M’Cheyne Bible Reading Plan
Ubicación de cada tribu
2 El Señor dio también estas instrucciones a Moisés y Aarón: 2 «Cada tribu tendrá su propio campamento, con un mástil y la bandera de la tribu; y en el centro de estos campamentos estará el santuario».
3-31 La ubicación de las tribus:
Campamento del este
Tribu | Jefe | Situación | Censo |
---|---|---|---|
Judá | Naasón (hijo de Aminadab) | Al este del santuario | 74.600 |
Isacar | Natanael (hijo de Zuar) | Junto a Judá | 54.400 |
Zabulón | Eliab (hijo de Helón) | Junto a Isacar | 57.400 |
El total de los que estaban en el campamento junto a Judá era de ciento ochenta y seis mil cuatrocientos. Estas tribus abrían la marcha siempre que los israelitas tenían que trasladar el campamento.
Campamento del sur
Tribu | Jefe | Situación | Censo |
---|---|---|---|
Rubén | Elisur (hijo de Sedeúr) | Al sur del santuario | 46.500 |
Simeón | Selumiel (hijo de Zurisaday) | Junto a Rubén | 59.300 |
Gad | Eliasaf (hijo de Reuel [o Deuel]) | Junto a Simeón | 45.650 |
Así que el total de los que estaban en el campamento junto a Rubén era de ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta. Estas tres tribus eran las segundas en marchar cuando los israelitas viajaban.
Luego seguía el santuario con los levitas. Durante los viajes, cada tribu se mantenía en torno a su bandera, conservando el lugar, el orden y la distancia que había entre cada una cuando acampaban.
Campamento del oeste
Tribu | Jefe | Situación | Censo |
---|---|---|---|
Efraín | Elisama (hijo de Amiud) | Al oeste del santuario | 40.500 |
Manasés | Gamaliel (hijo de Pedasur) | Junto a Efraín | 32.200 |
Benjamín | Abidán (hijo de Gedeoni) | Junto a Manasés | 35.400 |
El total de los que estaban en el campamento junto a Efraín era de ciento ocho mil cien, y eran los terceros en marchar.
Campamento del norte
Tribu | Jefe | Situación | Censo |
---|---|---|---|
Dan | Ajiezer (hijo de Amisaday) | Al norte del santuario | 62.700 |
Aser | Paguiel (hijo de Ocrán) | Junto a Dan | 41.500 |
Neftalí | Ajira (hijo de Enán) | Junto a Aser | 53.400 |
El total de los que estaban en el campamento junto a Dan era de ciento cincuenta y siete mil seiscientos. Estos cerraban la marcha cuando Israel se trasladaba.
32-33 En resumen, los ejércitos de Israel sumaban seiscientos tres mil quinientos cincuenta (sin incluir a los levitas, que quedaban exentos por el mandamiento que el Señor le había dado a Moisés).
34 Así pues, el pueblo de Israel asentó sus campamentos situándose y marchando cada tribu bajo su bandera, en los lugares que el Señor le había indicado a Moisés.
Al director musical. De David, el siervo del Señor.
36 En el fondo del corazón de los malvados acecha el pecado. No tienen temor de Dios que los refrene. 2 Por el contrario, en su vanidad no pueden ver lo malvado que son. 3 Todo lo que dicen es torcido y engañoso; ya no son sabios ni buenos. 4 Se pasan la noche despiertos, tramando sus perversos planes se aferran a su mal camino, en vez de pensar cómo mantenerse alejados del mal.
5 Tu firme amor, Señor, es grande como los cielos. Tu fidelidad va más allá de las nubes. 6 Tu justicia es como tus poderosos montes. Tus juicios como las profundidades del océano. Por igual te preocupas de los hombres y los animales. 7 ¡Cuán precioso es tu constante amor, Dios! Toda la humanidad se refugia a la sombra de tus alas. 8 Los alimentas con las delicias de tu mesa y les das a beber de tus ríos deleitosos.
9 Porque tú eres la fuente de la vida; nuestra luz viene de tu luz. 10 Derrama tu firme amor sobre los que te conocen y otorgan tu justicia a los de recto corazón. 11 No permitas que estos orgullosos me pisoteen. No dejes que sus perversas manos me traten como estropajo. 12 ¡Mira! Ya han caído. Quedaron derribados para no levantarse más.
12 No permitas que la alegría de la juventud haga que te olvides de tu Creador. Hónralo cuando joven, antes que lleguen los años malos en que ya no tengas alegría de vivir. 2 Entonces será demasiado tarde para tratar de recordarlo, cuando el sol, la luna y las estrellas se hayan oscurecido ante tus ojos envejecidos, y tus nubes carezcan de un borde plateado. 3 Un día temblarán los guardianes de la casa y se encorvarán los hombres de batalla y se detendrán las moledoras por ser tan pocas. 4 Se cerrarán las puertas de la calle, disminuirá el ruido del molino y las aves elevarán su canto pero su trino se oirá apagado.
5 Entonces, sobrevendrá el temor por las alturas y por los peligros del camino. El almendro florecerá, la langosta resultará una carga y la alcaparra no servirá de nada porque cada uno de nosotros se va a su hogar eterno y ya rondan en las calles los que lloran su muerte.
6 Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes que se rompa el cordón de plata, se quiebre la escudilla de oro y el cántaro se quiebre junto a la fuente y la rueda se haga trizas en la cisterna; 7 y el polvo vuelva a la tierra de donde vino, y el espíritu regrese a Dios que lo dio. 8 Vanidad tras vanidad, dice el Predicador; todo es vanidad.
Epílogo
9 Pero luego, ya que el Predicador era sabio, continuó enseñándole al pueblo todo lo que sabía; y recogió proverbios y los clasificó. 10 Porque el Predicador no sólo era un sabio, sino un buen maestro; no sólo enseñaba al pueblo, sino que lo hacía de modo interesante. 11 Las palabras del sabio son como aguijones que mueven a la acción. Destacan importantes enseñanzas. Los alumnos que captan lo que sus maestros dicen son listos.
12 Pero tú, hijo mío, date por advertido: son infinitas las opiniones que pueden expresarse. Su estudio puede prolongarse eternamente, y volverse gran fatiga.
13 Y esta es mi conclusión definitiva: teme a Dios y obedece sus mandamientos, porque esto es lo más importante para todo hombre y mujer. 14 Porque Dios nos juzgará por cuanto hacemos, inclusive lo oculto, sea bueno o malo.
1 Pablo, prisionero por amor de Jesucristo, y el hermano Timoteo, a ti, Filemón, amado colaborador, 2 y a la iglesia que se reúne en tu casa, a la hermana Apia y a Arquipo, compañero de lucha:
3 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen en ustedes amor y paz.
Acción de gracias y petición
4 Siempre doy gracias a mi Dios cuando te recuerdo en mis oraciones, 5 porque me han hablado del amor y de la fidelidad que profesas al Señor Jesús y a todos los que son del pueblo santo de Dios. 6 Ruego a Dios que la fe que tenemos en común te lleve a darte cuenta de cuántas cosas buenas podemos hacer por amor a Cristo. 7 Yo mismo he hallado gran gozo y consuelo en tu amor, hermano mío, porque los corazones de los que pertenecen al pueblo santo de Dios han hallado refrigerio en tu bondad.
Intercesión de Pablo por Onésimo
8 Por eso, aunque podría ordenarte lo que debes hacer en el nombre de Cristo, 9 prefiero rogártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, anciano ya y preso por la causa de Cristo, 10 te suplico por mi hijo Onésimo, el cual llegó a ser hijo mío en mis prisiones.
11 Él no te ha sido útil en el pasado, pero ahora nos es útil a ti y a mí. 12 Te lo mando de regreso y con él te envío mi propio corazón. 13 Hubiera querido retenerlo conmigo en esta prisión en la que estoy por predicar el evangelio, pues así me habría ayudado en lugar tuyo. 14 Pero preferí no hacerlo sin tu consentimiento, pues no me gustan los favores forzados.
15 Quizás Onésimo huyó de ti precisamente para que lo recuperaras para siempre, 16 y ya no como esclavo sino como algo mucho mejor: como hermano amado. Para mí, él es muy especial. Ahora tienes razón para apreciarlo mucho más, no sólo como persona sino también como tu hermano en el Señor.
17 Si de veras me consideras tu amigo, recíbelo con el mismo afecto con que me recibirías a mí. 18 Si te hizo algún mal o si te robó algo, cárgalo a mi cuenta. 19 Yo, Pablo, lo pagaré; y para constancia escribo esto con mi puño y letra. ¡No creo que sea necesario recordarte que tú a mí me debes lo que eres!
20 Sí, hermano, alegra mi corazón en Cristo con este gesto de amor que te pido en el Señor. 21 Te he escrito esta carta porque estoy seguro de que harás lo que te pido y mucho más. 22 Ten una habitación lista para mí, pues espero que Dios contestará las oraciones de ustedes y permitirá que pronto vaya a verlos.
23 Epafras, mi compañero de prisión por amor a Cristo Jesús te saluda. 24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores, te envían saludos también.
25 Que el amor del Señor Jesucristo se derrame sobre ustedes.
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