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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
2 Reyes 9

Jehú es ungido rey de Israel

Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los profetas y le dijo:

«Cíñete la ropa, llévate esta redoma de aceite, y ve a Ramot de Galaad. Al llegar allá, irás a ver a Jehú, el hijo de Josafat y nieto de Nimsi. Cuando entres a su casa, haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a otro cuarto. Toma entonces la redoma de aceite y derrámala sobre su cabeza. Y dile: “Así dijo el Señor: Yo te he ungido para que reines sobre Israel.” Después de esto, abre la puerta y huye sin detenerte.»

El joven profeta se fue entonces a Ramot de Galaad. Al llegar, encontró reunidos a los principales jefes del ejército, así que dijo:

«Mi comandante, tengo un mensaje para usted.»

Y Jehú dijo:

«¿Para cuál de todos nosotros?»

Y el profeta dijo:

«Precisamente para usted, mi comandante.»

Jehú se levantó y entró en casa; entonces el profeta derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo:

«Así ha dicho el Señor, Dios de Israel: “Yo, el Señor, te he ungido para que reines sobre Israel, mi pueblo.(A) Vas a acabar con la dinastía de tu señor Ajab, para que yo vengue la sangre de todos mis siervos, incluidos los profetas, que Jezabel ha asesinado. Toda la dinastía de Ajab será destruida. Acabaré en Israel con todos los varones de Ajab, lo mismo esclavos que libres. Haré con la dinastía de Ajab lo mismo que hice con la dinastía de Jeroboán hijo de Nabat y con la dinastía de Basá hijo de Ajías. 10 A Jezabel se la comerán los perros en el campo de Jezrel,(B) y no habrá nadie que la sepulte.”»

Dicho esto, el profeta abrió la puerta y salió huyendo. 11 Y cuando Jehú salió, los oficiales de su amo le preguntaron:

«¿Todo está bien? ¿Para qué vino a verte ese loco?»

Y Jehú les dijo:

«Ustedes ya saben cómo es esta gente, y las cosas que dicen.»

12 Pero ellos objetaron:

«No nos mientas. Dinos qué te dijo.»

Entonces él respondió:

«Me dijo varias cosas. Entre ellas, me dijo: “Así ha dicho el Señor: Yo te he ungido para que reines sobre Israel.”»

13 Entonces todos ellos tomaron de prisa su manto, y lo pusieron en un trono alto, debajo de Jehú; luego tocaron la trompeta y gritaron: «¡Jehú es rey!»

Jehú mata a Jorán

14 Fue así como Jehú, el hijo de Josafat y nieto de Nimsi, conspiró contra Jorán, que por causa del rey Jazael de Siria estaba con todos los israelitas protegiendo la ciudad de Ramot de Galaad, 15 aunque había regresado a Jezrel para curarse las heridas que los sirios le habían hecho en la batalla contra el rey Jazael de Siria. Jehú dijo:

«Si ustedes están de acuerdo, que nadie escape de la ciudad, para que la noticia no se sepa en Jezrel.»

16 Dicho esto, Jehú montó en su carro y se dirigió a Jezrel, donde Jorán yacía enfermo. Allí también estaba el rey Ocozías de Judá, que había ido a visitar a Jorán. 17 Cuando el atalaya que estaba en la torre de Jezrel vio venir la tropa de Jehú, gritó:

«¡Veo que se acerca una tropa!»

Y Jorán dijo:

«Manda a un jinete. Que los inspeccione y les pregunte en qué plan vienen.»

18 El jinete fue a inspeccionarlos, y les dijo:

«El rey manda a decir si vienen en son de paz.»

Y Jehú le respondió:

«¿De qué paz me hablas? ¡Tú pásate a mis filas!»

Entonces el atalaya dio aviso, y dijo:

«El mensajero ha llegado hasta ellos, pero no veo que regrese.»

19 Se envió entonces a otro jinete, el cual llegó hasta ellos y dijo:

«El rey manda a preguntar si vienen en son de paz.»

Y Jehú también le respondió:

«¿De qué paz me hablas? ¡Tú pásate a mis filas!»

20 El atalaya volvió a dar aviso:

«También el otro jinete llegó hasta ellos, pero no veo que regrese. Por la manera de conducir, me parece que quien viene en el carro es Jehú hijo de Nimsi, pues conduce como un loco.»

21 Jorán ordenó entonces que prepararan su carro. Y cuando estuvo listo, partieron juntos el rey Jorán de Israel y el rey Ocozías de Judá, aunque cada uno en su carro, y fueron al encuentro de Jehú, al que hallaron en el campo que había pertenecido a Nabot de Jezrel. 22 Cuando Jorán vio a Jehú, exclamó:

«¿Vienes en son de paz, Jehú?»

Y éste respondió:

«¿Y qué paz puede haber, con tantas fornicaciones y hechicerías de tu madre Jezabel?»

23 Entonces Jorán dio vuelta a su carro y emprendió la huida, mientras decía a Ocozías:

«¡Nos han traicionado, Ocozías!»

24 Pero Jehú tensó su arco y le clavó una flecha a Jorán por la espalda; y la saeta le salió por el corazón, y cayó muerto en su carro. 25 Jehú le dijo a Bidcar, su capitán:

«Tómalo, y arrójalo en un extremo del campo que fue de Nabot de Jezrel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Ajab, su padre, el Señor pronunció esta sentencia contra él, cuando dijo: 26 “Yo, el Señor, vi ayer aquí la sangre de Nabot, y la sangre de sus hijos. Por eso aquí, en este campo, te daré tu merecido. Yo soy el Señor.”(C) Así que, conforme a la palabra del Señor, tómalo y arrójalo en el que fue campo de Nabot.»

Jehú mata a Ocozías(D)

27 Cuando el rey Ocozías de Judá vio esto, huyó por el camino de Bet Hagán, seguido de Jehú, que decía: «Hieran también a éste que va en el carro.» Y en la subida de Gur, junto a Ibleam, Ocozías fue herido. Por eso huyó a Meguido, donde murió. 28 Sus oficiales lo llevaron a Jerusalén en un carro, y allá, en la ciudad de David, lo sepultaron en su propio sepulcro, junto a sus antepasados.

29 Ocozías comenzó a reinar sobre Judá en el undécimo año del reinado de Jorán hijo de Ajab.

Muerte de Jezabel

30 Después Jehú se fue a Jezrel, y cuando Jezabel lo supo, se pintó los ojos con antimonio y se atavió la cabeza, y se asomó a la ventana. 31 En el momento en que Jehú entró a la ciudad, ella gritó:

«¿Cómo le va a Zimri, asesino de su rey?»

32 Jehú levantó la vista hacia la ventana, y dijo:

«¿Hay alguien ahí que esté de mi parte?»

Dos o tres eunucos se inclinaron hacia él, 33 y él les dijo:

«¡Arrójenla al suelo!»

Ellos la lanzaron por la ventana, y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, y Jehú la arrolló. 34 Luego, entró y comió y bebió, y más tarde dijo:

«Ahora vayan a ver a esa maldita mujer, y sepúltenla, pues es hija de un rey.»

35 Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, los pies y las palmas de las manos. 36 Volvieron entonces a decirle esto a Jehú, y él sentenció:

«Ésta es la palabra de Dios, pronunciada por medio de su siervo, Elías el tisbita, cuando dijo: “En el campo de Jezrel los perros se comerán el cuerpo de Jezabel.(E) 37 Allí, en el campo de Jezrel, el cuerpo de Jezabel será semejante al estiércol en el suelo, de modo que nadie podrá reconocerla.”»

1 Timoteo 6

Todos los que están sujetos a esclavitud, consideren a sus amos dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios ni la doctrina. Y los que tienen amos creyentes, no deben considerarlos menos por ser hermanos. Al contrario, deben servirles mejor, ya que los que se benefician de su buen servicio son creyentes y amados. Esto debes enseñar y exhortar.

Piedad y contentamiento

Si alguno enseña otra cosa, y no se aviene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que corresponde a la piedad, está envanecido, no sabe nada, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen los envidias, los pleitos, las blasfemias, las malas sospechas y las disputas necias de hombres de entendimiento corrupto y privados de la verdad, que hacen de la piedad una fuente de ganancia. De gente así, apártate. Pero la piedad es una gran ganancia, cuando va acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, si tenemos sustento y abrigo, contentémonos con eso. Los que quieren enriquecerse caen en la trampa de la tentación, y en muchas codicias necias y nocivas, que hunden a los hombres en la destrucción y la perdición; 10 porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual algunos, por codiciarlo, se extraviaron de la fe y acabaron por experimentar muchos dolores.

La buena batalla de la fe

11 Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la mansedumbre. 12 Presenta la buena batalla de la fe, aférrate a la vida eterna, a la cual también fuiste llamado cuando hiciste la buena profesión delante de muchos testigos. 13 Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato,(A) te mando 14 que mantengas el mandamiento inmaculado e irreprensible hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 15 la cual a su debido tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 16 el único que es inmortal y que habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

17 A los ricos de este siglo mándales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18 Mándales que hagan el bien, y que sean ricos en buenas obras, dadivosos y generosos; 19 que atesoren para sí mismos un buen fundamento para el futuro, que se aferren a la vida eterna.

Encargo final de Pablo a Timoteo

20 Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado. Evita las pláticas profanas acerca de cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, 21 la cual algunos profesaron y se desviaron de la fe. Que la gracia sea contigo. Amén.

Oseas 1

Oseas, su esposa infiel y sus hijos

La palabra del Señor vino a Oseas hijo de Berí en los días de Uzías,(A) Yotán,(B) Ajaz(C) y Ezequías,(D) que fueron reyes de Judá, y también en los días de Jeroboán(E) hijo de Joás, rey de Israel.

La palabra del Señor vino a Oseas por primera vez, y le dijo:

«Ve y toma por mujer a una prostituta, y ten con ella hijos de una prostituta, porque la tierra se ha prostituido. Se ha apartado del Señor.»

Oseas fue y tomó por mujer a Gomer hija de Diblayin, la cual concibió y le dio a luz un hijo. Entonces el Señor le dijo:

«Ponle por nombre Jezrel, porque dentro de poco tiempo voy a castigar a la casa de Jehú, por causa de los asesinatos cometidos en Jezrel.(F) Voy a ponerle fin al reinado de la casa de Israel. Cuando llegue el día, haré pedazos el arco de Israel en el valle de Jezrel.»

Gomer volvió a concebir, y dio a luz una hija. Entonces Dios le dijo a Oseas:

«Ponle por nombre Lorrujama,[a] porque no volveré a compadecerme de la casa de Israel, sino que los eliminaré por completo. Sin embargo, tendré misericordia de la casa de Judá, y los salvaré; pero no lo haré por medio de arcos ni espadas, ni por medio de combates con caballos y jinetes, sino por medio del Señor su Dios.»

Después de que Gomer destetó a Lorrujama, ésta concibió y dio a luz un hijo. Entonces Dios dijo:

«Ponle por nombre Loamí,[b] porque ustedes no son mi pueblo, ni yo soy el Dios de ustedes. 10 Con todo, los hijos de Israel serán tan numerosos como la arena del mar, que no es posible medirla ni contarla. Y allí donde se les dijo: “Ustedes no son mi pueblo”, se les dirá: “Ustedes son hijos del Dios de la vida”.(G) 11 Y se reunirán los hijos de Judá y los hijos de Israel, y nombrarán un solo jefe, y volverán a levantarse en la tierra; porque el día de Jezrel será grande.

Salmos 119:73-96

Yod

73 Tú, con tus propias manos me formaste;
dame la capacidad de comprender tus mandamientos.
74 Cuando me vean los que te honran, se alegrarán,
porque en tu palabra he puesto mi esperanza.
75 Señor, yo sé que tus juicios son justos,
y que por tu fidelidad me afligiste.
76 Muéstrame tu misericordia, y ven a consolarme,
pues ésa fue tu promesa a este siervo tuyo.
77 Compadécete de mí, y viviré,
pues en tu ley encuentro mi deleite.
78 Avergüenza a esos arrogantes que me calumnian;
por mi parte, yo meditaré en tus mandamientos.
79 Que se unan a mí aquellos que te honran,
aquellos que conocen tus testimonios.
80 Perfecciona mi corazón con tus estatutos,
para que no tenga de que avergonzarme.

Caf

81 Siento que me muero esperando tu salvación,
pero sigo confiando en tu palabra.
82 Los ojos se me apagan esperando tu promesa,
y me pregunto: «¿Cuándo vendrás a consolarme?»
83 Me siento tan inútil como un odre viejo,
pero tengo presentes tus estatutos.
84 ¿Cuántos años más me quedan de vida?
¿Cuándo dictarás sentencia contra mis enemigos?
85 Gente altanera me han tendido trampas,
pues no actúan de acuerdo con tu ley.
86 Todos tus mandamientos son verdaderos;
¡ayúdame, porque sin razón soy perseguido!
87 Poco ha faltado para que me derriben,
pero ni así me he apartado de tus mandamientos.
88 ¡Dame vida, conforme a tu misericordia,
para que cumpla los testimonios que has emitido!

Lámed

89 Señor, tu palabra es eterna,
y permanece firme como los cielos.
90 Tu fidelidad es la misma por todas las edades;
tú afirmaste la tierra, y ésta permanece firme.
91 Por tus decretos, todo subsiste hoy,
y todo está a tu servicio.
92 Si en tu ley no hallara mi regocijo,
la aflicción ya habría acabado conmigo.
93 Jamás me olvidaré de tus mandamientos,
porque con ellos me has devuelto la vida.
94 Mi vida te pertenece; ¡sálvame, Señor,
pues yo estudio tus mandamientos!
95 Los malvados buscan cómo destruirme,
pero yo trato de entender tus testimonios.
96 He visto que aun lo perfecto se acaba,
pero tus mandamientos son eternos.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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