Historical
David hace un censo militar
(2 S 24:1-9)
21 Satanás[a] se puso en contra de Israel e incitó a David para hacer un censo en Israel. 2 Entonces David les ordenó a Joab y a los comandantes del ejército:
—Vayan y levanten un censo de Israel, desde Berseba hasta Dan,[b] y tráiganme un informe para que yo sepa cuánta gente hay.
3 Pero Joab le dijo:
—Que el SEÑOR multiplique cien veces el número de gente que hay y que Su Majestad pueda verlo con sus propios ojos. Pero Majestad, ¿qué importancia tiene saber cuántos hay si todos son sus siervos? ¿Por qué va a provocar Su Majestad un motivo de culpa para Israel?
4 Sin embargo, el rey David se mantuvo enérgico en la orden. Así que Joab fue a hacer el conteo por toda la tierra de Israel y regresó a Jerusalén. 5 Joab le entregó el resultado del censo a David. Había en todo Israel 1 100 000 hombres que podían pelear a espada y 470 000 en Judá. 6 Joab no estaba de acuerdo con la orden del rey y por eso no contó a la gente de la tribu de Leví ni de Benjamín. 7 Dios también se molestó con esa orden del rey, y por eso castigó a Israel.
Dios castiga a Israel
8 David le dijo a Dios: «¡He cometido un gran pecado! He sido un tonto, te ruego me perdones». 9 Entonces el SEÑOR le habló a Gad, profeta de David: 10 «Ve y dile a David que el SEÑOR dice: “Escoge entre estos tres castigos. ¿Cuál prefieres?”»
11 Gad fue a ver a David y le dijo:
—El SEÑOR me envió para decirte que escojas entre estos tres castigos: 12 tres años de hambre, tres meses huyendo derrotado del ataque de tus enemigos, o tres días con el castigo del SEÑOR, es decir, pestes por todas partes y el ángel del SEÑOR destruyendo gente por todo el territorio de Israel. Piénsalo, escoge y dímelo para que yo se lo comunique al Señor que me envió.
13 Entonces David le dijo a Gad:
—¡Estoy en un verdadero aprieto! Pero es mejor que mi castigo nos venga del SEÑOR y no de seres humanos, pues su misericordia es grande.
14 Entonces el SEÑOR hizo que cayera una epidemia sobre todo Israel, la cual provocó la muerte de 70 000 israelitas. 15 Dios envió también un ángel para destruir a Israel. Pero cuando el ángel comenzó su trabajo, el SEÑOR cambió de opinión y le dijo al ángel: «¡Basta! ¡Detén tu mano!» El ángel del SEÑOR estaba junto al lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Ornán el jebuseo.
16 David miró hacia el cielo y vio al ángel del SEÑOR parado entre el cielo y la tierra con una espada apuntando hacia Jerusalén. Luego David y todos los ancianos, vestidos con ropas ásperas, se postraron rostro en tierra. 17 David le dijo a Dios:
—Yo fui el que ordenó el censo. El que pecó y actuó perversamente fui yo. Esta gente sólo hizo lo que le ordené, sólo me siguieron como ovejitas. No hicieron nada malo. SEÑOR mi Dios, que tu castigo caiga sobre mí y la familia de mi papá, pero te ruego que la epidemia no se extienda más sobre el pueblo.
18 Entonces el ángel del SEÑOR le dijo a Gad que le dijera a David que fuera y construyera un altar para el SEÑOR en el lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Ornán el jebuseo. 19 Así que David fue e hizo lo que Gad le había dicho en nombre del SEÑOR.
20 Ornán estaba trillando el trigo con sus cuatro hijos cuando vio al ángel, y sus cuatro hijos fueron a esconderse. 21 Ornán vio que David venía acercándose y salió del lugar para postrarse ante él.
22 David le dijo a Ornán:
—Véndeme el lugar donde trillas tu trigo para que yo pueda hacerle un altar al SEÑOR. Véndemelo al precio justo para que así se termine la epidemia que ataca al pueblo.
23 Ornán le respondió:
—Tómelo. Que el señor mi rey haga lo que crea más conveniente. Mire, yo ofrezco a mis bueyes para sacrificios, los maderos los doy para la hoguera y el grano para las ofrendas. Yo le entrego todo.
24 Pero el rey David dijo nuevamente a Ornán:
—No. Yo te compro el lugar al precio justo porque no voy a ofrecerle al SEÑOR algo que te pertenece. Ni tampoco le voy a ofrecer sacrificios[c] que no me cuesten nada.
25 Así que David le pagó a Ornán el equivalente a 600 monedas[d] de oro por el lugar. 26 Allí David construyó un altar para el SEÑOR y le presentó sacrificios que deben quemarse completamente y ofrendas de paz[e]. David llamó al SEÑOR, y él en respuesta le envió fuego sobre el altar de los sacrificios. 27 Luego el SEÑOR le dio orden al ángel de que guardara su espada.
28 David vio que el SEÑOR le había respondido en el lugar en que Ornán el jebuseo trillaba el trigo y le ofreció sacrificios. 29 La Carpa Sagrada del SEÑOR que Moisés había construido estaba en el santuario sobre Gabaón y allí también estaba el altar de los sacrificios que deben quemarse completamente, 30 pero David no pudo ir a ese lugar a pedirle ayuda a Dios porque quedó atemorizado al ver la espada del ángel del SEÑOR.
22 Así que David dijo: «Aquí quedará el templo del SEÑOR Dios y el altar donde Israel ofrecerá el sacrificio que debe quemarse completamente».
Preparativos para construir el templo
2 Después David mandó reunir a todos los extranjeros que vivían en la tierra de Israel, y de entre ellos designó canteros para que labraran las piedras para la construcción del templo de Dios. 3 David preparó también una gran cantidad de hierro para los clavos y las bisagras de las puertas y una cantidad incalculable de bronce 4 y de madera de cedro porque los de Sidón y de Tiro le habían traído madera de cedro en abundancia.
5 David pensó: «Mi hijo Salomón es todavía muy joven como para hacerse cargo de la construcción del templo del SEÑOR, que tiene que ser el más grande, glorioso y famoso que exista en el mundo. Así que yo mismo me encargaré de todos los preparativos». Entonces antes de morir, David se aseguró de dejar listos muchos materiales para la construcción.
6 David llamó a su hijo Salomón y le encargó que construyera el templo del SEÑOR Dios de Israel. 7 Estas fueron las palabras que David le dijo a Salomón: «Hijo mío, mi intención era construir un templo para el SEÑOR, mi Dios, 8 pero el SEÑOR me envió este mensaje: “David, tú has participado en muchas guerras y has matado a mucha gente delante de mí, por eso no puedes construir un templo para honrar mi nombre. 9 Pero vas a tener un hijo que será un hombre de paz y yo haré que no tenga que preocuparse por ningún enemigo. Su nombre será Salomón[f] y durante su reinado Israel vivirá en paz. 10 Él construirá un templo para honrar mi nombre. Él será como mi hijo y yo seré como su papá. Además haré que su dinastía gobierne a Israel para siempre”.
11 »Entonces, hijo mío, que el SEÑOR te guíe para que puedas construir el templo del SEÑOR tu Dios, tal como él lo ha dicho. 12 Que el SEÑOR te llene de inteligencia y sabiduría cuando tengas que gobernar a Israel, para que obedezcas así la ley del SEÑOR tu Dios. 13 Si tienes cuidado de cumplir los decretos y mandatos que el SEÑOR le dio a Moisés para Israel, con toda seguridad que te irá bien.
14 »He puesto todo mi esfuerzo en dejar todo listo para el templo del SEÑOR. Ya tengo 3300 toneladas[g] de oro, 33 000 toneladas de plata, y bronce y hierro en cantidades incalculables. También está lista la madera y la piedra, pero debes conseguir más. 15 Además ya tienes contigo muchos trabajadores. Están los canteros, los albañiles, los carpinteros y toda clase de expertos artesanos 16 que trabajan el oro, la plata, el bronce y el hierro. Así pues, ¡levántate y manos a la obra! Que el SEÑOR esté contigo».
17 David también ordenó a todos los jefes de Israel que ayudaran a su hijo. Les dijo: 18 «¿Acaso el SEÑOR su Dios no está con ustedes y les ha dado paz en todo momento? Él fue quien me permitió derrotar a los habitantes de esta tierra, quedando ellos sometidos al SEÑOR y a su pueblo. 19 Ahora dedíquense de todo corazón y con todo su ser buscar al SEÑOR su Dios. Den inicio a la construcción del templo del SEÑOR para que así puedan llevar el cofre del pacto del SEÑOR y los objetos sagrados al templo que se va a construir para honrar el nombre del SEÑOR».
Preparativos de los levitas
23 Cuando David estaba ya muy anciano y a punto de morir, nombró a su hijo Salomón rey de Israel 2 y mandó reunir a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas. 3 Se contaron a los levitas de 30 años en adelante y se sumaron en total 38 000 hombres. 4 24 000 de ellos quedaron encargados de dirigir la obra del templo del SEÑOR; 6000 quedaron nombrados como funcionarios y jueces; 5 4000 fueron nombrados como porteros y los otros 4000 quedaron encargados de alabar al SEÑOR con los instrumentos que David había mandado hacer con ese fin. 6 David los dividió en grupos según los hijos de Leví, así: los descendientes de Guersón, los descendientes de Coat y los descendientes de Merari.
Los guersonitas
7 Los hijos de Guersón: Ladán y Simí.
8 Los tres hijos de Ladán fueron Jehiel, el mayor, Zetán y Joel.
9 Los tres hijos de Simí fueron Selomit, Jaziel y Jarán. Todos ellos eran los jefes de las familias paternas de Ladán.
10 Simí tenía cuatro hijos. 11 El mayor fue Yajat, el segundo Ziza, y luego Jeús y Beriá. Pero Jeús y Beriá no tuvieron muchos hijos y en cuanto a su servicio se contaban como una sola familia.
Los coatitas
12 Los cuatro hijos de Coat fueron Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.
13 Los hijos de Amirán eran Aarón y Moisés. Aarón y sus hijos fueron designados para ser los más santos para siempre presentar los sacrificios ante el SEÑOR, servirle y adorarle por siempre. 14 A Moisés, hombre de Dios, y a sus descendientes se les incluyó entre los de la tribu de Leví.
15 Los hijos de Moisés fueron Guersón y Eliezer. 16 El hijo mayor de Guersón fue Sebuel. 17 El hijo mayor de Eliezer fue Rejabías. Eliezer no tuvo más hijos, pero Rejabías sí tuvo muchos.
18 El hijo mayor de Izar fue Selomit.
19 El primer hijo de Hebrón fue Jerías, el segundo fue Amarías, el tercero fue Jahaziel y el cuarto fue Jecamán.
20 El primer hijo de Uziel fue Micaías, y el segundo fue Isías.
Los meraritas
21 Los hijos de Merari fueron Majlí y Musí. Los hijos de Majlí fueron Eleazar y Quis.
22 Eleazar sólo tuvo hijas, y ellas se casaron con los hijos de Quis.
23 Los tres hijos de Musí fueron Majlí, Edar y Jeremot.
24 Todos ellos fueron los descendientes de Leví, organizados por familias paternas, según estaban registrados por nombre en el censo como jefes de familia. Todos debían dedicarse al servicio del templo del SEÑOR después de cumplir los 20 años.
25 David había dicho: «El SEÑOR Dios de Israel le ha dado descanso a su pueblo y ha venido a vivir en Jerusalén por siempre. 26 Por lo tanto, los levitas ya no tienen que seguir cargando el cofre de Dios ni los objetos para su servicio».
27 Las últimas palabras de David fueron las de hacer el censo de los descendientes de la tribu de Leví de 20 años de edad en adelante, 28 cuyo trabajo consistía en ayudar a Aarón y a sus descendientes en el servicio del templo del SEÑOR. Eran responsables de los patios, de los cuartos, de la purificación de los objetos sagrados y de todo otro servicio en el templo de Dios. 29 Igualmente, los levitas eran los responsables del pan consagrado que se colocaba en hileras en la mesa del SEÑOR, de la harina para las ofrendas de cereal, de las hojuelas de pan sin levadura, de las ofrendas preparadas en sartén y de las cocidas, y de todos los pesos y medidas. 30 Los levitas tenían que cumplir con su obligación de alabar y dar gracias al SEÑOR cada mañana y cada tarde, 31 y ofrecer al SEÑOR todos los sacrificios que deben quemarse completamente los días de descanso, los días de Luna Nueva y en las otras fiestas. Siempre alababan y daban gracias al SEÑOR según el número y rito que se les asignaba. 32 Tenían también bajo su responsabilidad el cuidado de la carpa de reunión y del santuario. Ellos desarrollaban sus labores en el templo del SEÑOR bajo las órdenes de sus parientes, los descendientes de Aarón.
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