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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
1 Reyes 10

La reina de Sabá visita a Salomón

10 Cuando la reina de Sabá oyó acerca de la forma maravillosa en que Dios había bendecido a Salomón con sabiduría, decidió ir a probarlo con algunas preguntas difíciles. Llegó a Jerusalén con una larga caravana de camellos cargados de especias, oro y joyas. Al ver a Salomón, le hizo todas las preguntas que había preparado. Salomón le respondió todas las preguntas, por más difíciles que fueran, porque el Señor le daba las respuestas correctas en cada caso. Pronto comprendió ella que todo lo que había oído acerca de la gran sabiduría de Salomón era cierto. También vio el hermoso palacio que él había edificado. Y cuando vio los deliciosos manjares sobre su mesa, el gran número de servidores y criados que estaban vestidos con uniformes espléndidos, los coperos, y los muchos sacrificios que ofrecía al Señor, quedó completamente maravillada.

Entonces le dijo a Salomón: «Todo lo que he oído en mi país acerca de tu sabiduría y de las cosas maravillosas que estás haciendo, son verdaderas. Yo no lo creí hasta que vine, pero ahora lo he visto por mí misma. Ahora me doy cuenta de que lo que se me había dicho no era ni la mitad. Tu sabiduría y tu prosperidad superan todo lo que conozco. Tu pueblo es feliz y tus criados están contentos, pero ¿cómo podría ser de otra manera?, pues ellos están aquí día tras día escuchando tu sabiduría. ¡Bendito sea el Señor tu Dios que te escogió y te puso en el trono de Israel! ¡Cuánto amor le tiene el Señor a Israel, que le ha dado un rey como tú! Y tú le das a tu pueblo un gobierno justo y bueno».

10 Entonces entregó al rey un presente: tres mil novecientos sesenta kilos de oro, además de grandes cantidades de especias y piedras preciosas; en realidad, fue el presente más grande de especias que el rey Salomón recibió.

11 (Cuando los barcos del rey Hiram llegaron de Ofir cargados de oro para Salomón, también llevaban grandes cantidades de sándalo y piedras preciosas. 12 Salomón usó el sándalo para hacer columnas para el templo del Señor y la casa real, y para hacer arpas y liras para el coro. Nunca antes ni después ha habido una provisión similar de maderas preciosas).

13 A cambio de los regalos que la reina de Sabá le trajo, Salomón le dio todo lo que ella pidió, además de los presentes que él ya tenía para ofrecerle. Entonces ella y sus siervos regresaron a su tierra.

El esplendor de Salomón

14 Cada año Salomón recibía unos veintidós mil kilos de oro, 15 además de los impuestos y de las ganancias obtenidas del comercio con los reyes de Arabia y de otros territorios vecinos. 16-17 Salomón hizo que parte del oro fuera batido para hacer doscientos escudos grandes (cada escudo pesaba unos seis kilos y medio de oro), y trescientos escudos pequeños, de un kilo y medio de oro cada uno, y los puso en su casa llamada «Bosque del Líbano».

18 También hizo un gran trono de marfil y lo recubrió con oro puro. 19 Tenía seis gradas, el respaldo era redondo y tenía brazos, y un león estaba parado a cada lado. 20 Había dos leones en cada grada, doce en total. No había otro trono en el mundo tan espléndido como aquél.

21 Todos los vasos del rey Salomón eran de oro macizo, y en el «Bosque del Líbano» toda la vajilla estaba hecha de oro puro (no usaban la plata, porque no se consideraba de mucho valor).

22 El rey Salomón tenía su flota mercante en sociedad con el rey Hiram, y cada tres años llegaba a los puertos de Israel un gran cargamento de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23 Así que Salomón era el rey más rico y más sabio de todos los reyes de la tierra. 24 Grandes hombres de muchas tierras venían a entrevistarse con él, y a escuchar la sabiduría que Dios le había dado. 25 Le traían a Salomón un tributo anual de plata y oro, telas hermosas, armas, perfumes, caballos y mulas.

26 Salomón edificó un gran establo para sus caballos, en el cual metió un gran número de carros de guerra y caballos. Llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, que mantenía en sus caballerizas y en Jerusalén. 27 La plata era tan común como las piedras en Jerusalén en aquellos días, y el cedro no tenía más valor que el sicómoro común. 28 Los caballos de Salomón eran traídos de Egipto y de Cilicia, donde sus agentes los compraban al por mayor. 29 Un carro egipcio entregado en Jerusalén costaba seiscientas piezas de plata, y los caballos, ciento cincuenta. Luego muchos de estos eran vendidos a los reyes de los hititas y de los sirios.

Filipenses 1

Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los que están en Filipos y que, por estar unidos a Cristo Jesús, forman parte del pueblo santo de Dios; también a sus líderes y diáconos:

Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo los llenen de amor y de paz.

Acción de gracias e intercesión

Cada vez que me acuerdo de ustedes doy gracias a mi Dios; siempre que oro por ustedes lo hago con alegría, porque ustedes se han solidarizado con el evangelio desde el primer día hasta ahora. El que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo regrese. De esto estoy seguro.

Está bien que yo piense así de todos ustedes, porque los llevo en el corazón. Ya sea que yo esté preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes participan conmigo del amor que Dios me ha dado. Dios sabe lo mucho que los quiero a todos con el tierno amor que nos da Cristo Jesús. Lo que pido en mis oraciones es que el amor de ustedes sea cada vez más grande y que su conocimiento y buen juicio crezcan, 10 para que sepan elegir lo que es mejor y para que vivan de una manera limpia y sin reproche hasta el día cuando Cristo regrese; 11 también para que estén llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para que le den la gloria y la alabanza a Dios.

El vivir es Cristo

12 Hermanos, quiero que sepan que lo que me ha pasado ha ayudado a anunciar el evangelio. 13 Toda la guardia del palacio y todos los demás saben que estoy encadenado por causa de Cristo. 14 Y al ver que estoy preso, la mayoría de los hermanos se ha atrevido, ahora más que nunca, a anunciar sin temor la palabra de Dios, confiando en el Señor.

15 Es cierto que algunos anuncian a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros lo hacen con buenas intenciones. 16 Estos últimos lo hacen por amor, porque saben que Dios me ha puesto para defender el evangelio. 17 Los primeros anuncian a Cristo por interés personal y no por motivos puros, pues creen que así me harán sufrir más, ahora que estoy en la cárcel.

18 Pero, ¿qué importa? De cualquier manera, sea con motivos falsos o sinceros, se anuncia a Cristo. Por eso me alegro y me seguiré alegrando, 19 porque sé que, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo, saldré libre. 20 Mi gran deseo y esperanza es que no haga nada que me avergüence, sino que, con toda libertad, ya sea que viva o muera, le den la gloria a Cristo por medio de mí ahora como siempre. 21 Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia. 22 Pero si el seguir viviendo en este mundo significa para mí que haré un buen trabajo, entonces no sé que elegir. 23 Realmente me es difícil elegir cualquiera de las dos posibilidades. Deseo morir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor; 24 pero por el bien de ustedes es aún conveniente que me quede en este mundo. 25 Por eso, estoy convencido de que lo mejor es que me quede y continúe con todos ustedes para ayudarlos en el alegre crecimiento de su fe. 26 Así, cuando yo vuelva, tendrán más razón para estar orgullosos de mí en Cristo Jesús.

27 Pase lo que pase, vivan de manera digna, de acuerdo con el evangelio de Cristo, porque ya sea que vaya a verlos o que, estando ausente, sólo reciba noticias de ustedes, sabré que siguen firmes y unidos, luchando juntos por la fe del evangelio. 28 No les tengan miedo alguno a sus enemigos, porque para ellos es señal de destrucción; en cambio, para ustedes, es señal de salvación, y esto proviene de Dios. 29 A ustedes se les ha dado no sólo el privilegio de creer en Cristo, sino también de sufrir por él. 30 Ustedes están en la misma lucha que antes yo estaba. Y yo aún continúo luchando.

Ezequiel 40

Visión del templo futuro

40 A principios de abril del vigésimo quinto año de nuestro exilio, el decimocuarto año después de que Jerusalén fue capturada, la mano del Señor vino sobre mí, y en una visión me llevó a la tierra de Israel y me colocó sobre una montaña alta donde vi delante de mí lo que parecía una ciudad. Acercándome, vi a un hombre cuyo rostro brillaba como el bronce, parado al lado de la puerta del templo, sosteniendo en su mano una cinta métrica y una vara de medir. Me dijo: «Hombre mortal, observa y escucha, presta atención a todo lo que yo te mostraré, porque has sido traído aquí para que yo pueda mostrarte muchas cosas; y luego has de volver al pueblo de Israel para contarles todo lo que has visto».

La puerta oriental

El hombre comenzó a medir el muro que rodea el exterior de la zona del templo con su vara de medir, el cual tenía un largo de tres metros con quince centímetros. Él me dijo: «Este muro tiene una altura de tres metros con quince centímetros y un espesor de tres metros con quince centímetros». Luego me llevó a la puerta que atraviesa el muro del oriente. Subimos los siete escalones a la entrada y él midió el vestíbulo de la puerta; tenía un ancho de tres metros con quince centímetros.

Siguiendo a través del pasillo yo vi que había tres habitaciones destinadas para los guardias a ambos lados. Cada una de estas habitaciones era cuadrada, de tres metros con quince centímetros de lado con una distancia de dos metros con sesenta y dos centímetros entre cada una de ellas. Frente a estas habitaciones había una barrera baja de cincuenta y dos centímetros y medio de altura y cincuenta y dos centímetros y medio de espesor. 10 Más allá de las habitaciones de la guardia había una puerta de tres metros con quince centímetros 11 que conducía a una sala de cuatro metros con veinte centímetros con columnas de un metro con cinco centímetros. 12 Pasando esta sala, en la punta interior de la entrada había un vestíbulo con un ancho de seis metros con ochenta y dos centímetros y un largo de cinco metros con cuarto centímetros.

13 Entonces él midió el ancho total exterior de la entrada, midiendo a lo largo del techo desde las puertas exteriores de las habitaciones de la guardia. Esta distancia era de trece metros con doce centímetros. 14 Luego él estimó que los pilares de ambos lados del pórtico tendrían una altura de treinta y un metros y medio. 15 El largo total del pasillo de entrada era de veintiséis metros y cuarto de un extremo al otro. 16 Había ventanas que se volvían más angostas hacia adentro, las que atravesaban las paredes de ambos lados del pasillo y las habitaciones de la guardia. Las ventanas también estaban en las salas de entrada y salida. Los pilares estaban decorados con motivos de palmeras.

El atrio exterior

17 Y así pasamos a través del pasillo de entrada al atrio. Un enlosado de piedra lo rodeaba del lado interior de las paredes, y había treinta habitaciones construidas contra las paredes, con apertura hacia este enlosado. 18 A este se le llamaba el «enlosado inferior». Se extendía fuera de las paredes y hacia el atrio la misma distancia que el pasillo.

19 Luego midió hasta la pared del otro costado del atrio, que se llamaba el «atrio exterior» del templo, y encontró que la distancia era de cincuenta y dos metros y medio.

La puerta norte

20 Mientras yo lo seguía, dejó el pasillo de entrada del este y se fue al pasillo de entrada a través del muro del norte y lo midió. 21 Aquí también había tres habitaciones para la guardia de cada lado, y todas las medidas eran las mismas que para el pasillo de la entrada del este —veintiséis metros y cuarto de largo y trece metros con doce centímetros de lado a lado por la parte de arriba de las habitaciones de guardia—. 22 Había ventanas, una sala de entrada y las decoraciones de palmeras al igual que en el este. Y había siete escalones que conducían a la sala de entrada.

23 Aquí en la entrada del norte, tal como en la del este, había un pasillo que conducía al patio exterior que llegaba hasta la pared interior. Esta tenía otro pasillo que conducía al patio interior. La distancia entre los dos pasillos era de cincuenta y dos metros y medio.

La puerta sur

24 Luego me llevó a la puerta del sur y midió las varias sesiones de su pasillo y encontró que eran iguales a las de las otras. 25 Tenía ventanas a lo largo de las paredes, como las otras, y una sala de entrada. Y como las otras, tenía también un largo de veintiséis metros y cuarto y un ancho de trece metros con doce centímetros. 26 Esta también tenía siete escalones de acceso y había decoraciones de palmeras a lo largo de las paredes. 27 Y aquí, de nuevo, si uno caminaba a través del pasillo hasta el patio y lo cruzaba, llegaba a una pared interior y un pasillo a través de ella que conducía a un patio interior. La distancia entre los dos pasillos era de cincuenta y dos metros y medio.

Las puertas del atrio interior: la puerta sur

28 Luego me llevó al muro interior y su pasillo sur. Midió este pasillo y encontró que tenía las mismas medidas que los pasillos del muro exterior. 29 Sus habitaciones para la guardia, pilares y salas de entrada y salida eran idénticas a todas las otras, así como las ventanas a lo largo de sus paredes y entrada. 30 Y como las otras, tenía un largo de veintiséis metros y cuarto y un ancho de trece metros con doce centímetros. 31 La única diferencia era que tenía ocho escalones de acceso en vez de siete. Tenía decoraciones de palmeras sobre los pilares, tal como las otras.

El atrio interior: la puerta oriental

32 Luego me llevó por el atrio hasta la entrada oriental del muro interior, y la midió. Esta también tenía las mismas medidas que las otras. 33 Sus habitaciones para la guardia, los pilares y la sala de entrada eran de la misma medida que las de los otros pasillos, y había ventanas en las paredes y en la sala de entrada; y tenía un largo de veintiséis metros y cuarto y un ancho de trece metros con doce centímetros. 34 Su sala de entrada miraba hacia el patio exterior y había decoraciones de palmeras sobre sus columnas; pero había ocho escalones de acceso a la entrada en vez de siete.

El atrio interior: la puerta norte

35 Luego me llevó a la puerta norte del muro interior, y las medidas allí eran idénticas a las otras. 36 Las habitaciones para la guardia, pilares y sala de entrada de este pasillo eran iguales a los otros, con un largo de veintiséis metros y cuarto y un ancho de trece metros con doce centímetros. 37 Su sala de entrada miraba hacia el patio exterior y había decoraciones de palmeras a cada lado del pasillo, y había ocho escalones de acceso a la entrada.

Los anexos de las puertas

38 Pero una puerta conducía de su sala de entrada a una habitación al costado donde la carne de los sacrificios era lavada antes de ser llevada al altar. 39 De cada lado de la sala de entrada había dos mesas donde mataban a los animales para los diferentes tipos de ofrendas, las quemadas, las que se hacen para el perdón de los actos malos y las generales, las que debían ser presentadas en el templo. 40 Afuera de la sala de entrada, de cada lado de los escalones que ascendían a la entrada del norte, había dos mesas más. 41 Así había un total de ocho mesas, cuatro adentro y cuatro afuera, donde los sacrificios eran cortados y preparados. 42 Había también cuatro mesas de piedra sobre las que se colocaban los cuchillos y otros utensilios utilizados para los sacrificios. Estas mesas medían setenta y nueve centímetros por los cuatro costados, y tenían una altura de cincuenta y dos centímetros y medio. 43 Había ganchos, de siete centímetros y medio de largo, sobre las paredes de la sala de entrada y sobre las mesas donde la carne de las ofrendas se colocaba.

Las habitaciones para los sacerdotes

44 En el patio interior había dos edificios de una sola habitación, uno al lado de la entrada norte, mirando hacia el sur, y el otro al lado de la entrada sur, mirando hacia el norte.

45 Y él me dijo: «El edificio al lado de la entrada norte interior es para los sacerdotes que supervisan el mantenimiento. 46 El edificio al lado de la entrada interior del sur es para los sacerdotes que están a cargo del altar —los descendientes de Sadoc— pues sólo ellos, de entre todos los levitas, pueden acercarse para ministrar para el Señor».

El atrio interior y el templo

47 Luego midió el patio interior (que está frente al templo) y encontró que medía cincuenta y dos metros y medio por los cuatro costados, y había un altar en el patio delante del templo. 48 Luego me trajo al vestíbulo del templo. Diez escalones conducían desde el patio interior al vestíbulo, cuyas paredes formaban dos pilares, cada uno de los cuales tenía un espesor de dos metros con sesenta y dos centímetros. 49 La entrada tenía un ancho de siete metros con treinta y cinco centímetros con paredes de un metro con cincuenta y siete centímetros. El vestíbulo mismo era de diez metros y medio de largo y cinco metros con setenta y siete centímetros de ancho.

Salmos 91

91 El que vive al abrigo del Altísimo, descansará bajo la sombra del Todopoderoso.

Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio y en ti estoy seguro; eres mi Dios, y en ti confío». Porque él te libra de todas las trampas y te protege de plagas mortales. Él te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas encontrarás refugio. ¡Sus fieles promesas son tu armadura y protección! No tienes que temer al terror de la noche, ni asustarte por los peligros del día, ni atemorizarte por las plagas que se ocultan en las tinieblas ni por los desastres del mediodía.

Podrán caer mil al lado tuyo, y al otro lado diez mil casi muertos, pero el mal a ti no te tocará. Lo verás tú mismo; verás como castiga a los malvados. Si haces del Señor tu refugio, del Altísimo tu protección, 10 ningún mal te dominará; ninguna calamidad llegará a tu hogar.

11 Porque él ordena a sus ángeles que te protejan por dondequiera que vayas. 12 Te sostendrán con sus manos y evitarán que tropieces con las piedras del camino. 13 Pisotearás al león y a la serpiente venenosa; aplastarás a leones feroces y víboras bajo tus pies.

14 Porque el Señor dice: «Por cuanto me ama, yo lo libraré; lo protegeré porque confía en mi nombre. 15 Cuando me llame, yo responderé; estaré con él en la angustia, lo libraré y lo honraré. 16 Le daré muchos años de vida y le daré mi salvación».

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