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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Números 27

Las hijas de Zelofejad

27 Zelofejad era hijo de Héfer. El papá de Héfer era Galaad. El papá de Galaad era Maquir. Asimismo Maquir era hijo de Manasés, cuyo papá era José. Por su parte, Zelofejad tuvo sólo hijas. Las cinco eran Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá. Ellas se presentaron ante Moisés, ante el sacerdote Eleazar, ante los jefes y ante toda la comunidad a la entrada de la carpa del encuentro y expusieron su caso: «Nuestro papá murió en el desierto. Él no estaba entre los seguidores de Coré que se juntaron en contra del SEÑOR, sino que él murió por su propio pecado y no tuvo hijos varones. ¿Desaparecerá de su grupo familiar el nombre de nuestro papá sólo porque no tuvo un hijo varón? Nuestra petición es que se nos asigne nuestra parte del territorio junto con la que se asigne a los hermanos de nuestro papá».

Moisés llevó ese caso ante el SEÑOR, y el SEÑOR le dijo a Moisés: «La petición de las hijas de Zelofejad es justa, dales su parte de tierra para que hereden a sus descendientes entre los hermanos de su papá. Dales lo que le hubiera correspondido a su papá.

»Diles también a los israelitas: “En caso de que un hombre muera sin tener hijo varón, se le transferirá su tierra a sus hijas. Si no tiene ninguna hija, deben dársela a sus hermanos. 10 Si no tiene hermanos, deben dársela a los hermanos de su papá. 11 Si su papá no tiene hermanos, entonces deben darle su tierra al pariente más cercano de su tribu, quien la heredará. Ese será el procedimiento legal que deben seguir los israelitas tal como el SEÑOR se lo ordenó a Moisés”».

Josué, sucesor de Moisés

12 El SEÑOR le dijo a Moisés:

—Sube a ese monte en las montañas de Abarín y mira la tierra que le he dado a los israelitas. 13 Cuando la hayas visto, tú también te reunirás con tus antepasados así como sucedió con tu hermano Aarón, 14 porque ustedes desobedecieron mi mandato en el desierto de Sin, cuando la gente se rebeló contra mí. Ustedes no honraron mi santidad ante los israelitas cuando ellos pidieron agua. (Esto hace referencia a las aguas de Meribá[a] cerca de Cades en el desierto de Sin). 15 Moisés le dijo al SEÑOR:

16 —Te ruego SEÑOR, Dios de toda la humanidad, que elijas un hombre como jefe sobre la comunidad, 17 que los guíe en las batallas y cuide de ellos para que así la comunidad del SEÑOR no sea como un rebaño sin pastor.

18 El SEÑOR le dijo a Moisés:

—Manda a llamar a Josué hijo de Nun, que es un hombre en quien está el Espíritu, y pon tu mano sobre él. 19 Haz que se presente ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad y dale el mando delante de todos ellos. 20 Dale parte de tu autoridad para que toda la comunidad israelita le obedezca, 21 pero para consultarme, él debe presentarse ante el sacerdote Eleazar, quien usará el urim para consultar al SEÑOR. Cuando Dios lo ordene, Josué y todos los israelitas con él, irán a la guerra; y volverán también cuando él lo ordene.

22 Moisés hizo lo que el SEÑOR le había mandado, trajo a Josué y lo hizo presentarse ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad. 23 Luego Moisés puso sus manos sobre la cabeza de Josué y le dio el mando tal como el SEÑOR lo había ordenado por medio de Moisés.

Salmos 70-71

No tardes en venir

(Sal 40:13-17)

Al director. Canción de David. Para conmemorar.

¡Dios mío, apresúrate a rescatarme!
    SEÑOR, ven pronto a ayudarme.
Que los que buscan destruirme
    terminen sintiéndose avergonzados y humillados.
Que los que me desean el mal
    se retiren sin lograr nada.
Que los que se burlan de mí
    retrocedan avergonzados.
Pero que los que buscan tu ayuda
    encuentren la felicidad.
Que todos los que te aman puedan decir:
    «¡Qué grande es Dios!»

Dios mío, ven pronto y ayúdame,
    que soy pobre y humilde.
SEÑOR, tú eres quien me salva y me protege.
    Por favor no tardes en venir.

Tú eres mi esperanza

SEÑOR, en ti he buscado refugio;
    no me decepciones.
Rescátame y libérame porque eres justo.
    Escúchame y sálvame.
Sé tú mi roca
    donde acudo a refugiarme,
pues tú diste la orden de salvarme.
    Tú eres mi roca, mi fortaleza.

Dios mío, rescátame de las garras del perverso,
    del delincuente y del violento.
Señor DIOS, tú eres mi esperanza;
    he confiado en ti desde mi juventud.
He dependido de ti desde antes de nacer.
    Tú me has ayudado desde que estaba en el vientre de mi madre.
    Siempre te estoy alabando.

Tú eres mi poderoso refugio,
    y me he convertido en un ejemplo para los demás.
Te honro y alabo
    con mi boca todo el día.
No me apartes de ti en mi vejez;
    no me abandones mientras voy perdiendo fuerzas.

10 Mis enemigos hacen planes contra mí;
    se han aliado los que quieren matarme.
11 Mis enemigos dicen: «Él no tiene quién lo salve.
    Dios lo ha abandonado, ¡atrapémoslo!»
12 Dios mío, no me abandones;
    apresúrate y ven a salvarme.
13 Que mis enemigos sean avergonzados y destruidos;
    que los que quieren hacerme daño se cubran de vergüenza y humillación.

14 Pero yo siempre confiaré en ti;
    te alabaré cada día más.
15 Todo el día hablaré de tu justicia y salvación;
    aunque es algo que no alcanzo a comprender.
16 Señor DIOS, cantaré acerca de tus poderosas obras;
    haré que se recuerde tu justicia, solamente la tuya.
17 Dios mío, tú me has enseñado desde mi juventud
    y nunca he dejado de hablar de tus obras maravillosas.
18 Dios mío, no me abandones
    aun cuando esté viejo y con canas,
hasta que les cuente a las nuevas generaciones
    acerca de tu poder y de tu fortaleza.

19 Dios mío, tu justicia llega hasta el cielo;
    has hecho grandes cosas;
    no hay dios como tú.
20 Aunque me has hecho pasar por dificultades y malos ratos,
    me revivirás y me harás volver de las profundidades de la tierra.
21 Acrecentarás mi grandeza
    y volverás a consolarme.

22 Yo te agradeceré al son del instrumento de salterio,
    por tu fidelidad, Dios mío;
a ti, Santo de Israel,
    te alabaré tocando el arpa.
23 Te alabarán mis labios y todo mi ser,
    cantaré a ti porque me salvaste.
24 Mi boca hablará
    todo el tiempo de tu justicia,
pues aquellos que querían destruirme
    quedaron derrotados y humillados.

Isaías 17-18

Castigo para Damasco

17 Profecía contra Damasco[a]:

«Fíjense: Damasco pronto dejará de ser una ciudad
    y se convertirá en un montón de escombros.
Las ciudades de alrededor[b]
    serán abandonadas para siempre,
convertidas en potreros para el rebaño,
    que se echará allí sin que nadie lo moleste.
Ya no habrá más fortalezas en Efraín
    ni realeza en Damasco.
La misma triste suerte de Israel
    la correrán los que queden en Aram».
    Lo dice el SEÑOR Todopoderoso.

«Ese día la grandeza de Israel decaerá
    y ya no serán tan prósperos ni gordos como antes.
Sucederá como paso con un campo de grano
    que el segador cosecha a manojos.
Jacob desaparecerá como el grano
    durante la cosecha en el valle de Refayin[c].
Sólo quedarán unos cuantos rastrojos.
    Será como cuando sacuden un olivo
y sólo le quedan unas cuantas aceitunas en el árbol,
    dos o tres en las ramas más altas,
    cuatro o cinco en las que están más cargadas».
    Lo dice el SEÑOR, Dios de Israel.

Ese día, la gente mirará a su Creador,
    verán al Santo Dios de Israel.
Ellos no mirarán los altares
    que han hecho con sus manos;
ni las imágenes de Aserá
    ni los altares de incienso
    que han hecho con sus dedos.

Ese día, sus ciudades fortificadas serán abandonadas
    como les pasó a las ciudades de los heveos y amorreos por causa de los israelitas.
    Todo quedará hecho ruinas.
10 Israel, te olvidas del Dios que te rescata.
    Él es tu refugio entre las rocas.
    Así que haces esto.
Te la pasas cultivando hierbas delicadas
    y estás plantando viñas exóticas.
11 Las ves crecer el mismo día que las plantas,
    y en la mañana que las siembras las ves brotar.
Pero la cosecha se echará a perder
    el día que le llegue la plaga y el dolor incurable.

12 ¡Ay! El alboroto de muchos pueblos
    es como el rugido que hace el mar.
La destrucción espantosa que se les viene encima
    es como la que causa una inundación.
13 La destrucción que traen las naciones es como la inundación,
    pero Dios las regaña y ellas salen huyendo lejos.
Huyen como paja en los montes arrastrada por el viento;
    como el cardo que arrastra un ventarrón.
14 Por la tarde, lucen terribles;
    pero en la mañana ya no están.
Lo mismo sucederá con los que nos saquean;
    es la suerte de los que nos roban.

Castigo para Etiopía

18 ¡Ay!, pobre de ese país lleno del zumbido de insectos,
    más allá de los ríos de Etiopía[d],
que envía mensajeros a través del mar
    en barcos de junco sobre las aguas.
Vayan rápido, mensajeros,
    a su nación de gente alta y piel brillante.
Es gente conquistadora y temida en todas partes,
    cuyo país está surcado por ríos.
Todos ustedes, habitantes del mundo,
    los que viven en la tierra,
fíjense cuando aparezca una señal sobre los montes.
    Pongan atención cuando suene una trompeta.

Pues el SEÑOR me dijo:
«Yo estaré callado y vigilante desde el lugar donde yo vivo,
    como calor brillante cuando calienta el sol;
    como nube de rocío en el calor de la época de cosecha.
Antes de la época de cosecha,
    cuando haya pasado la floración
y las flores se conviertan en uvas maduras,
    podarán con cuchillos los vástagos de la vid,
    y cortarán las ramas y las quitarán.
Las dejarán en las montañas
    para las aves de rapiña y los animales salvajes.
En el verano les servirán de alimento a las aves.
    En el invierno se las comerán los animales salvajes».

En ese tiempo el SEÑOR Todopoderoso recibirá ofrendas
    de una nación de gente alta y piel brillante.
Nación poderosa que conquista a otras naciones,
    país surcado de ríos.
Las traerán al lugar del nombre
    del SEÑOR Todopoderoso, al monte Sion.

1 Pedro 5

El rebaño de Dios

Tengo algo que decirles a sus ancianos líderes: Yo mismo soy un anciano, soy testigo de los sufrimientos de Cristo y compartiré la gloria que nos será revelada. Les ruego que cuiden el rebaño[a] de Dios que ha sido puesto bajo su responsabilidad, y no lo hagan por obligación, sino de buena voluntad, como Dios quiere. Háganlo con entusiasmo y no por ganar dinero. No sean crueles con los que están a su cargo. Más bien, sean un buen ejemplo para ellos. Así, cuando venga nuestro gran Pastor, recibirán una corona gloriosa que nunca perderá su valor.

(A)También tengo algo que decirles a los jóvenes: acepten la autoridad de los ancianos líderes. Vístanse todos ustedes de humildad y sírvanse unos a otros porque

«Dios rechaza a los orgullosos,
    pero es bueno con los humildes».[b]

Cuando Dios los corrija con su mano poderosa, acéptenlo con humildad. Después, cuando llegue la hora, él los exaltará. Confíen a Dios todas sus preocupaciones, porque él cuida de ustedes.

Tengan dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo anda por ahí como un león rugiente buscando a quién devorar. Resistan al diablo y mantengan firmemente la fe. Sepan que sus hermanos en todo el mundo sufren igual que ustedes, 10 pero Dios, quien los llamó para compartir su gloria eterna en Cristo, les mostrará todo su generoso amor. Sufrirán por un tiempo, pero después Dios los sanará, los fortalecerá, los apoyará y evitará que caigan. 11 Él tiene todo el poder para siempre. Así sea.

Saludo final

12 Le llevará esta breve carta Silas[c], a quien considero un hermano fiel en Cristo. La escribí para darles ánimo y asegurarles que también la situación en que se encuentran ahora muestra en realidad el generoso amor de Dios. Manténganse fieles a ese generoso amor.

13 La iglesia de Babilonia[d] los saluda. Ellos fueron elegidos tal como lo fueron ustedes. Marcos, mi hijo en Cristo, también les manda saludos. 14 Salúdense unos a otros con un beso de hermanos.

La paz sea con todos ustedes que están en Cristo.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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