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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Jueces 10-12

El jefe Tola

10 Después de la muerte de Abimélec, Dios envió a otro jefe para salvar al pueblo de Israel. Ese jefe se llamaba Tola, hijo de Fuvá y nieto de Dodó. Tola era de la tribu de Isacar y vivía en la ciudad de Samir que quedaba en la región montañosa de Efraín. Tola fue comandante del pueblo de Israel durante 23 años, luego murió y fue enterrado en la ciudad de Samir.

El jefe Yaír

Después de la muerte de Tola, Dios envió a otro jefe que se llamaba Yaír, que vivía en la ciudad de Galaad. Él fue comandante de Israel durante 22 años. Yaír tenía 30 hijos. Cada uno de ellos tenía su propio burro[a] y gobernaba un pueblo del área de Galaad. Hasta hoy esos pueblos se conocen como «los pueblos de Yaír». Yaír murió y fue enterrado en la ciudad de Camón.

Los amonitas pelean contra Israel

Nuevamente los israelitas hicieron lo que no le agradaba al SEÑOR. Empezaron a adorar a los dioses Baal y Astarté. Además adoraron a los dioses de la gente de Siria, de Sidón, de Moab, de Amón y de los filisteos. El pueblo de Israel se alejó del SEÑOR y dejó de servirlo. Entonces el SEÑOR se enojó con los israelitas y permitió que los filisteos y los amonitas los derrotaran. En ese mismo año los filisteos y los amonitas derrotaron a los israelitas que vivían al oriente del río Jordán en el área de Galaad. Esa era la zona donde vivían los amorreos. Los israelitas sufrieron durante 18 años. Los amonitas atravesaron el río Jordán para pelear contra las tribus de Judá, Benjamín y Efraín. Ellos les causaron muchas dificultades a los israelitas.

10 Entonces los israelitas pidieron ayuda al SEÑOR y dijeron:

—Hemos pecado contra ti, hemos abandonado a nuestro Dios y hemos adorado al falso dios Baal.

11 Y el SEÑOR les respondió:

—Ustedes me pidieron ayuda cuando los egipcios, los amorreos, los amonitas y los filisteos les causaban dificultades. Yo los ayudé y los salvé de esa gente. 12 Ustedes me pidieron ayuda cuando los sidonios, los amalecitas y los madianitas[b] les causaron dificultades. Yo también los salvé de esos pueblos. 13 Pero luego ustedes me abandonaron y empezaron a adorar a dioses extraños, por eso ahora ya no los quiero salvar otra vez. 14 Pídanles ayuda a esos dioses que han elegido. Que ellos los salven cuando estén en dificultades.

15 Los israelitas le dijeron al SEÑOR:

—Hemos pecado. Haz con nosotros lo que te parezca, pero por favor ¡sálvanos ahora!

16 Entonces los israelitas dejaron de adorar a otros dioses, volvieron a servir al SEÑOR, y él ya no pudo soportar más el sufrimiento de los israelitas.

Eligen a Jefté

17 Los amonitas se reunieron para ir a la guerra y levantaron su campamento en la región de Galaad. A su vez, los israelitas se reunieron y levantaron su campamento en Mizpa. 18 Los líderes que vivían en esa zona de Galaad dijeron: «El que nos dirija en el ataque contra los amonitas será el jefe de toda la gente de Galaad».

11 Jefté era un guerrero de Galaad, pero era hijo de una prostituta y de un hombre llamado Galaad. La esposa de Galaad tenía varios hijos y cuando crecieron no aceptaron a Jefté. Todos los hijos obligaron a Jefté a salir del pueblo y le dijeron: «Tú no vas a recibir ninguna de las posesiones de nuestro padre, eres hijo de otra mujer». Así que Jefté se alejó de sus hermanos y se fue a vivir a la región de Tob, donde reunió una banda de delincuentes que lo seguía.

Después de un tiempo, los amonitas pelearon contra Israel. A causa de la lucha entre amonitas e israelitas, los ancianos líderes de Galaad fueron a buscar a Jefté en la región de Tob. Le dijeron a Jefté:

—Queremos que seas el jefe y comandante de nuestro ejército para poder pelear contra los amonitas.

Jefté respondió:

—Ustedes me odiaban y me sacaron de la casa de mi padre. Entonces, ¿por qué me vienen a buscar ahora que están en problemas?

Los ancianos líderes dijeron:

—Precisamente por eso te buscamos, te rogamos que vengas con nosotros para pelear contra los amonitas. Tú serás el jefe y comandante de toda la gente de Galaad.

Jefté respondió:

—Si ustedes quieren que yo regrese a Galaad para pelear contra los amonitas, supongamos que el SEÑOR me ayuda a ganar, entonces ¿seré yo su nuevo jefe y comandante?

10 Los ancianos líderes le dijeron:

—El SEÑOR está escuchando todo lo que decimos, te prometemos que vamos a hacer todo lo que tú digas.

11 Entonces Jefté se fue con los ancianos líderes de Galaad. Jefté se convirtió en el jefe y comandante de Galaad. En Mizpa, Jefté repitió ante el SEÑOR todo lo que antes había dicho a los ancianos.

Mensaje de Jefté para el rey Amón

12 Jefté envió mensajeros al rey de Amón con este mensaje:

—¿Cuál es su problema con los israelitas? ¿Por qué han venido a pelear contra nosotros?

13 El rey de los amonitas respondió:

—Estamos peleando contra los israelitas. Pues, al salir de Egipto, ellos robaron nuestras tierras desde el río Arnón hasta los ríos Jaboc y Jordán. Si quieres, convence a los israelitas de que nos devuelvan nuestras tierras pacíficamente.

14 Los mensajeros regresaron a donde estaba Jefté y llevaron el mensaje.[c] Y Jefté volvió a enviar a los mensajeros a hablar con el rey de los amonitas. 15 Este era el mensaje de Jefté:

«Los israelitas no robaron la tierra de los moabitas ni de los amonitas. 16 Cuando los israelitas salieron de Egipto, cruzaron por el desierto y atravesaron el mar Rojo hasta llegar a Cades. 17 Los israelitas mandaron mensajeros al rey de Edom para pedirle un favor. Ellos le dijeron al rey: “Por favor permite que nuestra gente cruce por tu territorio”, pero el rey de Edom no les dio permiso. Entonces los israelitas enviaron el mismo mensaje al rey de Moab, pero él tampoco los quiso ayudar y los israelitas tuvieron que quedarse en Cades.

18 »Después, los israelitas volvieron a andar por el desierto y anduvieron alrededor de los territorios de Moab y Edom. Llegaron a la tierra al oriente de Moab y levantaron el campamento en la otra orilla del río Arnón. Los israelitas no entraron al territorio de Moab porque el río Arnón es el límite de Moab.

19 »Luego, los israelitas mandaron mensajeros a donde estaba Sijón el rey de los amorreos. Sijón era el rey de Hesbón. El mensaje decía: “Te rogamos que nos dejes pasar por tu territorio para llegar a nuestra tierra”. 20 Pero Sijón, el rey de los amorreos, no confió en los israelitas y no los dejó cruzar por su territorio, sino que reunió a su ejército y levantó un campamento en Yahaza. Entonces el ejército de Sijón peleó contra los israelitas, 21 pero el SEÑOR, Dios de Israel, ayudó a los israelitas a derrotar al ejército de Sijón. Así, los israelitas ganaron la tierra de los amorreos. 22 Los israelitas ocuparon todo el territorio de los amorreos, desde el río Arnón hasta el río Jaboc y desde el desierto hasta el río Jordán.

23 »Entonces fue el SEÑOR quien obligó a los amorreos a salir de su territorio y quien dio esa tierra a los israelitas. ¿Crees que puedes obligar a los israelitas a salir de esa tierra? 24 Con seguridad que puedes vivir en la tierra que te ha dado tu dios Quemós. De igual forma, nosotros vamos a vivir en la tierra que el SEÑOR nuestro Dios nos ha dado. 25 ¿Acaso eres mejor que Balac, el hijo de Zipor[d]? Él era el rey de Moab y nunca fue a pelear ni a discutir con los israelitas. 26 Los israelitas han vivido en Hesbón y en los pueblos a orillas del río Arnón durante 300 años. ¿Por qué en todo ese tiempo no han tratado de recuperar las tierras? 27 Israel no te ha hecho ningún mal, pero tú te estás portando muy mal con los israelitas. Que el SEÑOR, que es el único juez de verdad, decida si los que tienen razón son los israelitas o los amonitas».

28 Pero el rey de los amonitas no hizo caso del mensaje de Jefté.

La promesa de Jefté

29 Jefté, lleno del Espíritu del SEÑOR, recorrió Galaad y Manasés. En Galaad pasó por la ciudad de Mizpa y de allí fue a la tierra de los amonitas.

30 Jefté hizo una promesa al SEÑOR, diciéndole: «Si me ayudas a vencer a los amonitas, entonces al regresar victorioso te haré una ofrenda. 31 La ofrenda será la primera persona que salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese».

32 Jefté fue a pelear contra los amonitas y el SEÑOR le ayudó a ganar. 33 Jefté venció a 20 pueblos desde Aroer hasta Minit y hasta Abel Queramín. Así fue como los israelitas dominaron a los amonitas.

34 Jefté regresó a su casa en la ciudad de Mizpa. La primera persona que salió a recibirlo fue su única hija. No tenía más descendientes, ni hija ni hijo. Ella salió feliz tocando un tamborcillo y bailando. 35 Cuando Jefté vio a su hija que salía primero, se desgarró la ropa, y dijo:

—¡Hija mía, me has destrozado! ¡Me estás causando una gran tristeza! ¡Le hice una promesa al SEÑOR y no puedo romperla!

36 La niña dijo:

—Papá, si has hecho una promesa al SEÑOR, cumple lo que prometiste. Después de todo, el SEÑOR te ayudó a derrotar a tus enemigos, los amonitas.

37 Y luego la niña le dijo a su papá:

—Primero hazme un favor, déjame estar sola durante dos meses. Déjame ir a las montañas para poder llorar con mis amigas porque ya no me casaré ni tendré hijos.

38 Jefté respondió:

—Puedes ir.

Así que la mandó lejos durante dos meses. La niña y sus amigas fueron a las montañas y lloraron porque la niña nunca se casaría ni tendría hijos. 39 Después de dos meses la niña regresó donde estaba su papá y Jefté cumplió lo que había prometido. La hija de Jefté nunca tuvo relaciones sexuales con nadie. Y entre el pueblo de Israel se convirtió en una costumbre 40 que cada año las mujeres de Israel lloraban durante cuatro días para recordar a la hija de Jefté de Galaad.

Jefté y Efraín

12 Los hombres de la tribu de Efraín reunieron a todo su ejército. Luego cruzaron el río y fueron a la ciudad de Zafón y allí le dijeron a Jefté:

—¿Por qué peleaste contra los amonitas y no nos llamaste para ayudarte? Vamos a quemar tu casa contigo adentro.

Jefté respondió:

—Los amonitas nos han causado muchas dificultades, por eso mi pueblo y yo tuvimos que pelear contra ellos. Yo los llamé a ustedes pero ustedes no vinieron a ayudarnos. Cuando me di cuenta de que ustedes no venían a ayudarme, yo mismo arriesgué mi vida y fui a pelear contra los amonitas, pero el SEÑOR me ayudó en la lucha y gané la batalla. No entiendo por qué ahora vienen a pelear conmigo.

Luego Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y peleó contra Efraín. Los hombres de Jefté pelearon contra Efraín porque ellos habían insultado a los hombres de Galaad diciendo: «Ustedes, los hombres de Galaad, no son más que fugitivos de Efraín. Ustedes solo son una mezcla de las tribus de Efraín y de Manasés: ustedes no pertenecen totalmente a Efraín como nosotros ni a Manasés». Pero Jefté y sus hombres derrotaron a Efraín. Los de Galaad tomaron control de los lugares por donde la gente cruza el río Jordán para ir al territorio de Efraín. Cada vez que alguno de los hombres de Efraín llegaba huyendo y pedía que lo dejaran cruzar, los hombres de Galaad le preguntaban: «¿Eres de la tribu de Efraín?» Si el hombre respondía que no, ellos le pedían que dijera la palabra «Shibolet». Si el hombre decía «Sibolet», ellos sabían que era de Efraín y lo mataban. Así mataron a 42 000 hombres de Efraín.

Jefté fue jefe de los israelitas durante seis años, luego murió y lo enterraron en su ciudad de Galaad.

El jefe Ibsán

Después de la muerte de Jefté, el siguiente jefe de los israelitas fue un hombre llamado Ibsán, que era de Belén. Ibsán tenía 30 hijos y 30 hijas. Él les dijo a sus hijas que se casaran con hombres que no fueran de su familia y consiguió 30 mujeres que no fueran de su familia para que se casaran con sus 30 hijos. Haciendo esto pudo tener aliados de otras familias para que lo ayudaran. Ibsán fue jefe del pueblo de Israel durante siete años. 10 Luego murió y fue enterrado en la ciudad de Belén.

El jefe Elón

11 Después de Ibsán el siguiente jefe del pueblo de Israel fue Elón, que era de la tribu de Zabulón. Fue jefe de Israel durante diez años. 12 Luego Elón, de la tribu de Zabulón, murió y fue enterrado en la ciudad de Ayalón, en el territorio de su familia.

El jefe Abdón

13 Después de la muerte de Elón, el siguiente jefe del pueblo de Israel fue Abdón hijo de Hilel. Era de la ciudad de Piratón. 14 Abdón tenía 40 hijos y 30 nietos. Ellos andaban en 70 burros.[e] Abdón fue jefe de Israel durante ocho años. 15 Abdón hijo de Hilel murió y fue enterrado en Piratón, que queda en la tierra de Efraín, en las montañas donde vivían los amalecitas.

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