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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Oseas 6-9

Impenitencia de Israel

¡Venid, volvámonos al Señor!
    Él nos ha despedazado, pero nos sanará;
    nos ha herido, pero nos vendará.
Después de dos días nos dará vida;
    al tercer día nos levantará,
    y así viviremos en su presencia.
Conozcamos al Señor;
    vayamos tras su conocimiento.
Tan cierto como que sale el sol,
    él habrá de manifestarse;
vendrá a nosotros como la lluvia de invierno,
    como la lluvia de primavera que riega la tierra.

«¿Qué voy a hacer contigo, Efraín?
    ¿Qué voy a hacer contigo, Judá?
Vuestro amor es como nube matutina,
    como rocío que temprano se evapora.
Por eso los hice pedazos por medio de los profetas;
    los herí con las palabras de mi boca.
    ¡Mi sentencia los fulminará como un relámpago!
Lo que pido de vosotros es amor y no sacrificios,
    conocimiento de Dios y no holocaustos.
Son como Adán:
    han quebrantado el pacto,
    ¡me han traicionado!
Galaad es una ciudad de malhechores;
    sus pisadas dejan huellas de sangre.
Una pandilla de sacerdotes
    está al acecho en el camino a Siquén
y, como banda de salteadores,
    comete toda clase de infamias.
10 En el reino de Israel
    he visto algo horrible:
Allí se prostituye Efraín
    y se mancilla Israel.

11 »¡A ti también, Judá,
    te espera la cosecha de tu maldad!

»Cuando cambie yo la suerte de mi pueblo,

    cuando sane yo a Israel,
la perversidad de Efraín y la maldad de Samaria
    quedarán al descubierto.
Porque ellos cometen fraudes;
    mientras el ladrón se mete en las casas,
    una banda de salteadores roba en las calles.
No se ponen a pensar
    que yo tomo en cuenta todas sus maldades.
Sus malas acciones los tienen cercados,
    y las tengo muy presentes.

»Con su maldad deleitan al rey;
    con sus mentiras, a las autoridades.
Parecen un horno encendido
    cuyo fuego no hace falta atizar
desde que el panadero prepara la harina
    hasta que la masa fermenta.
    ¡Todos ellos son adúlteros!
En la fiesta del rey las autoridades se encienden
    bajo los efectos del vino,
y el rey pierde su dignidad
    codeándose con la plebe.
Como el horno, se les prende el corazón,
    dispuesto para la intriga.
Su ira se adormece por la noche,
    pero se reaviva por la mañana.
Todos ellos arden como un horno;
    devoran a sus gobernantes.
Caen todos sus reyes,
    pero ninguno de ellos me invoca.

»Efraín se mezcla con las naciones;
    parece una torta cocida de un solo lado.
Los extranjeros le minan las fuerzas,
    pero él ni se da cuenta.
Su pelo se ha encanecido,
    pero él ni se da cuenta.
10 La arrogancia de Israel testifica en contra suya,
    pero él no se vuelve al Señor su Dios;
    a pesar de todo esto, no lo busca.

11 »Efraín es como una paloma
    torpe y sin entendimiento,
que unas veces pide ayuda a Egipto
    y otras, recurre a Asiria.
12 Pero, tan pronto como lo hagan,
    lanzaré mi red sobre ellos;
los derribaré como a las aves del cielo,
    ¡siete veces los castigaré por sus pecados![a]
13 ¡Ay de ellos, que de mí se alejaron!
    ¡Que sean destruidos por rebelarse contra mí!
Yo bien podría redimirlos,
    pero ellos no me hablan con la verdad.
14 No me invocan de corazón,
    sino que se lamentan echados en sus camas.
Para obtener grano y vino nuevo se laceran[b]
    y se ponen en contra de mí.
15 Yo adiestré y fortalecí sus brazos,
    pero ellos maquinan maldades contra mí.
16 No se vuelven al Altísimo;
    son como un arco engañoso.
Sus autoridades caerán a filo de espada
    por sus palabras insolentes,
y en la tierra de Egipto
    se burlarán de ellos.

Siembran vientos y cosechan tempestades

»¡Da el toque de trompeta!
    ¡Un águila se cierne sobre la casa del Señor!
Han quebrantado mi pacto
    y se han rebelado contra mi ley,
y ahora vienen a suplicarme:
    “¡Dios de Israel, te conocemos!”
Pero Israel ha rechazado el bien,
    así que un enemigo lo perseguirá.
Establecen reyes que yo no apruebo,
    y escogen autoridades que no conozco.
Con su plata y con su oro se hacen imágenes
    para su propia destrucción.
Samaria, ¡arroja el becerro
    que tienes por ídolo!
Contra vosotros se ha encendido mi ira.
    ¿Hasta cuándo estaréis sin purificaros?
Oye, Israel: Ese becerro no es Dios;
    es obra de un escultor.
Ese becerro de Samaria
    será hecho pedazos.

»Sembraron vientos
    y cosecharán tempestades.
El tallo no tiene espiga
    y no producirá harina;
si acaso llegara a producirla,
    se la tragarían los extranjeros.
Pues a Israel se lo han tragado,
    y hoy es de poca estima entre las naciones.
Los israelitas subieron a Asiria;
    se apartaron como terco asno salvaje,
    y Efraín se ha comprado amantes.
10 Pero, aunque se los compre entre las naciones,
    de allí volveré a reunirlos;
y comenzarán a retorcerse
    bajo la opresión de un rey poderoso.

11 »Efraín edificó muchos altares
    para expiar sus pecados,
pero estos se han convertido
    en altares para pecar.
12 Yo podría escribirles mi ley muchas veces,
    pero ellos la verían como algo extraño.
13 Me han ofrecido sacrificios y ofrendas,
    y se han comido la carne,
    pero eso a mí no me agrada.
Voy ahora a tener en cuenta sus perversidades,
    y castigaré sus pecados;
    ¡y tendrán que regresar a Egipto!
14 Israel se olvidó de su Hacedor y se edificó palacios;
    Judá multiplicó las ciudades amuralladas;
pero yo lanzaré sobre sus ciudades y fortalezas
    un fuego que las consuma».

El castigo a Israel

No te alegres, Israel;
    no hagas fiesta como las naciones,
porque te has prostituido.
    ¡Le has sido infiel a tu Dios!
Prefieres la paga de prostituta
    que recibes en todos los trigales.[c]
Ni el trigo ni las uvas podrán alimentarlos;
    el vino nuevo no tendrá el gusto que esperaban.
No habitarán en la tierra del Señor;
    Efraín regresará a Egipto
    y comerá inmundicias en Asiria.
No le ofrecerán al Señor más libaciones de vino,
    ni le serán gratos sus sacrificios.
Se les volverá pan de lágrimas;
    quienes lo coman quedarán impuros.
Tal vez les sirva para matar el hambre,
    pero no tendrá cabida en la casa del Señor.

¿Qué haréis vosotros en los días de fiesta,
    o en las peregrinaciones en honor del Señor?
Aunque escapen de la destrucción,
    los recogerá Egipto y los enterrará Menfis.
Sus tesoros de plata se llenarán de ortigas,
    y los espinos invadirán sus tiendas.
Han llegado los días del castigo,
    han llegado los días de la retribución.
    ¡Que lo sepa Israel!
Es tan grande tu maldad,
    y tan intensa tu hostilidad,
que al profeta se le tiene por necio,
    y al hombre inspirado, por loco.
El profeta, junto con Dios,
    es el centinela de Efraín,[d]
pero enfrenta trampas en todos sus caminos,
    y hostilidad en la casa de su Dios.
Han llegado al colmo de la corrupción,
    como en los días de Guibeá;
¡pero Dios se acordará de sus perversidades
    y los castigará por sus pecados!

10 «Cuando encontré a Israel,
    fue como hallar uvas en el desierto;
cuando vi a vuestros antepasados,
    fue como ver higos tiernos en la higuera.
Pero ellos se fueron a Baal Peor
    y se entregaron a la vergüenza;
¡se volvieron tan detestables
    como el objeto de su amor!
11 El esplendor de Efraín saldrá volando, como un ave;
    no habrá más concepción ni embarazo ni nacimiento.
12 Y aun cuando vean crecer a sus hijos,
    yo los arrebataré de este mundo.
    ¡Ay de ellos cuando los abandone!
13 He visto a Efraín y a Tiro plantados en una pradera.[e]
    ¡Pero Efraín entregará sus hijos al verdugo!»

14 Dales, Señor… ¿qué les darás?
    ¡Dales vientres que aborten y pechos resecos!

15 «Toda su maldad comenzó en Guilgal;
    allí comencé a aborrecerlos.
Por causa de sus maldades,
    los expulsaré de mi casa.
No volveré a amarlos,
    pues todas sus autoridades son rebeldes.
16 Efraín se ha marchitado:
    su raíz se secó y no produce fruto.
Aunque llegue a tener hijos,
    mataré el precioso fruto de su vientre».

17 Porque no le obedecieron, mi Dios los rechazará;
    ¡andarán errantes entre las naciones!

3 Juan

El anciano,

al querido hermano Gayo, a quien amo en la verdad.

Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente. Me alegré mucho cuando vinieron unos hermanos y dieron testimonio de tu fidelidad,[a] y de cómo estás poniendo en práctica la verdad. Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.

Querido hermano, te comportas fielmente en todo lo que haces por los hermanos, aunque no los conozcas.[b] Delante de la iglesia ellos han dado testimonio de tu amor. Harás bien en ayudarlos a seguir su viaje, como es digno de Dios. Ellos salieron por causa del Nombre, sin nunca recibir nada de los paganos; nosotros, por lo tanto, debemos brindarles hospitalidad, y así colaborar con ellos en la verdad.

He escrito algunas líneas a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le encanta ser el primero entre ellos, no nos acepta. 10 Por eso, si voy, no dejaré de reprocharle su comportamiento, ya que, con palabras malintencionadas, habla contra nosotros solo por hablar. Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos, y a quienes quieren hacerlo, no los deja y los expulsa de la iglesia.

11 Querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios. 12 En cuanto a Demetrio, todos dan buen testimonio de él, incluso la verdad misma. También nosotros lo recomendamos, y bien sabes que nuestro testimonio es verdadero.

13 Tengo muchas cosas que decirte, pero prefiero no hacerlo por escrito; 14 espero verte muy pronto, y entonces hablaremos personalmente.

15 La paz sea contigo. Tus amigos aquí te mandan saludos. Saluda a los amigos allí, a cada uno en particular.

Salmos 126

Cántico de los peregrinos.

126 Cuando el Señor hizo volver a Sión a los cautivos,
    nos parecía estar soñando.
Nuestra boca se llenó de risas;
    nuestra lengua, de canciones jubilosas.
Hasta los otros pueblos decían:
    «El Señor ha hecho grandes cosas por ellos».
Sí, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros,
    y eso nos llena de alegría.

Ahora, Señor, haz volver a nuestros cautivos
    como haces volver los arroyos del desierto.
El que con lágrimas siembra,
    con regocijo cosecha.
El que llorando esparce la semilla,
    cantando recoge sus gavillas.

Proverbios 29:12-14

12 Cuando un gobernante se deja llevar por mentiras,
    todos sus oficiales se corrompen.

13 Algo en común tienen el pobre y el opresor:
    a los dos el Señor les ha dado la vista.

14 El rey que juzga al pobre según la verdad
    afirma su trono para siempre.

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