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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
1 Reyes 3

Salomón se casa con la hija de Faraón

Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entretanto que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor.

Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque no había casa edificada al nombre de Jehová hasta aquellos tiempos.

Salomón pide sabiduría

Aunque Salomón amaba a Jehová, andando en los estatutos de su padre David, sin embargo sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.

E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar.

Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.

Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día.

Ahora, pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo comportarme.

Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.

Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién será competente para juzgar a este tu pueblo tan grande?

10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.

11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti larga vida, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para saber juzgar,

12 he aquí que cumplo tu ruego, y te doy corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni lo habrá después de ti.

13 También te concedo las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.

14 Y si andas en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo prolongaré tu vida.

15 Cuando Salomón despertó, vio que era un sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.

Sabiduría y prosperidad de Salomón

16 En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él.

17 Y dijo una de ellas: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa.

18 Aconteció al tercer día después de dar yo a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos solas.

19 Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.

20 Y se levantó a medianoche y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso al lado mío su hijo muerto.

21 Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.

22 Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.

23 El rey entonces dijo: Ésta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.

24 Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada.

25 En seguida el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra.

26 Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío!, dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo.

27 Entonces el rey respondió y dijo: Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre.

28 Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.

Efesios 1

Saludo

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso:

Gracia y paz a vosotros, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Bendiciones espirituales en Cristo

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor,

habiéndonos predestinado para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad,

para alabanza de la gloria de su gracia, de la que nos ha colmado en el Amado,

en quien tenemos redención por medio de su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,

10 con miras a restaurar todas las cosas en Cristo en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra,

11 en unión con él, en quien también hemos tenido suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que efectúa todas las cosas según el designio de su voluntad,

12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que ya antes esperábamos en Cristo.

13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados también en él con el Espíritu Santo de la promesa,

14 el cual es las arras de nuestra herencia con miras a la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Pablo ora por los efesios

15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,

16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,

17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento pleno de él,

18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de su fuerza,

20 la cual ejercitó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,

21 por encima de todo principado, autoridad, poder y señorío, y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,

23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Ezequiel 34

Profecía contra los pastores de Israel

34 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así dice el Señor Jehová: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar el rebaño?

Coméis la grosura, y os vestís de la lana, degolláis la engordada; mas no apacentáis a las ovejas.

No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con violencia y con dureza.

Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado.

Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.

Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová:

Vivo yo, dice el Señor Jehová, que por cuanto mi rebaño fue expuesto al pillaje y a ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; y mis pastores no buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas;

por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová.

10 Así dice el Señor Jehová: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; y los pastores ya no se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, para que no les sirvan más por comida.

11 Porque así dice el Señor Jehová: Aquí estoy yo; yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las recogeré.

12 Como recoge su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así recogeré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la densa oscuridad.

13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, junto a los arroyos, y en todos los lugares habitables del país.

14 Las apacentaré en buenos pastos, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en un buen redil, y serán apacentadas con pastos suculentos sobre los montes de Israel.

15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo las haré reposar, dice el Señor Jehová.

16 Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada, vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas destruiré a la engordada y a la fuerte; las apacentaré con justicia.

17 Y en cuanto a vosotras, ovejas mías, así dice el Señor Jehová: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos.

18 ¿Os parece poco el haberos alimentado con lo mejor de los pastos, para que también pisoteéis con vuestros pies lo que queda de vuestros pastos; y que habiéndoos bebido las aguas claras, enturbiéis además con vuestros pies las que quedan?

19 Así que mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado.

20 Por eso, así les dice el Señor Jehová: He aquí que yo, sí, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca,

21 por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis.

22 Por tanto, yo salvaré a mis ovejas, y nunca más servirán para el pillaje; y juzgaré entre oveja y oveja.

23 Y suscitaré para ponerlo al frente de ellas a un solo pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor.

24 Y yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.

25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques.

26 Y haré de ellas y de los alrededores de mi collado una bendición, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán.

27 Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará sus productos, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haya roto las coyundas de su yugo, y los libre de manos de los que los han tenido esclavizados.

28 No volverán a ser presa de las naciones, ni las devorarán las fieras de la tierra; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante.

29 Y levantaré para ellos un plantío de renombre, y nunca más serán consumidos de hambre en la tierra, ni serán jamás avergonzados por las naciones.

30 Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos, la casa de Israel, son mi pueblo, dice el Señor Jehová.

31 Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, sois hombres, y yo soy vuestro Dios, dice el Señor Jehová.

Salmos 83-84

Plegaria pidiendo la destrucción de los enemigos de Israel

Cántico. Salmo de Asaf.

83 Oh Dios, no guardes silencio;
No calles, oh Dios, ni permanezcas inmóvil.
Porque he aquí que rugen tus enemigos,
Y los que te aborrecen alzan cabeza.
Contra tu pueblo han conspirado astuta y secretamente.
Y se han conjurado contra tus protegidos.
Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación,
Y no haya más memoria del nombre de Israel.
Porque se confabulan de corazón a una,
Contra ti han concertado alianza
Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos;
Gebal, Amón y Amalec,
Los filisteos y los habitantes de Tiro.
También el asirio se ha juntado con ellos;
Sirven de brazo a los hijos de Lot.
Selah
Hazles como a Madián,
Como a Sisara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;
10 Que perecieron en Endor,
Fueron hechos como estiércol para la tierra.
11 Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb;
Como a Zeba y a Zalmuná a todos sus príncipes,
12 Que decían: Apoderémonos de los dominios de Dios.

13 Dios mío, ponlos como remolinos de polvo,
Como hojarasca delante del viento,
14 Como fuego que quema el monte,
Como llama que abrasa el bosque.
15 Persíguelos así con tu tempestad,
Y atérralos con tu torbellino.
16 Llena sus rostros de vergüenza,
Para que busquen tu nombre, oh Jehová.
17 Sean afrentados y turbados para siempre;
Sean confundidos, y perezcan.
18 Y conozcan que tu nombre es Jehová;
El Altísimo sobre toda la tierra.

Anhelo por la casa de Dios

Al músico principal; sobre Gitit. Salmo para los hijos de Coré.

84 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

Aun el gorrión halla casa,
Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,
Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Bienaventurados los que habitan en tu casa;
Perpetuamente te alabarán.
Selah

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
En cuyo corazón están tus caminos.
Atravesando el valle de lágrimas lo cambiarán en lugar de fuentes,
Cuando la lluvia llene los estanques.
Irán de fortaleza en fortaleza;
Verán a Dios en Sión.

Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración;
Escucha, oh Dios de Jacob.
Selah
Mira, oh Dios, escudo nuestro,
Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.

10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios,
Que habitar en las moradas de iniquidad.
11 Porque sol y escudo es Jehová Dios;
Gracia y gloria dará Jehová.
No quitará el bien a los que andan en integridad.
12 Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.