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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Deuteronomio 2

Peregrinación por el desierto

»En seguida nos dirigimos hacia el desierto por la ruta del Mar Rojo, como el Señor me había ordenado. Nos llevó mucho tiempo rodear la región montañosa de Seír. Entonces el Señor me dijo: “Dejad ya de andar rondando por estas montañas, y dirigíos al norte. Dale estas órdenes al pueblo: ‘Pronto pasaréis por el territorio de vuestros hermanos, los descendientes de Esaú, que viven en Seír. Aunque ellos os tienen miedo a vosotros, tened mucho cuidado; no peleéis con ellos, porque no os daré a vosotros ninguna porción de su territorio, ni siquiera el lugar donde plantéis el pie. A Esaú le he dado por herencia la región montañosa de Seír. Pagadles todo el alimento y el agua que consumáis’ ”.

»Bien sabéis que el Señor vuestro Dios os ha bendecido en todo lo que habéis emprendido, y os ha cuidado por todo este inmenso desierto. Durante estos cuarenta años, el Señor vuestro Dios ha estado con vosotros y no os ha faltado nada.

»Así que bordeamos el territorio de nuestros hermanos, los descendientes de Esaú, que viven en Seír. Seguimos la ruta del Arabá, que viene desde Elat y Ezión Guéber. Luego dimos la vuelta y viajamos por la ruta del desierto de Moab.

»El Señor también me dijo: “No ataquéis a los moabitas, ni los provoquéis a la guerra, porque no os daré a vosotros ninguna porción de su territorio. A los descendientes de Lot les he dado por herencia la región de Ar”».

10 Tiempo atrás vivió allí un pueblo fuerte y numeroso, el de los emitas, que eran tan altos como los anaquitas. 11 Tanto a ellos como a los anaquitas se les consideraba gigantes, pero los moabitas los llamaban emitas. 12 Antiguamente, los horeos vivieron en Seír, pero los descendientes de Esaú los desalojaron, los destruyeron y se establecieron en su lugar, tal como hará Israel en la tierra que el Señor le va a dar en posesión.

13 «El Señor ordenó: “¡En marcha! ¡Cruzad el arroyo Zéred!” Y así lo hicimos. 14 Habían pasado treinta y ocho años desde que salimos de Cades Barnea hasta que cruzamos el arroyo Zéred. Para entonces ya había desaparecido del campamento toda la generación de guerreros, tal como el Señor lo había jurado. 15 El Señor atacó el campamento hasta que los eliminó por completo.

16 »Cuando ya no quedaba entre el pueblo ninguno de aquellos guerreros, 17 el Señor me dijo: 18 “Hoy vais a cruzar la frontera de Moab por la ciudad de Ar. 19 Cuando lleguéis a la frontera de los amonitas, no los ataquéis ni los provoquéis a la guerra, porque no os daré a vosotros ninguna porción de su territorio. Esa tierra se la he dado por herencia a los descendientes de Lot”. 20 Hace mucho tiempo, a esta región se la consideró tierra de gigantes, porque antiguamente ellos vivían allí. Los amonitas los llamaban zamzumitas. 21 Eran fuertes y numerosos, y tan altos como los anaquitas, pero el Señor los destruyó por medio de los amonitas, quienes después de desalojarlos se establecieron en su lugar. 22 Lo mismo hizo el Señor en favor de los descendientes de Esaú, que vivían en Seír, cuando por medio de ellos destruyó a los horeos. A estos los desalojó para que los descendientes de Esaú se establecieran en su lugar, y hasta el día de hoy residen allí. 23 Y en cuanto a los aveos que vivían en las aldeas cercanas a Gaza, los caftoritas procedentes de Creta los destruyeron y se establecieron en su lugar.

Derrota de Sijón, rey de Hesbón

24 »Después nos dijo el Señor: “Emprended de nuevo el viaje y cruzad el arroyo Arnón. Yo os entrego a Sijón el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra. Lanzaos a la conquista. Declaradle la guerra. 25 Hoy mismo comenzaré a infundir entre todas las naciones que hay debajo del cielo terror y espanto hacia vosotros. Cuando ellas escuchen hablar de vosotros, temblarán y se llenarán de pánico”.

26 »Desde el desierto de Cademot envié mensajeros a Sijón, rey de Hesbón, con esta oferta de paz: 27 “Déjanos pasar por tu país; nos mantendremos en el camino principal, sin desviarnos ni a la derecha ni a la izquierda. 28 Te pagaremos todo el alimento y toda el agua que consumamos. Solo permítenos pasar, 29 tal como nos lo permitieron los descendientes de Esaú, que viven en Seír, y los moabitas, que viven en Ar. Necesitamos cruzar el Jordán para entrar en la tierra que nos da el Señor nuestro Dios”.

30 »Pero Sijón, rey de Hesbón, se negó a dejarnos pasar por allí, porque el Señor nuestro Dios había ofuscado su espíritu y endurecido su corazón, para hacerlo súbdito nuestro, como lo es hasta hoy. 31 Entonces el Señor me dijo: “Ahora mismo voy a entregaros a Sijón y su país. Lanzaos a conquistarlo, y tomad posesión de su territorio”.

32 »Cuando Sijón, acompañado de todo su ejército, salió a combatirnos en Yahaza, 33 el Señor nuestro Dios nos lo entregó y lo derrotamos, junto con sus hijos y todo su ejército. 34 En aquella ocasión conquistamos todas sus ciudades y las destruimos por completo; matamos a varones, mujeres y niños. ¡Nadie quedó con vida! 35 Solo nos llevamos el ganado y el botín de las ciudades que conquistamos. 36 Desde Aroer, que está a la orilla del arroyo Arnón, hasta Galaad, no hubo ciudad que nos ofreciera resistencia; el Señor nuestro Dios nos entregó las ciudades una a una. 37 Sin embargo, conforme a la orden del Señor nuestro Dios, no nos acercamos al territorio amonita, es decir, a toda la franja que se extiende a lo largo del arroyo Jaboc, ni a las ciudades de la región montañosa.

Salmos 83-84

Cántico. Salmo de Asaf.

83 Oh Dios, no guardes silencio;
    no te quedes, oh Dios, callado e impasible.
Mira cómo se alborotan tus enemigos,
    cómo te desafían los que te odian.
Con astucia conspiran contra tu pueblo;
    conspiran contra aquellos a quienes tú estimas.
Y dicen: «¡Venid, destruyamos su nación!
    ¡Que el nombre de Israel no vuelva a recordarse!»

Como un solo hombre se confabulan;
    han hecho un pacto contra ti:
los campamentos de Edom y de Ismael,
    los de Moab y de Agar,
Guebal,[a] Amón y Amalec,
    los de Filistea y los habitantes de Tiro.
¡Hasta Asiria se les ha unido;
    ha apoyado a los descendientes de Lot! Selah

Haz con ellos como hiciste con Madián,
    como hiciste con Sísara y Jabín en el río Quisón,
10 los cuales perecieron en Endor
    y quedaron en la tierra, como estiércol.
11 Haz con sus nobles
    como hiciste con Oreb y con Zeb;
haz con todos sus príncipes
    como hiciste con Zeba y con Zalmuna,
12 que decían: «Vamos a adueñarnos
    de los pastizales de Dios».

13 Hazlos rodar como hojarasca, Dios mío;
    ¡como paja que se lleva el viento!
14 Y así como el fuego consume los bosques
    y las llamas incendian las montañas,
15 así persíguelos con tus tormentas
    y aterrorízalos con tus tempestades.
16 Señor, cúbreles el rostro de ignominia,
    para que busquen tu nombre.

17 Que sean siempre puestos en vergüenza;
    que perezcan humillados.
18 Que sepan que tú eres el Señor,
    que ese es tu nombre;
que sepan que solo tú eres el Altísimo
    sobre toda la tierra.

Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar». Salmo de los hijos de Coré.

84 ¡Cuán hermosas son tus moradas,
    Señor Todopoderoso!
Anhelo con el alma los atrios del Señor;
    casi agonizo por estar en ellos.
Con el corazón, con todo el cuerpo,
    canto alegre al Dios de la vida.

Señor Todopoderoso, rey mío y Dios mío,
    aun el gorrión halla casa cerca de tus altares;
también la golondrina hace allí su nido,
    para poner sus polluelos.

Dichoso el que habita en tu templo,
    pues siempre te está alabando. Selah
Dichoso el que tiene en ti su fortaleza,
    que solo piensa en recorrer tus sendas.
Cuando pasa por el valle de las Lágrimas
    lo convierte en región de manantiales;
también las lluvias tempranas
    cubren de bendiciones el valle.
Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas,
    y en Sión se presentan ante el Dios de dioses.

Oye mi oración, Señor Dios Todopoderoso;
    escúchame, Dios de Jacob. Selah
Oh Dios, escudo nuestro,
    pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos.

10 Vale más pasar un día en tus atrios
    que mil fuera de ellos;
prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios
    que habitar entre los impíos.

11 El Señor es sol y escudo;
    Dios nos concede honor y gloria.
El Señor brinda generosamente su bondad
    a los que se conducen sin tacha.

12 Señor Todopoderoso,
    ¡dichosos los que en ti confían!

Isaías 30

Ay de la nación obstinada

30 El Señor ha dictado esta sentencia:

«Ay de los hijos rebeldes
    que ejecutan planes que no son míos,
que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu,
    que amontonan pecado sobre pecado,
que bajan a Egipto sin consultarme,
    que se acogen a la protección de Faraón,
    y se refugian bajo la sombra de Egipto.
¡La protección de Faraón será su vergüenza!
    ¡El refugiarse bajo la sombra de Egipto, su humillación!
Aunque en Zoán tengan funcionarios,
    y a Janés hayan llegado sus mensajeros,
todos quedarán avergonzados
    por culpa de un pueblo que les resulta inútil,
que no les brinda ninguna ayuda ni provecho,
    sino solo vergüenza y frustración».

Esta es la sentencia que se ha dictado contra los animales del Néguev:

Por tierra de dificultades y angustias,
    de leones y leonas,
    de víboras y serpientes voladoras,
llevan ellos a lomos de burro
    las riquezas de esa nación inútil,
    y sus tesoros, sobre jorobas de camellos.
La ayuda de Egipto no sirve para nada;
    por eso la llamo: «Rahab, la inmóvil».

Ve, pues, delante de ellos,
    y grábalo en una tablilla.
Escríbelo en un rollo de cuero,
    para que en los días venideros
    quede como un testimonio eterno.
Porque este es un pueblo rebelde;
    son hijos engañosos,
hijos que no quieren escuchar
    la ley del Señor.
10 A los videntes les dicen:
    «¡No tengáis más visiones!»,
y a los profetas:
    «¡No nos sigáis profetizando la verdad!
Decidnos cosas agradables,
    profetizad ilusiones.
11 ¡Apartaos del camino,
    retiraos de esta senda,
y dejad de enfrentarnos
    con el Santo de Israel!»

12 Así dice el Santo de Israel:

«Vosotros habéis rechazado esta palabra;
    habéis confiado en la opresión y en la perversidad,
    y os habéis apoyado en ellas.
13 Por eso vuestra iniquidad se alzará frente a vosotros
    como un muro alto y agrietado,
    a punto de derrumbarse:
    ¡de repente, en un instante, se desplomará!
14 Vuestra iniquidad quedará hecha pedazos,
    hecha añicos sin piedad, como vasija de barro:
    ni uno solo de sus pedazos servirá
    para sacar brasas del fuego
    ni agua de una cisterna».

15 Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel:

«En el arrepentimiento y la calma está vuestra salvación,
    en la serenidad y la confianza está vuestra fuerza,
    ¡pero vosotros no lo queréis reconocer!
16 Os resistís y decís: “Huiremos a caballo”.
    ¡Por eso, así tendréis que huir!
Decís: “Cabalgaremos sobre caballos veloces”.
    ¡Por eso, veloces serán vuestros perseguidores!
17 Ante la amenaza de uno solo,
    mil de vosotros saldrán huyendo;
ante la amenaza de cinco,
    huiréis todos vosotros.
Quedaréis abandonados
    como un mástil en la cima de una montaña,
    como una señal sobre una colina».

18 Por eso el Señor os espera, para tener piedad de vosotros;
    por eso se levanta para mostraros compasión.
Porque el Señor es un Dios de justicia.
    ¡Dichosos todos los que en él esperan!

19 Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. 20 Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tu maestro no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás. 21 Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo». 22 Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como cosa impura, y les dirás: «¡Fuera de aquí!»

23 El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas. 24 Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán el mejor forraje, aventado con bieldo y horquilla. 25 En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada. 26 Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros.

27 ¡Mirad! El nombre del Señor viene de lejos,
    con ardiente ira y densa humareda.
Sus labios están llenos de furor;
    su lengua es como un fuego consumidor.
28 Su aliento es cual torrente desbordado
    que llega hasta el cuello,
para zarandear a las naciones
    en la zaranda destructora.
Pone en las quijadas de los pueblos
    un freno que los desvía.
29 Vosotros cantaréis como en noche de fiesta solemne;
    vuestro corazón se alegrará,
como cuando uno sube con flautas
    a la montaña del Señor,
    a la Roca de Israel.
30 El Señor hará oír su majestuosa voz,
    y descargará su brazo:
con rugiente ira y llama de fuego consumidor,
    con aguacero, tormenta y granizo.
31 La voz del Señor quebrantará a Asiria;
    la golpeará con su bastón.
32 Cada golpe que el Señor descargue sobre ella
    con su vara de castigo
será al son de panderos y de arpas;
    agitando su brazo, peleará contra ellos.
33 Porque Tofet[a] está preparada desde hace tiempo;
    está dispuesta incluso para el rey.
Se ha hecho una pira de fuego profunda y ancha,
    con abundancia de fuego y leña;
el soplo del Señor la encenderá
    como un torrente de azufre ardiente.

Judas

Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo,

a los que son amados por Dios el Padre, guardados por[a] Jesucristo y llamados a la salvación:

Recibid misericordia, paz y amor en abundancia.

Pecado y condenación de los impíos

Queridos hermanos, he deseado intensamente escribiros acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogaros que sigáis luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos. El problema es que se han infiltrado entre vosotros ciertos individuos que desde hace mucho tiempo han estado señalados[b] para condenación. Son impíos que cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor.

Aunque ya sabéis muy bien todo esto, quiero recordaros que el Señor,[c] después de liberar de la tierra de Egipto a su pueblo, destruyó a los que no creían. Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquellos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza.

De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales. Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: «¡Que el Señor te reprenda!» 10 Estos, en cambio, maldicen todo lo que no entienden; y, como animales irracionales, lo que entienden por instinto es precisamente lo que los corrompe.

11 ¡Ay de los que siguieron el camino de Caín! Por ganar dinero se entregaron al error de Balán y perecieron en la rebelión de Coré.

12 Estos individuos son un peligro oculto:[d] sin ningún respeto convierten en parrandas las fiestas de amor fraternal que celebráis. Buscan solo su propio provecho.[e] Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto cuando debieran darlo; están doblemente muertos, arrancados de raíz. 13 Son violentas olas del mar, que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son estrellas fugaces, para quienes está reservada eternamente la más densa oscuridad.

14 También Enoc, el séptimo patriarca a partir de Adán, profetizó acerca de ellos: «Mirad, el Señor viene con millares y millares de sus ángeles[f] 15 para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra él». 16 Estos individuos son refunfuñadores y criticones; se dejan llevar por sus propias pasiones; hablan con arrogancia y adulan a los demás para sacar ventaja.

Exhortación a la perseverancia

17 Queridos hermanos, recordad el mensaje anunciado anteriormente por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. 18 Ellos os decían: «En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán según sus propias pasiones impías». 19 Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu.

20-21 Vosotros, en cambio, queridos hermanos, manteneos en el amor de Dios, edificándoos sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperáis que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, os conceda vida eterna.

22 Tened compasión de los que dudan; 23 a otros, salvadlos arrebatándolos del fuego. Compadeceos de los demás, pero tened cuidado; aborreced hasta la ropa que haya sido contaminada por su cuerpo.

Doxología

24 ¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardaros para que no caigáis y presentaros sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia, 25 sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Señor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén.

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