Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Samuel 2

David, rey de Judá

Después, David pidió consejo al SEÑOR:

—¿Me apodero de[a] alguna de las ciudades de Judá?

—Sí—respondió el SEÑOR.

—¿A dónde debo ir?—preguntó David.

—A Hebrón—respondió.

Así que David y sus dos esposas se fueron a Hebrón. Sus esposas eran Ajinoán la jezrelita, y Abigail la que había sido esposa de Nabal de Carmel. David también llevó consigo a sus hombres con sus familias, y todos se establecieron en Hebrón y los pueblos vecinos. Los habitantes de Judá fueron a Hebrón, y allí consagraron[b] a David como rey de Judá. Cuando le avisaron a David que los habitantes de Jabés de Galaad habían sepultado a Saúl, él les envió el siguiente mensaje: «Que el SEÑOR los bendiga por haberle mostrado fiel amor a su señor Saúl y por haberle dado sepultura.[c] El SEÑOR les mostrará su fiel amor y su lealtad, y yo también quiero agradecerles lo que han hecho. Sean fuertes y valientes, pues aunque su señor Saúl ha muerto, el pueblo de Judá me ha consagrado como su rey».

Guerra entre Israel y Judá

Abner hijo de Ner, general del ejército de Saúl, llevó a Isbaal[d] hijo de Saúl a Majanayin, y lo hizo rey de Galaad, de Guesurí[e], de Jezrel, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel[f]. 10 Isbaal hijo de Saúl tenía 40 años cuando empezó su reinado sobre Israel, y reinó durante dos años. El pueblo de Judá seguía a David, 11 quien gobernó al pueblo de Judá desde Hebrón durante siete años y seis meses.

12 Abner hijo de Ner salió de Majanayin hacia Gabaón con las tropas de Isbaal hijo de Saúl. 13 Joab hijo de Sarvia y las tropas de David también salieron para Gabaón. Los dos ejércitos se encontraron a lados opuestos en el estanque de Gabaón.

14 Abner le dijo a Joab:

—Propongo que salgan los soldados jóvenes y combatan aquí.

Joab le dijo:

—Sí, estoy de acuerdo.

15 Los dos grupos eligieron a sus hombres para el combate, doce de la tribu de Benjamín para pelear por Isbaal hijo de Saúl, y doce de las tropas de David. 16 Cada uno agarró a su oponente por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de manera que los combatientes de ambos bandos murieron al mismo tiempo. Por eso ese lugar de Gabaón se conoce como campo de las dagas[g]. 17 El combate se convirtió en una dura batalla y las tropas de David derrotaron a Abner y a los israelitas ese día. 18 Sarvia tenía tres hijos: Joab, Abisay y Asael. Este último corría tan ligero como un venado del campo. 19 Asael corrió tras Abner, persiguiéndolo. 20 Abner vio hacia atrás y preguntó:

—¿Eres tú, Asael?

Asael dijo:

—Sí, soy yo.

21 Así que Abner le dijo a Asael:

—Déjame en paz. Persigue a algún otro soldado y apodérate de su armadura.

Pero Asael no dejó de perseguir a Abner.

22 Entonces Abner le dijo de nuevo a Asael:

—Déjame en paz o tendré que matarte, y entonces no podré darle la cara a tu hermano Joab.

23 Pero como Asael no dejaba de perseguirlo, Abner le clavó la parte trasera de su lanza en el estómago, de modo que la lanza salió por su espalda, matándolo al instante. El cuerpo de Asael quedó en el suelo, y todos los hombres al pasar se detenían a verlo. 24 Pero Joab y Abisay siguieron persiguiendo a Abner. Al ponerse el sol, llegaron a la colina de Amá, frente a Guiaj, camino al desierto de Gabaón. 25 Los hombres de la tribu de Benjamín rodearon a Abner en la cima de la colina. 26 Abner le gritó a Joab y le dijo:

—¿Vamos a continuar esta matanza? Esto sólo traerá tristeza, dile al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos.

27 Entonces Joab dijo:

—Bien dices. Tan cierto como que Dios vive que si no hubieras dicho nada, mañana los soldados seguirían persiguiendo a sus hermanos.

28 Así que Joab tocó la trompeta y los soldados dejaron de perseguir a los israelitas. Ya ni lo intentaron. 29 Esa noche Abner y sus hombres atravesaron el valle del Jordán, hasta cruzar el río, y siguieron durante el día hasta que llegaron a Majanayin.

30 Joab dejó de perseguir a Abner y regresó. Al reunir a sus hombres, se dio cuenta de que faltaban Asael y 19 soldados. 31 Pero los soldados de David habían matado a 360 soldados de Abner de la tribu de Benjamín. 32 Los soldados de David tomaron el cuerpo de Asael y lo sepultaron en la tumba de su padre en Belén. Joab y sus hombres marcharon toda la noche hasta que llegaron a Hebrón al amanecer.

1 Corintios 13

Déjense guiar por el amor

13 Si yo puedo hablar varios idiomas humanos e incluso idiomas de ángeles, pero no tengo amor, soy como un metal que resuena o una campanilla que repica.

Yo puedo tener el don de profetizar y conocer todos los secretos de Dios. También puedo tener todo el conocimiento y tener una fe que mueva montañas. Pero si no tengo amor, no soy nada.

Puedo entregar todo lo que tengo para ayudar a los demás, hasta ofrecer mi cuerpo para que lo quemen.[a] Pero si no tengo amor, eso no me sirve de nada.

El amor es paciente y bondadoso.

El amor no es envidioso.

No es presumido ni orgulloso.

El amor no es descortés ni egoísta.

No se enoja fácilmente.

El amor no lleva cuenta de las ofensas.

No se alegra de la injusticia, sino de la verdad.

El amor acepta todo con paciencia.

Siempre confía.

Nunca pierde la esperanza.

Todo lo soporta.

El amor no tiene fin. Algún día, el don de profetizar cesará. El don de hablar en lenguas se acabará. El de conocimiento se terminará. Ahora sólo en parte conocemos y profetizamos, 10 pero cuando venga lo perfecto, todo lo que es en parte se acabará.

11 Cuando era niño hablaba como niño, pensaba como niño y razonaba como niño. Pero ya de adulto, dejé de comportarme como niño. 12 Sucede lo mismo con nosotros. Ahora vemos todo como el reflejo tenue de un espejo oscuro, pero cuando llegue lo perfecto, nos veremos con Dios cara a cara. Ahora mi conocimiento es parcial, pero luego mi conocimiento será completo. Conoceré a Dios tal como él me conoce a mí.

13 Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero el más grande de todos es el amor.

Ezequiel 11

Castigo para los líderes del pueblo

11 El Espíritu[a] me levantó y me llevó a la entrada oriental del templo del SEÑOR. Allí se encontraban 25 hombres. Entre ellos reconocí a Jazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaías, que eran jefes del pueblo. Dios me dijo: «Hijo de hombre, estos son los que traman la maldad y dan mal consejo en la ciudad. Son los que dicen: “Todavía no es el momento de reconstruir las casas. La ciudad es la olla y nosotros somos la carne”. Por eso, hijo de hombre, profetiza contra ellos. ¡Profetiza, hijo de hombre!»

El Espíritu del SEÑOR vino sobre mí y me ordenó que anunciara: «Así dice el SEÑOR: Ustedes han hablado correctamente, casa de Israel. Yo sé las grandes cosas que están planeando. Han aumentado sus atrocidades en esta ciudad y han llenado de cadáveres las calles. Por lo tanto, el Señor DIOS dice: Les aseguro que las atrocidades que han cometido en esta ciudad son la carne y Jerusalén es la olla. Temen a la espada, pero es lo que usaré en su contra. El Señor DIOS lo ha dicho.

»Los echaré de la ciudad, los pondré en manos de extranjeros y los castigaré con justicia. 10 Morirán a filo de espada. Los juzgaré en todo Israel y así aprenderán que yo soy el SEÑOR. 11 Jerusalén no será la olla que los proteja, pero ustedes sí serán la carne dentro de ella. Los juzgaré en todo Israel. 12 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR, cuyas leyes no obedecieron y cuyos reglamentos no mantuvieron, sino que siguieron las costumbres de las naciones extranjeras».

13 Mientras yo profetizaba, Pelatías hijo de Benaías cayó muerto. Entonces caí rostro en tierra y exclamé: «¡Ay, Señor DIOS! ¿Vas a destruir por completo al resto de Israel?»

Anuncio de un nuevo pacto

14 Entonces el SEÑOR me dijo: 15 «Hijo de hombre, los habitantes de Jerusalén hablan mal de tus hermanos, tus parientes[b] y de todo el pueblo de Israel. Ellos dicen: “Ellos se han alejado del SEÑOR y por eso nosotros hemos heredado la tierra”».

16 El Señor DIOS dice: «Los he enviado lejos, a naciones extranjeras, los dispersé por otras tierras. Por un tiempo seré un templo para ustedes, aunque por corto tiempo. 17 Así que diles: “El Señor DIOS dice: Los recogeré de entre esas naciones. Los reuniré de entre los países donde los dispersé y les daré la tierra de Israel. 18 Cuando regresen, echarán de allí todas las cosas detestables y todo lo que la profana. 19 Entonces les daré un corazón sincero y un espíritu nuevo. Cambiaré el corazón de piedra que tienen por uno de carne 20 para que cumplan mis leyes y obedezcan mis mandamientos. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 21 Pero a los que siguen con los ídolos, los castigaré por sus hechos detestables y repugnantes. Les pediré cuentas de sus acciones. Es lo que ha dicho el Señor DIOS”».

La gloria del Señor abandona Jerusalén

22 Luego, los querubines levantaron sus alas, con las ruedas al lado de ellos y la gloria del Dios de Israel por encima de ellos. 23 Así, la gloria del SEÑOR se elevó y salió de la ciudad y se detuvo en el Monte de los Olivos, al oriente de la ciudad. 24 A la misma vez, en la visión inspirada por el Espíritu de Dios, el Espíritu me levantó y me llevó a la tierra de los caldeos, donde estaban los exiliados[c]. Luego la visión desapareció. 25 Después les dije a los exiliados todo lo que el SEÑOR me había mostrado.

Salmos 50

El Señor acusa

Canción de Asaf.

El SEÑOR, el Dios de dioses ha hablado.
    Él ha llamado, de oriente a occidente,
    a todos los habitantes de la tierra.
Dios resplandece desde Sion,
    el monte de perfecta hermosura.
Nuestro Dios viene
    y no lo hace en silencio.
Hay un fuego destructor delante de él
    y a su alrededor se escucha una fuerte tormenta.
Dios le pide al cielo y a la tierra que sean testigos
    cuando venga a juzgar a su gente.
«Mi pueblo fiel, reúnase a mi alrededor,
    ustedes que hicieron un pacto conmigo, ofreciendo un sacrificio».

Los cielos proclaman
    que Dios es un juez justo. Selah

«¡Pueblo mío, Israel, escúchame!
    Yo presento mi caso contra ti.
    ¡Yo soy Dios, tu Dios!
No me quejo de las ofrendas
    y sacrificios que me ofreces continuamente.
No te voy a pedir novillos de tu ganado
    ni machos cabríos de tus corrales,
10 ya que soy el dueño de todos los animales del bosque
    y del ganado que está en mil montes.
11 Yo conozco a todas las aves que habitan las montañas,
    y son míos todos los animales que se mueven en el campo.
12 Si tuviera hambre, no te lo diría,
    porque soy dueño del mundo y de todo lo que hay en él.
13 ¿Acaso me alimento yo de carne de toros
    o bebo sangre de machos cabríos?
14 Así que haz una ofrenda de agradecimiento[a] a Dios
    y cumple lo que le has prometido.
15 Llámame cuando estés angustiado,
    que yo te rescataré y tú me honrarás».

16 Pero Dios le dice al perverso:
«¿Con qué derecho citas mis enseñanzas
    y hablas de mi pacto,
17 si te molesta cuando te corrijo
    y no prestas atención a mis palabras?
18 Haces amistad con ladrones
    y te juntas con los que cometen adulterio.
19 Siempre estás diciendo mentiras,
    engañando a la gente y haciendo el mal.
20 Hablas mal hasta de tus propios hermanos;
    calumnias al hijo de tu misma mamá.
21 Hiciste todo eso y yo no dije nada;
    entonces pensaste que yo era como tú.
Pero te voy a reprender
    y te acusaré cara a cara.

22 »Entiéndanlo bien,
    ustedes que se olvidan de Dios,
no sea que los haga pedazos
    y no haya quien los salve.
23 El que hace una ofrenda de agradecimiento me honra;
    pero al que vive según mis enseñanzas le daré la salvación».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International