Print Page Options Listen to Reading
Previous Prev Day Next DayNext

The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the ESV. Switch to the ESV to read along with the audio.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Números 22:21-23:30

El ángel y el asna de Balaam

21 Al día siguiente, Balaam se levantó, le puso a su asna el aparejo, y se fue con los príncipes de Moab. 22 Balaam iba montado sobre su asna, y acompañado de dos criados suyos, pero en el camino la ira de Dios se encendió y su ángel salió dispuesto a obstruirle el paso. 23 Cuando el asna vio que el ángel del Señor estaba en el camino, y que en la mano tenía desenvainada la espada, se apartó del camino y se fue por el campo. Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino, 24 pero el ángel del Señor se puso en un sendero de viñas, que de uno y otro lado tenía un cerco de piedras. 25 En cuanto el asna vio al ángel del Señor, se arrimó contra el cerco de piedras y apretó contra la pared el pie de Balaam, por lo que él volvió a azotarla. 26 Entonces el ángel del Señor avanzó un poco más y se puso en un lugar más angosto, donde ya no había manera de avanzar ni a un lado ni al otro. 27 Al ver el asna al ángel del Señor, se echó al suelo debajo de Balaam, y éste se enojó y la azotó con un palo. 28 Entonces el Señor hizo que el asna hablara, y ésta le dijo a Balaam:

«¿Y yo qué te he hecho? ¿Por qué me has azotado tres veces?»

29 Y Balaam le respondió:

«¡Es que te has burlado de mí! Si tuviera yo una espada en la mano, ¡ahora mismo te mataría!»

30 El asna le contestó:

«Pero, Balaam, ¿acaso no soy yo tu asna? Desde que me tienes, y hasta este día, tú has montado sobre mí. ¿Acaso te he tratado así alguna vez?»

Como Balaam respondió que no, 31 el Señor le abrió los ojos, y al ver Balaam que el ángel del Señor estaba en el camino y con la espada en la mano, se inclinó y se postró sobre su rostro. 32 Entonces el ángel del Señor le dijo:

«¿Por qué azotaste a tu asna tres veces? Como puedes ver, yo he salido dispuesto a no dejarte seguir, porque tu camino me parece perverso. 33 En cuanto el asna me vio, tres veces se apartó de mí. Si ella no se hubiera apartado de mí, yo te habría matado a ti, y a ella la habría dejado con vida.»

34 Entonces Balaam dijo al ángel del Señor:

«He pecado. Y es que no sabía que tú te interponías en mi camino. Pero ya que esto te parece mal, voy a regresarme.»

35 Pero el ángel del Señor le dijo:

«Puedes ir con esos hombres. Pero sólo dirás lo que yo te ordene que digas.»

Y así, Balaam se fue con los príncipes de Balac. 36 Y cuando Balac supo que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, la cual está en los límites de Arnón, es decir, en los extremos de su territorio. 37 Allí, Balac le dijo a Balaam:

«¿Acaso no mandé a llamarte? ¿Por qué no acudiste a mi llamado? ¿Crees que no puedo darte muchas riquezas?»

38 Balaam le respondió:

«Pues ya estoy aquí. Pero no puedo decir nada que Dios no me ordene decir.»

39 Y Balaam se fue con Balac, y se dirigieron a Quiriat Jusot. 40 Allí Balac ordenó sacrificar bueyes y ovejas, y los envió a Balaam y a los príncipes que estaban con él.

Balaam bendice a Israel

41 Al día siguiente, Balac llevó a Balaam hasta la cima de Bamot Baal, y desde allí Balaam vio la parte más extrema del pueblo.

23 Balaam le dijo a Balac:

«Levanta aquí siete altares, y prepárame siete becerros y siete carneros.»

Balac hizo lo que Balaam le ordenó, y Balac y Balaam ofrecieron un becerro y un carnero en cada altar. Luego Balaam le dijo a Balac:

«Quédate junto a tu holocausto, que yo iré a ver si el Señor quiere encontrarse conmigo. Si hay algo que él me muestre, te lo haré saber.»

Y Balaam se fue a un monte desolado. Entonces Dios vino al encuentro de Balaam, y éste le dijo:

«He ordenado levantar siete altares, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.»

El Señor puso su palabra en labios de Balaam, y le dijo:

«Regresa a donde está Balac, y dile lo que voy a decirte.»

Balaam volvió a donde estaba Balac, y lo encontró junto a su holocausto, junto con todos los príncipes de Moab. Entonces Balaam pronunció estas palabras proféticas:

«Balac, el rey de Moab, me trajo de Aram;
me hizo venir de los montes del oriente.
Me pidió venir y maldecir a Jacob;
me ordenó desearle el mal a Israel.
¿Y cómo maldecir a quien Dios no maldijo?
¿Cómo condenar a quien el Señor no ha condenado?
Desde lo alto de las peñas puedo verlo;
desde las colinas puedo observarlo.
Es un pueblo que habita confiado,[a]
y que las naciones no toman en cuenta.
10 ¿Quién puede contar el polvo de Jacob,
o la cuarta parte del pueblo de Israel?
¡Espero morir como mueren los justos!
¡Espero tener el mismo final de ellos!»

11 Entonces Balac le dijo a Balaam:

«¿Pero qué es lo que haces conmigo? Te hice venir para que maldijeras a mis enemigos, ¡y ahora resulta que los estás bendiciendo!»

12 Balaam le respondió:

«¿Y acaso no tengo que decir lo que el Señor ponga en mis labios?»

13 Pero Balac insistió:

«Te ruego que vengas conmigo a otro lugar, desde donde no puedas ver a todos ellos sino solamente su parte extrema. Desde allí los maldecirás por mí.»

14 Y Balac llevó a Balaam al campo de Sofín, que está en la cumbre del Pisga. Allí edificó siete altares, y en cada altar ofreció un becerro y un carnero. 15 Entonces Balaam le dijo a Balac:

«Quédate aquí, junto a tu holocausto, que yo iré por allí a encontrarme con Dios.»

16 Entonces el Señor salió al encuentro de Balaam, y puso en sus labios su palabra. Le dijo:

«Vuelve adonde está Balac, y dile lo que voy a decirte.»

17 Balaam fue adonde estaba Balac, y lo encontró junto a su holocausto, acompañado de los príncipes de Moab. Y Balac le dijo:

«¿Qué te dijo el Señor?»

18 Y Balaam pronunció estas palabras proféticas:

«Vamos, Balac, ¡ponte de pie!
¡Escucha mis palabras, hijo de Sipor!
19 Dios no es un simple mortal
para que mienta o cambie de parecer.
Si él habla, ciertamente actúa;
si él dice algo, lo lleva a cabo.
20 Yo he recibido la orden de bendecir;
la bendición de Dios no puedo revocarla.
21 Dios no ha hallado iniquidad en Jacob,
ni ha encontrado perversidad en Israel.
El Señor su Dios está con ellos,
y ellos lo aclaman como su rey.
22 Dios los ha sacado de Egipto
con la poderosa fuerza de un búfalo.
23 Contra Jacob nada pueden las brujerías;
contra Israel nada valen las artes mágicas.
De Jacob, que es Israel, se dirá:
¡Miren lo que ha hecho Dios con ellos!
24 Este pueblo se levantará como un león;
como león rugiente se pondrá de pie.
No se echará hasta haber devorado la presa,
¡hasta saciarse con la sangre de los muertos!»

25 Pero Balac le dijo a Balaam:

«Si no lo vas a maldecir, ¡tampoco lo bendigas!»

26 Y Balaam le respondió:

«¿No te he dicho que yo debo decir todo lo que el Señor me diga?»

27 Balac le dijo entonces:

«Yo te ruego que me acompañes a otro lugar. Tal vez desde allí Dios maldiga a Israel.»

28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Pegor, desde donde se mira hacia el desierto.[b] 29 Allí Balaam le dijo a Balac:

«Levanta aquí siete altares, y prepárame siete becerros y siete carneros.»

30 Balac hizo lo que Balaam le ordenó, y éste ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

Lucas 1:57-80

Nacimiento de Juan el Bautista

57 Cuando se cumplió el tiempo, Elisabet dio a luz un hijo. 58 Y cuando sus vecinos y parientes supieron que Dios le había mostrado su gran misericordia, se alegraron con ella. 59 Al octavo día fueron para circuncidar al niño,(A) y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero su madre dijo: «No, va a llamarse Juan.» 61 Le preguntaron: «¿Por qué? ¡No hay nadie en tu familia que se llame así!» 62 Luego le preguntaron a su padre, por señas, qué nombre quería ponerle. 63 Zacarías pidió una tablilla y escribió: «Su nombre es Juan.» Y todos se quedaron asombrados. 64 En ese mismo instante, a Zacarías se le destrabó la lengua y comenzó a hablar y a bendecir a Dios. 65 Todos sus vecinos se llenaron de temor, y todo esto se divulgó por todas las montañas de Judea. 66 Todos los que oían esto se ponían a pensar, y se preguntaban: «¿Qué va a ser de este niño?» Y es que la mano del Señor estaba con él.

Profecía de Zacarías

67 Lleno del Espíritu Santo, Zacarías, su padre, profetizó:

68 «Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha venido a redimir a su pueblo.
69 Nos ha levantado un poderoso Salvador
en la casa de David, su siervo,
70 tal y como lo anunció en el pasado
por medio de sus santos profetas:
71 “Salvación de nuestros enemigos,
y del poder de los que nos odian.”
72 Mostró su misericordia a nuestros padres,
y se acordó de su santo pacto,
73 de su juramento a nuestro padre Abrahán:
Prometió que nos concedería
74 ser liberados de nuestros enemigos,
para poder servirle sin temor,
75 en santidad y en justicia
todos nuestros días delante de él.
76 Y a ti, niño, te llamarán “Profeta del Altísimo”,
porque irás precediendo al Señor
para preparar sus caminos.(B)
77 Darás a conocer a su pueblo la salvación
y el perdón de sus pecados,
78 por la entrañable misericordia de nuestro Dios.
La aurora nos visitó desde lo alto,
79 para alumbrar a los que viven en tinieblas(C)
y en medio de sombras de muerte;
para encaminarnos por la senda de la paz.»

80 El niño fue creciendo y fortaleciéndose en espíritu, y vivió en lugares apartados hasta el día en que se presentó públicamente a Israel.

Salmos 58

¡Hay un Dios que juzga!

Al músico principal. Sobre «No destruyas». Mictam de David.

58 Ustedes los jueces ¿en verdad hacen justicia?
Ustedes, simples mortales, ¿juzgan con rectitud?
Más bien, en su corazón urden hacer el mal,
y luego actúan con violencia en la tierra.

Los impíos se desencaminan desde la matriz;
se descarrían y mienten desde que nacen.
Son venenosos como serpientes;
se tapan los oídos; son como un áspid sordo
que no escucha la voz de los magos,
de los hábiles encantadores.

Dios mío, ¡rómpeles los dientes!
Señor, ¡rómpeles a esos leones los colmillos!
¡Que se diluyan, como el agua que corre!
¡Que sus saetas se hagan pedazos al dispararlas!
¡Que se disuelvan como los caracoles!
¡Que sean como abortivos y jamás vean el sol!
¡Que antes de darse cuenta ardan como espinos!
¡Que aun con vida el viento los arrebate!

10 Al verse vengados, los justos se alegrarán
y se empaparán los pies en la sangre del impío.
11 Entonces se dirá:
«Ciertamente, los justos serán recompensados;
ciertamente, hay un Dios que juzga en la tierra.»

Proverbios 11:12-13

12 El falto de cordura menosprecia a su prójimo;
el hombre prudente sabe guardar silencio.
13 Quien es chismoso da a conocer el secreto;
quien es ecuánime es también reservado.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas