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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
2 Crónicas 13

Reinado de Abías

13 (A)En el año dieciocho del rey Jeroboam, Abías comenzó a reinar sobre Judá. Reinó tres años en Jerusalén; y el nombre de su madre era Micaías, hija de Uriel[a], de Guibeá. Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam(B). Y Abías comenzó la batalla con un ejército de valientes guerreros, cuatrocientos mil hombres escogidos, mientras que Jeroboam se puso en orden de batalla contra él con ochocientos mil hombres escogidos, valientes y fuertes.

Entonces Abías se levantó en el monte Zemaraim(C) que está en la región montañosa de Efraín, y dijo: Escuchadme, Jeroboam y todo Israel: ¿No sabéis que el Señor, Dios de Israel, dio a David el reino sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos(D) con pacto de sal(E)? Pero Jeroboam, hijo de Nabat, siervo de Salomón(F), hijo de David, se alzó y se rebeló contra su señor, y se juntaron con él hombres indignos y malvados que prevalecieron sobre Roboam(G), hijo de Salomón, cuando Roboam era joven y tímido, y no pudo prevalecer contra ellos. Y ahora vosotros intentáis resistir al reinado del Señor que está en manos de los hijos de David, porque sois una gran multitud y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os hizo por dioses(H). ¿No habéis echado fuera a los sacerdotes del Señor, los hijos de Aarón y los levitas, y os habéis hecho sacerdotes(I) como los pueblos de otras tierras? Cualquiera que venga a consagrarse(J) con un novillo y siete carneros, aun este puede llegar a ser sacerdote de los que no son dioses(K). 10 Mas en cuanto a nosotros, el Señor es nuestro Dios y no le hemos abandonado; y los hijos de Aarón sirven al Señor como sacerdotes, y los levitas en sus funciones. 11 Y cada mañana y cada tarde queman holocaustos e incienso aromático al Señor; y el pan(L) está colocado sobre la mesa limpia, y el candelabro de oro con sus lámparas para ser encendidas cada tarde(M); porque nosotros guardamos la ordenanza del Señor nuestro Dios, pero vosotros le habéis abandonado. 12 Y he aquí, Dios está con nosotros a la cabeza, y sus sacerdotes con las trompetas de aviso para tocar la alarma contra vosotros(N). ¡Oh hijos de Israel!, no luchéis contra el Señor, Dios de vuestros padres, porque nada lograréis.

13 Pero Jeroboam había puesto una emboscada para llegar a ellos por detrás, de manera que Israel estaba frente a Judá, y la emboscada estaba detrás de estos(O). 14 Cuando Judá se volvió, he aquí que eran atacados por delante y por detrás[b]. Clamaron, pues, al Señor(P), y los sacerdotes tocaron las trompetas. 15 Entonces los hombres de Judá lanzaron el grito de guerra; y sucedió que mientras los hombres de Judá lanzaban el grito de guerra, Dios hirió a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá(Q). 16 Y huyeron los hijos de Israel delante de Judá, y Dios los entregó en sus manos(R). 17 Y Abías y su gente los derrotaron con una gran matanza, y cayeron muertos quinientos mil hombres escogidos de Israel. 18 Así los hijos de Israel fueron humillados en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron porque se apoyaron en el Señor(S), Dios de sus padres. 19 Y Abías persiguió a Jeroboam, y le tomó varias ciudades, Betel con sus aldeas, Jesana con sus aldeas y Efraín[c] con sus aldeas. 20 Jeroboam no volvió a recuperar poder en los días de Abías; y el Señor lo hirió, y murió(T).

21 Abías se hizo poderoso, y tomó para sí catorce mujeres; y engendró a veintidós hijos y dieciséis hijas. 22 Y los demás hechos de Abías, y sus caminos y sus palabras están escritos en la historia[d](U) del profeta Iddo(V).

Apocalipsis 3

Mensaje a la iglesia de Sardis

Y escribe al ángel de la iglesia en Sardis(A):

«El que tiene los siete Espíritus de Dios(B) y las siete estrellas(C), dice esto: “Yo conozco tus obras(D), que tienes nombre de que vives, pero estás muerto(E). Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante de mi Dios. Acuérdate(F), pues, de lo que[a] has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete(G). Por tanto, si no velas, vendré(H) como ladrón(I), y no sabrás a qué hora vendré sobre ti(J). Pero tienes unos pocos[b](K) en Sardis(L) que no han manchado sus vestiduras(M), y andarán conmigo vestidos de blanco(N), porque son dignos. Así el vencedor[c](O) será vestido de[d] vestiduras(P) blancas y no borraré su nombre del libro de la vida(Q), y reconoceré su nombre delante de mi Padre(R) y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias(S)”».

Mensaje a la iglesia de Filadelfia

Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia(T):

«El Santo(U), el Verdadero(V), el que tiene la llave de David(W), el que abre y nadie cierra[e], y cierra y nadie abre, dice esto: “Yo conozco tus obras(X). Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar(Y), porque tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre(Z). He aquí, yo entregaré[f] a aquellos de la sinagoga de Satanás(AA) que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a[g] tus pies(AB), y sepan que yo te he amado(AC). 10 Porque has guardado la palabra(AD) de mi perseverancia(AE), yo también te guardaré(AF) de la hora de la prueba[h](AG), esa hora que está por venir sobre todo el mundo[i](AH) para poner a prueba[j] a los que habitan sobre la tierra(AI). 11 Vengo pronto(AJ); retén firme lo que tienes(AK), para que nadie tome tu corona(AL). 12 Al vencedor[k](AM) le haré una columna en el templo de mi Dios(AN), y nunca más saldrá de allí[l]; escribiré sobre él el nombre de mi Dios(AO), y el nombre de la ciudad de mi Dios(AP), la nueva Jerusalén(AQ), que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo(AR). 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias(AS)”».

Mensaje a la iglesia de Laodicea

14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea(AT):

«El Amén(AU), el Testigo fiel y verdadero(AV), el Principio[m] de la creación de Dios(AW), dice esto: 15 “Yo conozco tus obras(AX), que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente(AY)! 16 Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque dices: ‘Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad’; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo(AZ), 18 te aconsejo que de mí compres(BA) oro refinado por fuego(BB) para que te hagas rico, y vestiduras blancas(BC) para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez(BD), y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver. 19 Yo reprendo y disciplino a todos los que amo(BE); sé, pues, celoso y arrepiéntete(BF). 20 He aquí, yo estoy a la puerta(BG) y llamo(BH); si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo(BI). 21 Al vencedor[n](BJ), le concederé sentarse conmigo en mi trono(BK), como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono(BL). 22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias(BM)”».

Hageo 1

Exhortación a la reedificación del Templo

El año segundo del rey Darío(A), en el mes sexto, el día primero del mes, vino la palabra del Señor por medio[a] del profeta Hageo(B) a Zorobabel, hijo de Salatiel(C), gobernador(D) de Judá, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac(E), diciendo: Así dice el Señor de los ejércitos[b]: «Este pueblo dice: “No ha llegado el tiempo, el tiempo de que la casa del Señor sea reedificada”». Entonces vino la palabra del Señor por medio[c] del profeta Hageo, diciendo: ¿Es acaso tiempo para que vosotros habitéis en vuestras casas artesonadas mientras esta casa está desolada(F)? Ahora pues, así dice el Señor de los ejércitos: Considerad bien[d] vuestros caminos. Sembráis mucho, pero recogéis[e] poco(G); coméis, pero no hay suficiente para que os saciéis; bebéis, pero no hay suficiente para que os embriaguéis; os vestís, pero nadie se calienta; y el que recibe salario, recibe salario en bolsa rota.

Así dice el Señor de los ejércitos: Considerad bien[f] vuestros caminos. Subid al monte, traed madera y reedificad el templo[g](H), para que me agrade de él y yo sea glorificado(I) —dice el Señor. Esperáis mucho, pero he aquí, hay poco(J); y lo que traéis a casa, yo lo aviento(K). ¿Por qué? —declara el Señor de los ejércitos—. Por causa de mi casa que está desolada(L), mientras cada uno de vosotros corre a su casa. 10 Por tanto, por causa vuestra, los cielos han retenido su[h] rocío y la tierra ha retenido su fruto(M). 11 Y llamé a la sequía sobre la tierra, sobre los montes, sobre el trigo, sobre el mosto, sobre el aceite, sobre lo que produce la tierra, sobre los hombres, sobre el ganado(N) y sobre todo el trabajo de vuestras manos[i](O).

12 Y Zorobabel, hijo de Salatiel(P), el sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac(Q), y todo el remanente del pueblo, obedecieron la voz del Señor su Dios(R) y las palabras del profeta Hageo, como el Señor su Dios le había mandado. Y temió el pueblo delante del Señor(S). 13 Entonces Hageo, mensajero del Señor, por mandato[j](T) del Señor, habló al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros —declara el Señor(U). 14 Y despertó el Señor el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel(V), gobernador de Judá, y el espíritu del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac(W), y el espíritu de todo el remanente del pueblo. Y vinieron y comenzaron la obra en la casa del Señor de los ejércitos, su Dios(X), 15 el día veinticuatro del mes sexto, en el año segundo del rey Darío.

Juan 2

La boda de Caná

Al tercer día(A) se celebró una boda en Caná de Galilea(B), y estaba allí la madre de Jesús(C); y también Jesús fue invitado, con[a] sus discípulos(D), a la boda. Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo*: No tienen vino. Y Jesús le dijo*: Mujer(E), ¿qué nos va a ti y a mí en esto(F)? Todavía no ha llegado mi hora(G). Su madre(H) dijo* a los que servían: Haced todo lo que Él os diga. Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos(I); en cada una cabían dos o tres cántaros[b]. Jesús les dijo*: Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo*: Sacad ahora un poco y llevadlo al maestresala[c]. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino(J), y como no sabía de dónde era (pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían), el maestresala llamó* al novio, 10 y le dijo*: Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastante(K), entonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno. 11 Este principio de sus señales[d](L) hizo Jesús en Caná de Galilea(M), y manifestó su gloria(N), y sus discípulos creyeron en Él.

12 Después de esto bajó a Capernaúm(O), Él, con su madre, sus hermanos(P) y sus discípulos(Q); pero allí no se quedaron muchos días.

Jesús echa a los mercaderes del templo

13 La Pascua de los judíos estaba cerca(R), y Jesús subió a Jerusalén(S), 14 (T)y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas(U): Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre(V) una casa de comercio. 17 Sus discípulos(W) se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu casa me consumirá(X). 18 Entonces los judíos(Y) respondieron y le dijeron: Ya que haces estas cosas, ¿qué señal(Z) nos muestras? 19 Jesús respondió y les dijo: Destruid este templo[e], y en tres días lo levantaré(AA). 20 Entonces los judíos(AB) dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo[f](AC), ¿y tú lo levantarás en tres días? 21 Pero Él hablaba del templo[g] de su cuerpo(AD). 22 Por eso, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos(AE) se acordaron(AF) de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura(AG) y en la palabra que Jesús había hablado.

Los primeros creyentes en Jerusalén

23 Cuando estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua(AH), muchos creyeron en su nombre al ver las señales(AI) que hacía. 24 Pero Jesús, por su parte, no se confiaba a ellos, porque conocía a todos(AJ), 25 y[h] no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre(AK).

La Biblia de las Américas (LBLA)

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