Luminares en el mundo

12 Por tanto, amados míos, ya que siempre han obedecido, no sólo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocúpense en su salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad.

14 Háganlo todo sin murmuraciones ni peleas, 15 para que sean irreprensibles y sencillos, e intachables hijos de Dios en medio de una generación maligna y perversa,(B) en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo, 16 aferrados a la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido ni trabajado en vano. 17 Y aunque mi vida sea derramada en libación sobre el sacrificio y servicio de la fe de ustedes, me gozo y regocijo con todos ustedes. 18 Y asimismo, también ustedes gócense y regocíjense conmigo.

Timoteo y Epafrodito

19 Espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo, para que yo también pueda regocijarme al saber cómo se encuentran ustedes; 20 pues no tengo a nadie con ese mismo ánimo, y que con tanta sinceridad se interese por ustedes. 21 Porque todos buscan su propio interés, y no lo que es de Cristo Jesús. 22 Pero ya conocen los méritos de él, que ha servido conmigo en el evangelio como sirve un hijo a su padre. 23 Así que espero enviarlo a ustedes tan pronto vea yo cómo van mis asuntos, 24 y confío en el Señor que yo también iré pronto a ustedes.

25 Pero consideré necesario enviarles a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de lucha, y además mensajero de ustedes y proveedor de mis necesidades, 26 porque él tenía grandes deseos de verlos a todos ustedes, y se angustió mucho al saber que ustedes se enteraron de su enfermedad. 27 A decir verdad, sí estuvo enfermo y a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no añadiera más tristeza a mis tristezas. 28 Así que lo he enviado con la mayor urgencia para que, al verlo de nuevo, ustedes puedan alegrarse y yo tener menos tristeza. 29 Recíbanlo en el Señor con todo gozo, y tengan en alta estima a los que son como él; 30 porque por la obra de Cristo estuvo a punto de morir, y hasta arriesgó su vida por mí, para suplir el servicio que de ustedes me faltaba.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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