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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
1 Reyes 8

Salomón lleva el arca al templo(A)

Salomón ordenó que los ancianos de Israel y todos los jefes de las tribus, más los jefes de las familias israelitas, se reunieran en Jerusalén para llevar el arca del pacto del Señor, de Sión a la ciudad de David.(B) Todos los israelitas se reunieron con el rey Salomón durante la fiesta solemne del mes de Etanín, que es el séptimo mes del año. Cuando los ancianos de Israel llegaron, los sacerdotes tomaron el arca y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y los levitas. El rey Salomón y todos los israelitas se reunieron delante del arca y ofrecieron en sacrificio ovejas y bueyes. ¡Eran tantos los animales ofrecidos que no se podían contar!

Luego, los sacerdotes introdujeron el arca del pacto del Señor en el lugar reservado para ella, es decir, en el Lugar santísimo, en el santuario del templo, bajo las alas de los querubines. Sobre el lugar donde estaba el arca, los querubines tenían extendidas sus alas, con lo que cubrían el arca y sus travesaños. Éstos eran tan largos que sus extremos podían verse desde el lugar santo, que está frente al Lugar santísimo, aunque desde afuera no podían verse. Así se quedaron hasta el día de hoy. Dentro del arca solamente estaban las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en Horeb,(C) donde el Señor hizo un pacto con los israelitas cuando salieron de Egipto. 10 En el momento en que los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó el templo del Señor, 11 así que ellos no pudieron quedarse para cumplir su ministerio, pues el Señor había llenado el templo(D) con su gloria.

Dedicación del templo(E)

12 Entonces Salomón dijo:

«Tú, Señor, has dicho que habitas en la oscuridad. 13 Pero yo te he construido un templo para que habites allí por siempre.»

14 Luego volvió el rostro hacia el pueblo de Israel, que permanecía de pie, y les dio la bendición. 15 Y dijo:

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que le hizo una promesa a David, mi padre, y la ha cumplido. El Señor le dijo: 16 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, de ninguna de sus tribus escogí una ciudad para que se me construyera un templo donde se honrara mi nombre; pero elegí a David para que gobernara a mi pueblo Israel.”(F) 17 Y mi padre David se propuso de todo corazón edificar un templo donde se honrara el nombre del Señor y Dios de Israel. 18 Pero el Señor le dijo: “Es muy bueno tu deseo(G) sincero de construir un templo donde se honre mi nombre. 19 Pero no serás tú quien lo construya, sino el hijo que vas a engrendrar. Será él quien edifique el templo donde se honrará mi nombre.”(H)

20 »El Señor ha cumplido su palabra, pues me puso en el lugar de mi padre y me ha sentado en el trono de Israel, tal como lo prometió. Además, he construido el templo al nombre del Señor y Dios de Israel, 21 y allí he apartado un lugar para colocar el arca que guarda el pacto que el Señor hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de la tierra de Egipto.»

22 Luego, Salomón se paró frente al altar del Señor, y en presencia de todo el pueblo de Israel extendió los brazos al cielo y dijo:

23 «Señor y Dios de Israel, no hay en los cielos ni en la tierra otro Dios como tú, pues tú cumples tu pacto y tienes misericordia de quienes te honran y te obedecen de todo corazón; 24 tú has cumplido la promesa que le hiciste a tu siervo, mi padre David; lo que entonces le prometiste de palabra, hoy vemos que se ha cumplido. 25 Lo que sigue, Señor y Dios de Israel, es que también cumplas la promesa que le hiciste a mi padre David, tu siervo, cuando le dijiste: “Nunca faltará delante de mí un descendiente tuyo que ocupe el trono de Israel, siempre y cuando vaya por mis sendas y me obedezca(I) como lo has hecho tú.” 26 Te ruego, Señor y Dios de Israel, que cumplas esa promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre.

27 »¿En verdad, Señor, quieres vivir en este mundo? Si ni la gran expansión de los cielos es capaz de contenerte, ¡mucho menos este templo que he edificado en tu honor!(J) 28 No obstante, Señor mi Dios, sé que tú pondrás atención al clamor y a la plegaria que este siervo tuyo hoy eleva a ti. 29 Dígnate posar, de día y de noche, tus ojos sobre este templo, pues un día prometiste: “Allí estará mi nombre.”(K) 30 ¡Oye aquí las plegarias de tu pueblo Israel y de este siervo tuyo! ¡Que cuando vengan a este lugar tú, desde el cielo, donde habitas, escuches su clamor y los perdones!

31 »Si alguno ofende a su prójimo y lo obligan a jurar ante tu altar en este templo, 32 tú, que escuchas desde el cielo, haz justicia a tus siervos y condena al impío. Que sus malas acciones recaigan sobre él, mientras que al hombre justo lo tratas como corresponde a su justicia.

33 »Cuando los israelitas sean derrotados por sus enemigos, por haber pecado contra ti, si se arrepienten de su pecado y reconocen la grandeza de tu nombre, y oran y claman aquí en tu templo, 34 escúchalos tú en los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlos volver a la tierra que les diste a sus padres.

35 »Si tu pueblo peca contra ti y el cielo les niega su lluvia, y si tú los afliges y ellos se arrepienten y vienen a este lugar reconociendo tu nombre, 36 te ruego que desde los cielos escuches a tus siervos, a tu pueblo Israel, y perdones su pecado; que le enseñes a seguir el buen camino, y que hagas llover sobre la tierra que le diste como herencia.

37 »Si tu pueblo llega a padecer hambre, o peste, o plagas como hongos en los cereales, o langosta o pulgón; o si son sitiados por sus enemigos, o enfrentan alguna plaga o enfermedad, 38 escucha las oraciones y las súplicas que te haga tu pueblo, o cualquiera de tus hijos, cuando sufran por su desgracia y, arrepentidos, levanten sus brazos hacia este templo; 39 escúchalos desde los cielos, donde habitas, y perdónalos; tú, que conoces el corazón de todo ser humano, dales lo que merezcan sus acciones, 40 para que te honren todo el tiempo que vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.

41 »Si los extranjeros, los que no pertenecen a tu pueblo Israel, saben de tu nombre y vienen a conocerte 42 (pues muchos sabrán de tu grandeza y de tu gran poder), y llegan a invocar tu nombre en este templo, 43 escúchalos desde los cielos, desde el lugar donde habitas, y trátalos según el motivo por el que te invocan, para que todos los pueblos de la tierra te conozcan y te honren, como lo hace tu pueblo Israel, y reconozcan que tú escuchas las oraciones que se hacen en este templo que construí para ti.

44 »Si tu pueblo sale a pelear contra sus enemigos, y siguen el camino que tú les indiques, y te piden ayuda mirando hacia la ciudad que elegiste y en donde edifiqué el templo en tu honor, 45 escucha desde el cielo su oración y súplica, y concédeles la victoria.

46 »Si acaso pecan contra ti (pues no hay nadie que no peque), y tú te enojas y los pones en manos de sus enemigos, y éstos los llevan cautivos a países enemigos, cercanos o lejanos, 47 si tu pueblo recapacita en el país de su cautiverio y se arrepiente y clama a ti, y confiesa haber hecho lo malo y haberte ofendido; 48 si allá en la tierra de su cautiverio se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran a ti con el rostro en dirección a la tierra que les diste a sus antepasados y a la ciudad que tú elegiste, mirando hacia el templo que edifiqué en tu honor, 49 escucha desde los cielos donde habitas sus oraciones y lamentos, y hazles justicia. 50 Perdona a tu pueblo por todos sus pecados, por haberse rebelado contra ti y por desobedecer tus mandatos, y haz que sus opresores les tengan compasión. 51 ¡Ellos son tu pueblo! ¡Te pertenecen, pues tú los sacaste de Egipto, de ese país que parecía un horno para fundir hierro! 52 Mira con atención a tu pueblo y a este siervo tuyo, y escucha su oración cuando te invoquen. 53 Señor y Dios, Tú los apartaste para que fueran tuyos; tú los elegiste de entre todos los pueblos de la tierra. Así se lo hiciste saber a Moisés, tu siervo, cuando liberaste de Egipto a nuestros antepasados.»

54 Cuando Salomón terminó de orar y de suplicar al Señor, se levantó de delante del altar, pues había estaba arrodillado, y con los brazos extendidos al cielo 55 se puso de pie y bendijo a todo el pueblo de Israel con estas palabras:

56 «Bendito sea el Señor, que le ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a su promesa, sin dejar de cumplir(L) ninguna de las promesas que le hizo a Moisés. 57 Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros primeros padres, y que no nos desampare ni nos abandone. 58 Que nuestra voluntad se rinda ante él para que podamos andar por sus caminos y cumplamos sus mandamientos, estatutos y decretos, los cuales dio a nuestros primeros padres. 59 Que estas oraciones que he hecho delante del Señor, permanezcan ante su presencia en todo tiempo. Que él a su tiempo proteja la causa de este siervo suyo y de su pueblo Israel, 60 para que en todas las naciones de la tierra sepan que el Señor es Dios, y que no hay otro. 61 Que el corazón de todos ustedes sea totalmente sincero con el Señor nuestro Dios. Que siempre cumplan ustedes sus estatutos y obedezcan sus mandamientos, como lo han hecho hoy.»

62 A continuación, el rey y todo el pueblo de Israel ofrecieron sacrificios delante del Señor. 63 Salomón ofreció al Señor, como sacrificios de reconciliación, veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así fue como Salomón y los israelitas dedicaron el templo del Señor. 64 Ese mismo día, Salomón consagró la parte central del atrio, frente al templo del Señor, porque allí ofreció los holocaustos, las ofrendas de cereales y la grasa de las ofrendas de reconciliación, pues en el altar de bronce que estaba delante del Señor no había espacio para los holocaustos ni para las ofrendas de cereales, ni para la grasa de los sacrificios de reconciliación.

65 Ese día, y en presencia del Señor, Salomón y los israelitas hicieron fiesta, a la que asistió una multitud que venía desde la entrada de Jamat hasta el río de Egipto. Esa fiesta en honor al Señor se prolongó durante siete días más, y en total duró catorce días. 66 Al octavo día, Salomón despidió al pueblo, y ellos bendijeron al rey; luego cada uno se fue a su ciudad, rebosando de gozo y alegría por todas las cosas buenas que el Señor había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.

Efesios 5

Pórtense como hijos de luz

Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados. Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante.(A)

Entre ustedes ni siquiera deben hablar de inmoralidad sexual, ni de avaricia, ni de ninguna otra clase de depravación, pues ustedes son santos. Tampoco digan obscenidades, ni tonterías ni palabras groseras. Eso no es conveniente. En vez de eso, den gracias a Dios. Ustedes bien saben que ninguno que sea libertino, inmundo, o avaro (es decir, ningún idólatra), tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie los engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre aquellos que no lo obedecen. Por tanto, no se junten con esa clase de gente. En otro tiempo, ustedes eran oscuridad; pero ahora son luz en el Señor. Por tanto, vivan como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu se manifiesta en toda bondad, justicia y verdad), 10 y comprueben lo que es agradable al Señor. 11 No tengan nada que ver con las obras infructuosas de las tinieblas; al contrario, denúncienlas. 12 ¡Hasta vergüenza da hablar de lo que ellos hacen en secreto! 13 Pero cuando todas las cosas son expuestas a la luz, quedan de manifiesto; porque la luz lo manifiesta todo. 14 Por eso dice:

«Despiértate, tú que duermes.
Levántate de entre los muertos,
y te alumbrará Cristo.»

15 Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan ya como necios, sino como sabios. 16 Aprovechen bien el tiempo,(B) porque los días son malos. 17 No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. 18 No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu. 19 Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales; canten y alaben al Señor con el corazón, 20 y den siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.(C)

La mutua sumisión

21 Cultiven entre ustedes la mutua sumisión, en el temor de Dios. 22 Ustedes, las casadas, honren a sus propios esposos,(D) como honran al Señor; 23 porque el esposo es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así como la iglesia honra a Cristo, así también las casadas deben honrar a sus esposos en todo. 25 Esposos, amen a sus esposas,(E) así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla. Él la purificó en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, santa e intachable, sin mancha ni arruga ni nada semejante. 28 Así también los esposos deben amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo. 29 Nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como lo hace Cristo con la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser.(F) 32 Grande es este misterio; pero yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo; y ustedes, las esposas, honren a sus esposos.

Ezequiel 38

Profecía contra Gog

38 La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:

«Hijo de hombre, dirige ahora la mirada hacia Gog de Magog,(A) príncipe soberano de la tierra de Mesec y Tubal, y profetiza contra él. Dile que así ha dicho Dios el Señor:

»Escucha, Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal: Yo estoy contra ti. Voy a quebrantarte; voy a ponerte garfios en las quijadas, para echarte fuera de tu país junto con todo tu ejército, y con tus caballos y jinetes, que están bien armados con infinidad de espadas, paveses y escudos. Contigo están Persia, Cus y Fut, y todos ellos cuentan con escudos y yelmos; contigo están Gomer y todas sus tropas, y la gente de Togarmá, que habita en los confines del norte, y todas sus tropas, y muchos otros pueblos.

»Prepárate y apertréchate, tú y todo el ejército que se ha reunido contigo, y manténte alerta. Dentro de algunos años vendré a visitarte para que vayas a la tierra que recogí de entre muchos pueblos. A sus habitantes los saqué de esas naciones, y los libré de la espada. Ahora habitan en los montes de Israel, que siempre estuvieron en ruinas, y todos ellos viven despreocupados. Pero tú invadirás esa tierra. Tú y todas tus tropas, y todos los ejércitos que te acompañan vendrán sobre ella como una tempestad, ¡la cubrirán como una nube!»

10 Así ha dicho Dios el Señor:

«Cuando llegue el día, te vendrán a la mente ideas y pensamientos malvados, 11 y dirás: “Voy a invadir un país indefenso. Voy a atacar a gente tranquila, que vive despreocupada. Todos ellos habitan en ciudades sin murallas, ni puertas ni cerrojos.” 12 Y los despojarás de todo y tomarás botín entre ellos, y pondrás tus manos sobre tierras antes desiertas y ahora pobladas, y sobre el pueblo que recogí de entre las naciones, y que ahora tiene ganado y posesiones, y habita en el corazón de la tierra. 13 Sabá y Dedán, y los mercaderes de Tarsis y todos sus príncipes, te dirán: “¿Has venido a despojarnos de lo nuestro? ¿Has reunido a tu ejército para tomar botín y quitarnos nuestra plata y oro, y ganados y posesiones, y despojarnos de todo?”

14 »Por lo tanto, hijo de hombre, profetiza y dile a Gog que así ha dicho Dios el Señor: “Cuando llegue el día en que mi pueblo Israel viva tranquilo, seguramente tú lo sabrás. 15 Entonces vendrás de tu país, de las regiones del norte, y contigo vendrán grandes y poderosos ejércitos, todos ellos a caballo, 16 y atacarás a mi pueblo Israel y cubrirás la tierra como un nubarrón. Cuando llegue el momento, permitiré que ataques a mi tierra, para que las naciones me conozcan. Entonces, Gog, seré santificado en ti delante de sus ojos.”»

17 Así ha dicho Dios el Señor:

«¿Acaso no eres tú de quien yo hablaba en tiempos pasados por medio de mis siervos, los profetas de Israel? En aquellos tiempos ellos profetizaron que yo habría de hacer que vinieras y atacaras a mi pueblo: 18 “Cuando llegue el día en que Gog venga y ataque a la tierra de Israel, se encenderán mi ira y mi furor.”

Palabra de Dios el Señor.

19 »Sí, lo dije en el momento en que ardían mi ira y mi furor. Y dije que ese día habría un gran temblor de tierra en Israel; 20 que ante mí temblarían los peces del mar, las aves del cielo, las bestias salvajes y toda clase de reptiles, lo mismo que todo el género humano sobre la faz de la tierra. También dije que los montes y las colinas se desmoronarían, y que todas las murallas se vendrían abajo, 21 y que en todos mis montes convocaría a entrar en combate, y que unos y otros se matarían a filo de espada.

Palabra de Dios el Señor.

22 »Así es, Gog: Yo te castigaré con peste y sangre. Sobre ti y sobre tus tropas, y sobre los numerosos ejércitos que están contigo, dejaré caer una lluvia impetuosa, y piedras de granizo, fuego y azufre. 23 Así seré engrandecido, santificado y reconocido a los ojos de muchas naciones, y así sabrán que yo soy el Señor.

Salmos 89

Pacto de Dios con David

Masquil de Etán ezraíta.(A)

89 Por siempre alabaré la misericordia del Señor;
de una generación a otra, mis labios exaltarán tu fidelidad.
Por siempre afirmaré que tu misericordia
se mantendrá firme en los cielos,
y que en ellos se afirmará tu verdad.

Tu dijiste: «He hecho un pacto con mi escogido.
A mi siervo David le hice este juramento:
“Confirmaré tu descendencia para siempre,
y afirmaré tu trono por todas las generaciones.”»(B)

Señor, los cielos celebran tus maravillas;
la congregación de los santos proclama tu verdad.
¿Quién, Señor, se iguala a ti en los cielos?
¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses?
¡Dios temible en el concilio de los santos!
¡Dios grande y terrible sobre cuantos lo rodean!
Poderoso Señor, Dios de los ejércitos,
¿Quién como tú? ¡Tu fidelidad te rodea!
Tú dominas la violencia del mar;
cuando sus ondas se agitan, tú las sosiegas.
10 Tú aplastaste a Rajab y lo heriste de muerte;
con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra
y el mundo y su plenitud, pues tú lo fundaste.
12 Tú creaste el norte y el sur;
los montes Tabor y Hermón alaban tu nombre.
13 Tuyo es el brazo poderoso;
fuerte es tu mano, y exaltada tu diestra.
14 Tu trono se basa en la justicia y el derecho;
la misericordia y la verdad son tus heraldos.

15 ¡Dichoso el pueblo que sabe aclamarte,
y que anda, Señor, a la luz de tu rostro.
16 En tu nombre se alegrará todo el día,
y en tu justicia será enaltecido.
17 Tú eres la gloria de nuestro poder;
por tu buena voluntad acrecientas nuestra fuerza.
18 Tú, Señor, eres nuestro escudo;
tú, Santo de Israel, eres nuestro rey.

19 En una visión a tus santos,
y dijiste: «He brindado mi apoyo a un guerrero;
he escogido a un joven de mi pueblo.
20 He encontrado a mi siervo David,(C)
y lo he ungido con mi santa unción.(D)
21 Mi mano estará siempre con él;
mi brazo siempre lo fortalecerá.
22 No lo sorprenderá el enemigo,
ni le hará daño ningún malvado;
23 más bien, él derrotará a sus enemigos
y herirá de muerte a los que lo aborrecen.
24 Mi verdad y misericordia estarán con él,
y su poder será exaltado en mi nombre.
25 Con su mano izquierda dominará sobre el mar,
y con su mano derecha dominará sobre los ríos.
26 Él me dirá: “Tú eres mi padre.
Eres mi Dios, la roca de mi salvación”,
27 y yo lo declararé mi primogénito,
¡el más excelso de los reyes de la tierra!(E)
28 Siempre seré con él misericordioso,
y mi pacto con él se mantendrá firme.
29 Su descendencia permanecerá para siempre,
y su trono durará mientras el cielo exista.

30 »Pero si sus hijos se apartan de mi ley
y no andan conforme a mis decretos,
31 si transgreden mis estatutos
y no cumplen mis mandamientos,
32 yo los castigaré por su rebelión;
¡los azotaré por sus iniquidades!

33 »Pero no apartaré de David mi misericordia,
ni faltaré a mi verdad.
34 No me olvidaré de mi pacto,
ni me retractaré de lo que he prometido.
35 Una vez he jurado por mi santidad,
y no le mentiré a David.
36 Su descendencia permanecerá para siempre;
su trono estará ante mí, como el sol;
37 firme para siempre, como la luna;
¡como un testigo fiel en el cielo!»

38 ¡Pero tú has rechazado a tu ungido!
¡Lo has menospreciado! ¡Te has enojado con él!
39 Has roto el pacto con tu siervo;
¡has echado por tierra su corona!
40 Has derribado todas sus murallas;
¡has destruido sus fortalezas!
41 Todos los que van por el camino lo saquean;
los pueblos vecinos se burlan de él.
42 Has exaltado el poder de sus enemigos;
has alegrado a todos sus adversarios.
43 Le quitaste el filo a su espada,
y no lo levantaste en la batalla.
44 Pusiste fin a su motivo de orgullo,
y echaste por tierra su trono.
45 Has acortado los días de su vida,
y lo has cubierto de vergüenza.

46 Señor, ¿hasta cuándo seguirás escondido?
¿Arderá tu ira para siempre, como el fuego?
47 Recuerda que mi vida es muy breve;
¿Por qué creaste tan frágil al género humano?
48 ¿Quién puede vivir sin ver la muerte?
¿Quién puede salvarse del poder del sepulcro?

49 Señor, ¿dónde están tus misericordias de antaño,
que una vez juraste a David por tu verdad?
50 ¡Acuérdate, Señor, del oprobio de tus siervos,
del oprobio de muchos pueblos, que llevo en el pecho!
51 Tus enemigos, Señor, nos han deshonrado;
¡tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido!

52 ¡Bendito sea el Señor para siempre!
¡Amén, y Amén!

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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