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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
1 Reyes 3-4

Salomón se casa con la hija del faraón

El rey Salomón se casó con la hija del faraón, rey de Egipto, y quedó emparentado con él. Luego llevó a su esposa a la ciudad de David mientras terminaban de construir su palacio, el templo del Señor y las murallas de Jerusalén. En esos tiempos el pueblo ofrecía sus sacrificios al Señor en los altares que estaban en lo alto de los montes, porque aún no se había construido un templo para el Señor.

Salomón pide sabiduría(A)

Salomón amaba al Señor y cumplía los estatutos ordenados por su padre David, pero también ofrecía sacrificios y quemaba incienso al Señor, en los altares de los montes. Salomón acostumbraba ofrecer sus sacrificios en Gabaón, porque era el altar principal, y allí ofrecía mil holocaustos. Pero una noche en que Salomón dormía en Gabaón, el Señor se le apareció en sueños y le dijo:

«Pídeme lo que quieras que yo te conceda.»

Entonces Salomón dijo:

«Tu misericordia siempre acompañó a tu siervo, mi padre David, porque se condujo delante de ti con sinceridad, y fue un hombre justo y te entregó su corazón. Tú has sido misericordioso con él porque le has concedido que un hijo ocupe su trono, como hoy podemos verlo. Ahora, Señor y Dios mío, tú me has puesto en el trono que ocupó mi padre David. Reconozco que soy muy joven, y que muchas veces no sé qué hacer. Este siervo tuyo se halla en medio del pueblo que tú escogiste, y que es tan numeroso que es imposible contarlo. Yo te pido que me des un corazón con mucho entendimiento para gobernar a tu pueblo y para discenir entre lo bueno y lo malo. Porque ¿quién es capaz de gobernar a este pueblo tan grande?»

10 Al Señor le agradó la petición de Salomón. 11 Entonces le dijo:

«Puesto que me has pedido esto, y no una larga vida ni muchas riquezas, ni tampoco pediste vengarte de tus enemigos, sino que pediste inteligencia para saber escuchar, 12 voy a hacer lo que me has pedido. Voy a darte un corazón sabio y sensible, como nadie lo ha tenido antes ni lo tendrá después de ti. 13 Además, voy a darte las cosas que no me pediste: Muchas riquezas y fama, a tal grado que, mientras vivas, no habrá ningún otro rey como tú. 14 Y si caminas por mis sendas, y cumples mis estatutos y mandamientos, como lo hizo David tu padre, yo te concederé una larga vida.»

15 Cuando Salomón despertó de su sueño, fue a Jerusalén y se presentó delante del arca del pacto del Señor, y ofreció holocaustos y sacrificios de paz; y luego hizo un banquete para todos sus siervos.

Sabiduría y prosperidad de Salomón

16 Por esos días dos prostitutas se presentaron ante el rey, 17 y una de ellas dijo:

«Su Majestad, esta mujer y yo vivimos en una misma casa, y mientras yo estaba allí, tuve un hijo. 18 Tres días después, y mientras las dos vivíamos juntas, también ella tuvo un hijo. Nadie más estaba en la casa, sino sólo nosotras dos. 19 Pero una noche ella se acostó sobre su niño, y el niño murió. 20 Entonces se levantó a medianoche, tomó a mi hijo, que dormía junto a mí, y lo puso a su lado, y entonces puso al niño muerto junto a mí. 21 En la madrugada, cuando me levanté para darle el pecho a mi hijo, me di cuenta de que estaba muerto; y cuando lo observé bien por la mañana, me di cuenta de que no era mi hijo.»

22 La segunda mujer dijo entonces:

«¡El niño vivo es mío; el que está muerto es el tuyo!»

Pero la primera mujer insistía:

«No, el niño muerto es tu hijo; el mío es el que está vivo.»

23 Entonces el rey dijo:

«Una de ustedes afirma que su hijo está vivo, y que el niño muerto es de la otra; y la otra afirma que el niño vivo es el suyo, y que el niño muerto es de la otra.»

24 Entonces el rey dio una orden:

«¡Tráiganme una espada!»

En cuanto se la llevaron, 25 el rey ordenó:

«Traigan al niño vivo, y pártanlo por la mitad, y den una mitad a una, y la otra mitad a la otra.»

26 Entonces la madre del niño vivo, llena de compasión por su hijo, suplicó al rey:

«¡Ay, Su Majestad! ¡No lo maten! ¡Que se quede esta mujer con el niño vivo!»

Pero la otra dijo:

«Ni para ti, ni para mí. ¡Que lo partan por la mitad!»

27 Entonces el rey intervino, y dijo:

«Entreguen el niño vivo a esta mujer, que es la verdadera madre.»

28 Y cuando todo el pueblo de Israel supo del juicio que había emitido el rey, sintieron respeto por él, pues se dieron cuenta de que Dios le había dado sabiduría para impartir justicia.

Y Salomón fue el rey de todo Israel. Los funcionarios que le ayudaron fueron:

Azarías hijo de Sadoc, el sacerdote;

Elijoref y Ajías, hijos de Sisa, cronistas;

Josafat hijo de Ajilud, secretario del rey;

Benaías hijo de Joyadá, jefe del ejército;

Sadoc y Abiatar, sacerdotes;

Azarías hijo de Natán, jefe de los gobernadores;

Zabud hijo de Natán, sacerdote y consejero del rey;

Ajisar, mayordomo;

Adonirán hijo de Abda, recaudador de tributos.

Salomón tenía doce gobernadores en Israel, responsables de abastecerlo en todo lo que necesitaran él y su familia. Éstos son sus nombres:

Ben Jur, en el monte de Efraín;

Ben Decar, en Macás, Sagalbín, Bet Semes, Elón y Bet Janán;

10 Ben Jésed, en Arubot, y también gobernaba Soco y toda la tierra de Hefer;

11 Ben Abinadab, que se había casado con Tafat, la hija de Salomón, en todos los territorios de Dor;

12 Baná hijo de Ajilud, en Tanac, Meguido y en toda Bet Seán, que está cerca de Saretán, más abajo de Jezrel, desde Bet Seán hasta Abel Meholá, y hasta el otro lado de Jocmeán;

13 Ben Guéber, en Ramot de Galaad, pero también gobernaba las ciudades de Yaír hijo de Manasés, las cuales estaban en Galaad; la provincia de Argob, que estaba en Basán; sesenta grandes ciudades amuralladas y con cerraduras de bronce;

14 Ajinadab hijo de Iddo, en Majanayin;

15 Ajimaz, que se casó con Basemat, la hija de Salomón, en Neftalí;

16 Baná hijo de Jusay, en Aser y en Alot;

17 Josafat hijo de Paruaj, en Isacar;

18 Simey hijo de Elá, en Benjamín;

19 Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad; en la tierra de Sijón, rey de los amorreos; y de Og, rey de Basán. Éste era el único gobernador en aquella tierra.

20 La población de Judá e Israel era tan numerosa como la arena del mar, y todos se alegraban cuando se reunían a comer y beber. 21 Salomón era rey y señor de los reinos, desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y los límites con Egipto.(B) Mientras Salomón vivió, todos le pagaron tributos como sus vasallos.

22 La provisión que diariamente recibía Salomón era de treinta coros de harina fina, sesenta coros de harina común, 23 diez bueyes engordados, veinte bueyes de pastoreo y cien ovejas, sin contar los ciervos, gacelas, corzos y aves de corral.

24 Salomón dominó los reinos al oeste del río Éufrates, desde Tifesaj hasta Gaza, y en toda esa región hubo paz. 25 Mientras Salomón vivió, Judá e Israel vivieron seguros, cultivando sus viñas e higueras desde Dan hasta Berseba. 26 Además, Salomón tenía en sus caballerizas cuarenta mil caballos para sus carros de combate, y doce mil jinetes.(C) 27 Cada uno de los gobernadores proveía de alimentos al rey Salomón para que nada le faltara. Cada mes, uno de ellos visitaba al rey y se sentaba a su mesa. 28 Además, cada gobernador enviaba, según su turno, cebada y paja para los caballos y las bestias de carga.

29 El Señor concedió a Salomón mucha sabiduría y prudencia, y lo dotó de un gran corazón, vasto como la arena del mar, para comprenderlo todo. 30 Su sabiduría era mayor que la de todos los que vivían en el oriente y en Egipto; 31 incluso sobrepasó a la sabiduría de hombres como Etán el ezraíta,(D) Hemán, Calcol y Darda, los hijos de Majol. Su fama se extendió por todas las naciones vecinas.

32 Salomón compuso tres mil proverbios(E) y mil cinco(F) poemas. 33 Habló de temas relacionados con los cedros del Líbano y el hisopo que crece en las paredes, los animales, las aves, los reptiles y los peces. 34 Tanta era la fama de su sabiduría que de todos los pueblos y reinos llegaba gente a escuchar sus sabias palabras.

2 Crónicas 1

Salomón pide sabiduría(A)

Salomón hijo de David fue afirmado en su reino, y el Señor su Dios estaba con él y lo encumbró. Salomón convocó a todo Israel y a los jefes de millares y de centenas, lo mismo que a los jueces y a todos los jefes de familia de Israel, y él y toda la asamblea se dirigieron al lugar alto que había en Gabaón, pues allí estaba el tabernáculo de reunión de Dios que Moisés, el siervo del Señor, había hecho en el desierto. David había traído el arca de Dios de Quiriat Yearín al lugar que le había preparado en Jerusalén,(B) donde él le había levantado una tienda Delante del tabernáculo del Señor estaba el altar de bronce(C) que había hecho Besalel hijo de Uri, hijo de Jur, y allí fueron Salomón y la asamblea para consultar al Señor. Una vez allí, y en presencia del Señor, Salomón subió al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y sobre él ofreció mil holocaustos.

Esa misma noche Dios se le apareció a Salomón y le dijo:

«Pídeme lo que quieras que yo te dé.»

Y Salomón le dijo a Dios:

«Tú has tenido gran misericordia de David, mi padre, y a mí me has puesto en su lugar como rey. Señor y Dios, confirma ahora la promesa que le hiciste a David, mi padre, pues tú me has puesto como rey de un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.(D) 10 Por favor, dame sabiduría y conocimiento para presentarme delante de este pueblo. A decir verdad, ¿quién podrá gobernar a tu pueblo? ¡Es tan grande!»

11 Y Dios le dijo a Salomón:

«Por haber pensado así, y por no haber pedido riquezas, ni bienes ni gloria, ni la vida de los que no te quieren, ni una larga vida, sino que has pedido tener sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto como rey, 12 recibirás sabiduría y conocimiento, y además te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca antes tuvieron los reyes que te antecedieron, ni tendrán los reyes que te sucedan.»

13 Salomón se apartó entonces del tabernáculo de reunión, y desde el lugar alto que estaba en Gabaón volvió a Jerusalén para reinar sobre Israel.

Salomón comercia en caballos y en carros(E)

14 Salomón acumuló carros de guerra y gente de a caballo, y llegó a tener mil cuatrocientos carros de guerra y doce mil jinetes,(F) los cuales guardaba en las fortalezas construidas para tal efecto, y también con él en Jerusalén. 15 También acumuló en Jerusalén plata y oro, como quien amontona piedras,(G) y el cedro abundaba como los cabrahigos de la llanura. 16 Los mercaderes del reino compraban al mayoreo para Salomón(H) caballos y lienzos finos de Egipto. 17 Iban a Egipto y compraban un carro de guerra por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta, y todos los reyes hititas y sirios los compraban por medio de ellos.

Salmos 72

El reinado de un rey justo

Para Salomón.

72 ¡Concédele, oh Dios, al rey juzgar como tú,
y concédele al hijo del rey tu justicia!
¡Concédele juzgar a tu pueblo con justicia,
y con buen juicio a los afligidos de tu pueblo!
¡Que los montes brinden paz al pueblo,
y las colinas ofrezcan justicia!
Así el rey juzgará a los afligidos del pueblo,
salvará a los hijos de los menesterosos,
y aplastará a los opresores.
Tu pueblo te temerá de generación en generación
mientras el sol y la luna existan.

Que sea el rey como la lluvia que cae sobre la hierba,
y como el rocío que empapa la tierra
Que haya en sus días justicia y mucha paz,
hasta que la luna deje de existir.
Que su dominio se extienda de mar a mar,
desde el gran río hasta los límites de la tierra.(A)
Que ante él se rindan los habitantes del desierto,
y que sus enemigos muerdan el polvo.
10 Que los reyes de Tarsis y de las costas le paguen tributo,
y que los reyes de Sabá y de Sebá le ofrezcan regalos.
11 Que todos los reyes se inclinen en su presencia,
y que todas las naciones le sirvan.

12 Que salve el rey al pobre que le pida ayuda,
y al afligido que no tenga quien le socorra.
13 Que se compadezca del pobre y del menesteroso,
y que les salve la vida a los pobres.
14 Que los salve del engaño y de la violencia,
y que la sangre de ellos sea a sus ojos muy valiosa.

15 ¡Que viva el rey! ¡Que reciba el oro de Sabá!
¡Que se ore por él siempre!
¡Que a todas horas se le bendiga!
16 ¡Que sea en las cumbres de los montes
como un puñado de grano que cae en la tierra!
¡Que sea tan productivo como el monte Líbano,
y que en la ciudad haya tanta gente
como hierba hay en el campo!
17 ¡Que su nombre sea siempre recordado!
¡Que su nombre permanezca mientras el sol exista!
¡Que todas las naciones sean bendecidas por él,
y que lo llamen bienaventurado!

18 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel!
¡Sólo el Señor hace maravillas!
19 ¡Bendito sea por siempre su glorioso nombre!
¡Que toda la tierra sea llena de su gloria!
¡Amén y Amén!

20 Aquí terminan las oraciones de David hijo de Yesé.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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