Chronological
1 ¶ Júzgame, oh Dios, y pleitea mi pleito; de gente no misericordiosa, de varón de engaño me libra.
2 Porque tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me conducirán al monte de tu santidad, y a tus tabernáculos.
4 Y entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
Al Vencedor: a los hijos de Coré: Masquil.
1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que hiciste en sus tiempos, en los tiempos antiguos.
2 Tú con tu mano echaste los gentiles, y los plantaste a ellos en su lugar; afligiste los pueblos, y los arrojaste.
3 Porque no heredaron la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.
4 Tú, oh Dios, eres mi rey: Manda saludes a Jacob.
5 Por medio de ti acornearemos a nuestros enemigos; en tu Nombre atropellaremos a nuestros adversarios.
6 Porque no confiaré en mi arco, ni mi espada me salvará.
7 Porque tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían.
8 En Dios nos alabamos todo el tiempo, y para siempre loaremos tu Nombre. (Selah.)
9 ¶ Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; y no sales en nuestros ejércitos.
10 Nos hiciste retroceder del enemigo, y nos saquearon para sí los que nos aborrecieron.
11 Nos pusiste como a ovejas para comida, y nos esparciste entre los gentiles.
12 Has vendido tu pueblo de balde, y sin precio.
13 Nos pusiste por vergüenza a nuestros vecinos, por escarnio y por burla a los que nos rodean.
14 Nos pusiste por proverbio entre los gentiles, por movimiento de cabeza en los pueblos.
15 Cada día mi vergüenza está delante de mí, y me cubre la confusión de mi rostro,
16 por la voz del que me blasfema y deshonra, por la voz del enemigo y del que se venga.
17 ¶ Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti; y no hemos faltado a tu pacto.
18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni tampoco se han apartado nuestros pasos de tus caminos.
19 Cuando nos quebrantaste en el lugar de los dragones, y nos cubriste con sombra de muerte,
20 si nos hubiéramos olvidado del Nombre de nuestro Dios, o alzado nuestras manos a dios ajeno,
21 ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
22 Antes por tu causa nos matan cada día; somos tenidos como ovejas para el degolladero.
23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no nos deseches para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro? ¿Olvidaste nuestra aflicción, y la opresión nuestra?
25 Porque nuestra alma se ha agobiado hasta el polvo; nuestro vientre está pegado con la tierra.
26 Levántate para ayudarnos, y redímenos por tu misericordia.
Al Vencedor: sobre Sosanim (lirios): a los hijos de Coré: Masquil: Canción de amores.
1 Rebosa mi corazón palabra buena; yo digo en mis obras del Rey; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
2 Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
3 Cíñete tu espada sobre el muslo, oh valiente, con tu gloria y con tu hermosura.
4 Y con tu hermosura sé prosperado; cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; y tu diestra te enseñará cosas terribles.
5 Tus saetas agudas con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
6 ¶ Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre; vara de justicia, la vara de tu reino.
7 Amaste la justicia y aborreciste la maldad; por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de gozo más que a tus compañeros.
8 Mirra, áloe, y casia exhalan todos tus vestidos; desde palacios de marfil te alegraron.
9 Hijas de reyes entre tus ilustres; está la reina a tu diestra con corona de oro finísimo de Ofir.
10 ¶ Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
11 y deseará el Rey tu hermosura; e inclínate a él, porque él es tu Señor.
12 Y las hijas de Tiro con presente; aun los ricos del pueblo suplicarán tu favor.
13 Toda ilustre es de dentro la hija del rey; de brocado de oro es su vestido.
14 Con vestidos bordados será llevada al Rey; vírgenes en pos de ella; sus compañeras serán traídas a ti.
15 Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio del Rey.
16 En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra.
17 Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones; por lo cual pueblos te alabarán eternamente y para siempre.
Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo.
1 Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitadores todos del mundo:
2 Así los hijos de los hombres como los hijos de los varones; el rico y el pobre juntamente.
3 Mi boca hablará sabiduría; y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
4 Acomodaré a ejemplos mi oído; declararé con el arpa mi enigma.
5 ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis calcañares me cercará?
6 ¶ Los que confían en sus haciendas, y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
7 ninguno de ellos podrá en manera alguna rescatar al hermano, ni dar a Dios propiciación por él.
8 (Porque la redención de su vida es de gran precio, y no lo pueden hacer)
9 que viva adelante para siempre, y nunca vea la sepultura.
10 Pues se ve que mueren todos los sabios; el loco y el ignorante perecen, y dejan a otros sus riquezas.
11 En su interior piensan que sus casas son eternas, y sus habitaciones para generación y generación; llamaron sus tierras de sus nombres.
12 Mas el hombre no permanecerá en honra; es semejante a las bestias que son cortadas.
13 Este es su camino, su locura; y sus descendientes corren por el dicho de ellos. (Selah.)
14 Como ovejas son puestos en el Seol; la muerte los pastorea; y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; y se consumirá su bien parecer en la sepultura desde su morada.
15 ¶ Ciertamente Dios rescatará mi vida de la mano del Seol, cuando me tomará. (Selah.)
16 No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa;
17 porque en su muerte no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria.
18 Porque mientras viviere, será su vida bendita; y tú serás loado cuando fueres próspero.
19 Entrará a la generación de sus padres; no verán luz para siempre.
20 El hombre en honra que no entiende, semejante es a las bestias que son cortadas.
Al Vencedor: sobre Gitit: A los hijos de Coré. Salmo.
1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos!
2 Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
3 Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos en tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
4 Dichosos los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán (Selah.)
5 Dichoso el hombre que tiene su fortaleza en ti; en cuyo corazón están tus caminos.
6 Cuando pasaren por el valle de Abaca lo tornarán en fuente, la lluvia también llenará las cisternas.
7 Irán en gran multitud y en orden, verán a Dios en Sion.
8 ¶ SEÑOR Dios de los ejércitos, oye mi oración; escucha, oh Dios de Jacob (Selah.)
9 Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu Ungido.
10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos; escogí antes estar a la puerta en la Casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.
11 Porque sol y escudo nos es el SEÑOR Dios; gracia y gloria dará el SEÑOR; no quitará el bien a los que andan en integridad.
12 SEÑOR de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti.
Al Vencedor: A los hijos de Coré. Salmo.
1 Fuiste propicio a tu tierra, oh SEÑOR; volviste la cautividad de Jacob.
2 Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; cubriste todos los pecados de ellos. (Selah.)
3 Quitaste toda tu saña; te volviste de la ira de tu furor.
4 Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, y haz cesar tu ira de sobre nosotros.
5 ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación?
6 ¿No volverás tú a darnos vida, y tu pueblo se alegrará en ti?
7 Muéstranos, oh SEÑOR, tu misericordia, y danos tu salud.
8 ¶ Escucharé lo que hablará Dios el SEÑOR; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se conviertan otra vez a la locura.
9 Ciertamente cercana está su salud a los que le temen; para que habite la gloria en nuestra tierra.
10 La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.
11 La verdad reverdecerá de la tierra; y la justicia mirará desde los cielos.
12 El SEÑOR dará también el bien; y nuestra tierra dará su fruto.
13 La justicia irá delante de él; y pondrá sus pasos en camino.
A los hijos de Coré: Salmo de Canción.
1 Su cimiento es en montes de santidad.
2 El SEÑOR ama las puertas de Sion más que todas las moradas de Jacob.
3 Cosas ilustres son dichas de ti, ciudad de Dios. (Selah.)
4 ¶ Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; he aquí Filistea, y Tiro, con Etiopía; éste nació allá.
5 Y de Sion se dirá: éste y aquel varón es nacido en ella; y el mismo Altísimo la fortificará.
6 El SEÑOR contará al inscribir a los pueblos: Este nació allí. (Selah.)
7 Y cantores y músicos con flautas en ella dirán: Todas mis fuentes están en ti.
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