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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
1 Reyes 22

Miqueas profetiza la derrota de Acab

22 Tres años pasaron sin guerra entre los sirios e Israel.

Y aconteció al tercer año, que Josafat rey de Judá descendió al rey de Israel.

Y el rey de Israel dijo a sus siervos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es nuestra, y nosotros no hemos hecho nada para tomarla de mano del rey de Siria?

Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos.

Los falsos profetas predicen el éxito

Dijo luego Josafat al rey de Israel: Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová.

Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey.

Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos?

El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Miqueas hijo de Yimlá; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.

Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a Miqueas hijo de Yimlá.

10 Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá estaban sentados cada uno en su silla, vestidos de sus ropas reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos.

11 Y Sedequías hijo de Quenaaná se había hecho unos cuernos de hierro, y dijo: Así ha dicho Jehová: Con éstos acornearás a los sirios hasta acabarlos.

12 Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y serás prosperado; porque Jehová la entregará en mano del rey.

El profeta Miqueas predice el fracaso

13 Y el mensajero que había ido a llamar a Miqueas, le habló diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito.

14 Y Miqueas respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hable, eso diré.

15 Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Miqueas, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? Él le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey.

16 Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?

17 Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová dijo: Éstos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz.

18 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente el mal.

19 Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda.

20 Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra.

21 Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera?

22 Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así.

23 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.

24 Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaaná y golpeó a Miqueas en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti?

25 Y Miqueas respondió: He aquí tú lo verás en aquel día, cuando te irás metiendo de aposento en aposento para esconderte.

26 Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Miqueas, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey;

27 y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.

28 Y dijo Miqueas: Si llegas a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oíd, pueblos todos.

29 Subió, pues, el rey de Israel con Josafat rey de Judá a Ramot de Galaad.

30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla.

31 Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel.

32 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó.

33 Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.

34 Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido.

35 Pero la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corría por el fondo del carro.

36 Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!

37 Murió, pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria.

38 Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; y los perros lamieron su sangre; y también lavaron su armadura, conforme a la palabra que Jehová había hablado.

39 El resto de los hechos de Acab, y todo lo que hizo, y la casa de marfil que construyó, y todas las ciudades que edificó, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

40 Y durmió Acab con sus padres, y reinó en su lugar Ocozías su hijo.

Reinado de Josafat

41 Josafat hijo de Asá comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab rey de Israel.

42 Era Josafat de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azubá hija de Silhí.

43 Y anduvo en todo el camino de Asá su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.

44 Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos.

45 Y Josafat hizo paz con el rey de Israel.

46 Los demás hechos de Josafat, y sus hazañas, y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

47 Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asá.

48 No había entonces rey en Edom; había gobernador en lugar de rey.

49 Josafat había hecho naves de Tarsis, las cuales habían de ir a Ofir por oro; mas no fueron, porque se rompieron en Ezyón-géber.

50 Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a Josafat: Vayan mis siervos con los tuyos en las naves. Mas Josafat no quiso.

51 Y durmió Josafat con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre; y en su lugar reinó Joram su hijo.

Reinado de Ocozías de Israel

52 Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, el año diecisiete de Josafat rey de Judá; y reinó dos años sobre Israel.

53 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de su padre, y en el camino de su madre, y en el camino de Jeroboam hijo de Nebat, que hizo pecar a Israel;

54 porque sirvió a Baal, y lo adoró, y provocó a ira a Jehová Dios de Israel, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.

1 Tesalonicenses 5

Pero acerca de los tiempos y de las sazones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.

Porque vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá del mismo modo que un ladrón en la noche.

Cuando estén diciendo: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán de ningún modo.

Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como un ladrón.

Porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.

Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.

Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.

Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

10 quien murió por nosotros para que, ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.

Pablo exhorta a los creyentes

12 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;

13 y que los tengáis en mucha estima con amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.

14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.

15 Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.

16 Estad siempre gozosos.

17 Orad sin cesar.

18 Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

19 No apaguéis el Espíritu.

20 No menospreciéis las profecías.

21 Examinadlo todo; retened lo bueno.

22 Absteneos de toda especie de mal.

23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.

Saludos y bendición final

25 Hermanos, orad por nosotros.

26 Saludad a todos los hermanos con beso santo.

27 Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos.

28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.

Daniel 4

La locura de Nabucodonosor

Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: ¡Paz abundante a vosotros!

Me place dar a conocer las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.

¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus prodigios! Su reino es un reino sempiterno, y su señorío perdura de generación en generación.

Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio.

Tuve un sueño que me espantó, y las imaginaciones en mi lecho y las visiones de mi cabeza me turbaron.

Por esto mandé que vinieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que me mostrasen la interpretación del sueño.

Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación,

hasta que vino a mi presencia Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Le conté el sueño, diciéndole:

Beltsasar, jefe de los magos, ya que me he dado cuenta de que hay en ti espíritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones del sueño que he tenido, y su interpretación.

10 Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Miré, y vi en el centro de la tierra un árbol, cuya altura era muy grande.

11 El árbol había crecido y se había hecho muy fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra.

12 Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él todo ser viviente.

13 Contemplaba las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, y he aquí que un vigilante, un santo descendía del cielo.

14 Y gritando fuertemente, decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; huyan las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.

15 Mas dejaréis en la tierra el tocón y sus raíces, con ataduras de hierro y de bronce, entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y comparta con las bestias la hierba de la tierra.

16 Que le sea cambiado su corazón de hombre, y le sea dado un corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.

17 La sentencia es por decreto de los vigilantes, y la resolución dictada por los santos, para que conozcan los vivientes que el Altísimo es dueño del reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y puede establecer sobre él al más bajo de los hombres.

18 Yo, el rey Nabucodonosor, he tenido este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dame la interpretación de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos.

19 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito por unos momentos, y sus pensamientos lo turbaban. El rey tomó la palabra y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para tus adversarios.

20 El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra,

21 cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,

22 eres tú mismo, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio se extiende hasta los confines de la tierra.

23 Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante, un santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas dejaréis en la tierra el tocón y sus raíces, con ataduras de hierro y de bronce, en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos;

24 esta es la interpretación, oh rey, y el decreto del Altísimo, que ha recaído sobre mi señor el rey:

25 Te echarán de entre los hombres, y morarás con las bestias del campo, y te apacentarán con hierba del campo como a los bueyes, y serás bañado con el rocío del cielo; y pasarán sobre ti siete tiempos, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio sobre la realeza de los hombres, y que la da a quien él quiere.

26 Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra el tocón y las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que todo poder viene del cielo.

27 Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: rompe con tus pecados practicando la justicia, y con tus iniquidades haciendo misericordia para con los oprimidos, pues tal vez así se prolongará tu dicha.

28 Todo esto sobrevino al rey Nabucodonosor.

29 Al cabo de doce meses, mientras se paseaba por el palacio real de Babilonia,

30 se puso a hablar el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué con la fuerza de mi poder, para residencia real y para gloria de mi majestad?

31 Aún estaban estas palabras en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;

32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y pasarán sobre ti siete tiempos, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio sobre la realeza de los hombres, y la da a quien él quiere.

33 En el mismo instante se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.

34 Mas al cabo del tiempo señalado, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré la razón; entonces bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las generaciones.

35 Todos los habitantes de la tierra son considerados ante él como nada; y él hace lo que le place con el ejército del cielo, y con los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?

36 En el mismo momento mi razón me fue devuelta, y para gloria de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y se me dio una grandeza todavía mayor.

37 Ahora pues, yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

Salmos 108-109

Petición de ayuda contra el enemigo

Cántico. Salmo de David.

108 Mi corazón está dispuesto, oh Dios;
Cantaré y entonaré salmos; ésta es mi gloria.
Despiértate, salterio y arpa;
Despertaré al alba.
Te alabaré, oh Jehová, entre los pueblos;
A ti cantaré salmos entre las naciones.
Porque más grande que los cielos es tu misericordia,
Y hasta los cielos tu verdad.

Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios,
Y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria.
Para que sean librados tus amados,
Salva con tu diestra y respóndeme.

Dios ha dicho en su santuario:
Yo me regocijaré;
Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad, mío es Manasés,
Y Efraín es el yelmo de mi cabeza;
Judá es mi cetro.
Moab, la jofaina para lavarme;
Sobre Edom echaré mi calzado;
Me regocijaré sobre Filistea.

10 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?
¿Quién me guiará hasta Edom,
11 Si tú, oh Dios, nos has desechado,
Y no sales ya con nuestras tropas?
12 Danos socorro contra el adversario,
Porque vana es la ayuda del hombre.
13 Con Dios haremos proezas,
Y él aplastará a nuestros enemigos.

Clamor de venganza

Al músico principal. Salmo de David.

109 Oh Dios de mi alabanza, no calles;
Porque la boca del impío y la boca del engañador se han abierto contra mí;
Han hablado contra mí con lengua mentirosa;
Con palabras de odio me han rodeado,
Y pelearon contra mí sin motivo.
En pago de mi amor me han sido adversarios;
Mas yo oraba.
Me devuelven mal por bien,
Y odio por amor.

Pon sobre él a un impío,
Y Satanás esté a su diestra.
Cuando fuere juzgado, salga culpable;
Y su oración le sea tenida por pecado.
Sean sus días pocos;
Y que ocupe otro su empleo.
Queden sus hijos huérfanos,
Y su mujer viuda.
10 Anden sus hijos vagabundos, y mendiguen;
Y procuren su pan lejos de sus desolados hogares.
11 Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene,
Y los extranjeros saqueen el fruto de su trabajo.
12 No tenga quien le haga misericordia,
Ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.
13 Su posteridad sea exterminada;
En la segunda generación sea borrado su nombre.
14 Venga en memoria ante Jehová la maldad de sus padres,
Y el pecado de su madre no sea borrado.
15 Estén siempre delante de Jehová,
Y él extirpe de la tierra su memoria,
16 Por cuanto no se acordó de hacer misericordia,
Y persiguió al hombre desdichado y menesteroso,
Al quebrantado de corazón, para darle muerte.
17 Amó la maldición; recaiga sobre él;
Y no quiso la bendición; retírese, pues, de él.
18 Se vistió de maldición como de su vestido,
Y entró como agua en sus entrañas,
Y como aceite en sus huesos.
19 Séale como vestido con que se cubra,
Y en lugar de cinto con que se ciña siempre.

20 Sea éste el pago de parte de Jehová a los que me calumnian,
Y a los que hablan mal contra mi alma.
21 Y tú, Jehová, Señor mío, favoréceme por amor de tu nombre;
Líbrame, porque tu misericordia es buena.
22 Porque yo estoy atribulado y necesitado,
Y mi corazón está herido dentro de mí.
23 Me voy como la sombra cuando declina;
Soy sacudido como langosta.
24 Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno,
Y mi carne desfallece por falta de grasa.
25 Yo he sido para ellos objeto de escarnio;
Me miraban, y, burlándose, meneaban la cabeza.

26 Ayúdame, Jehová Dios mío;
Sálvame conforme a tu misericordia.
27 Y entiendan que ésta es tu mano;
Que tú, Jehová, has hecho esto.
28 Maldigan ellos, pero bendice tú;
Levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo.
29 Sean vestidos de ignominia los que me calumnian;
Sean cubiertos de confusión como con un manto.

30 Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca,
Y en medio de la muchedumbre le alabaré.
31 Porque él se pondrá a la diestra del pobre,
Para librar su alma de los que le juzgan injustamente.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.