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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Números 16

La rebelión de Coré, Datán y Abirán

16 Coré, que era hijo de Izar, nieto de Coat y bisnieto de Leví, y los rubenitas Datán y Abirán, hijos de Eliab, y On hijo de Pélet, se atrevieron a sublevarse contra Moisés, con el apoyo de doscientos cincuenta israelitas. Todos ellos eran personas de renombre y líderes que la comunidad misma había escogido. Se reunieron para oponerse a Moisés y a Aarón, y les dijeron:

―¡Vosotros habéis ido ya demasiado lejos! Si toda la comunidad es santa, lo mismo que sus miembros, y el Señor está en medio de ellos, ¿por qué os creéis vosotros los dueños de la comunidad del Señor?

Cuando Moisés escuchó lo que le decían, se inclinó ante ellos y les respondió a Coré y a todo su grupo:

―Mañana el Señor dirá quién es quién. Será él quien declare quién es su escogido, y hará que se le acerque. Coré, esto es lo que tú y tu gente haréis mañana: tomaréis incensarios, y les pondréis fuego e incienso en la presencia del Señor. El escogido del Señor será aquel a quien él elija. ¡Sois vosotros, hijos de Leví, los que habéis ido demasiado lejos!

Moisés le dijo a Coré:

―¡Escuchadme ahora, levitas! ¿Os parece poco que el Dios de Israel os haya separado del resto de la comunidad para que estéis cerca de él, ministréis en el santuario del Señor, y os distingáis como servidores de la comunidad? 10 Dios mismo os ha puesto a su lado, a ti y a todos los levitas, ¿y ahora queréis también el sacerdocio? 11 Tú y tu gente os habéis reunido para oponeros al Señor, porque ¿quién es Aarón para que murmuréis contra él?

12 Moisés mandó llamar a Datán y Abirán, hijos de Eliab, pero ellos contestaron:

―¡No iremos! 13 ¿Te parece poco habernos sacado de la tierra donde abundan la leche y la miel, para que ahora quieras matarnos en este desierto y dártelas de gobernante con nosotros? 14 Lo cierto es que tú no has logrado llevarnos todavía a esa tierra donde abundan la leche y la miel, ni nos has dado posesión de campos y viñas. Lo único que quieres es seguir engatusando[a] a este pueblo. ¡Pues no iremos!

15 Entonces Moisés, sumamente enojado, le dijo al Señor:

―No aceptes la ofrenda que te traigan, que yo de ellos no he tomado ni siquiera un asno, ni les he hecho ningún daño.

16 A Coré, Moisés le dijo:

―Tú y tu gente y Aarón os presentaréis mañana ante el Señor. 17 Cada uno de vosotros se acercará al Señor con su incensario lleno de incienso, es decir, os acercaréis con doscientos cincuenta incensarios. También tú y Aarón llevaréis los vuestros.

18 Así que cada uno, con su incensario lleno de fuego e incienso, se puso de pie a la entrada de la Tienda de reunión, junto con Moisés y Aarón. 19 Cuando Coré hubo reunido a toda su gente en contra de Moisés y Aarón a la entrada de la Tienda de reunión, la gloria del Señor se apareció ante todos ellos. 20 Entonces el Señor les dijo a Moisés y a Aarón:

21 ―Apartaos de esta gente, para que yo la consuma de una vez por todas.

22 Pero Moisés y Aarón se postraron rostro en tierra, y exclamaron:

Señor, Dios de toda la humanidad:[b] un solo hombre ha pecado, ¿y vas tú a enojarte con todos ellos?

23 Entonces el Señor le dijo a Moisés:

24 ―Ordénales que se alejen de las tiendas de Coré, Datán y Abirán.

25 Moisés y los ancianos de Israel fueron adonde estaban Datán y Abirán. 26 Entonces Moisés le advirtió a la gente:

―¡Alejaos de las tiendas de estos impíos! No toquéis ninguna de sus pertenencias, para que vosotros no seáis castigados por los pecados de ellos.

27 El pueblo se alejó de las tiendas de Coré, Datán y Abirán. Los dos últimos habían salido a la entrada de sus tiendas, y estaban allí, de pie, con sus esposas y todos sus hijos.

28 Moisés siguió diciendo:

―Ahora vais a saber si el Señor me ha enviado a hacer todas estas cosas, o si estoy actuando por mi cuenta. 29 Si estos hombres mueren de muerte natural, como es el destino de todos los hombres, eso querrá decir que el Señor no me ha enviado. 30 Pero, si el Señor crea algo nuevo, y hace que la tierra se abra y se los trague con todas sus pertenencias, de tal forma que desciendan vivos al sepulcro, entonces sabréis que estos hombres menospreciaron al Señor.

31 Tan pronto como Moisés terminó de hablar, la tierra se abrió debajo de ellos; 32 se abrió y se los tragó, a ellos y a sus familias, junto con la gente y las posesiones de Coré. 33 Bajaron vivos al sepulcro, junto con todo lo que tenían, y la tierra se cerró sobre ellos. De este modo fueron eliminados de la comunidad. 34 Al oírlos gritar, todos los israelitas huyeron de allí exclamando:

―¡Corramos, no sea que la tierra nos trague también a nosotros!

35 Y los doscientos cincuenta hombres que ofrecían incienso fueron consumidos por el fuego del Señor.

Los incensarios

36 El Señor le dijo a Moisés: 37 «Ya que ahora los incensarios son santos, ordena a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que los retire del rescoldo y que esparza las brasas. 38 Toma los incensarios de aquellos que pecaron a costa de su vida, y haz con ellos láminas para recubrir el altar. Ahora son santos, porque fueron presentados ante el Señor, y serán así una señal para los israelitas».

39 Entonces el sacerdote Eleazar recogió esos incensarios, y con ellos mandó hacer láminas para recubrir el altar. 40 Las láminas quedaron allí, como advertencia a los israelitas, para que ninguno que no fuera descendiente de Aarón ni estuviera autorizado se atreviera a ofrecer incienso ante el Señor; de lo contrario, le sucedería lo mismo que a Coré y su gente, tal como el Señor se lo había advertido por medio de Moisés.

Aarón intercede por el pueblo

41 Al día siguiente, toda la congregación de los israelitas volvió a murmurar contra Moisés y Aarón, diciendo:

―Vosotros matasteis al pueblo del Señor.

42 Como la congregación empezó a amotinarse contra Moisés y Aarón, estos se dirigieron a la Tienda de reunión. De repente la nube cubrió la Tienda, y apareció la gloria del Señor. 43 Entonces Moisés y Aarón se detuvieron frente a la Tienda de reunión, 44 y el Señor le dijo a Moisés:

45 ―Apártate de esta gente, para que yo la consuma de una vez por todas.

Ellos se postraron rostro en tierra, 46 y Moisés le dijo a Aarón:

―Toma tu incensario y pon en él algunas brasas del altar; agrégale incienso, y vete corriendo adonde está la congregación, para hacer propiciación por ellos, porque la ira del Señor se ha desbordado y el azote divino ha caído sobre ellos.

47 Aarón hizo lo que Moisés le dijo, y corrió a ponerse en medio de la asamblea. El azote divino ya se había desatado entre el pueblo, así que Aarón ofreció incienso e hizo propiciación por el pueblo. 48 Se puso entre los vivos y los muertos, y así detuvo la mortandad. 49 Con todo, catorce mil setecientas personas murieron, sin contar las que perdieron la vida por causa de Coré. 50 Una vez que cesó la mortandad, Aarón volvió a la entrada de la Tienda de reunión, donde estaba Moisés.

Salmos 52-54

Al director musical. Masquil de David, cuando Doeg el edomita fue a informarle a Saúl: «David ha ido a la casa de Ajimélec».

52 ¿Prepotente, por qué te jactas de tu maldad?
    ¡El amor de Dios es constante!
Tu lengua, como navaja afilada,
    trama destrucción y practica el engaño.
Más que el bien, amas la maldad;
    más que la verdad, amas la mentira. Selah

Lengua embustera,
    te encanta ofender con tus palabras.
Pero Dios te arruinará para siempre;
    te tomará y te arrojará de tu hogar;
    ¡te arrancará del mundo de los vivos! Selah

Los justos verán esto, y temerán;
    entre burlas dirán de él:
«¡Aquí tenéis al hombre
    que no buscó refugio en Dios,
sino que confió en su gran riqueza
    y se afirmó en su maldad!»

Pero yo soy como un olivo verde
    que florece en la casa de Dios;
yo confío en el gran amor de Dios
    eternamente y para siempre.

En todo tiempo te alabaré por tus obras;
    en ti pondré mi esperanza en presencia de tus fieles,
    porque tu nombre es bueno.

(A)Al director musical. Según majalat. Masquil de David.

53 Dice el necio en su corazón:
    «No hay Dios».
Están corrompidos, sus obras son detestables;
    ¡no hay uno solo que haga lo bueno!

Desde el cielo Dios contempla a los mortales,
    para ver si hay alguien
    que sea sensato y busque a Dios.
Pero todos se han descarriado,
    a una se han corrompido.
No hay nadie que haga lo bueno;
    ¡no hay uno solo!

¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo,
    los que devoran a mi pueblo como si fuera pan?
    ¡Jamás invocan a Dios!
Allí los tenéis, sobrecogidos de miedo,
    cuando no hay nada que temer.
Dios dispersó los huesos de quienes te atacaban;
    tú los avergonzaste, porque Dios los rechazó.

¡Quiera Dios que de Sión
    venga la salvación para Israel!
Cuando Dios restaure a su pueblo,[a]
    se regocijará Jacob; se alegrará todo Israel.

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Masquil de David, cuando gente de Zif fue a decirle a Saúl: «¿No estará David escondido entre nosotros?»

54 Sálvame, oh Dios, por tu nombre;
    defiéndeme con tu poder.
Escucha, oh Dios, mi oración;
    presta oído a las palabras de mi boca.
Pues gente extraña me ataca;
    tratan de matarme los violentos,
    gente que no tiene en cuenta a Dios. Selah

Pero Dios es mi socorro;
    el Señor es quien me sostiene,
y hará recaer el mal sobre mis adversarios.
    Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos!

Te presentaré una ofrenda voluntaria
    y alabaré, Señor, tu buen nombre;
pues me has librado de todas mis angustias,
    y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.

Isaías 6

La misión de Isaías

El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y se decían el uno al otro:

«Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso;
    toda la tierra está llena de su gloria».

Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo. Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»

En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar. Con ella me tocó los labios y me dijo:

«Mira, esto ha tocado tus labios;
    tu maldad ha sido borrada,
    y tu pecado, perdonado».

Entonces oí la voz del Señor que decía:

―¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?

Y respondí:

―Aquí estoy. ¡Envíame a mí!

Él dijo:

―Ve y dile a este pueblo:

»“Oíd bien, pero no entendáis;
    mirad bien, pero no percibáis”.
10 Haz insensible el corazón de este pueblo;
    embota sus oídos
    y cierra sus ojos,
no sea que vea con sus ojos,
    oiga con sus oídos,
    y entienda con su corazón,
y se convierta
    y sea sanado».

11 Entonces exclamé:

―¿Hasta cuándo, Señor?

Y él respondió:

«Hasta que las ciudades queden destruidas
    y sin habitante alguno;
hasta que las casas queden deshabitadas,
    y los campos, asolados y en ruinas;
12 hasta que el Señor haya enviado lejos a todo el pueblo,
    y el país quede en total abandono.
13 Y, si aún queda en la tierra una décima parte,
    esta volverá a ser devastada.
Pero, así como al talar la encina y el roble
    queda parte del tronco,
    esa parte es la simiente santa».

Hebreos 13

Exhortaciones finales

13 Seguid amándoos unos a otros fraternalmente. No os olvidéis de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos, como si vosotros fuerais sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fuerais vosotros mismos los que sufrís.

Tened todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales. Manteneos libres del amor al dinero, y contentaos con lo que tenéis, porque Dios ha dicho:

«Nunca te dejaré;
    jamás te abandonaré».[a]

Así que podemos decir con toda confianza:

«El Señor es quien me ayuda; no temeré.
    ¿Qué me puede hacer un simple mortal?»[b]

Acordaos de vuestros dirigentes, que os comunicaron la palabra de Dios. Considerad cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.

No os dejéis llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas. Conviene que el corazón sea fortalecido por la gracia, y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.

10 Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que ofician en el tabernáculo. 11 Porque el sumo sacerdote introduce la sangre de los animales en el Lugar Santísimo como sacrificio por el pecado, pero los cuerpos de esos animales se queman fuera del campamento. 12 Por eso también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, sufrió fuera de la puerta de la ciudad. 13 Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento, llevando la deshonra que él llevó, 14 pues aquí no tenemos una ciudad permanente, sino que buscamos la ciudad venidera.

15 Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. 16 No os olvidéis de hacer el bien y de compartir con otros lo que tenéis, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios.

17 Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues cuidan de vosotros como quienes tienen que rendir cuentas. Obedecedlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho.

18 Orad por nosotros, porque estamos seguros de tener la conciencia tranquila y queremos portarnos honradamente en todo. 19 Os ruego encarecidamente que oréis para que cuanto antes se me permita estar de nuevo con vosotros.

20 El Dios que da la paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto eterno. 21 Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

22 Hermanos, os ruego que recibáis bien estas palabras de exhortación, ya que os he escrito brevemente.

23 Quiero que sepáis que nuestro hermano Timoteo ha sido puesto en libertad. Si llega pronto, iré con él a veros.

24 Saludad a todos vuestros dirigentes y a todos los santos. Los de Italia os mandan saludos.

25 Que la gracia sea con todos vosotros.

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