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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
1 Samuel 14

Dios da la victoria por medio de Jonatán

14 Aconteció cierto día que Jonatán hijo de Saúl dijo a su escudero:

—Ven, pasemos hasta el destacamento de los filisteos que está al otro lado.

Pero no lo hizo saber a su padre. Saúl estaba en las afueras de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón. Los que estaban con él eran como seiscientos hombres. El que llevaba el efod era Ajías hijo de Ajitob (hermano de Icabod), hijo de Fineas, hijo de Elí, sacerdote del SEÑOR en Silo. Pero el pueblo no sabía que Jonatán se había ido.

En el paso por donde Jonatán procuraba llegar al destacamento de los filisteos, había un peñasco agudo a un lado, y otro peñasco agudo al lado opuesto. El uno se llamaba Boses; y el otro, Sene. Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas; y el otro al sur, hacia Gabaa. Entonces Jonatán dijo a su escudero:

—Ven, pasemos al destacamento de esos incircuncisos. Quizás el SEÑOR haga algo por medio de nosotros, porque nada impide al SEÑOR salvar con muchos o con pocos.

Su escudero le respondió:

—Haz todo lo que está en tu corazón; ve, he aquí que yo estoy contigo, a tu disposición.

Y Jonatán dijo:

—He aquí que nosotros pasaremos hacia aquellos hombres y dejaremos que nos vean. Si nos dicen así: “Esperen hasta que nos acerquemos a ustedes”, entonces nos quedaremos en nuestro lugar y no subiremos hacia donde ellos están. 10 Pero si nos dicen así: “Suban hasta nosotros”, entonces subiremos; porque el SEÑOR los ha entregado en nuestra mano. Esta será la señal para nosotros.

11 Ambos se dejaron ver por el destacamento de los filisteos, y estos dijeron:

—¡He allí los hebreos que salen de las cuevas donde se habían escondido!

12 Los hombres del destacamento gritaron a Jonatán y a su escudero, diciendo:

—¡Suban hasta nosotros, y les haremos saber una cosa!

Y Jonatán dijo a su escudero:

—Sube detrás de mí, porque el SEÑOR los ha entregado en mano de Israel.

13 Jonatán subió trepando con sus manos y sus pies; y tras él, su escudero. Los filisteos caían delante de Jonatán, y su escudero los remataba detrás de él. 14 Este fue el primer ataque, en el que Jonatán y su escudero mataron a unos veinte hombres en un espacio reducido de tierra.

15 Entonces hubo pánico en el campamento, en el campo y entre toda la gente. Los del destacamento y también los destructores temblaron; y la tierra se sacudió, pues hubo gran pánico.

16 Los centinelas de Saúl miraron desde Gabaa de Benjamín, y he aquí que la multitud se dispersaba yendo en todas direcciones. 17 Entonces Saúl dijo a la gente que estaba con él:

—¡Pasen revista y vean quién de los nuestros se ha ido!

Al pasar revista, he aquí que faltaban Jonatán y su escudero.

18 Entonces Saúl dijo a Ajías:

—¡Trae el arca de Dios!

Porque el arca de Dios estaba en ese día con los hijos de Israel. 19 Y aconteció que mientras Saúl hablaba con el sacerdote, la agitación aumentaba más y más en el campamento de los filisteos. Entonces Saúl dijo al sacerdote:

—¡Retira tu mano!

20 Entonces Saúl se reunió con toda la gente que estaba con él, y fueron a la batalla. Y he aquí que la espada de cada uno se volvía contra su compañero, y había gran confusión. 21 Y los hebreos que anteriormente habían estado con los filisteos, y que habían subido con ellos de los alrededores al campamento, también ellos se pusieron de parte de los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. 22 Asimismo, todos los hombres de Israel que se habían escondido en la región montañosa de Efraín oyeron que los filisteos huían, y ellos también salieron a perseguirlos en la batalla.

23 Así el SEÑOR dio la victoria a Israel aquel día. Y la batalla llegó hasta Bet-avén.

Saúl pone en apuros al pueblo

24 Pero aquel día los hombres de Israel fueron puestos en apuros, porque Saúl había sometido al pueblo bajo juramento, diciendo: “¡Maldito sea cualquiera que coma algo antes del anochecer, hasta que yo haya tomado venganza de mis enemigos!”. Así que ninguno del pueblo había probado alimento.

25 Todo el pueblo[a] llegó a un bosque, y en la superficie del campo había miel. 26 Cuando el pueblo entró en el bosque, he aquí que la miel corría, pero nadie acercó la mano a su boca, porque el pueblo temía el juramento. 27 Pero Jonatán no había oído cuando su padre había sometido al pueblo bajo juramento. Y extendiendo la punta de una vara que llevaba en su mano, la mojó en un panal de miel y acercó su mano a su boca; y le brillaron los ojos. 28 Entonces alguien del pueblo le habló diciendo:

—Tu padre expresamente ha sometido al pueblo bajo juramento, diciendo: “Maldito sea el hombre que coma algo hoy”. Por eso desfallece el pueblo.

29 Entonces Jonatán respondió:

—Mi padre ha ocasionado destrucción al país. Vean cómo han brillado mis ojos por haber probado un poco de esta miel. 30 ¡Cuánto mejor si el pueblo hubiera comido hoy libremente del botín que tomó de sus enemigos! ¿No se hubiera ocasionado una gran derrota a los filisteos?

31 Aquel día hirieron a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón. Pero el pueblo se cansó mucho, 32 y se lanzaron sobre el botín y tomaron ovejas, vacas y terneros, a los cuales degollaron sobre el suelo. Y el pueblo los comió con la sangre.

33 Informaron a Saúl diciendo:

—¡He aquí, el pueblo está pecando contra el SEÑOR, comiendo carne con la sangre![b].

Y él dijo:

—¡Han cometido una traición! Hagan rodar una piedra grande hasta aquí[c]. 34 —Y Saúl añadió—: Dispérsense entre el pueblo y díganles que cada uno me traiga su toro, y cada cual su oveja, y dególlenlos aquí y coman. No pequen contra el SEÑOR comiendo carne con la sangre[d].

Aquella noche todo el pueblo llevó cada uno consigo su toro, y los degollaron allí.

35 Después Saúl edificó un altar al SEÑOR. Este altar fue el primero que él edificó al SEÑOR.

El pueblo libra de la muerte a Jonatán

36 Entonces dijo Saúl:

—Descendamos de noche contra los filisteos y saqueémoslos hasta el amanecer. No dejemos a ninguno de ellos.

Y dijeron:

—Haz todo lo que te parezca bien.

Luego dijo el sacerdote:

—Acerquémonos a Dios aquí.

37 Y Saúl consultó a Dios:

—¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel?

Pero aquel día él no le dio respuesta. 38 Entonces dijo Saúl:

—Acérquense acá todos los jefes del pueblo. Averigüen y vean por quién[e] ha surgido hoy este pecado. 39 ¡Vive el SEÑOR que libra a Israel, que aunque sea por mi hijo Jonatán, él morirá irremisiblemente!

En todo el pueblo no hubo quien le respondiera. 40 Entonces dijo a todo Israel:

—Ustedes se pondrán a un lado; mi hijo Jonatán y yo nos pondremos al otro.

El pueblo respondió a Saúl:

—Haz lo que te parezca bien.

41 Saúl dijo al SEÑOR Dios de Israel:

—Concédenos un resultado perfecto[f].

Fueron tomados Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre. 42 Luego dijo Saúl:

—Hagan el sorteo entre mi hijo Jonatán y yo.

Y fue tomado Jonatán. 43 Entonces Saúl dijo a Jonatán:

—Declárame: ¿Qué has hecho?

Jonatán se lo declaró diciendo:

—Es verdad que probé un poco de miel con la punta de la vara que llevaba en mi mano. Heme aquí; moriré.

44 Saúl respondió:

—¡Así me haga Dios y aun me añada, que morirás irremisiblemente, Jonatán!

45 Pero el pueblo preguntó a Saúl:

—¿Ha de morir Jonatán, el que ha logrado esta gran victoria en Israel? ¡Que no sea así! ¡Vive el SEÑOR, que no caerá a tierra ni un cabello de su cabeza, porque hoy ha actuado con Dios!

Así el pueblo libró a Jonatán, y este no murió. 46 Saúl dejó de perseguir a los filisteos, y los filisteos se fueron a su lugar.

Resumen del reinado de Saúl

47 Cuando Saúl empezó a ejercer el reinado sobre Israel, hizo la guerra contra todos sus enemigos de alrededor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba y contra los filisteos. A dondequiera que se dirigía era vencedor[g]. 48 Combatió con valentía y derrotó a Amalec, y libró a Israel de mano de los que lo saqueaban.

49 Los hijos de Saúl eran: Jonatán, Isvi y Malquisúa. Los nombres de sus dos hijas eran: el de la mayor Merab, y el de la menor Mical. 50 El nombre de su mujer era Ajinoam hija de Ajimaas. El nombre del jefe de su ejército era Abner hijo de Ner, tío de Saúl. 51 Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel.

52 Había guerra encarnizada contra los filisteos durante todo el tiempo de Saúl. Cuando Saúl veía algún hombre valiente o esforzado, lo añadía a los suyos.

Romanos 12

El sacrificio agradable a Dios

12 Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es el culto racional de ustedes. No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento de modo que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

Digo, pues, a cada uno de ustedes por la gracia que me ha sido dada, que nadie tenga más alto concepto de sí que el que deba tener; más bien, que piense con sensatez, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros pero todos los miembros no tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo pero todos somos miembros los unos de los otros. De manera que tenemos dones que varían según la gracia que nos ha sido concedida: Si es de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; si es de servicio, en servir; el que enseña, úselo en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que comparte, con liberalidad; el que preside, con diligencia; y el que hace misericordia, con alegría.

Consejos para la vida cristiana

El amor sea sin fingimiento, aborreciendo lo malo y adhiriéndose a lo bueno: 10 amándose los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndose los unos a los otros; 11 no siendo perezosos en lo que requiere diligencia; siendo ardientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación, constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. 14 Bendigan a los que les persiguen; bendigan y no maldigan. 15 Gócense con los que se gozan. Lloren con los que lloran. 16 Tengan un mismo sentir los unos por los otros, no siendo altivos sino acomodándose a los humildes. No sean sabios en su propia opinión. 17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos los hombres. 19 Amados, no se venguen ustedes mismos sino dejen lugar a la ira de Dios[a], porque está escrito: Mía es la venganza; yo pagaré[b], dice el Señor. 20 Más bien, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; pues haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza[c]. 21 No seas vencido por el mal sino vence el mal con el bien.

Jeremías 51

51 Así ha dicho el SEÑOR: “He aquí que yo levanto un viento destructor contra Babilonia y contra los habitantes de Caldea. Enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y devastarán su tierra; porque en el día del mal estarán contra ella por todos lados. No entese su arco el arquero ni toqueb su cota de malla. No perdonarán la vida a sus jóvenes. ¡Destruyan por completo todo su ejército!

“Caerán los muertos en la tierra de los caldeos, y los heridos en sus calles. Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, del SEÑOR de los Ejércitos. Ciertamente su tierra está llena de culpa contra el Santo de Israel.

“¡Huyan de en medio de Babilonia! Libren, cada uno su vida, para que no sean silenciados a causa de la maldad de ella. Porque es el tiempo de la venganza del SEÑOR; él le dará su retribución. Una copa de oro fue Babilonia en las manos del SEÑOR; una copa que embriagó a toda la tierra. De su vino bebieron los pueblos, por lo cual se enloquecieron las naciones. De repente ha caído Babilonia y ha sido quebrantada. Lamenten sobre ella; tomen bálsamo para su dolor. Quizás sanará.

“Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado. Abandónenla y vayamos, cada uno a su país; porque el juicio contra ella ha llegado hasta el cielo y se ha levantado hasta las nubes. 10 El SEÑOR ha sacado a relucir nuestras justas demandas. ¡Vengan y contemos en Sion de la obra del SEÑOR nuestro Dios!

11 “Afilen las flechas; embracen los escudos[a]. El SEÑOR ha despertado el espíritu de los reyes de Media; porque su propósito es contra Babilonia, para destruirla. Porque es la venganza del SEÑOR, la venganza por su templo.

12 “Levanten bandera contra los muros de Babilonia; refuercen la guardia, pongan centinelas, dispongan las emboscadas. Porque el SEÑOR ha hecho un plan y realizará lo que ha dicho acerca de los habitantes de Babilonia. 13 Oh, tú que habitas junto a muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, el colmo de tu codicia. 14 El SEÑOR de los Ejércitos ha jurado por sí mismo, diciendo: ‘Yo te llenaré de hombres como de langostas, y contra ti levantarán grito de victoria’.

15 “Él hizo la tierra con su poder; estableció el mundo con su sabiduría y extendió los cielos con su inteligencia. 16 Cuando emite su voz, se produce un tumulto de aguas en los cielos. Hace subir la neblina desde los extremos de la tierra. Hace los relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos.

17 “Todo hombre se embrutece por falta de conocimiento. Todo platero es avergonzado a causa de su ídolo. Porque sus ídolos de fundición son un engaño, y no hay espíritu en ellos. 18 Son vanidad, obra ridícula; en el tiempo de su castigo perecerán. 19 No es como ellos la Porción de Jacob; porque él es el Hacedor de todo, e Israel[b] es la tribu de su heredad. ¡El SEÑOR de los Ejércitos es su nombre!

20 “Una maza y un arma de guerra eres tú para mí. Por medio de ti destrozo naciones; por medio de ti destruyo reinos; 21 por medio de ti destrozo el caballo y a su jinete; por medio de ti destrozo el carro y a su conductor. 22 Por medio de ti destrozo al hombre y a la mujer; por medio de ti destrozo al anciano y al niño; por medio de ti destrozo al joven y a la joven. 23 Por medio de ti destrozo al pastor y su rebaño. Por medio de ti destrozo al labrador y su yunta; por medio de ti destrozo a los gobernadores y a los dirigentes.

24 “Ante sus ojos retribuiré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea, por todo el mal que ellos hicieron a Sion, dice el SEÑOR.

25 “He aquí, yo estoy contra ti, oh monte destructor, dice el SEÑOR, que destruyes toda la tierra. Extenderé mi mano contra ti y te haré rodar de las peñas. Te convertiré en monte quemado. 26 Nadie tomará de ti piedra para esquina ni piedra para cimiento, porque serás perpetua desolación, dice el SEÑOR.

27 “Alcen la bandera en la tierra y toquen corneta en las naciones. Reúnan contra ella a las naciones; convoquen contra ella a los reinos de Ararat, de Mini y de Asquenaz. Comisionen contra ella al capitán; hagan subir caballos como langostas erizadas. 28 Reúnan contra ella a las naciones, a los reyes de Media y a sus gobernadores, a todos sus dirigentes y a la tierra de su señorío. 29 La tierra tiembla y se retuerce; porque se ha cumplido todo el plan del SEÑOR contra Babilonia, para convertir a Babilonia en una soledad, sin ningún habitante.

30 “Los valientes de Babilonia han dejado de combatir y han quedado en sus fortalezas. Se ha agotado su valor; se han vuelto como mujeres. Han incendiado sus casas, y sus cerrojos han sido rotos. 31 Un correo sale al encuentro de otro correo, y un heraldo al encuentro de otro heraldo, para informar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada de extremo a extremo. 32 Los vados han sido tomados, los carrizales han sido quemados a fuego, y los hombres de guerra están aterrados. 33 Porque así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era. Ya es tiempo de trilla. Dentro de poco le vendrá el tiempo de la siega.

34 “‘Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha devorado, me ha causado confusión. Me ha dejado como un vaso vacío; me ha tragado como un monstruo acuático. Ha llenado su estómago con mis delicadezas y a mí me ha expulsado. 35 ¡Caiga sobre Babilonia la violencia hecha contra mí y mi carne!’, dirá la moradora de Sion. ‘¡Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea!’, dirá Jerusalén.

36 “Por tanto, así ha dicho el SEÑOR: He aquí que yo juzgo tu causa y llevaré a cabo tu venganza. Secaré las aguas de ella y haré que queden secas sus fuentes. 37 Babilonia será convertida en montones de escombros, en morada de chacales, en objeto de horror y de rechifla, sin ningún habitante. 38 A una rugirán como leones; gruñirán como cachorros de león. 39 Cuando estén en pleno calor les serviré sus banquetes; haré que se embriaguen, de modo que se alegren. Dormirán el sueño eterno y no se despertarán, dice el SEÑOR. 40 Los haré descender como corderos al matadero, como los carneros con los machos cabríos.

41 “¡Cómo ha sido tomada Sesac y fue capturada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo ha llegado Babilonia a ser objeto de horror entre las naciones! 42 Las aguas han subido sobre Babilonia, y ha sido cubierta por el tumulto de sus olas. 43 Sus ciudades se han convertido en desolación, en tierra seca y desierta. Es una tierra en la cual nadie habitará; ni hijo de hombre pasará por ella. 44 Castigaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que ha tragado. Las naciones no afluirán más a él. ¡El muro de Babilonia ha caído!

45 “¡Salgan de en medio de ella, oh pueblo mío! Libren, cada uno su vida del ardor de la ira del SEÑOR. 46 No sea que desmaye el corazón de ustedes y teman a causa del rumor que se oye en la tierra. Dentro de un año vendrá un rumor, y después de otro año, otro rumor. La violencia cunde en la tierra, y gobernante contiende con gobernante.

47 “Por tanto, he aquí vienen días en que castigaré los ídolos de Babilonia. Toda su tierra será avergonzada, y en medio de ella caerán todos sus muertos. 48 Los cielos y la tierra, y todo lo que en ellos hay, gritarán de alegría por lo de Babilonia; porque del norte vendrán contra ella los destructores, dice el SEÑOR.

49 “Babilonia misma caerá por causa de los muertos de Israel; como por causa de Babilonia han caído los muertos en toda la tierra. 50 Los que escaparon de la espada, ¡márchense; no se detengan! Acuérdense del SEÑOR desde lejos, y esté Jerusalén en vuestra memoria: 51 ‘Estamos avergonzados porque oímos la afrenta; el oprobio ha cubierto nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa del SEÑOR’. 52 Por tanto, he aquí que vienen días, dice el SEÑOR, en que yo castigaré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos. 53 Aunque Babilonia suba hasta el cielo, y aunque fortifique en alto su baluarte, hasta ella llegarán de mi parte los destructores, dice el SEÑOR.

54 “Estruendo de griterío hay en Babilonia; gran quebrantamiento, en la tierra de los caldeos. 55 Porque el SEÑOR destruye Babilonia y quita de ella el gran bullicio. Sus olas rugen como caudalosas aguas, y resuena el estruendo de sus voces. 56 Porque el destructor ha venido contra ella, contra Babilonia, y sus valientes son tomados prisioneros. Su arco ha sido hecho pedazos, porque el SEÑOR es un Dios de retribución. Ciertamente él dará la recompensa.

57 “Embriagaré a sus magistrados, a sus sabios, a sus gobernadores, a sus dirigentes y a sus valientes. Dormirán el sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es SEÑOR de los Ejércitos. 58 Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: La ancha muralla de Babilonia será demolida por completo. Sus puertas altas arderán en el fuego. Los pueblos habrán trabajado para nada, y las naciones se habrán fatigado solo para el fuego”.

Epílogo de las palabras de Jeremías

59 Estas son la palabras que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Seraías era el jefe de campamento. 60 Jeremías escribió en un libro acerca de todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia. 61 Jeremías dijo a Seraías: “Cuando llegues a Babilonia, cumple en leer todas estas palabras. 62 Y dirás: ‘¡Oh SEÑOR, tú has dicho de este lugar que lo habrías de destruir, hasta que no quedara en él quien lo habite, desde los hombres hasta los animales, y que sería una perpetua desolación’.

63 “Cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra y lo arrojarás al Éufrates, 64 diciendo: ‘Así se hundirá Babilonia y no se levantará, a causa del mal que yo traigo sobre ella, de manera que serán abatidos’”.

Hasta aquí son las palabras de Jeremías.

Salmos 30

Alabanza al Dador de la vida

30 Cántico para la dedicación del templo. Salmo de David.

Te glorificaré, oh SEÑOR,
porque me has levantado
y no has dejado que mis enemigos
se alegren de mí.
Oh SEÑOR, Dios mío, a ti clamé
y me sanaste.
Oh SEÑOR, tú has hecho subir
mi alma del Seol;
desde la fosa me has vuelto a la vida.
Canten al SEÑOR, ustedes sus fieles; celebren la memoria de su santidad.
Porque su ira dura solo un momento pero su favor dura toda la vida.
Por la noche dura el llanto
pero al amanecer vendrá la alegría.
Yo dije en medio de mi tranquilidad: “No seré movido jamás”.
Tú, oh SEÑOR, por tu buena voluntad estableciste mi monte con poder. Pero escondiste tu rostro,
y quedé turbado.
A ti, oh SEÑOR, invocaré;
al Señor suplicaré:
“¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo?
¿Anunciará tu verdad?”.
10 Escucha, oh SEÑOR, y ten
misericordia de mí.
SEÑOR, sé tú mi ayudador.
11 Has convertido mi lamento en una danza;
quitaste mi vestido de luto y me ceñiste de alegría.
12 Por eso mi alma te cantará y no callará. Oh SEÑOR, Dios mío, te alabaré para siempre.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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